3. Una batalla de siglos.
• Desde el principio, el Adversario se ha
enfrentado a la Verdad de Dios Gen 3:1-
5.
• El propósito diabólico es esclavizar a los
que aceptan su perspectiva Efe 2:1-3.
4. Una batalla de siglos.
• Fuera de la iglesia, el engaño en sus
diversas manifestaciones es pan de cada
día.
• El centro de ataques del adversario
dentro de las iglesias: Que no se acepte
la verdad revelada en la Palabra escrita.
5. La batalla contra la iglesia.
Introducir falsos
hermanos que quiebren
la unidad de la iglesia.
Introducir falsas
enseñanzas que dañen
la integridad del iglesia.
6. Verdades que considerar.
• Los falsos profetas salen del mundo, es
decir, nunca han sido creyentes 1 Jn 4:1.
• Son más de lo que pensamos, su
abundancia nos dicen que son eficaces en lo
que hacen, que es engañar a la iglesia.
• Por lo tanto: No aceptar a todo aquel que
viene con enseñanzas “Novedosas”.
7. Verdades que considerar.
La responsabilidad
congregacional 1
Jn 4:1:
Ponerlos a
prueba.
Determinar que
espíritu los
motiva.
8. Verdades que considerar.
Dos espíritus activos en la iglesia
local:
El Espíritu de Verdad, glorifica al Hijo de Dios Jn
16:14.
El espíritu de engaño, que glorifica al hombre 1
Jn 4:3
10. Verdades que considerar.
•La prueba definitiva
de un verdadero
maestro, de uno que
es falso, es a quien se
exalta.
11. Verdades que considerar.
La prueba del verdadero hijo de Dios 1
Jn 4:4.
Vencer la falsa enseñanza. ¿Por qué?
Porque ha sido sellado con la
presencia de Jesús en nuestra vida.
12. Verdades que considerar.
• Otra prueba de la falsificación: Son
populares y aceptables en el mundo 1 Jn
4:5.
• Final: Todo hijo de Dios reconoce la
verdad de Dios, la acepta y la pone en
practica 1 Jn 4:6
13. Protegiéndonos.
• Establecerse en la comunión de la
iglesia local.
• Alimentarse de la Palabra de Dios de
modo cotidiano.
• Servir de acuerdo a la capacidad
dada por Dios.
Editor's Notes
El amor es el enfasis de esta segunda parte de la carta.
Efe 2:1-3 DHH Antes ustedes estaban muertos a causa de las maldades y pecados 2 en que vivían, pues seguían los criterios de este mundo y hacían la voluntad de aquel espíritu que domina en el aire y que anima a los que desobedecen a Dios. 3 De esa manera vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, siguiendo nuestros malos deseos y cumpliendo los caprichos de nuestra naturaleza pecadora y de nuestros pensamientos. A causa de eso, merecíamos con toda razón el terrible castigo de Dios, igual que los demás.
Efe 2:1-3 DHH Antes ustedes estaban muertos a causa de las maldades y pecados 2 en que vivían, pues seguían los criterios de este mundo y hacían la voluntad de aquel espíritu que domina en el aire y que anima a los que desobedecen a Dios. 3 De esa manera vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, siguiendo nuestros malos deseos y cumpliendo los caprichos de nuestra naturaleza pecadora y de nuestros pensamientos. A causa de eso, merecíamos con toda razón el terrible castigo de Dios, igual que los demás.
Efe 2:1-3 DHH Antes ustedes estaban muertos a causa de las maldades y pecados 2 en que vivían, pues seguían los criterios de este mundo y hacían la voluntad de aquel espíritu que domina en el aire y que anima a los que desobedecen a Dios. 3 De esa manera vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, siguiendo nuestros malos deseos y cumpliendo los caprichos de nuestra naturaleza pecadora y de nuestros pensamientos. A causa de eso, merecíamos con toda razón el terrible castigo de Dios, igual que los demás.
1 Jn 4:1-6 DHH Queridos hermanos, no crean ustedes a todos los que dicen estar inspirados por Dios, sino pónganlos a prueba, a ver si el espíritu que hay en ellos es de Dios o no. Porque el mundo está lleno de falsos profetas. 2
1 Jn 4:1-6 DHH Queridos hermanos, no crean ustedes a todos los que dicen estar inspirados por Dios, sino pónganlos a prueba, a ver si el espíritu que hay en ellos es de Dios o no. Porque el mundo está lleno de falsos profetas.
1 Jn 4:2-3 DHH 2 De esta manera pueden ustedes saber quién tiene el Espíritu de Dios: todo el que reconoce que Jesucristo vino como hombre verdadero, tiene el Espíritu de Dios. 3 El que no reconoce así a Jesús, no tiene el Espíritu de Dios; al contrario, tiene el espíritu del Anticristo. Ustedes han oído que ese espíritu ha de venir; pues bien, ya está en el mundo
1 Jn 4:2-3 DHH 2 De esta manera pueden ustedes saber quién tiene el Espíritu de Dios: todo el que reconoce que Jesucristo vino como hombre verdadero, tiene el Espíritu de Dios. 3 El que no reconoce así a Jesús, no tiene el Espíritu de Dios; al contrario, tiene el espíritu del Anticristo. Ustedes han oído que ese espíritu ha de venir; pues bien, ya está en el mundo.
1 Jn 4:3 DHH El que no reconoce así a Jesús, no tiene el Espíritu de Dios; al contrario, tiene el espíritu del Anticristo. Ustedes han oído que ese espíritu ha de venir; pues bien, ya está en el mundo. 4 Hijitos, ustedes son de Dios y han vencido a esos mentirosos, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. 5 Ellos son del mundo; por eso hablan de las cosas del mundo, y los que son del mundo los escuchan. 6 En cambio, nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha, pero el que no es de Dios no nos escucha. En esto, pues, podemos conocer quién tiene el espíritu de la verdad y quién tiene el espíritu del engaño.
1 Jn 4:4 DHH 4 Hijitos, ustedes son de Dios y han vencido a esos mentirosos, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.
1 Jn 4:5 DHH 5 Ellos son del mundo; por eso hablan de las cosas del mundo, y los que son del mundo los escuchan.
1 Jn 4:6 DHH 6 En cambio, nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha, pero el que no es de Dios no nos escucha. En esto, pues, podemos conocer quién tiene el espíritu de la verdad y quién tiene el espíritu del engaño.
1 Jn 4:5-6 DHH 5 Ellos son del mundo; por eso hablan de las cosas del mundo, y los que son del mundo los escuchan. 6 En cambio, nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha, pero el que no es de Dios no nos escucha. En esto, pues, podemos conocer quién tiene el espíritu de la verdad y quién tiene el espíritu del engaño.