Apuntes sobre la historia del arte en la Edad Media, tomados de la obra "Historia del arte" de E.H. Gombrich. Se comparten apuntes sobre los estilos arquitectónicos románico y gótico.
1. EL ARTE EN LA EDAD
MEDIA
Apuntes de la obra “Historia del Arte” de E. H.
Gombrich
2. Permanencia del arte clásico
El conocimiento de las antiguas producciones
del arte clásico no se perdió del todo. En la
corte de Carlomagno, quien se consideraba
sucesor de los emperadores romanos, la
tradición del arte romano fue afanosamente
revivida. La iglesia que Carlomagno mandó
construir en Aquisgrán alrededor del 800 es
una copia fiel de una que fue construida en
Rávena 3 siglos antes.
3. Permanencia del arte clásico
Ningún artista medieval del Occidente
europea habría comprendido por qué tenía
que crear nuevos modos de planear una
iglesia, dibujar un cáliz o representar escenas
de la historia sagrada cuando tan bien habían
servido a tal propósito los modos antiguos.
El artista medieval creaba obras que buscan
una similitud con las originales, de ahí que la
“innovación” no era lo primordial.
4. Permanencia del arte clásico
Los egipcios plasmaron lo que sabían que
existía; los griegos, lo que veían; los artistas
del medioevo aprendieron a expresar lo que
sentían.
No se puede hacer justicia a ninguna obra del
arte medieval sin tener presente este
propósito, pues esos artistas no se proponían
crear una imagen convincente de la
naturaleza o realizar obras bellas, sino que
deseaban comunicar a sus hermanos en la fe
el contenido y el mensaje de la historia
sagrada.
5. Permanencia del arte clásico
Para el artista medieval lo importante era
representar la escena y la conversación según
la obra original, sin reparar mucho en los
detalles tales como proporción, perspectiva,
etc.
No hay que suponer que el arte de este
período sirviera sólo a ideas religiosas.
Además de iglesias se construyeron castillos
y se contrataban a artistas. El arte religioso
era tratado con más respeto, y cuidado con
más esmero que las decoraciones de las
estancias privadas.
6. El arte en el siglo XIII
No es fácil imaginar lo que una iglesia
significaba para la gente en aquella época. La
iglesia era a menudo el único edificio de
piedra de los alrededores.
En Inglaterra los obispos los nobles
comenzaron a erigir abadías y monasterios.
El estilo en Inglaterra se conoce como
“normando” y en el continente como
“románico”.
7. El arte en el siglo XIII
El modelo arquitectónico se sustentaba en el
modelo “romano”. La planta era la misma: una
nave central que conducía a un ábside o coro
y dos o cuatro alas laterales. Algunos
arquitectos preferían la idea de construir
iglesias en forma de cruz y, así, agregaron lo
que recibe el nombre de crucero entre el coro
y la nave.
8. La iglesia militante
En las iglesias normandas y románicas
hallamos por lo general arcos semicirculares
que descansan sobre pilares macizos. La
impresión que generan estas iglesias es de
compacta solidez.
Los siglos XI y XII fueron de experimentos
para crear techos, pues los conocimientos de
arquitectura habían desaparecido. El
problema era cubrir la nave principal con una
bóveda.
9. La iglesia militante
Una primera solución fue construir sólidas
paredes y pilares que resistieran bóvedas
hechas de vigas.
Los normandos consideraban que para hacer
un techo ligero se requería de vigas sólidas y
cubrir la distancia con materiales más ligeros.
En Francia se comenzó a decorar con
esculturas las iglesias. Todo cuanto
perteneciera a la iglesia tenía su función
específica y debía responder a una idea
concreta relacionada con el adoctrinamiento
de la fe.
10. La iglesia militante
En la fachada de la iglesia de St-Trophime se
incrustó un pórtico, del siglo XII. Su forma
recuerda el principio del arco de triunfo
romano. Encima del dintel se muestra al Cristo
en gloria, rodeado de los símbolos de los 4
evangelistas.
En la parte baja del dintel vemos doce figuras
sentadas, los doce apóstoles, y podemos
distinguir, a la izquierda de Cristo, una hilera
de personajes desnudos y encadenados: son
los que han perdido sus almas y son
conducidos al infierno.
11. La iglesia militante
No debemos esperar que tales esculturas
parezcan tan naturales, ágiles y graciosas
como las obras clásicas. Son más intensas,
por su maciza solemnidad.
Cada detalle en el interior de la iglesia, era
cuidadosamente estudiado en relación con su
mensaje y su sentido.
12. La iglesia militante
La pila bautismal de una iglesia en Lieja, del
1113, nos proporciona otro ejemplo de la
intervención de los teólogos aconsejando a los
artistas. Es de bronce y tiene en la parte
central un relieve con el bautismo de Cristo,
tema el más adecuado para una pila
bautismal.
Hay que darnos cuenta de las posibilidades
que se abrían a los artistas tan pronto
descartaban toda ambición de representar las
cosas tales como las vemos.
13. La iglesia militante
Y lo mismo que con las formas sucede con los
colores. Dado que los artistas ya no se sentían
obligados a estudiar e imitar las gradaciones
reales de las manchas que aparecen en la
naturaleza, pudieron elegir libremente
cualquier color que les gustar para sus
ilustraciones. El oro brillante y los luminosos
azules de sus obras de orfebrería, los colores
intensos de sus libros iluminados, el rolo
encendido y los verdes profundos de sus
vidrieras muestran que esos maestros hicieron
buen uso de su independización de la
naturaleza.
14. La iglesia triunfante en el siglo
XIII
El arte en occidente no permaneció estático,
el románico apenas sobrevivió el siglo XII. En
el norte de Francia nació la innovación técnica
que dio origen al gótico, dejando al estilo
románico y normando como vulgares y
anticuados.
El gran cambio surgió cuando se inventó el
método de abovedar las iglesias por medio de
vigas cruzadas. No se necesitaban entonces
pesados muros de piedra; en su lugar podían
colocarse amplios ventanales.
15. La iglesia triunfante en el siglo
XIII
Además, los arcos redondos estilo románico
resultaron inadecuados para los fines de los
arquitectos góticos. Por ello se debió
descartar el arco semicircular y lograr que dos
segmento de arco se encuentren en un punto,
por ello los arcos apuntados.
Los arbotantes fueron la innovación que
ayudó a consolidar el estilo gótico en las
construcciones europeas por sobre las de
estilo románico o normando.
16. La iglesia triunfante en el siglo
XIII
Las grandes catedrales (cathedra: sede del
obispo) de finales del siglo XII y principios del
siglo XIII, fueron concebidas en tan atrevida
escala, que no todas se terminaron como
fueron planeadas.
Aún así, cuando uno entre en ellas sigue
siendo una experiencia inolvidables, donde
sus dimensiones empequeñecen la escala
humana a lo minúsculo. Esas iglesias más
antiguas, en su solidez y fuerza, pudieron
expresar algo de la Iglesia militante que
ofrecía protección contra los ataques del mal.
17. La iglesia triunfante en el siglo
XIII
Hasta cuando se miran de lejos, estas
construcciones maravillosas parecen
proclamar las glorias del cielo. La fachada de
Notre-Dame de París es, tal vez, la más
perfecta de todas ellas.
Tan diáfana y sin esfuerzo aparente es la
distribución de pórticos y ventanales, tan
flexible y gracioso el trazado de las galerías,
que nos olvidamos del peso de este monte de
piedra, pareciendo elevarse el conjunto de la
estructura ante nuestros ojos como un
espejismo.
18. La iglesia triunfante en el siglo
XIII
Después de 1000, muchas nuevas y
magníficas catedrales brotaron en Francia y
también en países vecinos, como Inglaterra,
España y las tierras germánicas del Rhin.
Muchos de los maestros empleados en los
nuevos lugares aprendieron su arte mientras
trabajaban en los primeros edificios de esta
clase, pero todos ellos trataron de incrementar
lo conseguido por sus mayores.
19. La iglesia triunfante en el siglo
XIII
En el siglo XIII, los artistas empezaban siendo
aprendices de un maestro, al que acudían
para instruirse y ocuparse de algunos
pormenores del cuadro poco importantes.
Aprendería a copiar y a adaptar de nuevo
escenas de viejos libros, encajándolas en
diferentes marcos, y acabaría finalmente por
adquirir bastante facilidad en todo esto como
para ser capaz de ilustrar una escena de la
que no conociera ningún patrón.
20. La iglesia triunfante en el siglo
XIII
No debemos olvidar que el escultor que se
proponía reproducir la naturaleza se daba una
tarea más fácil que la del pintor que se
propusiera la mismo.
El escultor no tenía que preocuparse de crear
una ilusión de profundidad por medio del
escorzo o de los juegos de la luz con la
sombra: la obra ejecutada por él se sitúa en
un espacio y luz reales.
21. La iglesia triunfante en el siglo
XIII
Fue el arte bizantino el que permitió que los
italianos saltasen la barrera que separaba la
escultura de la pintura. El arte bizantino había
conservado la mayoría de los descubrimientos
de los pintores helenísticos, que sobrevivieron
en la pintura-escritura de la edad de las
tinieblas en occidente.
Giotto demostró en sus murales que se podía
otorgar profundidad a la pintura, al igual que la
escultura. Ahí se redescubrió la dimensión.