1. ¿Qué es la literatura?
Como otros géneros artísticos, no es fácil definir la literatura. Cada
catedrático, filósofo, escritor, lector y hasta generación tiene su propia
definición de la misma. De hecho, son los escritores los que siempre quieren
desafiar los límites de la literatura.
En términos generales, la literatura puede ser un conjunto de obras
literarias de una nación, época o género, como por ejemplo la literatura
francesa o la literatura medieval, pero también puede referirse a una obra en
particular.
Entonces, ¿qué es una obra literaria? Uno de los rasgos que diferencia
una obra literaria de otros textos escritos, como un artículo periodístico o un
manual de usuario, es que las palabras no sólo sirven para comunicar sino
también para crear un efecto estético. Es decir, que la literatura es una obra de
arte, mientras que el manual del lavaplatos no lo es porque su único objetivo es
la comunicación.
Otra definición de la literatura que se acopla al concepto de literatura
como arte, viene de Roman Jakobson. Para el filósofo del formalismo ruso y
otros discípulos de esta corriente de crítica literaria, la literatura es "una
violencia organizada contra el habla cotidiana". Es decir, que el lenguaje se
hace extraño de diferentes maneras y el mundo cotidiano no aparece familiar.
El poeta chileno Vicente Huidobro llevó esta idea al extremo en su libro Altazor,
como podemos ver en estos versos de Canto VII: "Lalilá / Rimbibolam lam lam /
Uiaya zollonario / lalilá".
No obstante, varios escritores han incorporado lenguaje prosaico e
imágenes cotidianas en sus obras para explorar y difuminar más aún esa
barrera borrosa entre lo literario y lo pedestre. Por ejemplo, el poeta Manuel
Vázquez Montalbán emplea el leguaje de un anuncio para detergente en
"Poema publicitario", y Luis García Montero, por su parte, intercaló las
instrucciones de una azafata en su poema "Life vest under your seat". Pese a
la inclusión de lenguaje y elementos que no se asocian tradicionalmente con la
literatura, su uso tiene un fin artístico dado que sirve para crear un efecto
estético.
2. Más allá de las intenciones del autor, últimamente se cree que lo que
determina si un texto es literatura es la recepción del público. Sólo porque un
autor se propone escribir un texto literario no asegura que vaya a lograr dicha
meta. Por el contrario, hay obras que no se escribieron con una intención
artística, sino quizá para entretener o enseñar, pero que hoy figuran en el
canon porque el público les ha atribuido valor literario.
Lo que se considera literatura también varía según la generación. Hay
muchas obras que no fueron consideradas literarias por sus primeros lectores.
Por ejemplo, El Quijote tuvo éxito inmediato como novela entretenida y satírica
pero no se descubrió su valor literario hasta mucho después. Las primeras
ediciones críticas de la obra no se difundieron hasta durante la Ilustración y no
fue hasta el Romanticismo que los críticos le dieron una lectura más profunda y
reinvindicaron su valor simbólico. Otras obras caen en el olvido y, si tienen
suerte, en algún siglo futuro, son rescatadas, pues los gustos del público son
cambiantes y por lo tanto también lo son los parámetros de la literatura.
Crystal Harlan