El documento describe la importancia de estructurar una videoconferencia vinculándola a una unidad curricular o asignatura a través de objetivos, contenidos, recursos, actividades y evaluación. También enfatiza la necesidad de analizar la audiencia y de que el facilitador esté capacitado para impartir la clase de manera didáctica a través de la cámara, además de planificar anticipadamente posibles contingencias.