1. Déficit Atencional en la Enseñanza Básica.
Alex Álvarez, Pamela Araya, Javier Contreras, Alexis Gallegos, Nataly Torres.
Pedagogía en Educación General Básica
Resumen
Sin duda, no basta solamente con tener los conocimientos específicos de lo
que se debe enseñar, sino, hay que ir un paso más adelante y ser formadores
integrales, donde los estudiantes sean un actor protagónico en el proceso de
aprendizaje, tanto en su desarrollo intelectual, como emocional. Permitiéndoles
desarrollar sus aptitudes y capacidades de manera óptima; Poder detectar los
sentimientos que motivan a los niños en su forma de ver la vida y su cometido de
actuar y entregar las soluciones más adecuadas a cada problemática. Es la labor
más importante que deben velar los profesores, debido a que muchas veces no se
saben las dificultades que pueden estar enfrentando en su vida diaria. Si sus
necesidades básicas son suplidas, enfermedades, situaciones depresivas,
angustia, maltrato de sus compañeros o bien les exigimos a los niños que se
mantengan concentrados y atentos a cada vez más a largas jornadas escolares
que por otra parte transmiten conocimientos más alejados de sus propios
intereses, siendo un monólogo de ello al no permitir que el estudiante se desarrolle
de manera significativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Estos puntos son los que hacen pronosticar a un niño que posea Déficit
Atencional, al no observar el problema en profundidad, discriminados por su
entorno o fichándolos como portadores de alguna enfermedad. Tenemos la
certeza que entre más conocimientos y estrategias adquiera el profesional puede
tomar mejores decisiones y potenciar diferentes aptitudes en los estudiantes.
Palabras claves: Trastorno; Déficit; Comportamiento.
2. Antecedentes
Los primeros datos de Déficit Atencional aparecieron hacia la segunda mitad del
siglo XIX. El médico inglés Still fue quien describió las características del síndrome
en 1902. Señaló como correlato de esta capacidad internalizar reglas, problemas
atencionales, mentira, robo, aparente reducción de la sensibilidad del castigo,
inmadurez, labialidad.
En 1947 Alfred Strauss con Luara Lehtinen escribieron el libro "Psychopathology
and Education of the Brain-Injured Child", en éste se mostraba a los niños que
eran catalogados como “anormales” por su comportamiento distraído e inquieto,
ambos autores concluyeron que existía una lesión cerebral exógena que era la
causante del daño.
Algunas características de estos niños son:
- emocionalmente inestables
- con dificultades de percepción
- impulsivos
- distraídos y repetitivos.
De aquí surgió el “Síndrome de Strauss”, para poder corregir dicho síndrome,
(Strauss y Lehtinen, 1947) implementaron una nueva técnica de aprendizaje
alejada del método tradicional, esta consistía en generar un ambiente especial
disminuyendo los estímulos que incidían sobre el niño. Las paredes estaban
limpias, las ventanas cubiertas con cortinas, incluso los materiales empleados se
apartaban, utilizando solo papel y lápiz. El niño solía trabajar en un sector
protegido por biombos que le aislaba de la vista y sonido de otros. Esta ambigua
técnica nos parece que está centrada en el ambiente que rodea al niño, lo externo,
no en el niño en sí, y su problema neurológico, porque lo más probable es que
aunque este alejado de sus pares, cosa que nos parece inapropiado, igual se
distraerá dibujando cosas que no son del aprendizaje o distrayéndose mirando
como es el lápiz, la textura de las hojas, etc.
3. Varios autores han tratado de dar un nombre al trastorno, como por ejemplo
Clementen, 1966 "disfunción cerebral mínima" y Russell, 1993 "Déficit biológico
en la persistencia del esfuerzo, la inhibición y la motivación". Otros términos para
referirse a estos niños son, "trastorno impulsivo hipercinético", "síndrome del niño
con lesión cerebral". Según lo que menciona Cortez: “Alteración del desarrollo
caracterizada por la falta de concentración, impulsividad e hiperactividad, asociada
a problemas de aprendizaje y anomalías conductuales “
Luego, se realizaron exámenes y se encontró que algunos niños que presentaban
estas características no tenían lesiones en el cerebro, fue entonces cuando la
investigación cambia de estudios sobre el nivel de actividad a investigar acerca de
la naturaleza de la atención, sus clases y que tipos podrían estar relacionados con
el trastorno.
Por lo tanto al trastorno se le dio otro nombre, "trastorno por déficit de atención
con o sin hiperactividad". Según avanzaba la investigación, se vio con más
claridad que la hiperactividad y la impulsividad de estos niños y niñas estaban muy
relacionadas, sugiriendo que formaban un único problema, es decir, un pobre
control de la inhibición.
Siendo así acordamos que la mejor definición del trastorno es que el Déficit
Atencional es un trastorno del desarrollo neurológico infantil característico en
niños de 5 a 14 años, estos presentan un corto periodo de atención, generalmente
asociado a impulsividad e hiperactividad.
Según Stewart y otros (1970) La hiperactividad que incluye energía desusada y
agitación continua y la capacidad de distracción que incluye limitada atención,
trabajo y proyectos nunca terminados puede determinarse si cumple el niño o niña
observado con más de seis de las siguientes especificaciones:
- Cambia de sitio con frecuencia, se balancea, etc.
- Se sube a los tejados, etc.
- Salta sobre los pupitres.
4. - Se mete entre los trastos.
- No piensa en el peligro.
- Se escapa.
- Exige constantemente.
- Se contraría fácilmente.
- Impaciente.
- No aceptara la corrección
- Rabietas.
- Peleas frecuentes.
- Importuno y fastidioso.
- Destructivo.
- Desobediente.
En este trastorno existen influencias como:
Influencias Biológicas
Influencias Físicas y ambientales
Influencias Psicosociales.
Estas están subdivididas en:
Influencias Biológicas Genética
Neurotransmisores y Neuroanatomías
Signos de Neuromadurismo
Factores Congénitos y estrés perinatal.
5. Influencias Físicas Plomo ambiental
Alimentación (aditivos, colorantes, azúcares)
Estas influencias pueden incidir en el comportamiento del niño, en su capacidad
de aprender y retener el conocimiento como también en su relación con el entorno,
ya sea su familia, la escuela, y sociedad.
En la actualidad se ha descubierto nuevas técnicas de evaluación de este tipo de
trastorno. Una de estas es la de Toomim y Marsh, 1999; Toomim, 2002. Estos
implementaron la técnica Hemoencefalografía (HEG), que es el estudio de flujo de
sangre voluntariamente controlado y oxigenación en partes cerebrales
expresamente escogidas. Por lo tanto, cambios fisiológicos del cerebro en
activación. Esta técnica, fue validada en un estudio instruccional sobre el control
voluntario del flujo sanguíneo cerebral realizado por Yoo y Jolez (2002). Se usaron
estudiantes universitarios voluntarios como participantes, mostrando la mejora de
determinadas áreas del cerebro.
Concluimos que el niño con TDA, necesita de la atención del docente ya que al
trasladar el síndrome al tema educacional, es asociado directamente a la baja de
rendimiento en el aprendizaje. Nosotros como opinión grupal debemos tener claro
los síntomas y las características de este trastorno, para así como futuros
docentes crear conciencia del tema y poner énfasis en la capacitación de la
formación educacional de los profesores.
6. Referencias
Rodríguez, C.; González-Castro P.; Álvarez, L.; Núñez, J.; González Pienda
Julio A.; Álvarez, D.; Bernardo, A.; Cerezo, R. (2011) Nuevas técnicas de
evaluación en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
España: Editorial CENFINT, vol. 4, núm. 1, pp. 63-73.
Herrera, G. (2005) Reflexiones sobre el déficit atencional con hiperactividad
(TDAH) y sus implicancias educativas horizontes educacionales. Chillán,
Chile. Universidad del Bío Bío, pp. 51-56.
Sandoval, A.; Acosta N.; Crovetto F.; León M. (2009). Enfrentamiento
terapéutico del trastorno por déficit atencional en una población infantil
escolar perteneciente a la Región Metropolitana de Chile, 47(1): pp. 34-42.
Bakker, L.; Rubiales, J. (2010) Interacción de factores genéticos y
ambientales en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Universidad de la Frontera Temuco, Chile, vol. 5, núm. 3, pp. 227-237.
Cortés, F. (1998). Bases genéticas en el síndrome de déficit atencional.
Santiago: Editorial Universitaria.