RESULTADOS DE LA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA 2024 - ACTUALIZADA.pptx
El terror, el crepúsculo de la razón
1. EL TERROR, EL CREPÚSCULO DE LA RAZÓN.
Por: Julio Ernesto Díaz Torres. “El sentimiento o sensación de terror parece
consustancial al hombre, algo unido a su
condición o naturaleza animal. Desde
siempre el hombre se ha asustado.”
Juan y Constantino Bértolo Cadenas.
En muchas ocasiones, tratar las temáticas del miedo, el temor o el terror, suele resultar
un caminar introspectivo no apto para cardiacos. Tratar de los temores adecuadamente,
es solo apto para personas que lo han sentido en toda su esencia, y por lo tanto, para el
ser humano esto es fácil; sin embargo, los que reviven los recuerdos despiertos por el
miedo mismo, quedan inevitablemente invadidos de esta sensación. Estos temas que
son una temática fuerte y casi difícil de expresar, es permisible en seres capaces de
una frialdad, en seres con un “don”. Si se quiere explicar quién es capaz de tratar el
miedo con ese “don”, encontramos al artista, capaz de sentir el miedo, y que con su
técnica, es capaz de hacerlo sentir a un expectante. La Novela de Terror, vista como
subgénero dentro de la narrativa, es el campo que a través del lenguaje se puede
cultivar las profundas semillas del miedo y hacerlas florecer en pétalos negros, y donde
Edgar Allan Poe hace de las suyas.
Para demostrar esto, se tomará un artista muy reconocido en este género, en el cual
Poe es el mejor candidato, y que a través de una de sus más “humildes” obras, como el
cuento de “La Máscara de la Muerte Roja”, se podrán detectar las partículas terroríficas
de su alma artista, allí implícitas. Para ello, se tendrá un enfoque específico que busque
el origen, causas o efectos del terror en los personajes del texto, junto a algunas
definiciones que concreticen las facciones de ese rincón obscuro, capaz de atemorizar
la humanidad.
Para tal fin, este texto se acentúa entre las narraciones extraordinarias de E. A. Poe,
como uno de sus cuentos cortos, tomado aquí como buen ejemplo. Este escrito, es la
viva encarnación de un lenguaje lleno de sensaciones temoríficas, donde cada palabra
medida y sopesada tiene efecto, y donde se siente “el verbo o el acento órfico, pítico,
misterioso de un lenguaje ultraterrenal, para el cual nuestros sentidos tienen apenas un
presentir asustado, en tanto que el espíritu no alcanza a comprender.”1
Antes que nada, se debe tener una familiarización con los términos claves tales como
Temor, Miedo y Terror, referenciados con un concepto concreto. Sin embargo, se debe
reconocer que estos tres elementos, sin importar sus características, son parte interior
del ser humano, y que “…nunca procede del exterior. Está en nosotros mismos”2. Esto
sería un porqué para algo que naturalmente no tiene explicación lógica, por sus
sentidos irracionales; pero aún así, es algo común en todo ser humano por ser
1
ZWEIG, Stefan, La lucha contra el demonio. Holderlin, Kleist, Nietzsche, Buenos Aires, Ed. Leviatán, pp.248-254.
2
BÉRTOLO Cadenas, Juan y Constantino. Preliminar, Introducción a la Novela de Intriga. Tomado de: POE, Edgar
Allan, El Gato negro. Colombia, Edit. Andes Ltda., 1993. (p. 7).
3. Volviendo a la concreción de términos, y mencionando anteriormente el terror, la vemos
aquí como cosa contraria al Miedo. Sucede con el Terror, que este no tiene repelencia
obsesiva en una fobia específica, ya que aquí se alteran las estructuras mentales y la
lógica, todo porque que la psiquis no reconoce el objeto causante. Sus síntomas son
shocks o parálisis corporal, por existir un caos nervioso central. Esto es muy común con
las sorpresas demoniacas o sobrenaturales, tal como la aparición de la “Muerte roja”.
Es por ello, que el temor aquí fundado en el inconsciente, surge como reacción que no
afecta la fisionomía, si no el psiquismo en general. Es aquí, donde el sujeto no tiene
pensamientos, ni siquiera deseos mismos que justifique su temor o sus síntomas. Solo
queda gritar, llorar, o implorar piedad.
En concreción, notamos aquí cómo los sujetos, los que dan vida a estos sentimientos
irracionales e intrigantes, son la esencia fundamental de sus relatos. Poe, uno de los
escritores más famosos de la novela de terror, “no solo muestra cómo lo terrorífico
asusta, pero a la vez atrae; es por eso que el hombre ha buscado plasmar
artísticamente su peculiar relación repulsión/atracción… permitiendo el reconocimiento,
concreción y dominio del miedo existente en los intersticios del hombre.”4.
De acuerdo con lo anterior, los escritos de Poe pueden ser toda una catarsis de su
malignidad, de unos deseos mortíferos de causar terror, y de saciar una pulsión de
muerte. Su toque, como en este texto, utiliza en primera medida (en palabras de los
hermanos Bértolo Cadenas), un Terror oblicuo o intelectual que provoca miedo al
lector a partir de ambientes discretos, donde ambienta el aura temorífica, donde la
sensación del mal y de lo siniestro se siente acercarse. Esto es visto cuando “El
séptimo aposento aparecía completamente cubierto de colgaduras de terciopelo negro,
que abarcaban el techo y la paredes, cayendo en pliegues sobre una alfombra del
mismo material y tonalidad. Pero en esta cámara el color de las ventanas no
correspondía a la decoración. Los cristales eran escarlata, tenían un color de sangre.”5
Más adelante, para difuminar el miedo, los sentidos acentúan sentir el temor en sus
palabras. Sencillamente con ser leídos en este fragmento, podremos ver como lo
anterior se cumple, y donde las explicaciones sobran: “… un gigantesco reloj de ébano.
Su péndulo se balanceaba con un resonar sordo, pesado, monótono; y cuando el
minutero había completado su circuito y la hora iba a sonar, de las entrañas de bronce
del mecanismo nacía un tañido claro y resonante, lleno de música; mas su tono y su
énfasis eran tales que, a cada hora, los músicos de la orquesta se veían obligados a
interrumpir momentáneamente su ejecución para escuchar el sonido, y las parejas
danzantes cesaban por fuerza sus evoluciones; durante un momento, en aquella alegre
sociedad reinaba el desconcierto; y, mientras aún resonaban los tañidos del reloj, era
posible observar que los más atolondrados palidecían y los de más edad y reflexión se
pasaban la mano por la frente, como si se entregaran a una confusa meditación o a un
ensueño. Pero apenas los ecos cesaban del todo, livianas risas nacían en la asamblea;
los músicos se miraban entre sí, como sonriendo de su insensata nerviosidad, mientras
4
VANEGAS, Orfa Kelita. Edgar poe, [En línea: Internet Explorer] http://www.slideshare.net/Keliteratura/edgar-poe,
Diapositiva 7 - 8. [Citado el 09 de Junio de 2010 / 12:34 M].
5
POE, Edgar Allan. El gato negro y otros cuentos. Bogotá – Colombia, Editorial Norma, 2004 (página 45).
4. se prometían en voz baja que el siguiente tañido del reloj no provocaría en ellos una
emoción semejante. Mas, al cabo de sesenta y tres mil seiscientos segundos del
Tiempo que huye, el reloj daba otra vez la hora, y otra vez nacían el desconcierto, el
temblor y la meditación.”6
Del mismo modo, retomando los tipos de terror de los hermanos Bértolo C., Poe en el
mismo texto llega al clímax temorífico, dándole vida al Terror frontal o emocional,
cuya trama se llena seres u objetos sobrenaturales. “Oyóse un agudo grito, mientras el
puñal caía resplandeciente sobre la negra alfombra, y el príncipe Próspero se
desplomaba muerto. Poseídos por el terrible coraje de la desesperación, numerosas
máscaras se lanzaron al aposento negro; pero, al apoderarse del desconocido, cuya
alta figura permanecía erecta e inmóvil a la sombra del reloj de ébano, retrocedieron
con inexpresable horror al descubrir que el sudario y la máscara cadavérica que con
tanta rudeza habían aferrado no contenían ninguna figura tangible. Y entonces
reconocieron la presencia de la Muerte Roja.”7 Aquí la reencarnación de la muerte,
dotada de miedo y causante de sensaciones negras, es el elemento clave capaz de
suprimir la razón y la lógica de los personajes, donde su único destino es la muerte -el
mayor terror de la humanidad-. Se tiene que haber sentido esta sensación antes, para
saber qué sintieron los personajes en su historia, y Poe, lo dice en sus textos.
Insistiendo en el talento de este magnífico artista de la palabra, cada versión de la
muerte tiene un estruendoso, pero sutil y armonioso final, donde se asegura que la
victoria del mal esté cumplida, y dance entre los cadáveres que ha cobrado. Es la
manera donde no solo se descansa de estar invadido de tantas sensaciones
terroríficas, si no que hace que los personajes descansen en paz: “Y la vida del reloj de
ébano se apagó con la del último de aquellos alegres seres. Y las llamas de los trípodes
expiraron. Y las tinieblas, y la corrupción, y la Muerte Roja lo dominaron todo.”8
La capacidad artística de Poe, es digna de ser reconocida de gran talento, ya que allí
están provistos todos los fenómenos del mal que enferman la condición humana, con
capacidad de tratarlos adecuadamente. Es preciso puntualizar que la literatura nunca
crea miedo, si no que lo descubre y lo delata. Por ello, el lector aparte de encontrarse
un objeto estético, puede encontrarse consigo mismo, todo a partir de una inspiración
reveladora.
Para concluir, podemos decir que el talento creador de este ingenioso inglés, para tratar
estos temas “fríos” con sencillez y lucidez en su lenguaje, hace parecer que su
inspiración fuera una revelación, como si él fuera “un porta voz de imperativos del más
allá”9. Se afirma entonces, como si fuese dicho en palabras de Zweig, que la inspiración
de Edgar Allan Poe se manifiesta como una voz demoniaca, llena de palabras
sanguinarias y palpables que plasma en sus textos, y todo, como producto de una
caosidad creadora, una tormenta hecha existencia, solo posible por Mefistófeles.
6
Óp. cit, pp. 46-47.
7
Óp. cit, pp. 53.
8
POE, Edgar Allan. El gato negro y otros cuentos. Bogotá – Colombia, Editorial Norma, 2004 (página 54).
9
ZWEIG, Stefan, La lucha contra el demonio. Holderlin, Kleist, Nietzsche, Buenos Aires, Ed. Leviatán, pp.248-254.