34. Diario La Nación Martes 10 de Marzo de 2009 Los chilenos que no le temían a volar Hace 95 años un hombre subió a su avión y lo manejó hasta desaparecer por los cielos. Hoy, el teniente Bello es rescatado en el Museo de Bellas Artes y trae a la luz a dos próceres de la aventura chilena. En sus nombres se conmemora desde ayer el Día de la Aventura. "Lo bonito del teniente Bello, de este pelotudo que todos somos un poco, es recuperar la aventura y la capacidad de atreverse. Si te equivocaste, te equivocaste nomás". Así explica entusiastamente el artista Iván Godoy el espíritu que rodea el Día de la Aventura, el "Bellodía" como le llaman ellos al realizarse en honor al teniente. Esta es la cuarta etapa del proyecto "Bitácora perdida del teniente Alejandro Bello Silva". Godoy, junto a Yanko Rosenmann, desarrollaron anteriormente un mediometraje documental, el lanzamiento del libro que reúne una antología visual y literaria y la exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) bajo el concepto de "Más perdido que el teniente Bello". Pero este año también se conmemora otro hecho importante para la memoria chilena: los 100 años desde que el primer chileno voló un avión. Emilio Edwards Bello voló en la primera reunión de aviación mundial de Reims, Francia, en 1909, luego de haberse subido no más de cuatro veces a un avión. El joven de veinte años compró un avión y viajó de Francia a Alemania. Tuvo un accidente de vuelo por lo que cayó en Berlín y el mismo Kayser de Alemania envió a su médico personal para que lo curara. Según cuenta su nieto Emilio Edwards Bello, el piloto sufrió una herida en la cara y el médico del líder alemán le sugirió que "se hiciera el tajo del duelista para que las bellas margaritas alemanas se volvieran locas".
35. A pesar de ser algo aceptado socialmente, Edwards no le hizo caso y continuó el viaje para luego caer en Hamburgo en la copa de un árbol. De pronto se enteró su familia y tuvo que volver a Chile y dejar de volar para siempre. "Recordar a personajes como Bello o Edwards es hacer justicia, porque Chile tiene a grandes personas que la gente no conoce. Especialmente en los días de hoy, días de farándula cada vez más alejados de la cultura. Edwards fue sumamente importante y en Chile se olvida (...) La memoria y la historia de Chile no se construyeron en los últimos treinta años y en este momento del bicentenario sería bueno que nos acordáramos de estas figuras", manifiesta su nieto. Para conmemorar a este pionero de la aviación se llevará a cabo en agosto la exposición Volaverunt, organizada por los mismos artistas, en el Museo Nacional de Bellas Artes. Para el director del museo, Milan Ivelic, estos proyectos encabezados por Rosenmann y Godoy "es equivalente a la aventura que desarrollan los artistas, porque nunca saben qué va a pasar con su obra. Entonces es un riesgo de ambos lados". Además, explicó que busca también el rescate del patrimonio y la reactivación del pasado y que ellos a la vez se arriesgaron con el proyecto, dando excelentes resultados. Los artistas además se encuentran rodando un documental sobre otro chileno escondido, se trata del constructor de aeronaves Luis Sánchez Besa, quien construyó el aeroplano que vuela Bello el día de su desaparición. Según Godoy, hechos de sangre gatillan su salida de Chile hacia Europa y finalmente lo hacen tener una empresa que construyó más de tres mil aviones. La primera parte ya está grabada y para la segunda planean un viaje a Europa entre mayo y junio.