El documento discute lo que significa ser un profesional. Señala que tradicionalmente ser profesional se asociaba con el poder adquisitivo y estatus, en lugar de la vocación y felicidad. También sugiere que los sistemas educativos y las presiones de los padres a menudo desvían a las personas de estudiar lo que realmente les apasiona. Finalmente, argumenta que para ser un buen profesional, especialmente en campos como la fonoaudiología que implican terapia con otras personas, es fundamental tener una auténtica vocación de ay
1. Ser profesional
Todos alguna vez hemos recibido el consejo de algún adulto sobre qué hacer con nuestras vidas,
una vez ya resuelto este enigma, nos enfrentamos a la interrogante de cómo vivir con nuestra vida
profesional, y generalmente las personas que resuelven esta interrogante, viven solo aplicando los
conocimientos adquiridos de sus respectivos centros de formación académica, dejando a un lado el
trato a las personas, su vocación y su felicidad interna.
Hoy en día el enfoque del ser profesional no es el "adecuado", ya que ser profesional es, muchas
veces, sinónimo de poder adquisitivo, optar a un "mejor futuro" o un estatus más “elevado”. Cuando
pequeños no tenemos miedo a decir: “ yo seré profesor, seré un veterinario, un médico”, pero
cuando crecemos el discurso cambia, y este es: “me metí en esta carrera por el sueldo que obtendré
en el futuro”; podríamos atribuirle esto a el sistema, quien solo quiere personas que puedan cubrir
las necesidades de la nación, sin importar como traten a la nación, o a nuestro propio hogar en el
cual nos decían “ estudia medicina o derecho” porque así ganaras mucho plata y serás alguien en la
vida” también podemos atribuirle a que muchos padres no le pagaran la carrera a sus hijos sino
estudian lo que ellos quieren. Quizás por seguir en ello nos desviamos del camino y terminamos
perdiendo nuestra vocación, nuestro sentido de hacer lo que realmente queremos, nuestra alegría y
comunicación real con las personas
Un profesional debería ser alguien dedicado en todo sentido a su carrera y con todas las atribuciones
para llevarla acabo de la mejor manera, ósea, tener vocación para el trabajo, tener en cuenta que
más que solo un trabajo, es nuestro modo de vida; tener la capacidad, el valor para decir y hacer lo
que yo considere como mi mejor opción y no como la mejor opción de los demás para mí, y no
tener miedo a equivocarme en la decisión que tomo y tratar de enmendarla para así dedicarme a lo
que me guste. Además, por mucho que sea bueno un “profesional” no es realmente uno, sino es
capaz de poner toda su atención en el otro y tratarlo como una persona.
Hoy en día prima mucho más el valor de poder tener una buena vida (darse lujos) estudiando
carreras con buenos ingresos y alta empleabilidad, en vez de estudiar algo que te "apasiona"
Si para concluir la instancia de reflexión, hacemos referencia al “Ser profesional Fonoaudiólogo”,
es importante señalar que al ser ésta una carrera con una gran implicación social, es de gran
relevancia construirse como profesionales lo más vocacionales posibles, ya que, en carreras de ésta
índole donde se realizan terapias con otras personas, alguien que carece de la vocación necesaria
para ayudar y escuchar, será simplemente rodeado por el tedio y se convertirá en un mal
profesional.