Este documento discute la necesidad de incorporar trabajadores sociales en cada centro de salud del primer nivel de atención para permitir un enfoque interdisciplinario e integral de la salud. Actualmente, los pocos trabajadores sociales que hay están distribuidos en múltiples centros o en hospitales, sobrecargando esos servicios y no permitiendo abordar problemas sociales en el territorio. Se propone garantizar que cada centro de salud cuente con al menos un trabajador social para mejorar el acceso a la salud desde una perspectiva de derechos.
Trabajo social en la emergencia serv penitenciario
Documento TS y Salud 2013
1. “El desafío estará en pasar de este campo de certezas, de regularidades más o menos
seguras, al campo de la imprevisibilidad radical de la vida cotidiana. Situación y estructura. El
saber seguro y preso de las estructuras, o lo imprevisible caótico de las situaciones siempre
diferentes. ¿Cómo realizar este trayecto con seguridad? Una primera respuesta: el
reconocimiento explícito de los límites de cualquier saber estructurado ya constituye una primera
solución pues obligará a todos los especialistas a reconsiderar sus saberes cuando se encuentre
delante de cualquier caso concreto. Siempre” Sousa Campos (1996-1997)
El Trabajo Social es una profesión del campo de las Ciencias Sociales que
interviene en la realidad a la que concibe como una construcción histórica, social,
compleja, heterogénea, dinámica, contradictoria, en permanente transformación.
El Trabajo Social “…construye su intervención a partir de una comprensión social
compleja, es decir perfila su hacer desde un particular modo de ver”. (MATUS,
Teresa).
El sujeto de esta realidad, es considerado como un ser particular, social, histórico,
crítico y participativo, ubicado en un tiempo y espacio determinados, portador de
necesidades que lo motivan para la acción. Necesidad pensada no sólo como la
mera búsqueda de satisfacción para la subsistencia, sino como la suma de
potencialidades que permiten construir un proyecto de vida y sociedad.
La Salud es entendida como un derecho que, como manifiesta Rovere, no sólo se
“defiende” sino que “se construye, se conquista con otros sujetos”1
. Por lo tanto, la
consideramos un bien social, que promueve “la capacidad de luchar contra las
condiciones que limitan la vida”. Tomando como referencia a Torres Goitía, que
plantea un claro distanciamiento entre una ciencia biomédica, que sustenta la
salud pública como “enfermología” (Edmungo Granda) y la medicina social,
decimos que “los conceptos sociomédicos reconocen que toda enfermedad tiene
su propia etiología, que lejos de actuar por efecto del azar, está determinada por
causas predisponentes y condicionantes que derivan de cambios sociales,
culturales o económicos. De este modo la enfermedad resulta ser la expresión de
la calidad de vida y se reconoce como producto social y no meramente biológico.
Así el proceso de salud – enfermedad interactúa dialécticamente con el proceso
1
Rovere Mario. (2006). “Redes en salud, los grupos, las instituciones, la comunidad”. El Ágora. Rosario.
Argentina.
2. económico social sobre el cual influye a tiempo de ser también influido por él”.2
Se
asocia la salud con la construcción de ciudadanía y no solamente con servicios
asistenciales. La medicina social, como la definiera Ramón Carrillo, aborda la
salud desde una mirada integral, haciendo eje en la prevención y promoción,
reconociendo no solo enfermedades. Cuando hablamos de salud referimos a
ampliación de calidad de vida y desarrollo humano sustentable.
La Política Pública en Salud de nuestra provincia, fundamentada sobre la
Estrategia para la Atención Primaria de la Salud, legitima grandes líneas
inclaudicables para su construcción cotidiana. Considera a la salud como un
derecho y por lo tanto una responsabilidad indelegable del Estado. Los principios
que ratifica son: gratuidad, universalidad, equidad, integralidad, participación
comunitaria, resolución clínica de los problemas respetando la dignidad humana.
(Véase artículo 3 del Proyecto de Ley de Salud Pública de la Provincia).
Presenta como herramientas para su efectivización la territorialidad, la
interdisciplina, la articulación interinstitucional y el trabajo en red, los cuales
orientan el accionar como modos alternativos posibles de abordar problemáticas
de salud complejas.
Frente a este escenario y en defensa de que estos principios se hagan efectivos
fue necesario que emerjan nuevos actores, nuevas formas de participación social,
nuevas formas de asistencia y promoción comunitarias, pues se requiere de un
contexto donde la tendencia sean la integración, el trabajo en red, territorial e
interdisciplinario.
La “clínica ampliada” como nueva mirada en el hacer, propone, según Kars, la
ampliación del objeto del saber y de la intervención de la clínica. Pretende no sólo
2
Torres Goitía Javier. “Desarrollo y salud: historia de la medicina social y de la atención primaria de
salud”. Cap. 5. Universidad Andina de Bolívar. Bolivia. Pág. 189-190.
3. tener en cuenta el problema que sufre determinado sujeto, sino también incluir a
ese sujeto concreto, social y subjetivamente constituido, en su contexto, como
objeto de estudio y de las prácticas de la clínica. La “clínica ampliada” se
constituye en una herramienta teórica que permite pensar las políticas y las
prácticas en salud desde un lugar alternativo a posturas hegemónicas que
conciben los problemas en salud desde la especialización y generar propuestas
concretas de prácticas diferentes. Intenta combinar especialización con
interdisciplinariedad, proyecto terapéutico con vínculo. Permite pensar en la
singularidad del caso abandonando las certezas e instando a la toma de
decisiones que impliquen riesgos, reconociendo los límites de cada saber. Se trata
de la necesidad de poner en juego todas las herramientas que se hallan al
alcance, con el objetivo de acceder a la singularidad del otro, individuo, grupo o
institución. Con lo que el proceso iría entonces de la heterogeneidad a la
heterogeneidad, sin referencia a ningún uno absoluto. Aquí radica la importancia
del trabajo en equipo, de la interdisciplina activa que nos permita el acceso a la
singularidad del otro, a su diferencia. Propone la cura, como “cuidado del otro”. La
clínica ampliada nos permite producir una ruptura con la especialización y con la
fragmentación disciplinar instaladas fuertemente en las políticas de salud
neoliberales.
La “cura-cuidado” que puede encarnarse en la relación con un enfermo orgánico,
con alguien con problemas psíquicos, con un sujeto en proceso de aprendizaje,
con dificultades en el lenguaje, con dificultades económicas y consecuentemente
de desarrollo, personal y social, con alguien que pretende redefinir sus referencias
culturales, con quien debe resolver el problema de su hábitat, etc.
Desde esta perspectiva, sostenemos que es primordial la conformación de
equipos interdisciplinarios capaces de interpretar e intervenir en un diálogo de
saberes desde las dimensiones sociales, biológicas y psicológicas que superen el
modelo hegemónico caracterizado por fragmentar el sujeto y su contexto. Los/las
profesionales trabajadores/ras sociales estamos formados para poder “leer” e
4. intervenir con otros, sobre las manifestaciones de la cuestión social *3
, que
determinan las condiciones materiales de existencia de los sujetos y la
reproducción cotidiana de la vida. Hablar de producción y reproducción de la vida
social no se remite a la dimensión económica de reproducción, sino también a la
de las relaciones sociales. (Ver Documento sobre Incumbencias Profesionales en
anexo).
El objeto de la profesión es la cuestión social pero más concretamente sus
manifestaciones que son las que generan la necesidad de la acción profesional. Al
respecto, Margarita Rozas señala que no trabajamos con la realidad sino en la
realidad desde la demanda de dilucidar los procesos que la conforman.
Por todo lo antes dicho, en concordancia con la política pública en salud de
nuestra provincia y, a partir de analizar la complejización de los problemas de
salud que a diario nos interpelan en búsqueda de su resolución, es que
sostenemos la necesidad (demanda sentida de los equipos de salud y la
comunidad) de un TS en cada centro de salud.
La territorialización emerge de la mano de la construcción de redes de
servicios de salud, a partir de un nuevo modelo de atención que traslada el eje
desde la estructura física de un establecimiento determinado (consultorio,
hospital), a los actos clínicos entregados por un conjunto de establecimientos
públicos o equipos de profesionales de la salud.
En un trabajo en red existe una conexión personal. Se conectan personas e
instituciones. Red es un concepto vincular, por esto según el pensamiento de
Mario Rovere (2006), “redes es el lenguaje de los vínculos”. Al dispositivo redes se
lo entiende como un modelo organizacional que asume la heterogeneidad
geográfica y cultural y que tiene capacidad de dar respuestas flexibles a
necesidades diversas de la población.
*
3 Cuestión social: los conflictos que se generan en la relación capital-trabajo y sus manifestaciones en las
desigualdades y en las resistencias (Margarita Rozas).
5. Los distintos componentes de la red deben articularse coherentemente de modo
de asegurar la diversidad e intensidad de las atenciones requeridas por el sujeto y
su familia y la continuidad en los cuidados; la existencia de distintos niveles de
resolución, y el acceso a medidas de promoción y de protección de la salud.
La organización estratégica de la atención por niveles, donde la tecnología para la
atención y diagnóstico va creciendo en complejidad, ha demostrado que el primer
nivel de atención de la salud (en el marco de la Atención Primaria) puede resolver
un ochenta por ciento de los problemas de la población, abordándolos en forma
interdisciplinaria, dentro de la perspectiva familiar y social.
La cultura “hospitalocéntrica” y la asignación de recursos al segundo y tercer nivel
de atención, sin la priorización de la asignación de recurso humano formado
disciplinariamente y capacitado para el trabajo en equipo en el primer nivel, lleva
a que los efectores de agudos y/o especializados se vean sobrecargados en su
quehacer, atendiendo las situaciones que deberían abordarse en el territorio.
De esta forma, la incorporación de recurso humano de formación profesional de
las Ciencias Sociales (en este caso referimos a los Trabajadores Sociales), en el
primer nivel de atención de salud, posibilitaría la adecuación de la lógica discursiva
que impera en la política de Estado con las prestaciones de salud; considerando
en ellas la complejidad de los problemas que la ciudadanía presenta, permitiendo
que los hospitales (los Servicios Sociales) abordaran la atención de pacientes que
requieran prestaciones de un mayor nivel de complejidad; asegurando el acceso a
la atención compleja (y por niveles de atención) para todas/os las/os
ciudadanas/os.
Habiendo plasmado la concepción de salud, la perspectiva de la política pública en
el área, los principios rectores de la misma y la importancia de la
multidisciplinariedad y el trabajo en equipo y el lugar que ocupa el trabajador social
en éste, solicitamos que se arbitren los medios necesarios para:
6. Que las/los TS que actualmente están
ejerciendo en dos, tres o más centros de salud con el mismo cargo,
desempeñen sus funciones en solo uno de ellos;
la incorporación de TS en cada equipo de
salud del primer nivel de atención de la ciudad.
Para poder entender la demanda que se realiza, se pone a disposición la
distribución de los profesionales Trabajadores Sociales en diferentes efectores de
la ciudad de Santa Fe:
Distribución de Trabajadores Sociales de la ciudad de Santa Fe (Nodo Santa Fe) según
espacio de dependencia administrativa legal.
Dependencia Administrativa Servicios del/ en el Hospital Centros de Salud
G. Sayago Dos (2) en el Servicio Social. Cinco (5)
CIC Callejón Roca,
Pompeya,
CIC Zuviría,
San José (a préstamo
de la Subsecretaría de
Inclusión para
personas con
Discapacidad).
Las Delicias y Loyola
Sur (prestada por
necesidad de la
subregión desde
Sayago a ese centro).
Total 2 5
Mira y López Dos (2) en el Servicio
Social.
Dos (2) en sala de
hombres.
Uno (1) en sala
mujeres.
Cuatro (4)
E. López.
Yapeyú y Abasto.
La Loma (en licencia
por maternidad sin
reemplazo).
7. Tres (3) en polo
productivo.
Uno (1) en radio.
Dos (2) con funciones
diferentes fuera del
hospital: en
Coordinación de
centros de salud y otro
con licencia gremial.
Uno en funciones de
Coordinación de la
Subregión Norte sin
reemplazo en
territorio.
Total 11 4
J. M. Cullen Ocho (8) en el
Servicio Social.
Uno (1) en
dependencia de
oficina de APS
actualmente
adscripta a
Residencias.
Cuatro (4)
Chalet y Emaús.
Demetrio Gómez
(licencia por
maternidad sin
reemplazo).
San Lorenzo y
FONAVI Centenario
(licencia por
maternidad sin
reemplazo).
Evita y Mendoza
Oeste (adscripta al
poder legislativo, sin
reemplazo).
Total 9 4
J. B. Iturraspe Nueve (9) en el Servicio
Social.
Cuatro (4):
Setúbal.
Padre Cobos.
Arroyo Leyes y
Rincón Potrero.
Otro Adscripto, a La
Dirección de Salud
Mental.
Total 9 4
O. Alassia Ocho (8) en el Servicio
Social.
-
Total 8
V. Candioti Tres (3) en el Servicio Social. -
Total Final 42 17
VER MAPA QUE SE ANEXA. (este hay que hacer con la chica de informática).
8. Hablamos de que el territorio de análisis está distribuido en 53 centros de salud; y
existen 17 cargos profesionales trabajadores sociales, de los cuales solo 11
prestan servicios efectivamente en la actualidad (ver en cuadro adscripciones
estamentos y licencias por maternidad).
Los datos presentados, muestran claramente que la presencia de profesionales
Trabajadores Sociales en el primer nivel de atención de salud, no sólo es escasa,
sino que impide la atención desde la lógica interdisciplinar que propone el ejercicio
de la clínica ampliada, alejándose del derecho que les asiste a los ciudadanos; así
como sobrecargando los servicios sociales hospitalarios que terminan abordando
situaciones que deberían ser atendidas en el primer nivel de atención.
Cabe aclarar que hasta la fecha se vienen contabilizando prestaciones de
servicios en más centros de salud que profesionales de TS, debido a la
distribución de la carga horaria en más de un efector. Esta situación socaba la
calidad del servicio prestado y expone al TS a una situación de precarización
laboral.
Queremos advertir, que si se realizara solamente un análisis numérico de la
distribución de TS, sin tener en cuenta la complejidad y las características de las
prestaciones de servicios en hospitales y centros de salud, se podría caer en la
reduccionista y aparente solución de redistribuir funciones/profesionales.
Basados en todo lo antes dicho, consideramos prioritario se arbitren los medios
para efectivizar la incorporación de más recurso humano de las ciencias sociales,
Trabajadores Sociales en los equipos del primer nivel de atención.
Nota: queremos hacer conocer que la situación planteada en la ciudad de Santa
Fe, no es exclusiva del área; entendiendo que la misma se repite en el resto de la
red pública de salud de la provincia. Consideramos que para efectivizar el derecho
de los ciudadanos y la efectividad de la red es necesario considerar la situación en
toda su magnitud.
Santa Fe, 13 de Junio.