1. Julio A. Roca – 1880-1886
Miguel Juárez Celman – 1886-1890
Carlos Pellegrini – 1890-1892
Luis Sáenz Peña – 1892-1895
José Evaristo Uriburu – 1895-1898
Julio A. Roca – 1898-1904
Manuel Quintana –1904-1906
José Figueroa Alcorta – 1906-1910
Roque Sáenz Peña – 1910-1914
Victorino de la Plaza – 1914-1916
El Orden Conservador
(1880-1912)
2. El impulso hacia la presidencia
El gobierno de Avellaneda (1874-1880), por medio de su
ministro de Guerra Adolfo Alsina, impulsó una campaña
para extender la línea de frontera hacia el sur de la provincia
de Buenos Aires. El plan de Alsina era levantar poblados y
fortines, tender líneas telegráficas y cavar un gran foso,
conocido popularmente como “la zanja de Alsina”, con el fin
de evitar que los indios se llevaran el ganado que capturaban
en sus malones.
Antes de concretar todo su proyecto Alsina murió y fue
reemplazado por un joven general Julio A. Roca quien aplicó
un plan de aniquilamiento de las comunidades indígenas
mediante una guerra ofensiva y sistemática.
Auspicioso declaró Roca: “Tenemos seis mil soldados
armados con los últimos inventos modernos de la
guerra, para oponerlos a dos mil indios que no tienen
otra defensa que la dispersión ni otras armas que la
lanza primitiva”
4. El Plan de Alsina
Ministro de Guerra de Avellaneda
Croquis de la zanja de Alsina
La zanja de Alsina
organizó una contraofensiva contra los avances indígenas: con cinco divisiones, las tropas avanzaron a principios
de 1876 sobre "Tierra Adentro". Enfrentaron a los guerreros de Juan José Catriel, Namuncurá y Pincen, el resultado
principal de la campaña fue la construcción de pueblos (Carhué, Guaminí, Puán, Trenque-Lauquen e Ita-ló),
fuertes, fortines y una zanja de 374 Km entre Carhué y Laguna del Monte.
Desde el principio de su gestión Alsina había proyectado una zanja paralela a la línea de frontera, que imposibilitara
las invasiones. Dicha zanja de unos 3 metros de ancho por 2 de profundidad sólo dificultó el acceso de los
indígenas sin impedir que la frontera siguiera siendo atacada y se mantuviera en extremo inestable
5.
6. El impulso hacia la presidencia
Para tener idea del etnocidio que supuso la campaña del
“desierto” hay que dimensionar que la Argentina de este
entonces tenía 2.000.000 de habitantes y como producto de
ésta fueron eliminadas o sometidas a relaciones de trabajo
prácticamente como esclavos 20.000 personas.
La Conquista del “Desierto” significó además la
transferencia de millones de hectáreas a un reducido número
de familias cercanas al poder (los Pereyra Iraola, los Alzaga
Unzué, los Luro, los Anchorena, los Martínez de Hoz), que
pagaron por ellas sumas irrisorias, algunos de ellos eran ya
grandes terratenientes, otros comenzaron a serlo.
Esto imposibilitó el acceso a la tierra de pequeños y
medianos propietarios, echando por tierra los sueños de
Alberdi y Sarmiento de imitar al pueblo norteamericano. Fue
el Ejército el que realizó la conquista, por cuenta y orden del
estado nacional, y fue el Ejército la institución que mayor
poder e influencia adquirió a partir de este hecho.
7. Paz y Administración La guerra civil había durado casi 70 años.
Habían fracasado uno a uno los intentos de
oponerse al poder de Buenos Aires. La
Aduana, el Puerto y los productos británicos
contribuyeron tanto o más que las tropas a
imponer el modelo agroexportador.
El país estaba “pacificado”. Los indios
habían dejado de ser una amenaza. Los
gauchos se habían transformado en peones
de estancia. Y los últimos montoneros habían
sido derrotados.
El general Julio Argentino Roca asumió la
presidencia en Octubre de 1880. Había
nacido en Tucumán y ganado un importante
prestigio entre la élite dirigente y los
inversores extranjeros por haber sofocado el
levantamiento de Carlos Tejedor en oposición
al presidente Avellaneda por su decisión de
Federalizar Buenos Aires en 1880 y
también por comandar “exitosamente” un año
antes la Campaña del “Desierto”.
Roca y su
gabinete
Julio A. Roca
8. El camino hacia la presidencia
Oleo de Juan Manuel Blanes /MUSEO HISTORICO NACIONAL
9. Orden y Prograso
MODERNIZACION
Durante la administración de Roca el estado nacional se constituyó en
un verdadero “desarrollador” de la economía argentina porque, entre
otras cosas, creó un sector de contratistas del Estado: la mayoría de
las obras públicas se hicieron con contratistas privados pero
financiados por el Estado nacional. Aumentaron notablemente las
inversiones británicas en ferrocarriles, frigoríficos, bancos y tierras.
Consecuentemente, a cuatro años de asumir Roca, la Argentina
destinaba casi la mitad de sus ingresos al pago de las deudas
contraídas con los bancos extranjeros.
FERROCARRILES
Pero en relativamente poco tiempo una verdadera red de vías cubrió la
Pampa húmeda llevando los productos agropecuarios a los puertos. El
75 % de la red ferroviaria quedó en manos británicas, unos pocos
kilómetros a cargo de empresas francesas y el resto, los ramales que
daban pérdidas, en manos del Estado. Ese mismo Estado garantizaba
a las compañías extranjeras un 7% anual de ganancia sobre el capital
invertido y les regaló miles de hectáreas adyacentes a las vías.
La garantía de los ferrocarriles implicó el pago de una suma anual a la
empresa del ferrocarril que llegó a representar, en algunos años más
del 20 % del presupuesto nacional.
10. La Modernización
Estación Constitución en 1900 Tren de comienzos del Siglo XX
Construcción de Puerto Madero en 1890 Muelle de Pasajeros de Bs As en 1888
11. La Modernización
Frente de la Bolsa de
Comercio de Bs. As. en 1866
Un Tamway con tracción a
sangre en el Bs As. de 1900
Edificio del Banco de Boston Palacio de Aguas de Bs. As-1894.
12. Orden y Progreso
LA ENSEÑANZA Y EL REGISTRO CIVIL
Ambas habían sido herramientas de difusión
ideológica en manos exclusivas del poder
eclesiástico. La clase gobernante conciente del valor
y el alcance de este elemento unificador y como
garantía de continuidad del sistema, asumió la
responsabilidad de impartir educación a toda la
población. En su afán centralizador, el gobierno de
Roca no se detuvo ante el tradicional poder de la
Iglesia Católica de la época. Bajo la órbita del
Estado se creó en 1884 el Registro Civil quitándole
a la Iglesia otro elemento de influencia política (con
ellos se hacían los padrones electorales) y de
recaudación (se cobraba por inscribir casamientos,
nacimientos y defunciones).
Por iniciativa de Sarmiento en su función de Director
general del Consejo Nacional de Educación, el
gobierno de Roca sancionó en 1884 también la Ley
1420 que establece la enseñanza primaria
gratuita, obligatoria y laica para todos los
habitantes del país. Se multiplicaron entonces las
escuelas estatales que ocuparon en la mayoría de
los casos el lugar de las escuelas parroquiales y de
órdenes religiosas. El conflicto con la Iglesia se
tensó de tal manera que se llegó en 1884 a la
ruptura de relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Edificio del Consejo Nacional de Educación
13. La
Generación
del 80
La élite dirigente que acompañó el proceso de
“modernización” fue la llamada Generación del 80.
Esta generación confió en que el progreso económico y
la organización política posibilitarían el surgimiento de
una nueva sociedad. Abarcó a personajes de distinta
edad y formación, escritores, políticos y también
terratenientes. Algunos de sus destacados integrantes
fueron: Paul Groussac, Miguel Cané, Eduardo Wilde,
Carlos Pellegrini, Luis Sáenz Peña, Ramón Cárcano y
Joaquín V. González.
Los hombres de esta Generación se caracterizaron por
heredar y compartir muchos de los pensamientos y
aspiraciones de la Generación del 37, como el que
sólo la clase letrada es la poseedora del derecho de
conducir al país, y la adhesión al pensamiento
liberal. El liberalismo sostuvo la fe en el Progreso y la
creencia que el desarrollo económico sólo se
alcanzaría mediante el juego libre de las fuerzas
comerciales con los gobiernos limitados a respetar la
libertad individual.
Fueron discípulos del pensamiento de Juan Bautista
Alberdi y Herbert Spencer. Para Alberdi (1818-84),
había que “civilizar” el país una vez consolidada su
unidad; a su juicio los dos pilares básicos del desarrollo
eran la mano de obra y el capital extranjero. Los
hombres del 80, esencialmente políticos y no teóricos,
hicieron suyos estos postulados que, prácticamente,
eran los que habían dominado los últimos 20 años.
Comte Spencer
Alberdi
14. El positivismo como ideología de la época
El Positivismo representó la vanguardia ideológica de una burguesía identificada
con el avance sostenido de la ciencia y la técnica como forma de desarrollar las
fuerzas productivas y de terminar con las secuelas de la “barbarie”, tanto en el
orden material como el cultural.
La “utopía” positivista apuntaba a configurar sociedades previsibles en las cuales
los individuos estuvieran absolutamente absorbidos por el poder. De esa
preferencia por lo previsible, tomaba fuerza la idea de suprimir la “política”,
identificada con el caudillismo, con la confrontación violenta, y en general, con la
aparición de tendencias orientadas a suplantar al sector que ejercía el poder. Se
pensaba en su reemplazo por la “Administración”, una actividad regular, con
rasgos “científicos”, legitimada por la posesión de un saber sobre el bien de la
sociedad nacional que consolidara un progreso lineal e indefinido exentas de
valoraciones. Burócratas serenos, imbuídos de soluciones, tomadas después de
un estudio desapasionado de cada cuestión de la agenda pública, eran el modelo
de “administradores” que debían reemplazar a los “políticos” de una época
superada.
Para la mentalidad positivista, el dogmatismo cristiano era uno de los principales
obstáculos en el camino hacia el progreso, el debate entre las posiciones laicistas
y los sectores católicos se caracterizó por un menosprecio que el grupo innovador
manifestaba hacia la posición de la Iglesia de la época. Sin embargo liberales y
católicos no se enfrentaron en el aspecto socioeconómico, ambos sectores
coincidían en que el rol del país debia ser el de proveedor de materias primas.
En síntesis, manifestaciones claras del proyecto de la Generación del 80 son: Las
leyes laicas, la concentración del poder y la política inmigratoria.
15. Un poder
centralizado
El ideal de progreso suponía la creación de
un nuevo orden político y social. El orden
y el progreso requerían la estructuración de
un Estado de tipo moderno, es decir, un
poder centralizado que pudiera ejercer el
control político y administrativo,
garantizando las condiciones para el
desarrollo económico.
La estabilidad política se consideraba algo
esencial para atraer la inversión extranjera
que, a su vez, estimularía el crecimiento
económico. Los ferrocarriles son un
ejemplo: los inversores extranjeros se
resistirían a colocar sus fondos en un país
amenazado por el desorden político.
Hubieron voces que se alzaron contra la
europeización de la Generación del 80,
como la de Leandro N. Alem futuro
fundador de la UCR, y defensor de lo criollo
frente a lo extranjero, así también se
manifestó José Hernández, que lo deja
explícito en su Martín Fierro.
Casa Rosada
Congreso Nacional
16. El
liberalismo
conservador
Concretado entre 1862 y 1880 el proceso de formación del
estado nacional, hacia 1880 con la presidencia de Roca,
se consolidó a nivel nacional un sistema político llamado
“liberal conservador”. El Estado nacional que se
consolida en 1880 puede definirse como liberal, en tanto
favoreció la libertad de mercado y la libre empresa, y a la
vez como conservador ya que, en política, crea un
sistema restrictivo que excluye, de las decisiones políticas
a la mayoría de la población mediante la implantación del
fraude electoral.
El Partido Autonomista Nacional se conformó como el
legado de la Liga de Gobernadores, que decidió dotar de
una estructura formal para una participación que
asegurara el predominio de los grupos dirigentes del
interior, que controlaban rotando en los distintos cargos el
gobierno y la sucesión presidencial a través de la práctica
escandalosa del fraude electoral.
La vida política argentina en el período 1880-1912 estuvo
regulada por minorías que ejercían el poder a través de
partidos como el Partido Autonomista Nacional (P.A.N.)
primera organización de alcance nacional que tuvo
nuestro país. El régimen político constituído a instancias
de este accionar puede definirse como oligárquico porque
el poder político se concentraba en un grupo minoritario de
la sociedad que detentaba a la vez el poder económico y
social.
En consecuencia, el hombre común no encontraba
espacio alguno para participar en las cuestiones referidas
al gobierno, esta situación provocaba un sentimiento de
indiferencia hacia la vida política en la mayoría de la
población.
Mesa de votación
17. La oposición al régimen conservador
Desde el año 1878 en adelante hasta la reforma electoral de 1912 el
Partido Autonomista Nacional hegemonizó la vida política durante
treinta años.
El PAN se constituyó como un partido oligárquico, por ello no
necesitaba un gran número de afiliados. Los integrantes del PAN eran
los “notables”, sus decisiones no se discutían, de ahí que sus
candidatos para los cargos más importantes eran fieles representantes
de los intereses de la oligarquía gobernante.
El PAN pudo hegemonizar el escenario político argentino por varias
razones, entre otras:
- por la inexistencia de un numeroso proletariado,
- y la ausencia de una clase media fuerte
deseosa de participar en política.
Esta situación comenzó a cambiar hacia fines del Siglo XIX y
comienzos del XX. Las clases medias iniciaron un proceso de
crecimiento, los sindicatos se fortalecieron y su acción aumentó;
simultáneamente, los partidos de la oposición comenzaron a reclutar un
mayor número de simpatizantes. Esto determinó un cambio en el
proceder político por parte de la élite dominante, lo que derivó en el
ocaso del PAN y sus procederes.
18. La oposición al régimen conservador Para las elecciones de 1886, Roca logró imponer la candidatura de su
cuñado Miguel Juárez Celman, ex – gobernador de Córdoba, quien –
elecciones fraudulentas mediante- asumió la presidencia de la Nación.
El nuevo presidente asumió también la conducción del PAN, de modo
que se transformó en un jefe único. A este régimen los periódicos de la
época lo denominaron “El Unicato” y por medio de él Juárez Celman y
sus socios controlaron todos los resortes del poder; los negocios
públicos y los privados seguían complementándose.
Juárez Celman llevó adelante una política económica liberal, fomentando
la privatización de todos los servicios públicos. Esto permitió grandes
negociados y generalizó la corrupción en la administración estatal. La
élite tradicional representada por el Roquismo y el Mitrismo sintiéndose
excluída por el presidente del manejo de los negocios públicos, comenzó a
retirarle su apoyo. Pero Juárez Celman parecía no tomar en cuenta este
creciente aislamiento.
La alocada politica privatista de Juárez Celman desembocó en la sanción
de la Ley de Bancos Garantidos que autorizaba a los bancos privados
a emitir papel moneda de curso legal, esto aumentó descontroladamente
la circulación monetaria y generó una notable inflación. El Banco
Nacional otorgaba préstamos con total liberalidad a los amigos del poder.
Estos fondos se destinaban fundamentalmente, a la especulación con
tierras y las inversiones en la Bolsa, que vivía un período alcista. Toda la
euforia especulativa comenzó a desvanecerse a mediados de 1889
cuando bajaron los precios internacionales de nuestras exportaciones
y fue necesario hacer frente a una deuda externa que comprometía el 60%
de la producción nacional. En junio de 1890 el gobierno anunció
oficialmente que no podía pagar la deuda externa. Esto precipitó la
crisis. La desocupación se generalizó y se agravó la situación de los
trabajadores.
Juárez Celman
Leandro N. Alem
19. La
Revolución
del 90
La primera oposición seria al régimen conservador fue la
creación de la Unión Cívica, un grupo político muy heterogéneo
que nucleó a los diversos sectores disconformes con un
régimen al que consideraban corrupto e irresponsable. Quedó
constituída en Abril de 1890 en un gran acto que se desarrolló en el
Frontón de Paleta de Buenos Aires, sus dos máximos referentes
fueron Leandro N. Alem y Bartolomé Mitre.
La Unión Cívica hablaba de “revolución” para derribar por la
fuerza al régimen corrupto. Se denunciaron los negociados y las
emisiones clandestinas de billetes, se reclamaba decencia,
sufragio libre y algo tan elemental como cumplir con lo
establecido en la Constitución Nacional. Al llamamiento a la
Revolución se sumaron algunos militares y el alzamiento contra el
régimen fue tomando forma, tras varias reuniones la Unión Cívica
decidió pasar a la acción directa y el 26 de Julio de 1890 los
rebeldes se atrincheraron en el Parque de Artillería (actual Plaza
Lavalle).
El general Mitre restó apoyo al ausentarse del país y toda la
responsabilidad de la rebelión recayó en Leandro N. Alem. Los
objetivos de Alem y de Mitre eran notablemente diferentes. Sólo
coincidían en expulsar del poder a Juárez Celman, pero
mientras Alem quería elecciones libres y transparencia
gubernamental, el mitrismo aliado con el roquismo pretendía
recuperar el poder para colocarlo en manos confiables que
aseguraran que nada cambiaría.
Si bien la revolución del Parque fue derrotada, pero abrió las
puertas a la organización de una nueva oposición y la aparición de
partidos políticos modernos (UCR – Partido Socialista, etc.).
Sin apoyos y aislado Juárez Celman debió renunciar y lo
sustituyó su vicepresidente Carlos Pellegrini, que exigió como
condición para asumir que un grupo de banqueros, estancieros y
comerciantes argentinos suscribieran un empréstito (préstamo) de
15.000.000 de pesos para hacer frente a los vencimientos de la
deuda externa.
Acto de la Unión Cívica en el Frontón de Buenos
Aires
Carlos Pellegrini
20. De
Pellegrini
a Roca
El nuevo presidente inauguró su gestión aplicando medidas
de ajuste: despidió empleados públicos, redujo los salarios,
nacionalizó las obras sanitarias privatizadas por Juárez
Celman y fundó el Banco de la Nación Argentina.
El problema siempre radicaba en asegurar la sucesión, y ante
las elecciones de 1892, Roca y Pellegrini impusieron la
candidatura de Luis Sáenz Peña y José Evaristo Uriburu,
todo esto para frenar las ansias renovadoras desde el
mismo conservadorismo del hijo de Sáenz Peña, Roque que
debió resignar su candidatura a la presidencia.
El radicalismo se abstuvo de participar en las elecciones
ante la persistencia del fraude electoral y en 1893, liderados
por Alem y su sobrino Hipólito Yrigoyen, llevaron adelante
otra sublevación cívico-militar contra el régimen. Hubo
graves enfrentamientos en Buenos Aires, Rosario y Santa Fé,
pero el movimiento fracasó y Alem fue encarcelado.
El gobierno de Sáenz Peña salió debilitado de la crisis y en
enero de 1895 el presidente presentó la renuncia y asumió
su vice José Evaristo Uriburu, un ferviente roquista.
En 1896 Leandro N. Alem decepcionado por los fracasos
políticos y asqueado de luchar contra la corrupción del
régimen se suicidó. Lo sucedió su sobrino Hipólito
Yrigoyen líder de la UCR bonaerense, que mantuvo la linea
de la intransigencia revolucionaria contra el régimen
conservador.
Luis Sáenz Peña
Hipólito Yrigoyen
21. Pellegrini y Roca
En 1898, dos años más tarde Roca fue nuevamente electo
presidente y se inauguró una etapa de auge económico,
relacionado con la evolución de la industria frigorífica vinculada a la
exportación de carne vacuna. Comenzó a resultar mejor negocio
la cría de ganado vacuno que de ganado ovino y los campos
cercanos a los frigoríficos se valorizaron notablemente.
Esto favoreció al minoritario grupo de los criadores invernadores,
que producían exclusivamente para los frigoríficos, en general
ingleses, a los que se sumaron, en competencia, los
norteamericanos con las empresas Swift y Armour. Por otro lado
se expandió el área sembrada y crecieron las exportaciones de
trigo y de cereales.
Aberdeen Angus
Hereford
En 1901, por iniciativa del Ministro de Guerra de Roca, Pablo Riccheri
se sancionó la Ley de Servicio Militar Obligatorio para todos los
ciudadanos de 20 años de edad. El ejército aumentaba así su
influencia en el disciplinamiento social.
Las cifras macroeconómicas marcaban a Argentina como una de las
naciones más ricas del mundo de la época, pero esta riqueza no
llegaba a los sectores populares, que sufrían condiciones de trabajo y
vivienda infrahumanas y percibían bajísimos salarios. Existía consentido
el trabajo infantil y las condiciones de trabajo en ingenios y yerbatales fue
haciendo crecer el descontento que avivaba la acción sindical.
Pablo Riccheri
22. Pellegrini y Roca
Ante esto el gobierno de Roca, preocupado por este clima
de efervescencia y protesta social sancionó en 1902 la
Ley 4144, también llamada Ley de Residencia que
facultaba al Poder Ejecutivo a expulsar del país a los
denominados “extranjeros indeseables”, apenas unos
años antes invitados a poblar estas deshabitadas tierras y
ahora peligrosos por sus ideas.
Un sector progresista del conservadorismo liderado por
Carlos Pellegrini comenzó a considerar que la prosperidad
alcanzada podía peligrar si no se atendían los reclamos de
la oposición y se mostraron dispuestos a considerar la
introducción de reformas graduales en el régimen electoral
con el fin de evitar conflictos sociales.
Esto llevó a una ruptura entre Pellegrini y Roca, la división
en las filas conservadoras fue tan grave que Roca no pudo
señalar con el dedo a su sucesor, debió someter la decisión
a una Comisión de Notables que eligió la fórmula Manuel
Quintana – José Figueroa Alcorta. A poco de asumir
Quintana enfrentó un nuevo alzamiento radical en 1905, el
movimiento encabezado por Hipólito Yrigoyen y apoyado
por varios jefes militares se hizo fuerte en Capital Federal,
Mendoza y Santa Fé; si bien la revolucion fue derrotada,
el régimen conservador estaba herido de muerte.
Inmigrantes
Manuel Quintana
José Figueroa Alcorta
23. La Unión Cívica Radical
De las diferencias evidentes entre Mitre y Alem surgirá en 1891 una
división de la Unión Cívica, que será el primer partido político de masas
del país: La Unión Cívica Radical.
Esto se daba en un contexto social que cambiaba con enorme rapidez,
se sumaban sectores sociales y las clases iban diferenciándose cada
vez más en intereses y capacidad de reclamar sus derechos. Entre
1869 y 1895 Buenos Aires triplicó su población.
La Unión Cívica Radical adoptó la estructura institucional de los
partidos norteamericanos, con convenciones que elegían
candidatos y sancionaban estatutos. Había un comité nacional,
comités provinciales, de distritos y de barrios incluso que canalizaron
la participación política por el voto libre de los afiliados al partido en
las elecciones. No obstante, la UCR fue derrotada en las elecciones
presidenciales de 1891 ante la implacable máquina fraudulenta del
conservadorismo.
24. El camino hacia la reforma electoral En 1906 murió Quintana en ejercicio del cargo, lo sucedió José Figueroa Alcorta
un antiroquista declarado, desde la presidencia irá desmantelando las posiciones
que el roquismo mantenía en las provincias, paradógicamente con el mismo método
utilizado por Roca: las intervenciones federales y gobernadores adictos. El punto
culminante del conflicto entre Roca y Figueroa Alcorta llegó en 1908 cuando el
general trabó todos los proyectos de ley enviados por el Ejecutivo en el Senado de la
Nación. La respuesta no se hizo esperar, Figueroa Alcorta cerró el Congreso e
intervino las provincias controladas por Roca.
En las elecciones de 1910 se impuso la fórmula del sector
renovador del conservadorismo Roque Sáenz Peña – Victorino de
la Plaza. Llegaba al gobierno el sector de la elite que pensaba que
había que cambiar algo para no perderlo todo. Había que aplacar la
creciente agitación social abriendo una válvula de escape a la olla a
presión en que se había transformado la sociedad argentina. Roque
Sáenz Peña logró en 1912 la sanción de la Ley Electoral que
establecía la confección de un nuevo Padrón Electoral, el voto
secreto y obligatorio para todos los ciudadanos varones de Argentina.
Las primeras elecciones con el nuevo sistema dieron el triunfo a los
radicales en Santa Fe y la Capital Federal. Pero Sáenz Peña no pudo
ver terminada su obra pues en 1914 falleció en ejercicio del cargo y
fue sucedido por el Vicepresidente De la Plaza.
Roque Sáenz Peña
25. El camino hacia la reforma electoral
En 1916 se produjeron las primeras
elecciones nacionales según la Ley
Sáenz Peña, en las que se impuso
la fórmula Hipólito Yrigoyen –
Pelagio B. Luna de la Unión
Cívica Radical, el binomio radical
logró imponerse por sólo un voto en
el Colegio Electoral, ya que las
elecciones en ese entonces eran
indirectas. Esto dejó a Yrigoyen
desde el comienzo en una situación
de debilidad política, sin mayoría
en el parlamento y con muchas
provincias en manos de la
oposición conservadora, que
controlaba la Corte Suprema de
Justicia, los grandes diarios y el
Senado de la Nación.
Resultado de las elecciones de 1916
Partido Votos
U.C.R. 339.332
Partido
Conservador
153.406
Partido Demócrata
Progresista
123.637
Partido Socialista 52.895
Radical Disidente 28.267
Otros 26.256
Total 723.793
El contexto internacional había cambiado pues la Primera Guerra Mundial habia
provocado la disminución de las rentas aduaneras y la suspensión del ingreso
de manufacturas y combustibles. Frente a esta situación comenzó a insinuarse
una muy tímida tendencia industrialista con la creación de la Dirección Nacional de
Industrias.
26. Otros partidos de la oposición
Otras dos agrupaciones, sin alcanzar la importancia
del radicalismo, ocuparon un espacio indiscutible en la
historia de los partidos políticos argentinos: El Partido
Socialista fundado por Juan B. Justo en 1896 y el
Partido Demócrata Progresista fundado por Lisandro
de la Torre en 1914.
El Partido Socialista representó los intereses de las
clases obreras urbanas y se hizo fuerte en la Capital
Federal, justamente allí en 1904 obtuvieron su primer
diputado, Alfredo Palacios, al Congreso Nacional.
Por su parte el Partido Demócrata Progresista
impulsado por Lisandro de la Torre se caracterizó por
unir a su carácter conservador, un definido perfil liberal,
moderno y anticlerical.
Logo del Partido Socialista
Juan B. Justo
Lisandro de la Torre