La guerra de trincheras de 1915-1916 en el frente occidental resultó en un punto muerto táctico, ya que los ejércitos se atrincheraron a lo largo de cientos de kilómetros. Los planes estratégicos iniciales de las potencias aliadas y de Alemania no anticiparon una guerra larga, y sus planes militares no estaban diseñados para operaciones a gran escala o en múltiples frentes. La lección de 1914 fue que las posiciones defensivas eran supremas, y una vez que un ejército establecía trincheras,