1. Reingeniería al grupo CAIRNS
El monto de los subsidios entregados por las 30 naciones más desarrollas del
mundo, con destino a la producción agropecuaria, se elevó en 2003 a US$257
billones. Ello sumado a las barreras comerciales de segunda generación, han
terminado por agudizar las distorsiones en el comercio exterior para los
países en desarrollo. Urge una reingeniería del Grupo Cairns, que le dé
mayor peso político a su actuación, para frenar el poder de las grandes
economías.
Por: José Félix Lafaurie Rivera*
De acuerdo con las cifras más recientes publicadas por la OCDE, el apoyo a
los agricultores y ganaderos de treinta naciones −entre las cuales están las
más ricas del planeta−, se elevó en 2003, a la escandalosa cifra de US$257
billones. A nivel de producto, la leche se ubicó en el deshonroso primer
lugar, participando con más del 18% del total, seguida por la carne de res,
con más del 13%. En otras palabras, más del 30% del total lo destinan tales
países a cubrir los costos de los productos de origen bovino, creando para
ellos ventajas artificiales, y para los otros países, distorsiones en el comercio
exterior.
Es por ello que los ganaderos colombianos acogen las banderas y metas del
grupo CAIRNS, el cual debe definir en la reunión que está realizando en
Cartagena, una fecha puntual para el desmonte de los subsidios a la
exportación que utilizan las naciones desarrollados; precisar modalidades
que reduzcan las ayudas internas que los países desarrollados pueden
otorgar a sus productores; y buscar cómo mejorar del acceso real a los
productos agrícolas de exportación, así como tener mecanismos sólidos y
legítimos de un trato especial y diferenciado en las negociaciones agrícolas.
Pero no sólo se trata de definir unas fechas y realizar unas tareas. El reto
consiste en hacer que éstas sean acogidas por la OMC y cumplidas por las
naciones que distorsionan el comercio internacional, pues los resultados en
materia de liberalización del comercio de productos agropecuarios, son
pobres. La existencia de grupos de presión, como éste y el G-20, no ha
impedido que las grandes naciones manejen los mercados a su conveniencia.
En efecto, la eventual eliminación de los subsidios a la exportación, dada a
conocer como un gesto real de buena voluntad por parte de la Unión
Europea y Estados Unidos, carece de fecha. Lo cual indica que no hay un
compromiso real. Además, los montos de las ayudas internas siguen
incrementándose, especialmente, en períodos de sobreoferta, agudizando las
fluctuaciones de los precios de los commodities agropecuarios.
Así mismo, ante una eventual desgravación y a raíz de las crisis sanitarias
recientes, se están erigiendo barreras comerciales de segunda generación
2. relacionadas con aspectos sanitarios, medioambientales, de bienestar
animal y de identificación animal, todos ellos de carácter justificable, pero
muchas veces utilizados para disfrazar medidas de índole esencialmente
proteccionista. Tales medidas, luego de ser implementadas en el ámbito
interno, son exigidas a terceros países en virtud del “trato nacional”, con lo
cual, en la práctica, profundiza la desigualdad en el comercio exterior.
Como anfitriones, no podemos menos que esperar frutos concretos de esta
ronda ministerial. Algunos resultados podrían ser:
• Diseñar procedimientos e índices para relacionar los montos de las
ayudas internas y las distorsiones que originan con medidas de
protección en frontera y obtener su validación en la OMC.
• Diseñar procedimientos que redunden en la agilización y transparencia
de los procedimientos contemplados en los acuerdos de medidas
sanitarias y de obstáculos técnicos al comercio de la OMC.
• Exigir justificaciones claras para la exigencia de nuevos requisitos para
ingresar a los mercados.
Ahora bien, y de cara a la próxima Conferencia Ministerial de la OMC que
se realizará en Hong Kong a finales de este año, y por la envergadura de las
metas propuestas, se requiere de una reingeniería del Grupo que le dé
mayor peso político, le imprima mayor vigor en su actuación y le permita
implantar estrategias que conduzcan a hacer realidad dichas metas.
Si no obtiene unos resultados concretos, este Grupo estará condenado a
hacer parte del inventario de organizaciones mundiales burocráticas e
inútiles, que han claudicado frente a los manejos e intereses de las grandes
potencias. Así de sencillo.
* Presidente Ejecutivo de Fedegan