El documento discute cómo Colombia perderá su autosuficiencia petrolera en 2006 o antes, lo que obligará al país a importar petróleo para satisfacer la demanda interna y abastecer las refinerías. Esto reducirá el PIB en un 2.5% y las transferencias a los territorios en un 50%. Además, el país dejará de percibir $6,400 millones anuales por exportaciones de petróleo. Si bien las compañías petroleras internacionales siguen interesadas en Colombia debido a los altos precios del petróleo, el
1. Otra recesión, no la aguantaríamos
La autosuficiencia petrolera se perderá en 2006 o antes, lo que indica que
comenzaremos a importar petróleo para abastecer el consumo interno y
suministrar materia prima a las refinerías. Esto ocasionará un descenso de
la economía de 2.5% del PIB y del 50% en las transferencias por regalías a
los territorios nacionales. Hay que continuar explorando y minimizar el
impacto en las finanzas públicas.
Por: José Félix Lafaurie Rivera*
En mala hora se están agotando nuestras reservas de crudo y con ellas, la
producción de petróleo. Hace no más de tres años se pensaba que un precio
de 32 dólares por barril y hasta 36, era exagerado y que éste tendería
posteriormente a bajar a un rango de 24−28 dólares por barril. Sin embargo,
el entorno de seguridad del mundo cambió y se derrumbaron esas
predicciones. Total, si antes sabíamos que los altos precios iban a impactar
nuestras finanzas públicas en grado severo y con más de 10 años de
antelación se habían prendido las alarmas, hoy tenemos un panorama
realmente crítico. El sonido de las alarmas no sirvió y el precio al que
tendremos que pagar por nuestra sordera ahora sí será desestabilizante.
Aún quedan en los recuerdos de los estudiosos la cifra de 5.000 millones de
dólares que nos costó la importación de crudo a mediados de los ochenta. En
esta oportunidad, sólo nos queda el remordimiento de conciencia el haber
reaccionado demasiado tarde para convertirnos en un país atractivo –con
mejores condiciones para la explotación–. La autosuficiencia petrolera se
perderá en 2006 o antes, lo que indica que comenzaremos a importar
petróleo para abastecer el consumo interno y suministrar materia prima a
las refinerías.
La Contraloría General de la República ha señalado que el país dejará de
percibir US$6.400 millones anuales en la exportación de crudo, con un
elevado costo sin contar con lo que tenemos que comprar: la economía
decrecerá 2.5% del PIB hasta tanto no recupere su tendencia exportadora.
Igual sucedería con las transferencias por regalías a los territorios
nacionales que se reducirían en por lo menos 50%.
Las recientes modificaciones efectuadas al régimen de hidrocarburos ha
despertado el interés de las multinacionales. Pero del dicho al hecho hay
mucho trecho. Tenemos un desfase grande entre la búsqueda de pozos
productores −similares o de mayor capacidad a los de Cusiana y otros
ubicados en el Piedemonte Llanero− con lo que demanda nuestra economía.
Los recursos que se obtuvieron por la bonanza que vivimos hasta ahora por
los buenos precios internacionales, se desaparecerán en un santiamén
cuando entremos a importar.
2. El sino está marcado: las alteraciones suscitadas en el mercado y del ciclo
alcista de los precios internacionales, harán, según pronósticos de expertos
europeos, que los precios continúen incrementándose hasta finales de la
década. El temor por el alto riesgo de descompensación del mercado –mayor
demanda que oferta− ante el incremento del consumo que se avizora en el
mundo, en donde sólo en China se presume un incremento permanente que
podría ser del 100% hasta 2025 (de 5,5 mbd a 11 mbd) y las limitadas
posibilidades de las grandes compañías de incrementar la producción
−incluidos OPEP− han impulsado la cotización internacional a niveles nunca
vistos en los últimos 20 años (US$44 barril de 159 litros). La inestabilidad
de los grandes productores (Rusia, Arabia Saudita, Irak y Venezuela), es
radical en el desconcierto generado entre los agentes del mercado.
¿Se imaginan cómo quedarán nuestras finanzas públicas para esa fecha?
Eso sin contar los efectos sobre los precios internos por la elevación de los
combustibles. Sin duda es un escenario espinoso. Se afecta la economía
mundial y más la colombiana.
Pero no todo es malo. Si Petrobras de Brasil, considerada la mayor
operadora en aguas profundas, destina parte de su presupuesto de
inversiones de corto plazo a Colombia, y si las grandes petroleras del mundo
como Exxon-Mobil −que explorará 4,5 millones de hectáreas en el Mar
Caribe (bloque Tayrona)− o la Shell −que hoy sólo está dedicada a la
distribución de combustibles y se ha vuelto a interesar en la búsqueda de
hidrocarburos−, es porque los precios del petróleo van a seguir al alza. Algo
nos quedará de este negocio.
En el entretanto hay que continuar explorando y remover cielo y tierra con
tal de minimizar el impacto, y prever cómo cubrir el hueco financiero que
dejará esta actividad productiva. Otra recesión no la aguantaríamos.
*Presidente Ejecutivo de Fedegan