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La Cámara Gremial de la Leche
Por José Félix Lafaurie Rivera
Presidente ejecutivo de Fedegán
Colombia produce leche en todas sus regiones. Es una actividad que sirve de
sustento a la inmensa mayoría de familias ganaderas, especialmente de las más
pobres, para las cuales su venta se constituye en el ingreso principal de
subsistencia. Su problemática y su estructura de producción obligan
necesariamente a tener una visión compartida, que incorpore las características
regionales, los sistemas de producción y hasta los temas sociales, para habilitar una
mejor articulación entre todos los actores, con la exclusiva finalidad de construir y
concertar posiciones e instrumentos capaces de conjurar las críticas circunstancias
por las que atraviesa esta actividad.
Para tal propósito se creó, el pasado 7 de julio de 2010 a instancias de Fedegán, la
Cámara de la Leche. Será el escenario donde los productores se encontrarán, cada
quien desde la esquina de sus intereses válidos pero todos unidos, para construir
los consensos básicos, derrotar la desarticulación y la dispersión gremial que ha
reinado en el sector lechero y que ha sido la razón de los desequilibrios entre el
productor primario –el ganadero–, la industria y el consumidor, y para exigir del
Estado la reversión del proceso de olvido del campo colombiano y las condiciones
para su modernización de cara al nuevo entorno económico internacional signado
por tratados de comercio.
Ese es el sentir de todas las agremiaciones fundadoras de la Cámara, desde
aquellas que en el ámbito regional representan a territorios tan disímiles como la
Costa Caribe, a través de Asoganorte, o el trópico alto, con gremios de reconocida
trayectoria como Sagán en Nariño, Fabegán y Asogaboy en Boyacá, y Fedelán en
Antioquia; o asociaciones de criadores de razas puras y especializadas en leche,
como Asoayrshire, Asojersey, Asosimmental, Asonormando, Asopardosuizo,
Asocebú (Gyr y Guzerat) y Asocriollo; organizaciones vinculadas a sistemas de
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producción como Asodoble, Ucebul y Unaga; y otras asociaciones y comités como
la Asociación de Ganaderos Facatativá, el Comité de Ganaderos de Zipaquirá, en
Cundinamarca; y Comité de Ganaderos de Caldas.
Los productores de leche tendrán en la Cámara, la oportunidad de tener una
expresión mucho más consolidada, identificada sólo con la defensa del productor
de leche, para así llegar a la instancia del Consejo Nacional Lácteo, que es un
órgano consultivo del Gobierno en donde tienen asiento representantes de los
diferentes eslabones productivos, como la industria, a debatir los genuinos interés
los productores.
El nuevo organismo será por tanto, un punto de encuentro, de análisis y de
concertación de política, con muchos retos y tareas por delante. El sector no puede
dejar de lado que al margen de las dificultades derivadas de la firma de los TLCs,
sigue teniendo graves problemas estructurales: mucha leche (6.500 millones de
litros al año) y poca capacidad de procesamiento (2.850 millones); muchos
productores (más de 400 mil) y sólo cinco industrias procesan el 72%; y mucha
leche destinada a los estratos altos (172 litros/año) y poca a los estratos bajos (34
litros/año). Por eso antes, de cada $100 que pagaba el consumidor, 70 eran para el
productor. Hoy, a duras penas, le llegan $43. Sin embargo, los costos de producción
continúan siendo exageradamente altos.
Esta nota de bienvenida de la Cámara de la leche no puedo terminarla sin resaltar
la figura de su primer presidente, Felipe Calderón Junguito, un ganadero
comprometido y con una trayectoria de más de 40 años en el sector, el cual, no
dudamos, se convertirá en el catalizador de la problemática que afecta a todos los
lecheros y un vocero válido para esta difícil coyuntura.