En el aprendizaje de nuestros alumnos/as, hay muchos momentos importantes, uno de ellos es la evaluación. Es un factor decisivo para favorecer el óptimo desarrollo del proceso educativo.
1. LA EVALUACIÓN
¿CALIFICAS O EVALUAS?
La evaluación es un momento más dentro del ámbito educativo y de
enseñanza-aprendizaje. La evaluación por tanto, ayuda a enseñar y a
aprender, pues pone en valor aciertos y hace tomar conciencia de los
errores, para corregirlos. No tiene por qué ser finalista, es más bien
continuista.
El objetivo de la evaluación para el profesor es comprobar en que nivel
se sitúa el alumno/a y enseñarle desde los errores. Para el alumno, el
objetivo es conocer en que nivel está, y aprender corrigiendo sus
errores.
Es muy distinto calificar, que evaluar. En la primera opción,
conviertes la evaluación en finalista, pues das una nota, y comienzan
nuevos aprendizajes. Si evalúas, estas enseñando, haces que cualquier
prueba, examen o momento, sea el apropiado para corregir errores y
continuar aprendiendo. No se trata de corregir resultados, además
tenemos que mejorar estrategias. No solo es prioritario preguntarse,
en que te has equivocado, también lo es y mucho: preguntarse por
qué, analizar motivos y consolidar nuevos aprendizajes.
El papel principal del profesor/a en la evaluación es:
• Comprobar y analizar resultados.
• Analizar y comprobar estrategias.
• Ver motivos y corregir errores.
• Reconducir objetivos.
• Escuchar a sus alumnos/as.
•
Nuestro papel no es solo determinar con una nota el nivel del alumno,
nuestra labor es mucho más, es intentar que esa nota, sea la mejor
que pueda conseguir, atendiendo a sus capacidades e intereses, donde
también entran en juego las nuestras, pues lo que está claro es que la
evaluación evalúa también en gran medida al profesor/a. Pues nuestro
trabajo no es solo enseñar, es conseguir que aprendan.
2. Analizando despacio nuestro día a día en el aula con nuestros
alumnos/as, nos damos cuenta de algunas posibles sugerencias que
compartimos ahora, para mejorar algunos aspectos de la evaluación:
1. No es igual en clase, decir a nuestros alumnos/as “que vamos a
corregir”, que decirles “vamos a comprobar”. Si piensas en lo
primero, ya das por hecho que hay errores. Si piensas en lo
segundo y dices vamos a comprobar, la sensación es que confías
más en que el trabajo esté bien. Es un matiz muy sutil, pero
como con tantos otros, contribuye a mejorar el aprendizaje, pues
genera una dinámica más positiva en el proceso de enseñar y
aprender. El mensaje llega al cerebro de otra manera.
2. Cuando pongas un examen o prueba, intenta:
- Que no sea una especie de revancha, por el comportamiento
de tus alumnos, o por otros motivos: “Ahora no haces el tonto,
con este examen”.
- Que no sea una consecuencia, “Examen para mañana por que
no dejáis de hablar”. ¿Te suena?
- Que no sea el típico examen sorpresa. Lo que tenemos que
intentar, entre otros objetivos es también, que nuestros
alumnos/as consigan la mejor nota posible, el mejor
resultado. Este tipo de exámenes o pruebas, te garantizan
algo seguro, y es que la nota que van a sacar va a ser peor
que si les avisas que lo tienen. Además genera ansiedad
gratuita. Imagina que en una oposición, quién convoca el
examen hiciese eso, cuando le viniese en gana, para
comprobar que estás estudiando.
Estos motivos para poner un examen o prueba, hacen que para el
alumno/a estudiar sea incomodo, cuando nuestra tarea es intentar que
parezca todo lo contrario.
Las preguntas de las pruebas o exámenes:
- ¿Son siempre las mismas o las cambias?
- ¿Son para que piensen o para que reproduzcan respuestas?
- ¿Son para pillar o para comprobar, si saben lo importante?
-
3. Lo que evalúas determina lo que importa.
Como evalúas determina como aprenden, por eso, tenemos que
intentar evaluar desde distintos aspectos, distintas formas, tenemos a
nuestra disposición una gran variedad de formas y maneras de
evaluar, no utilicemos siempre las mismas.
No utilices la evaluación para mostrar tu poder, utiliza el
poder de la evaluación para mostrarles que pueden.
¿Calificas o evalúas? Tú decides
Algunos aspectos más, que ayudan a mejorar la evaluación y
favorecen el aprendizaje:
- La entrevista personal trimestral con tu alumno/a.
No solo para comentar el examen, más bien para preguntarle por su
forma de aprender, por sus intereses, sus preocupaciones, y decirle
todo lo que esperas de él o ella. Una entrevista, que sea más que
para que te escuche, para escuchar tú.
- Que evalúe la clase.
Si le das a tu clase un cuestionario para que evalúen distintos aspectos:
ambiente, forma de explicar, evaluación, forma de evaluar, etc,
notarán que su opinión es importante y que tienes interés en mejorar
y además siempre lo agradecen. Y es una oportunidad buena para
aprender de sus aportaciones.
Si les das los exámenes o pruebas corregidas pero sin nota, corregirán
con más interés los errores, lo que favorecerá más su aprendizaje. Una
vez corregidos y analizados los errores, les decimos la nota.
Pedro Alarcón