No creo que el emprendedor nazca. Hay ciertos talentos que son propios de personas emprendedoras con las que uno nace, pero quien no posee esos talentos y habilidades, los puede aprender. Lo esencial es tener pasión, tenacidad y capacidad de trabajo.
Ante el maleficio de la crisis, los beneficios del coaching
Tienes madera de emprendedor
1. ¿TIENES MADERA DE EMPRENDEDOR?
por Esther Roche
http://end2endcoaching.es
H
ay dos tipos de personas: las que necesitan sentirse seguras y las que repelen la
certidumbre de la seguridad. Los primeros probablemente nunca sean
emprendedores. Los segundos, tarde o temprano, de un modo u otro, lo serán. Ser
emprendedor es como ser bombero: una vocación. (Pero cuidado, esto no significa que no se
puedan aprender las aptitudes, e incluso las actitudes, de un buen emprendedor). Aquellas
personas que rechazan la incertidumbre y el riesgo, nunca serán emprendedoras, mientras que
el emprendedor disfruta con esa inseguridad, esos riesgos calculados, esos malabarismos para
mantener el equilibrio. Ser emprendedor es un modo de entender la vida, una manera de
enfrentarse al mundo, una forma distinta de interpretar las cosas. Esa interpretación diferente,
la emoción de lo desconocido, la intriga de lo que está por llegar, es lo que procura al
emprendedor su energía y un gran placer.
Las personas emprendedoras suelen ser creativas e inquietas intelectualmente y les
cuesta aceptar que otras personas prefieran la opción, perfectamente válida, de trabajar por
cuenta ajena. De hecho si encuentra a una persona emprendedora trabajando para otros,
seguramente será una persona que no se siente del todo adecuada para el trabajo que
desempeña. Por el contrario, esas otras personas que prefieren la seguridad de una nómina al
final de cada mes, suelen pasarlo mal si emprenden un negocio por cuenta propia porque no
se da en ellas la cualidad esencial del emprendedor: la necesidad y el deseo de moverse en un
entorno incierto y aceptar esa incertidumbre como ingrediente fundamental de su existencia.
(Aunque como decía al principio, esto también se puede aprender. No hay nada que no se
pueda aprender).
Otra característica esencial de la persona emprendedora es la ilusión y la pasión en lo
que hacen. Esa motivación especial es la que hace a un emprendedor no tenerle miedo al
fracaso, porque para él o ella esa palabra está fuera de su vocabulario ya que el fracaso es sólo
una forma de aprender, de obtener feedback: “Bien, esto ya sé que no se debe hacer así. Voy a
buscar otra forma”.
El emprendedor nato también suele ser una persona con buena disposición ante las
posibles barreras, dificultades y toda clase de inconvenientes que se atraviesen en su
andadura. Quien posee una actitud emprendedora arriesga responsablemente, busca
alternativas, diferentes soluciones para un mismo obstáculo, reconoce sus debilidades y
maximiza sus fortalezas y deja de ser observador para convertirse en actor de su propio futuro.
Sabe que tendrá tropiezos pero también sabe que éstos son la mejor manera de aprender la
forma de no hacer algo. Cuando Edison trabajaba en la invención de la bombilla, para cuya
creación hubo de realizar más de mil intentos, uno de sus ayudantes le preguntó si no se
desanimaba ante tantos fracasos, a lo que Thomas contestó: “¿Fracasos? No sé de qué me
hablas. Lo único que sé es que hay mil maneras de no hacer una bombilla”.
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