1. Mensaje sobre la aplicación de Principios
Pastorales
Los Obispos del Paraguay movidos por el deseo de servir mejor al
pueblo que les fuera encomendado y conscientes de su responsabilidad
en la evangelización del mismo, se dirigen a los sacerdotes del clero
secular y regular, a las comunidades religiosas, a los miembros de
institutos seculares, a los dirigentes y militantes de movimientos
laicos, a los fieles de toda la República y a los hombres de buena
voluntad para expresar cuanto sigue:
1- La Iglesia recibió de su Divino fundador la misión de anunciar el
evangelio a toda criatura. Esta es su tarea esencial y a ella están
comprometidos todos sus miembros bajo la orientación de los
legítimos pastores.
2. La evangelización de los pueblos no puede limitarse a la repetición
de fórmulas despojadas de toda referencia a la situación del hombre
de hoy, a las circunstancias que le facilitan o dificultan la práctica del
evangelio, a las formas concretas de convivencia en el respeto a los
derechos del hombre o en el menosprecio de los mismos, etc.
Cuando la Iglesia denuncia una situación de injusticia cumple dicha
responsabilidad con el propósito de enseñar, siguiendo el mandato
evangélico. Por algo el Papa Juan Pablo II dijo en Puebla que para
los Obispos "la dignidad humana es un valor evangélico que no puede
ser despreciado sin grande ofensa al Creador".
3. El testimonio de una vida consagrada al servicio de los demás
forma parte de la labor evangelizadora de la Iglesia. Ese testimonio
se expresa no solo en grandes ocasiones sino también en la realidad
menuda y siemple de la vida cotidiana. El gran desafío de pastores y
ministros de la Iglesia es, hoy más que nunca, ofrecer al creyente y al
hombre común el testimonio de una Iglesia unida en el respeto a la
verdad y a la justicia y en la vivencia del amor y de la fraternidad auténtica.
4. La aplicación de estos principios de tanta importancia pastoral,
exige mucho de nosotros, pastores y ministros de la Iglesia en este
Paraguay de hoy. Queremos recordar algunos aspectos de tales exigencias:
a. Cuando haya motivos reales de gratitud para con las
autoridades civiles que se deba expresar en nombre propio o
de alguna comunidad, y cuando se quiera obtener de las mismas
alguna medida o iniciativa que beneficie a la comunidad,
guárdense la sobriedad y mesura convenientes, sin jamás caer en actitudes
2. serviles.
b. Cuando el deber pastoral y la prudencia exijan tomar
actitudes públicas y definidas ante hechos injustos o inmorales,
suficientemente comprobados y cometidos por una autoridad
civil, que contraríen los derechos del hombre o el bien común,
tales actitudes guardarán el equilibrio y la mesura convenientes,
así como el respeto siempre debido a las autoridades y a las personas.
c. Ningún Obispo o Sacerdote debe tomar parte de actos
políticos partidarios. Las disposiciones que prohiben la
identificación de pastores o ministros de la Iglesia con cualquier
grupo político partidario son claras y deben ser observadas.
d. Cuando se trate de obras de bien común o de actos civiles
oficiales, y la prudencia pastoral lo aconsejan, nada impide la
asistencia de Obispos y Sacerdotes, siempre que se guarden
elementales normas de decoro y respeto.
e. Cuando se trate de la asistencia con participación litúrgica
(por ejemplo bendición o invocación), se tendrá ciudado de
dar al acto religioso espacio y tiempo decoroso; se evitará que
el mismo sea apenas un apéndice del acto civil y se observarán
las normas litúrgicas vigentes.
f.Finalmente, la participación litúrgica corresponde al
Ordinario del lugar o a sus delegados. Es inadmisible que la
designación del ministro sea hecha por las autoridades civiles
y con otros criterios.
5. Al recordar estos principios y formular estas dispocisiones-
aprobadas en la última Asamblea de la CEP y declaradas obligatorias-
, los Obispos de la Iglesia en el Paraguay ratifican su propósito de
perseverar con sinceridad y lealtad en el desempeño de su labor pastoral.
Asunción, 25 de Diciembre de 1983
Por mandato de la Asamblea Plenaria
+ Jorge Livieres Banks
Obispo Titular de Utimmira y Secretario General de la CEP