1. […] hallándose Felipe III en un balcón [...] vio de lejos a un estudiante que, sentado a la orilla del río Manzanares con un libro en la mano, interrumpía a cada paso su lectura, dándose palmadas en la frente y dando grandes demostraciones de contento. — Aquel estudiante —dijo el rey– o está loco o lee la historia de Don Quijote.