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HISTORIA DE GABRIEL GARCIA MARQUEZ
DIANA LUCIA QUINTERO CHUQUEN
(estudiante)
ANDREA BARBOSA
(docente)
ASIGNATURA:INFORMATICA
COLEGIO ARIEL DAVID
NIVEL: E
GRADO: OCTAVO
BOGOTA 27 DE ABRIL DEL 2015
Gabriel García Márquez nació en Aracataca (Magdalena), el 6 de marzo de 1927. Creció como niño único entre sus abuelos maternos y sus tías, pues sus
padres, el telegrafista Gabriel Eligio García y Luisa Santiago Márquez, se fueron a vivir, cuando Gabriel sólo contaba con cinco años, a la población de
Sucre, donde don Gabriel Eligio montó una farmacia y donde tuvieron a la mayoría de sus once hijos.
Los abuelos eran dos personajes bien particulares y marcaron el periplo literario del futuro Nobel: el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de
los Mil Días, le contaba al pequeño Gabriel infinidad de historias de su juventud y de las guerras civiles del siglo XIX, lo llevaba al circo y al cine, y fue su
cordón umbilical con la historia y con la realidad. Doña Tranquilina Iguarán, su cegatona abuela, se la pasaba siempre contando fábulas y leyendas
familiares, mientras organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo con los mensajes que recibía en sueños: ella fue la fuente de la visión mágica,
supersticiosa y sobrenatural de la realidad. Entre sus tías la que más lo marcó fue Francisca, quien tejió su propio sudario para dar fin a su vida.
Gabriel García Márquez aprendió a escribir a los cinco años, en el colegio Montessori de Aracataca, con la joven y bella profesora Rosa Elena Fergusson,
de quien se enamoró: fue la primera mujer que lo perturbó. Cada vez que se le acercaba, le daban ganas de besarla: le inculcó el gusto de ir a la escuela,
sólo por verla, además de la puntualidad y de escribir una cuartilla sin borrador.
En ese colegio permaneció hasta 1936, cuando murió el abuelo y tuvo que irse a vivir con sus padres al sabanero y fluvial puerto de Sucre, de donde salió
para estudiar interno en el colegio San José, de Barranquilla, donde a la edad de diez años ya escribía versos humorísticos. En 1940, gracias a una beca,
ingresó en el internado del Liceo Nacional de Zipaquirá, una experiencia realmente traumática: el frío del internado de la Ciudad de la Sal lo ponía
melancólico, triste. Permaneció siempre con un enorme saco de lana, y nunca sacaba las manos por fuera de sus mangas, pues le tenía pánico al frío.
Sin embargo, a las historias, fábulas y leyendas que le contaron sus abuelos, sumó una experiencia vital que años más tarde sería temática de la novela
escrita después de recibir el premio Nobel: el recorrido del río Magdalena en barco de vapor. En Zipaquirá tuvo como profesor de literatura, entre 1944 y
1946, a Carlos Julio Calderón Hermida, a quien en 1955, cuando publicó La hojarasca, le obsequió con la siguiente dedicatoria: "A mi profesor Carlos
Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera". Ocho meses antes de la entrega del Nobel, en la columna que
publicaba en quince periódicos de todo el mundo, García Márquez declaró que Calderón Hermida era "el profesor ideal de Literatura".
En los años de estudiante en Zipaquirá, Gabriel García Márquez se dedicaba a pintar gatos, burros y rosas, y a hacer caricaturas del rector y demás
compañeros de curso. En 1945 escribió unos sonetos y poemas octosílabos inspirados en una novia que tenía: son uno de los pocos intentos del escritor por
versificar. En 1946 terminó sus estudios secundarios con magníficas calificaciones.
En 1947, presionado por sus padres, se trasladó a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad
Nacional, donde tuvo como profesor a Alfonso López Michelsen y donde se hizo amigo de Camilo
Torres Restrepo. La capital del país fue para García Márquez la ciudad del mundo (y las conoce casi
todas) que más lo impresionó, pues era una ciudad gris, fría, donde todo el mundo se vestía con ropa
muy abrigada y negra. Al igual que en Zipaquirá, García Márquez se llegó a sentir como un extraño,
en un país distinto al suyo: Bogotá era entonces "una ciudad colonial, (...) de gentes introvertidas y
silenciosas, todo lo contrario al Caribe, en donde la gente sentía la presencia de otros seres fenomenales
aunque éstos no estuvieran allí".
El estudio de leyes no era propiamente su pasión, pero logró consolidar su vocación de escritor, pues el
13 de septiembre de 1947 se publicó su primer cuento, La tercera resignación, en el suplemento Fin de
Semana, nº 80, de El Espectador, dirigido por Eduardo Zalamea Borda (Ulises), quien en la
presentación del relato escribió que García Márquez era el nuevo genio de la literatura colombiana; las
ilustraciones del cuento estuvieron a cargo de Hernán Merino. A las pocas semanas apareció un
segundo cuento: Eva está dentro de un gato.
En la Universidad Nacional permaneció sólo hasta el 9 de abril de 1948, pues, a consecuencia del
"Bogotazo", la Universidad se cerró indefinidamente. García Márquez perdió muchos libros y
manuscritos en el incendio de la pensión donde vivía y se vio obligado a pedir traslado a la Universidad
de Cartagena, donde siguió siendo un alumno irregular. Nunca se graduó, pero inició una de sus
principales actividades periodísticas: la de columnista. Manuel Zapata Olivella le consiguió una
columna diaria en el recién fundado periódico El Universal.
A principios de los años cuarenta comenzó a gestarse en Barranquilla una especie
de asociación de amigos de la literatura que se llamó el Grupo de Barranquilla; su
cabeza rectora era don Ramón Vinyes. El "sabio catalán", dueño de una librería
en la que se vendía lo mejor de la literatura española, italiana, francesa e inglesa,
orientaba al grupo en las lecturas, analizaba autores, desmontaba obras y las
volvía a armar, lo que permitía descubrir los trucos de que se servían los
novelistas. La otra cabeza era José Félix Fuenmayor, que proponía los temas y
enseñaba a los jóvenes escritores en ciernes (Álvaro Cepeda Zamudio, Alfonso
Fuenmayor y Germán Vargas, entre otros) la manera de no caer en lo folclórico.
Gabriel García Márquez se vinculó a ese grupo. Al principio viajaba desde
Cartagena a Barranquilla cada vez que podía. Luego, gracias a una neumonía que
le obligó a recluirse en Sucre, cambió su trabajo en El Universal por una columna
diaria en El Heraldo de Barranquilla, que apareció a partir de enero de 1950 bajo
el encabezado de "La jirafa" y firmada por "Septimus".
A principios de 1950, cuando ya tenía muy adelantada su primera novela, titulada entonces La casa, acompañó a
doña Luisa Santiago al pequeño, caliente y polvoriento Aracataca, con el fin de vender la vieja casa en donde él se
había criado. Comprendió entonces que estaba escribiendo una novela falsa, pues su pueblo no era siquiera una
sombra de lo que había conocido en su niñez; a la obra en curso le cambió el título por La hojarasca, y el pueblo ya
no fue Aracataca, sino Macondo, en honor de los corpulentos árboles de la familia de las bombáceas, comunes en la
región y semejantes a las ceibas, que alcanzan una altura de entre treinta y cuarenta metros.
En febrero de 1954 García Márquez se integró en la redacción de El Espectador, donde inicialmente se convirtió en
el primer columnista de cine del periodismo colombiano, y luego en brillante cronista y reportero. El año siguiente
apareció en Bogotá el primer número de la revista Mito, bajo la dirección de Jorge Gaitán Durán.
Duró sólo siete años, pero fueron suficientes, por la profunda influencia que ejerció en la vida cultural colombiana,
para considerar que Mito señala el momento de la aparición de la modernidad en la historia intelectual del país,
pues jugó un papel definitivo en la sociedad y cultura colombianas: desde un principio se ubicó en la
contemporaneidad y en la cultura crítica. Gabriel García Márquez publicó dos trabajos en la revista: un capítulo de
La hojarasca, el Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo (1955), y El coronel no tiene quien le escriba (1958).
En realidad, el escritor siempre ha considerado que Mito fue trascendental; en alguna ocasión dijo a Pedro Gómez
Valderrama: "En Mito comenzaron las cosas".
En ese año de 1955, García Márquez ganó el primer premio en el concurso de la Asociación de Escritores y Artistas;
publicó La hojarasca y un extenso reportaje, por entregas, Relato de un náufrago, el cual fue censurado por el
régimen del general Gustavo Rojas Pinilla, por lo que las directivas de El Espectador decidieron que Gabriel García
Márquez saliera del país rumbo a Ginebra, para cubrir la conferencia de los Cuatro Grandes, y luego a Roma,
donde el papa Pío XII aparentemente agonizaba. En la capital italiana asistió, por unas semanas, al Centro
Sperimentale di Cinema.
Cuatro años estuvo ausente de Colombia. Vivió una larga temporada en París, y recorrió Polonia y Hungría, la República Democrática
Alemana, Checoslovaquia y la Unión Soviética. Continuó como corresponsal de El Espectador, aunque en precarias condiciones, pues si
bien escribió dos novelas, El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora, vivía pobre a morir, esperando el giro mensual que El
Espectador debía enviar pero que demoraba debido a las dificultades del diario con el régimen de Rojas Pinilla. Esta situación se refleja
en El coronel, donde se relata la desesperanza de un viejo oficial de la guerra de los Mil Días aguardando la carta oficial que había de
anunciarle la pensión de retiro a que tiene derecho. Además, fue corresponsal de El Independiente, cuando El Espectador fue clausurado
por la dictadura, y colaboró también con la revista venezolana Élite y la colombianísima Cromos.
Su estancia en Europa le permitió a García Márquez ver América Latina desde otra perspectiva. Le señaló las diferencias entre los
distintos países latinoamericanos, y tomó además mucho material para escribir cuentos acerca de los latinos que vivían en la ciudad luz.
Aprendió a desconfiar de los intelectuales franceses, de sus abstracciones y esquemáticos juegos mentales, y se dio cuenta de que Europa
era un continente viejo, en decadencia, mientras que América, y en especial Latinoamérica, era lo nuevo, la renovación, lo vivo.
A finales de 1957 fue vinculado a la revista Momento y viajó a Venezuela, donde pudo ser testigo de los últimos momentos de la dictadura
del general Marcos Pérez Jiménez. En marzo de 1958, contrajo matrimonio en Barranquilla con Mercedes Barcha, unión de la que
nacieron dos hijos: Rodrigo (1959), bautizado en la Clínica Palermo de Bogotá por Camilo Torres Restrepo, y Gonzalo (1962). Al poco
tiempo de su matrimonio, de regreso a Venezuela, tuvo que dejar su cargo en Momento y asumir un extenuante trabajo en Venezuela
Gráfica, sin dejar de colaborar ocasionalmente en Élite.
Pese a tener poco tiempo para escribir, su cuento Un día después del sábado fue premiado. En 1959 fue nombrado director de la recién
creada agencia de noticias cubana Prensa Latina. En 1960 vivió seis meses en Cuba y al año siguiente fue trasladado a Nueva York, pero
tuvo grandes problemas con los cubanos exiliados y finalmente renunció. Después de recorrer el sur de Estados Unidos se fue a vivir a
México. No sobra decir que, luego de esa estadía en Estados Unidos, el gobierno de ese país le denegó el visado de entrada, porque, según
las autoridades, García Márquez estaba afiliado al partido comunista. Sólo en 1971, cuando la Universidad de Columbia le otorgó el título
de doctor honoris causa, le dieron un visado, aunque condicionado.
Con el poeta cubano Eliseo Diego
Recién llegado a México, donde García Márquez residiría muchos años de su vida, se dedicó a escribir guiones de cine y durante dos años
(1961-1963) publicó en las revistas La Familia y Sucesos, de las cuales fue director. De sus intentos cinematográficos el más exitoso fue El
gallo de oro (1963), basado en un cuento del mismo nombre escrito por Juan Rulfo, y que García Márquez adaptó con el también escritor
Carlos Fuentes. El año anterior había obtenido el premio Esso de Novela Colombiana con La mala hora.
Un día de 1966 en que se dirigía desde Ciudad de México al balneario de Acapulco, Gabriel García Márquez tuvo la
repentina visión de la novela que durante 17 años venía rumiando: consideró que ya la tenía madura, se sentó a la
máquina y durante 18 meses seguidos trabajó ocho y más horas diarias, mientras que su esposa se ocupaba del
sostenimiento de la casa.
En 1967 apareció Cien años de soledad, novela cuyo universo es el tiempo cíclico, en el que suceden historias
fantásticas: pestes de insomnio, diluvios, fertilidad desmedida, levitaciones... Es una gran metáfora en la que, a la vez
que se narra la historia de las generaciones de los Buendía en el mundo mágico de Macondo, desde la fundación del
pueblo hasta la completa extinción de la estirpe, se cuenta de manera insuperable la historia colombiana desde
después del Libertador hasta los años treinta del presente siglo. De ese libro Pablo Neruda, el gran poeta chileno,
opinó: "Es la mejor novela que se ha escrito en castellano después del Quijote". Con tan calificado concepto se ha
dicho todo: el libro no sólo es la opus magnum de García Márquez, sino que constituye un hito en Latinoamérica,
como uno de los libros que más traducciones tiene, treinta idiomas por lo menos, y que mayores ventas ha logrado,
convirtiéndose en un verdadero bestseller mundial.
Después del éxito de Cien años de soledad, García Márquez se estableció en Barcelona y pasó temporadas en Bogotá,
México, Cartagena y La Habana. Durante las tres siguientes décadas escribiría cuatro novelas más y se publicarían
tres volúmenes de cuentos y dos relatos, así como importantes recopilaciones de su producción periodística y
narrativa.
En una imagen tomada en Bogotá, 1972
Varios elementos marcan ese periplo: se profesionalizó como escritor literario, y sólo después de casi 23 años reanudó
sus colaboraciones en El Espectador. En 1985 cambió la máquina de escribir por el computador. Su esposa Mercedes
Barcha siempre colocaba un ramo de rosas amarillas en su mesa de trabajo, flores que García Márquez consideraba
de buena suerte. Un vigilante autorretrato de Alejandro Obregón, que el pintor le regaló y que quiso matar en una
noche de locos con cinco tiros del calibre 38, presidía su estudio. Finalmente, dos de sus compañeros periodísticos,
Álvaro Cepeda Zamudio y Germán Vargas Cantillo, murieron, cumpliendo cierta predicción escrita en Cien años de
soledad.
En la madrugada del 21 de octubre de 1982, García Márquez recibió en México una noticia que hacía ya mucho tiempo esperaba por esas fechas: la
Academia Sueca le otorgó el ansiado premio Nobel de Literatura. Por ese entonces se hallaba exiliado en México, pues el 26 de marzo de 1981 había tenido
que salir de Colombia, ya que el ejército colombiano quería detenerlo por una supuesta vinculación con el movimiento M-19 y porque durante cinco años
había mantenido la revista Alternativa, de corte socialista.
La concesión del Nobel fue todo un acontecimiento cultural en Colombia y Latinoamérica. El escritor Juan Rulfo opinó: "Por primera vez después de
muchos años se ha dado un premio de literatura justo". La ceremonia de entrega del Nobel se celebró en Estocolmo, los días 8, 9 y 10 de diciembre; según se
supo después, disputó el galardón con Graham Greene y Gunther Grass.
Dos actos confirmaron el profundo sentimiento latinoamericano de García Márquez: a la entrega del premio fue vestido con un clásico e impecable liquiliqui
de lino blanco, por ser el traje que usó su abuelo y que usaban los coroneles de las guerras civiles, y que seguía siendo de etiqueta en el Caribe continental.
Con el discurso "La soledad de América Latina" (que leyó el miércoles 8 de diciembre de 1982 ante la Academia Sueca en pleno y ante cuatrocientos
invitados y que fue traducido simultáneamente a ocho idiomas), intentó romper los moldes o frases gastadas con que tradicionalmente Europa se ha referido
a Latinoamérica, y denunció la falta de atención de las superpotencias por el continente. Dio a entender cómo los europeos se han equivocado en su posición
frente a las Américas, y se han quedado tan sólo con la carga de maravilla y magia que se ha asociado siempre a esta parte del mundo. Sugirió cambiar ese
punto de vista mediante la creación de una nueva y gran utopía, la vida, que es a su vez la respuesta de Latinoamérica a su propia trayectoria de muerte.
El discurso es una auténtica pieza literaria de gran estilo y de hondo contenido americanista, una hermosa manifestación de personalidad nacionalista, de fe
en los destinos del continente y de sus pueblos. Confirmó asimismo su compromiso con Latinoamérica, convencido desde siempre de que el subdesarrollo
total, integral, afecta todos los elementos de la vida latinoamericana. Por lo tanto, los escritores de esta parte del mundo deben estar comprometidos con la
realidad social total.
Con motivo de la entrega del Nobel, el gobierno colombiano, presidido por Belisario Betancur, programó una vistosa presentación folclórica en Estocolmo.
Además, adelantó una emisión de sellos con la efigie de García Márquez dibujada por el pintor Juan Antonio Roda, con diseño de Dickens Castro y texto de
Guillermo Angulo, a propósito de la cual el Nobel colombiano expresó: "El sueño de mi vida es que esta estampilla sólo lleve cartas de amor".
Desde que se conoció la noticia de la obtención del ambicionado premio, el asedio de periodistas y medios de comunicación fue permanente y los compromisos
se multiplicaron. Sin embargo, en marzo de 1983 Gabo regresó a Colombia. En Cartagena lo esperaban doña Luisa Santiago Márquez de García, en su casa
del Callejón de Santa Clara, en el tradicional barrio de Manga, con un suculento sancocho de tres carnes (salada, cerdo y gallina) y abundante dulce de
guayaba.
Después del Nobel, García Márquez se ratificó como figura rectora de la cultura nacional, latinoamericana y mundial. Sus conceptos sobre diferentes temas
ejercieron fuerte influencia. Durante el gobierno de César Gaviria Trujillo (1990-1994), junto con otros sabios como Manuel Elkin Patarroyo, Rodolfo Llinás
y el historiador Marco Palacios, formó parte de la comisión encargada de diseñar una estrategia nacional para la ciencia, la investigación y la cultura. Pero,
quizás, una de sus más valientes actitudes fue el apoyo permanente a la revolución cubana y a Fidel Castro, la defensa del régimen socialista impuesto en la
isla y su rechazo al bloqueo norteamericano, que sirvió para que otros países apoyasen de alguna manera a Cuba y evitó mayores intervenciones de los
estadounidenses.
Tras años de silencio, en 2002 García Márquez presentó la primera parte de sus memorias, Vivir para contarla, en la que repasa los primeros treinta años de
su vida. La publicación de esta obra supuso un acontecimiento editorial, con el lanzamiento simultáneo de la primera edición (un millón de ejemplares) en
todos los países hispanohablantes. En 2004 vio la luz su novela Memorias de mis putas tristes. Tres años después recibió sentidos y multitudinarios homenajes
por doble motivo: sus 80 años y el 40º aniversario de la publicación de Cien años de soledad. Falleció el 17 de abril de 2014 en la ciudad de México, tras de
una recaída en el cáncer linfático por el que ya había sido tratado en 1999.
• 1947: La tercera resignación
• 1948: La otra costilla de la muerte
• 1948: Eva está dentro de su gato
• 1949: Amargura para tres sonámbulos
• 1949: Diálogo del espejo
• 1950: Ojos de perro azul
• 1950: La mujer que llegaba a las seis
• 1951: Nabo, el negro que hizo esperar a los ángeles
• 1952: Alguien desordena estas rosas
• 1953: La noche de los alcaravanes
• 1955: Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo
• 1962: La siesta del martes
• 1962: Un día de éstos
• 1962: En este pueblo no hay ladrones
• 1962: La prodigiosa tarde de Baltazar
• 1962: La viuda de Montiel
• 1962: Un día después del sábado
• 1962: Rosas artificiales
• 1962: Los funerales de la Mamá Grande
• 1968: Un señor muy viejo con unas alas enormes
• 1968: La luz es como el agua
• 1961: El mar del tiempo perdido
• 1968: El ahogado más hermoso del mundo
• 1968: El último viaje del buque fantasma
• 1968: Blacamán el bueno vendedor de milagros
• 1970: Muerte constante más allá del amor
• 1972: La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada
• 1992: Doce cuentos peregrinos
Novelas, recopilaciones y reportajes
• 1955: La hojarasca
• 1961: El coronel no tiene quien le escriba
• 1962: La mala hora
• 1962: Los funerales de la Mamá Grande
• 1967: Cien años de soledad
• 1968: Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo
• 1970: Relato de un náufrago
• 1973: Ojos de perro azul
• 1973: Cuando era feliz e indocumentado
• 1974: Chile, el golpe y los gringos
• 1975: El otoño del patriarca
• 1947-1972, 1976: Todos los cuentos
• 1978: De viaje por los países socialistas
• 1948-1952: Obra periodística 1: Textos costeños
• 1954-1955: Obra periodística 2: Entre cachacos
• 1955-1960: Obra periodística 3: De Europa y América
• 1974-1995: Obra periodística 4: Por la libre
• 1980-1984: Obra periodística 5: Notas de prensa
• 1981: Crónica de una muerte anunciada
• 1982: Viva Sandino
• 1982: El secuestro
• 1982: El olor de la guayaba
• 1983: El asalto: el operativo con el que el FSLN se lanzó al mundo
• 1983: Eréndira, guion basado en el relato La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada
• 1985: El amor en los tiempos del cólera
• 1986: La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile
• 1989: El general en su laberinto
• 1992: Doce cuentos peregrino
• 1994: Del amor y otros demonios
• 1996: Noticia de un secuestro
• 2002: Vivir para contarla
• 2004: Memoria de mis putas tristes
• 2010: Yo no vengo a decir un discurso
Publicada en 1967, Cien años de soledad relata el origen, la evolución y la ruina de Macondo, una aldea imaginaria que había hecho su
aparición en las tres novelas cortas que su autor había publicado con anterioridad. Estructurada como una saga familiar, la historia de la
estirpe de los Buendía se extiende por más de cien años, y cuenta con seis generaciones para hacerlo.
La crónica de los Buendía, que acumula una gran cantidad de episodios fantásticos, divertidos y violentos, y la de Macondo, desde su
fundación hasta su fin, representan el ciclo completo de una cultura y un mundo. El clima de violencia en el que se desarrollan sus
personajes es el que marca la soledad que los caracteriza, provocada más por las condiciones de vida que por las angustias existenciales
del individuo.
El realismo mágico (también llamado lo real maravilloso) hace posible que la objetividad de la vida material se vea matizada por la
subjetividad de la fantasía. Lo insólito (situaciones parecidas a los cuentos de hadas, levitaciones, premoniciones, la extrasensorialidad
presente) da lugar a una atmósfera mágica que atenúa la miseria social y humana, de forma que lo mágico subraya la dureza y desajuste
de la realidad, la violencia que domina la vida cotidiana.
Dos familias, la de los Buendía y los Iguarán, han acabado por dar luz a un muchacho con cola de iguana a fuerza de casarse entre sí.
Úrsula Iguarán, recién casada con José Arcadio Buendía, se niega a que el matrimonio se consume por temor a que también les nazca un
hijo con cola. Ello da pie a que Prudencio Aguilar eche en cara José Arcadio su poco valor. José Arcadio acaba matándole por su
provocación, pero el muerto se le aparece constantemente.
Huyendo del fantasma del muerto, y al frente de un grupo de compañeros, José Arcadio llega a una aldea de apenas "veinte casas de
barro y caña brava construida a la orilla de un río" y se queda a vivir en ella. Esta aldea se llama Macondo, mítico escenario de ésta y
otras obras del autor. El único contacto que sus habitantes tienen con el exterior lo constituyen las periódicas visitas de unos gitanos
capitaneados por un tal Melquíades, que, además de conocer el sánscrito, introducen en Macondo el hielo y el imán.
El libro se inicia, precisamente cuando Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía, hijo de José
Arcadio, recuerda aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Así comienza el libro, pero no la historia, que abarca,
en realidad, cuatrocientos años y nos informa acerca de innumerables antepasados de José Arcadio y de su esposa Úrsula, revelando en su
construcción, como gran parte de la narrativa hispanoamericana del momento, la influencia de Faulkner: su acción no avanza de manera
cronológica, sino a brincos, por flashes que nos permiten conocer fragmentos de ella y sólo luego, al final, proporcionamos una visión
global.
El suceso más antiguo relatado en la obra ocurre en 1573, en una casa de Riohacha asaltada por Francis Drake. Después del asalto del
inglés, una antepasada de Úrsula, casada con un aragonés trasplantado a Colombia, se asusta tanto que comienza a sufrir pesadillas
protagonizadas por el pirata penetrando con sus perros por las ventanas del dormitorio. Para ahuyentar las pesadillas, el matrimonio se
traslade a una ranchería del interior, donde conocen a los Buendía, unos criollos cultivadores de tabaco.
Un tataranieto del criollo se casa con una tataranieta del aragonés, y a partir de entonces las familias no dejarán de mezclar su sangre a lo
largo de los tres siglos siguientes, hasta llegar a los ya citados José Arcadio y Úrsula, que tienen tres hijos: José Arcadio, Aureliano y
Amaranta. El viejo José Arcadio muere loco de tanto estudiar, atado a un árbol del patio, y tras su muerte cae lluvia de flores. No es éste
el único momento mágico de la novela.
Publicada en 1981, esta novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez basa su argumento en un suceso
ocurrido durante la juventud del escritor: un asesinato por motivos de honor. Muchos años después el narrador,
erigido en cronista e investigador de unos hechos que vivió muy de cerca pero que no llegó a presenciar, reconstruye
minuciosamente la historia, sin ocultar en ningún momento su desenlace, que anuncia desde la primera frase de la
novela: "El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana..."
Santiago Nasar es un joven de 21 años, hijo del árabe Ibrahim Nasar y de Plácida Linero, Tras una noche de juerga
que se había prolongado hasta pasadas las doce para festejar el matrimonio de Ángela Vicario, Santiago Nasar fue al
puerto a recibir al obispo, que luego pasó por el río sin detenerse, bendiciendo desde el barco a quienes habían ido a
esperarle.
A las 7 y cinco minutos de la mañana, los gemelos Pedro y Plácido Vicario, hermanos de la novia, ya le habían
degollado como a un cerdo. Así termina el primer capítulo de la novela, que se compone de cinco, estando reservados
los otros cuatro a contar los antecedentes de la boda de Ángela Vicario y a seguir paso a paso, aun con más detalle que
en el primero, las andanzas de Santiago Nasar la mañana en que le mataron.
Ángela Vicario, a quien hasta entonces "No se le había conocido ningún novio... y había crecido junto con sus
hermanas bajo el rigor de una madre de hierro", fue obligada por su padre y hermanos a casarse con Bayardo San
Román, un hombre llegado a la ciudad el año anterior y al que ella apenas había visto. Bayardo era hijo de Petronio
San Román, "héroe de las guerras civiles del siglo anterior, y una de las glorias mayores del régimen conservador por
haber puesto en fuga al coronel Aureliano Buendía" (destacado personaje de Cien años de soledad).
Por la madrugada, apenas terminados los festejos de la boda, Bayardo devuelve a Ángela Vicario a la familia, porque
al ir a consumar el matrimonio descubre que la novia no es virgen. Obligada por los suyos a confesar quién la ha
deshonrado, Ángela da el nombre de Santiago Nasar, posiblemente porque no "pensó que sus hermanos se atreverían
contra él".
Pero la honra debe lavarse con sangre, y los gemelos cogen de inmediato sus cuchillos de destripar cerdos y comienzan
la persecución de Santiago, con quien habían estado bebiendo hasta poco antes. "Sin embargo, la realidad parecía ser
que los hermanos Vicario no hicieron nada de lo que convenía para matar a Santiago de inmediato y sin espectáculo
público, sino que hicieron mucho más de lo que era imaginable para que alguien les impidiera matarlo, y no lo
consiguieron".
El 26 de octubre de 1949 el reportero Gabriel García Márquez fue enviado al antiguo
convento de Santa Clara, que iba a ser demolido para edificar sobre él un hotel de cinco
estrellas, a presenciar el vaciado de las criptas funerarias y a cubrir la noticia.
Se exhumaron los restos de un virrey del Perú y su amante secreta, un obispo, varias
abadesas, un bachiller de artes y una marquesa. Pero la sorpresa saltó al destapar la tercera
hornacina del altar mayor: se desparramó una cabellera de color cobre, perteneciente a una
niña. En la lápida apenas se leía el nombre: Sierva María de Todos los Ángeles.
"Extendida en el suelo, la cabellera espléndida medía veintidós metros con once
centímetros. El maestro de obra me explicó sin asombro que el cabello humano crecía un
centímetro por mes hasta después de la muerte, y veintidós metros le parecieron un buen
promedio para doscientos años. A mí, en cambio, no me pareció tan trivial, porque mi
abuela me contaba de niño la leyenda de una marquesita de doce años cuya cabellera le
arrastraba como una cola de novia, que había muerto del mal de rabia por el mordisco de
un perro, y era venerada en los pueblos del Caribe por sus muchos milagros. La idea de que
esa tumba pudiera ser la suya fue mi noticia de aquel día, y el origen de este libro." G.
García Márquez
Los doce cuentos de este libro fueron escritos en los últimos 18 años. Algunos de ellos no
eran como los conocemos ahora. Por ejemplo, hubo uno que fue una novela de televisión.
Gabriel tuvo un sueño que le dio señas de su identidad y personalidad, y que le dio la idea
de escribir cuentos sobre las cosas peculiares que les pasan a los sudamericanos en Europa.
Durante dos años, tomó notas de los temas que se le iban ocurriendo y llegó a acumular
multitud de temas. Más tarde pensó que sería mucho más interesante escribir varios
cuentos cortos en un mismo libro que escribir una sola novela. Así que se puso en marcha,
pero cuando iba por el cuarto ya estaba cansado, ya que era muy difícil escribir muchos
cuentos cortos. Los apuntes de los temas que se le habían ocurrido, se le perdieron, y tuvo
que realizar un enorme esfuerzo en rehacer algunas menos de la mitad. Fue excluyendo
poco a poco y le quedaron dieciocho. Después de idear una nueva forma de escribir cuentos,
siguió eliminando y le quedaron doce: los de este libro. Al cabo de dos años, estaban a punto
para publicarse. Pero entonces pensó que quería estar seguro de que las ciudades europeas
que empleaba en sus cuentos seguían igual veinte años después. Y no fue así.
Por eso tuvo que reescribir sus cuentos en menos de un año, incluyendo los cambios que
había notado en las ciudades. Por último, sólo decir que Gabriel piensa que con este libro ha
conseguido llegar hasta nuestro alcance.
En un pueblo caribeño llamado La Manga vivía una pareja de ancianos, Juvenal Urbino y Fermina Daza. Juvenal Urbino era médico de
profesión, su padre Marcos Aurelio también lo fue, y su hijo del mismo nombre y casado, también. También esta su hija Ofelia con tres
hijos.
Se llevaban bien, aunque habían tenido sus tropiezos como cualquier otro matrimonio. El doctor Urbino salió hacia la casa del fotógrafo,
compañero de ajedrez y también amigo llamado Jeremiah de Saint-Amour el cual había fallecido, y al parecer suicidándose con cianuro
de oro. Tras la muerte y a través de una carta Urbino supo que Jeremiah estaba preparado, es decir, que lo tenía todo previsto para su
suicidio desde hacia años y todo esto fue aclarado por una señora(al parecer su amante) al doctor.
Era Pentecostés, y él iba a ir a la iglesia y al entierro pero que al final resulto que tuvo que ir al suyo mismo (el de Urbino). Esto paló
cuando el loro de Urbino se había escapado, y al él intentar atraparlo, se cayó produciéndole esto la muerte.
Fermina Daza estaba mu7y dolida en el velatorio, y más cuando el señor Florentino Ariza (de unos 10 años amor) se le acerco y le dijo que
había esperado aquel momento toda su vida (el de la muerte de Urbano) y que la seguía amando. Fermina lo mandó a que abandonase el
lugar y a que no volviera nunca más.
Todo empezó de pequeños. Fermina (de 15 años), su tía Escolástica y su padre Lorenzo Danza (que tenía un negocio de mulas), se habían
mudado desde San Juan de la Ciégana hasta la Manga en busca de un futuro mucho mejor.
Florentino ( huérfano de padre) y su madre Tránsito Ariza vivía en una pequeña casa que era sostenida por el sueldo de Florentino el cual
trabajaba en la C.F.C (compañía fluvial del caribe), que era algo así como una mensajería. A él le encantaba leer poesías y demás, se sabía
los libros de memoria, y se había convertido en un verdadero poeta.
Una mañana Florentino tuvo que entregar un telegrama a Lorenzo Danza donde por vez primera vio a Fermina y donde se enamoro de
ella al verla. Se sentaba diariamente en un parquecito para observarla cuando Fermina acompaña de su tía asistía al colegio.
Su madre y sus jefes Lotario thugut y León XII le animaron a escribirle cartas a ella en las que le mostraría sus sentimientos y así fue
hecho. Pero no tuvo respuesta de Fermina hasta que Florentino se le plantó y le dijo que le contestara.
Fermina no lo quería, pero poco a poco sin darse cuenta fue enamorándose de él. Lorenzo Danza se enteró de esto por parte del colegio,
entonces fue cuando echo a su hermana Escolástica por apoyar al carteo, entonces Urbino se fue con la familia al pueblo natal de Fermina
con la finalidad de que Fermina se olvidara de él. A pesar de que Florentino habló con el padre de Fermina sobre que él la quería, éste se
fue.
Ambos quedaron en que se casarían en cuanto ella volviera. Una vez en San Juan de la Ciénaga, su prima Hildebranda Sánchez la ayudo
para se siguiera telegrafiándose con Florentino, que cada vez estaba peor. Solo vivía y pensaba en ella.
Paso el tiempo, Fermina se había convertido en una mujer hermosa y adulta. Notificó a su “esposo” que había llegado.
Florentino vestía de negro y con sombrero, lo cual no le favorecía nada en su fealdad.
El encuentro fue desafortunado. Cuando Fermina tras el susurro por detrás de Florentino lo ve, se sorprende tanto de su aspecto que en
ese momento lo rechaza y Florentino queda destrozado.
El título resume prácticamente el argumento de esta novela de Gabriel García Márquez, publicada en
1961. El coronel (su nombre y apellidos nos son desconocidos, pues el autor siempre lo llama "el
coronel"), hombre de buena fe y bastante ingenuo, vive en su pueblo esperando recibir el aviso de que
le han concedido la pensión a la que tiene derecho por haber servido en su juventud a las órdenes de
Aureliano Buendía (que será uno de los personajes más recordados de Cien años de soledad).
La espera dura desde hace quince años, durante los cuales el coronel no ha dejado de ir a contemplar
todos los viernes la llegada de la lancha que trae el correo y la distribución del mismo, llevándose cada
vez una decepción.
En el transcurso del último año, desde que su hijo Agustín murió acribillado a balazos mientras
repartía propaganda clandestina, el coronel y su esposa, enferma de asma, se han visto obligados a
vender los pocos objetos de valor que tenían para poder subsistir. Subsistir ellos y el gallo, animal de
pelea, herencia de su hijo, por cuya culpa éste murió, según afirma la madre, pues fue en la gallera
donde lo mataron.
Pero para las peleas, en las que esperan poder ganar mucho dinero, aún falta tiempo, y la situación es
cada día más angustiosa. Enterado el coronel de que por la venta del animal puede obtener hasta
novecientos pesos, decide venderlo. Pero cuando lo ve actuar en los entrenamientos siente que no puede
desprenderse de él y renuncia a su venta.
Ante las protestas de su mujer, que alega la posibilidad de que el gallo sea vencido y no ganen un peso,
y ante la pregunta de ella: "Dime, qué comemos", el coronel responde: "Mierda", palabra con la que
termina el relato. La narración, muy corta (no llega a las cien páginas de letra grande) tiene un
argumento muy sencillo. Lo que confiere calidad a la obra es la descripción de su tipos: el coronel, su
esposa, el médico, don Sabas (el hombre más rico del pueblo). También el ambiente, mitad real, mitad
fantástico, que impregna toda la obra de García. Márquez, le confiere una atmósfera de sutil poesía.
El General en su Laberinto es una novela escrita por Gabriel García Márquez y publicada
por la editorial Oveja Negra en 1989.
El General, es decir Simón Bolívar, es el libertador de varios países suramericanos, planea
viajar desde Santa Fe Bogotá hasta Cartagena de Indias, para embarcar hacia Europa,
antes de comenzar su viaje, tiene que avisarle al vicepresidente Domingo Caicedo que
recibirá un pasaporte para poder salir del país.
Él parte desde Santa fe con unos pocos oficiales fieles y su servidor José Palacios, cabalgan
hasta Facatativá, donde se hospedan en una posada y su enfermedad no identificada le
causa un gran deterioro físico.
Después de algunos retrasos llega a honda, donde el gobernador le ha organizado fiestas en
su honor, cuando terminan las fiestas, él avanza siguiendo el curso del rio Magdalena,
donde su debilidad física empeora.
El general y su grupo llegan al puerto de Mompox, donde la policía no reconoce al general
y le pide un pasaporte, pero él no tenía ninguno, luego se dan cuenta de que él es el
General y lo escoltan puerto adentro. Después de unas festividades decide ir a Turbaco
En su camino a Turbaco pasa por Barranca, donde decide esperar su pasaporte, días
después de recibirlo avanza hasta Cartagena, donde le organizan más festejos, pero él esta
muy enfermo para disfrutarlos.
Por factores como su enfermedad, la muerte de José Antonio Sucre y manifestaciones por
la elección de Rafael Urdaneta para gobernar Bogotá decide viajar a la ciudad de Soledad,
donde permanece mas de un mes y su salud sigue deteriorando, en su estadía en esta
ciudad acepta ver un medico.
• El Otoño del Patriarca
• Gabo Periodista
• La Hojarasca
• Noticia de un Secuestro
• Ojos de Perro Azul
• Relato De Un Naufrago
• Vivir Para Contarla
• Yo No Vengo a Decir un Discurso
El escritor Gabriel García Márquez ha fallecido este jueves a los 87 años de edad. El premio
nobel de Literatura 1982 ha fallecido en México DF, donde vivía desde hace años, después
de pasar las últimas semanas aquejado por una neumonía. El autor de obras tan
emblemáticas como Cien años de soledad nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, al norte
de Colombia. Conocido como 'Gabo', fue escritor, periodista y guionista de cine, además de
agitador cultural por convencimiento y padre del "realismo mágico" en literatura. Foto
galería 9 Fotos Fallece García Márquez Su obra más destacada es 'Cien años de Soledad' El
pasado 31 de marzo, García Márquez fue ingresado de urgencia en el Instituto Nacional de
Ciencias Médicas Salvador Zubirán, en México DF, "por un cuadro de deshidratación y un
proceso infeccioso pulmonar y de vías urinarias". Permaneció hospitalizado una semana en
la que aprovechó para dar muestras de su buena evolución. Incluso llegó a pedir a los
periodistas que estaban a las puertas de dicho centro sanitario que "fueran a hacer su
trabajo", restando importancia a su estado de salud. Sin embargo, los rumores de los
últimos días sobre una posible recaída en el cáncer linfático, que le habría afectado a un
pulmón, ganglios e hígado, de acuerdo con el diario mexicano El Universal', que citó fuentes
propias, hicieron temer de nuevo por su salud. En alusión a estos rumores, la familia del
escritor colombiano admitió el pasado lunes que su salud "era muy frágil" y que "existían
riesgos de complicaciones de acuerdo a su edad", pero subrayó que estaba estable. En 1999,
se le diagnosticó un cáncer linfático que, según declaró en una entrevista concedida al diario
colombiano El Tiempo, superó tras un tratamiento de tres meses.
Nuestro querido Gabriel García Márquez se ha ido físicamente, pero permanecerá vivo entre nosotros
a través de sus ideas, sus textos, su memoria en millones de personas que lo amamos en todo el mundo
y el legado representado en el trabajo de sus fundaciones y escuelas de periodismo y cine. En su
fundación en Cartagena, la FNPI, nos sentimos orgullosos de haber disfrutado la guía,
acompañamiento y amistad del Gabo periodista y educador, comprometido a fondo con el periodismo
como una pasión de toda la vida y como una forma de ejercer ciudadanía activa.
Gabo vivió una vida plena e incomparable. Lo recordaremos como un creador genial, un ser humano
lleno de sabiduría, humor y ternura, un trabajador incansable, que supo mostrarnos que la mejor
manera de aprovechar un trayecto vital es siguiendo la vocación personal, con la terquedad y
disciplina que dan cimiento al talento y la pasión.
Gabo nos deja su fuerza. Asumimos con seriedad y entusiasmo, de la mano de nuestros maestros y
aliados, la responsabilidad de que cada día más periodistas de Iberoamérica puedan conocer sus
ideas, estudiarlas, aplicarlas e incluso cuestionarlas, pero siempre con la convicción de que este es un
oficio de carpinteros, que se aprende y se perfecciona con la práctica, escuchando a la gente y
despertando los sentidos para ver lo que nadie más ve, para que las sociedades se informen mejor.
Gracias, Gabo. Gracias, maestro de maestros. Cumpliremos tu mandato; seguiremos adelante con tus
talleres, tu Premio, trabajando de muchas formas por una nueva y creativa época para el mejor oficio
del mundo.
http://www.biografiasyvidas.com/reportaje/garcia_marquez/
http://www.biografiasyvidas.com/reportaje/garcia_marquez/cien_anos.htm
http://www.elresumen.com/biografias/gabriel_garcia_marquez.htm
http://www.biografiasyvidas.com/reportaje/garcia_marquez/cronica.htm
http://www.elresumen.com/libros/del_amor_y_otros_demonios.htm
http://html.rincondelvago.com/doce-cuentos-peregrinos_gabriel-garcia-marquez_5.htm
http://html.rincondelvago.com/el-amor-en-los-tiempos-del-colera_gabriel-garcia-
marquez_1.html
http://www.biografiasyvidas.com/reportaje/garcia_marquez/coronel.htm
http://literatura8c.blogspot.com/2011/08/resumen-completo-el-general-en-su.html
http://www.20minutos.es/noticia/2116724/0/fallece/gabriel-garcia-marquez/escritor-
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  • 1. HISTORIA DE GABRIEL GARCIA MARQUEZ DIANA LUCIA QUINTERO CHUQUEN (estudiante) ANDREA BARBOSA (docente) ASIGNATURA:INFORMATICA COLEGIO ARIEL DAVID NIVEL: E GRADO: OCTAVO BOGOTA 27 DE ABRIL DEL 2015
  • 2. Gabriel García Márquez nació en Aracataca (Magdalena), el 6 de marzo de 1927. Creció como niño único entre sus abuelos maternos y sus tías, pues sus padres, el telegrafista Gabriel Eligio García y Luisa Santiago Márquez, se fueron a vivir, cuando Gabriel sólo contaba con cinco años, a la población de Sucre, donde don Gabriel Eligio montó una farmacia y donde tuvieron a la mayoría de sus once hijos. Los abuelos eran dos personajes bien particulares y marcaron el periplo literario del futuro Nobel: el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días, le contaba al pequeño Gabriel infinidad de historias de su juventud y de las guerras civiles del siglo XIX, lo llevaba al circo y al cine, y fue su cordón umbilical con la historia y con la realidad. Doña Tranquilina Iguarán, su cegatona abuela, se la pasaba siempre contando fábulas y leyendas familiares, mientras organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo con los mensajes que recibía en sueños: ella fue la fuente de la visión mágica, supersticiosa y sobrenatural de la realidad. Entre sus tías la que más lo marcó fue Francisca, quien tejió su propio sudario para dar fin a su vida. Gabriel García Márquez aprendió a escribir a los cinco años, en el colegio Montessori de Aracataca, con la joven y bella profesora Rosa Elena Fergusson, de quien se enamoró: fue la primera mujer que lo perturbó. Cada vez que se le acercaba, le daban ganas de besarla: le inculcó el gusto de ir a la escuela, sólo por verla, además de la puntualidad y de escribir una cuartilla sin borrador. En ese colegio permaneció hasta 1936, cuando murió el abuelo y tuvo que irse a vivir con sus padres al sabanero y fluvial puerto de Sucre, de donde salió para estudiar interno en el colegio San José, de Barranquilla, donde a la edad de diez años ya escribía versos humorísticos. En 1940, gracias a una beca, ingresó en el internado del Liceo Nacional de Zipaquirá, una experiencia realmente traumática: el frío del internado de la Ciudad de la Sal lo ponía melancólico, triste. Permaneció siempre con un enorme saco de lana, y nunca sacaba las manos por fuera de sus mangas, pues le tenía pánico al frío. Sin embargo, a las historias, fábulas y leyendas que le contaron sus abuelos, sumó una experiencia vital que años más tarde sería temática de la novela escrita después de recibir el premio Nobel: el recorrido del río Magdalena en barco de vapor. En Zipaquirá tuvo como profesor de literatura, entre 1944 y 1946, a Carlos Julio Calderón Hermida, a quien en 1955, cuando publicó La hojarasca, le obsequió con la siguiente dedicatoria: "A mi profesor Carlos Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera". Ocho meses antes de la entrega del Nobel, en la columna que publicaba en quince periódicos de todo el mundo, García Márquez declaró que Calderón Hermida era "el profesor ideal de Literatura". En los años de estudiante en Zipaquirá, Gabriel García Márquez se dedicaba a pintar gatos, burros y rosas, y a hacer caricaturas del rector y demás compañeros de curso. En 1945 escribió unos sonetos y poemas octosílabos inspirados en una novia que tenía: son uno de los pocos intentos del escritor por versificar. En 1946 terminó sus estudios secundarios con magníficas calificaciones.
  • 3.
  • 4. En 1947, presionado por sus padres, se trasladó a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional, donde tuvo como profesor a Alfonso López Michelsen y donde se hizo amigo de Camilo Torres Restrepo. La capital del país fue para García Márquez la ciudad del mundo (y las conoce casi todas) que más lo impresionó, pues era una ciudad gris, fría, donde todo el mundo se vestía con ropa muy abrigada y negra. Al igual que en Zipaquirá, García Márquez se llegó a sentir como un extraño, en un país distinto al suyo: Bogotá era entonces "una ciudad colonial, (...) de gentes introvertidas y silenciosas, todo lo contrario al Caribe, en donde la gente sentía la presencia de otros seres fenomenales aunque éstos no estuvieran allí". El estudio de leyes no era propiamente su pasión, pero logró consolidar su vocación de escritor, pues el 13 de septiembre de 1947 se publicó su primer cuento, La tercera resignación, en el suplemento Fin de Semana, nº 80, de El Espectador, dirigido por Eduardo Zalamea Borda (Ulises), quien en la presentación del relato escribió que García Márquez era el nuevo genio de la literatura colombiana; las ilustraciones del cuento estuvieron a cargo de Hernán Merino. A las pocas semanas apareció un segundo cuento: Eva está dentro de un gato. En la Universidad Nacional permaneció sólo hasta el 9 de abril de 1948, pues, a consecuencia del "Bogotazo", la Universidad se cerró indefinidamente. García Márquez perdió muchos libros y manuscritos en el incendio de la pensión donde vivía y se vio obligado a pedir traslado a la Universidad de Cartagena, donde siguió siendo un alumno irregular. Nunca se graduó, pero inició una de sus principales actividades periodísticas: la de columnista. Manuel Zapata Olivella le consiguió una columna diaria en el recién fundado periódico El Universal.
  • 5.
  • 6. A principios de los años cuarenta comenzó a gestarse en Barranquilla una especie de asociación de amigos de la literatura que se llamó el Grupo de Barranquilla; su cabeza rectora era don Ramón Vinyes. El "sabio catalán", dueño de una librería en la que se vendía lo mejor de la literatura española, italiana, francesa e inglesa, orientaba al grupo en las lecturas, analizaba autores, desmontaba obras y las volvía a armar, lo que permitía descubrir los trucos de que se servían los novelistas. La otra cabeza era José Félix Fuenmayor, que proponía los temas y enseñaba a los jóvenes escritores en ciernes (Álvaro Cepeda Zamudio, Alfonso Fuenmayor y Germán Vargas, entre otros) la manera de no caer en lo folclórico. Gabriel García Márquez se vinculó a ese grupo. Al principio viajaba desde Cartagena a Barranquilla cada vez que podía. Luego, gracias a una neumonía que le obligó a recluirse en Sucre, cambió su trabajo en El Universal por una columna diaria en El Heraldo de Barranquilla, que apareció a partir de enero de 1950 bajo el encabezado de "La jirafa" y firmada por "Septimus".
  • 7.
  • 8. A principios de 1950, cuando ya tenía muy adelantada su primera novela, titulada entonces La casa, acompañó a doña Luisa Santiago al pequeño, caliente y polvoriento Aracataca, con el fin de vender la vieja casa en donde él se había criado. Comprendió entonces que estaba escribiendo una novela falsa, pues su pueblo no era siquiera una sombra de lo que había conocido en su niñez; a la obra en curso le cambió el título por La hojarasca, y el pueblo ya no fue Aracataca, sino Macondo, en honor de los corpulentos árboles de la familia de las bombáceas, comunes en la región y semejantes a las ceibas, que alcanzan una altura de entre treinta y cuarenta metros. En febrero de 1954 García Márquez se integró en la redacción de El Espectador, donde inicialmente se convirtió en el primer columnista de cine del periodismo colombiano, y luego en brillante cronista y reportero. El año siguiente apareció en Bogotá el primer número de la revista Mito, bajo la dirección de Jorge Gaitán Durán. Duró sólo siete años, pero fueron suficientes, por la profunda influencia que ejerció en la vida cultural colombiana, para considerar que Mito señala el momento de la aparición de la modernidad en la historia intelectual del país, pues jugó un papel definitivo en la sociedad y cultura colombianas: desde un principio se ubicó en la contemporaneidad y en la cultura crítica. Gabriel García Márquez publicó dos trabajos en la revista: un capítulo de La hojarasca, el Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo (1955), y El coronel no tiene quien le escriba (1958). En realidad, el escritor siempre ha considerado que Mito fue trascendental; en alguna ocasión dijo a Pedro Gómez Valderrama: "En Mito comenzaron las cosas". En ese año de 1955, García Márquez ganó el primer premio en el concurso de la Asociación de Escritores y Artistas; publicó La hojarasca y un extenso reportaje, por entregas, Relato de un náufrago, el cual fue censurado por el régimen del general Gustavo Rojas Pinilla, por lo que las directivas de El Espectador decidieron que Gabriel García Márquez saliera del país rumbo a Ginebra, para cubrir la conferencia de los Cuatro Grandes, y luego a Roma, donde el papa Pío XII aparentemente agonizaba. En la capital italiana asistió, por unas semanas, al Centro Sperimentale di Cinema.
  • 9.
  • 10. Cuatro años estuvo ausente de Colombia. Vivió una larga temporada en París, y recorrió Polonia y Hungría, la República Democrática Alemana, Checoslovaquia y la Unión Soviética. Continuó como corresponsal de El Espectador, aunque en precarias condiciones, pues si bien escribió dos novelas, El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora, vivía pobre a morir, esperando el giro mensual que El Espectador debía enviar pero que demoraba debido a las dificultades del diario con el régimen de Rojas Pinilla. Esta situación se refleja en El coronel, donde se relata la desesperanza de un viejo oficial de la guerra de los Mil Días aguardando la carta oficial que había de anunciarle la pensión de retiro a que tiene derecho. Además, fue corresponsal de El Independiente, cuando El Espectador fue clausurado por la dictadura, y colaboró también con la revista venezolana Élite y la colombianísima Cromos. Su estancia en Europa le permitió a García Márquez ver América Latina desde otra perspectiva. Le señaló las diferencias entre los distintos países latinoamericanos, y tomó además mucho material para escribir cuentos acerca de los latinos que vivían en la ciudad luz. Aprendió a desconfiar de los intelectuales franceses, de sus abstracciones y esquemáticos juegos mentales, y se dio cuenta de que Europa era un continente viejo, en decadencia, mientras que América, y en especial Latinoamérica, era lo nuevo, la renovación, lo vivo. A finales de 1957 fue vinculado a la revista Momento y viajó a Venezuela, donde pudo ser testigo de los últimos momentos de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez. En marzo de 1958, contrajo matrimonio en Barranquilla con Mercedes Barcha, unión de la que nacieron dos hijos: Rodrigo (1959), bautizado en la Clínica Palermo de Bogotá por Camilo Torres Restrepo, y Gonzalo (1962). Al poco tiempo de su matrimonio, de regreso a Venezuela, tuvo que dejar su cargo en Momento y asumir un extenuante trabajo en Venezuela Gráfica, sin dejar de colaborar ocasionalmente en Élite. Pese a tener poco tiempo para escribir, su cuento Un día después del sábado fue premiado. En 1959 fue nombrado director de la recién creada agencia de noticias cubana Prensa Latina. En 1960 vivió seis meses en Cuba y al año siguiente fue trasladado a Nueva York, pero tuvo grandes problemas con los cubanos exiliados y finalmente renunció. Después de recorrer el sur de Estados Unidos se fue a vivir a México. No sobra decir que, luego de esa estadía en Estados Unidos, el gobierno de ese país le denegó el visado de entrada, porque, según las autoridades, García Márquez estaba afiliado al partido comunista. Sólo en 1971, cuando la Universidad de Columbia le otorgó el título de doctor honoris causa, le dieron un visado, aunque condicionado. Con el poeta cubano Eliseo Diego Recién llegado a México, donde García Márquez residiría muchos años de su vida, se dedicó a escribir guiones de cine y durante dos años (1961-1963) publicó en las revistas La Familia y Sucesos, de las cuales fue director. De sus intentos cinematográficos el más exitoso fue El gallo de oro (1963), basado en un cuento del mismo nombre escrito por Juan Rulfo, y que García Márquez adaptó con el también escritor Carlos Fuentes. El año anterior había obtenido el premio Esso de Novela Colombiana con La mala hora.
  • 11.
  • 12. Un día de 1966 en que se dirigía desde Ciudad de México al balneario de Acapulco, Gabriel García Márquez tuvo la repentina visión de la novela que durante 17 años venía rumiando: consideró que ya la tenía madura, se sentó a la máquina y durante 18 meses seguidos trabajó ocho y más horas diarias, mientras que su esposa se ocupaba del sostenimiento de la casa. En 1967 apareció Cien años de soledad, novela cuyo universo es el tiempo cíclico, en el que suceden historias fantásticas: pestes de insomnio, diluvios, fertilidad desmedida, levitaciones... Es una gran metáfora en la que, a la vez que se narra la historia de las generaciones de los Buendía en el mundo mágico de Macondo, desde la fundación del pueblo hasta la completa extinción de la estirpe, se cuenta de manera insuperable la historia colombiana desde después del Libertador hasta los años treinta del presente siglo. De ese libro Pablo Neruda, el gran poeta chileno, opinó: "Es la mejor novela que se ha escrito en castellano después del Quijote". Con tan calificado concepto se ha dicho todo: el libro no sólo es la opus magnum de García Márquez, sino que constituye un hito en Latinoamérica, como uno de los libros que más traducciones tiene, treinta idiomas por lo menos, y que mayores ventas ha logrado, convirtiéndose en un verdadero bestseller mundial. Después del éxito de Cien años de soledad, García Márquez se estableció en Barcelona y pasó temporadas en Bogotá, México, Cartagena y La Habana. Durante las tres siguientes décadas escribiría cuatro novelas más y se publicarían tres volúmenes de cuentos y dos relatos, así como importantes recopilaciones de su producción periodística y narrativa. En una imagen tomada en Bogotá, 1972 Varios elementos marcan ese periplo: se profesionalizó como escritor literario, y sólo después de casi 23 años reanudó sus colaboraciones en El Espectador. En 1985 cambió la máquina de escribir por el computador. Su esposa Mercedes Barcha siempre colocaba un ramo de rosas amarillas en su mesa de trabajo, flores que García Márquez consideraba de buena suerte. Un vigilante autorretrato de Alejandro Obregón, que el pintor le regaló y que quiso matar en una noche de locos con cinco tiros del calibre 38, presidía su estudio. Finalmente, dos de sus compañeros periodísticos, Álvaro Cepeda Zamudio y Germán Vargas Cantillo, murieron, cumpliendo cierta predicción escrita en Cien años de soledad.
  • 13. En la madrugada del 21 de octubre de 1982, García Márquez recibió en México una noticia que hacía ya mucho tiempo esperaba por esas fechas: la Academia Sueca le otorgó el ansiado premio Nobel de Literatura. Por ese entonces se hallaba exiliado en México, pues el 26 de marzo de 1981 había tenido que salir de Colombia, ya que el ejército colombiano quería detenerlo por una supuesta vinculación con el movimiento M-19 y porque durante cinco años había mantenido la revista Alternativa, de corte socialista. La concesión del Nobel fue todo un acontecimiento cultural en Colombia y Latinoamérica. El escritor Juan Rulfo opinó: "Por primera vez después de muchos años se ha dado un premio de literatura justo". La ceremonia de entrega del Nobel se celebró en Estocolmo, los días 8, 9 y 10 de diciembre; según se supo después, disputó el galardón con Graham Greene y Gunther Grass. Dos actos confirmaron el profundo sentimiento latinoamericano de García Márquez: a la entrega del premio fue vestido con un clásico e impecable liquiliqui de lino blanco, por ser el traje que usó su abuelo y que usaban los coroneles de las guerras civiles, y que seguía siendo de etiqueta en el Caribe continental. Con el discurso "La soledad de América Latina" (que leyó el miércoles 8 de diciembre de 1982 ante la Academia Sueca en pleno y ante cuatrocientos invitados y que fue traducido simultáneamente a ocho idiomas), intentó romper los moldes o frases gastadas con que tradicionalmente Europa se ha referido a Latinoamérica, y denunció la falta de atención de las superpotencias por el continente. Dio a entender cómo los europeos se han equivocado en su posición frente a las Américas, y se han quedado tan sólo con la carga de maravilla y magia que se ha asociado siempre a esta parte del mundo. Sugirió cambiar ese punto de vista mediante la creación de una nueva y gran utopía, la vida, que es a su vez la respuesta de Latinoamérica a su propia trayectoria de muerte. El discurso es una auténtica pieza literaria de gran estilo y de hondo contenido americanista, una hermosa manifestación de personalidad nacionalista, de fe en los destinos del continente y de sus pueblos. Confirmó asimismo su compromiso con Latinoamérica, convencido desde siempre de que el subdesarrollo total, integral, afecta todos los elementos de la vida latinoamericana. Por lo tanto, los escritores de esta parte del mundo deben estar comprometidos con la realidad social total. Con motivo de la entrega del Nobel, el gobierno colombiano, presidido por Belisario Betancur, programó una vistosa presentación folclórica en Estocolmo. Además, adelantó una emisión de sellos con la efigie de García Márquez dibujada por el pintor Juan Antonio Roda, con diseño de Dickens Castro y texto de Guillermo Angulo, a propósito de la cual el Nobel colombiano expresó: "El sueño de mi vida es que esta estampilla sólo lleve cartas de amor". Desde que se conoció la noticia de la obtención del ambicionado premio, el asedio de periodistas y medios de comunicación fue permanente y los compromisos se multiplicaron. Sin embargo, en marzo de 1983 Gabo regresó a Colombia. En Cartagena lo esperaban doña Luisa Santiago Márquez de García, en su casa del Callejón de Santa Clara, en el tradicional barrio de Manga, con un suculento sancocho de tres carnes (salada, cerdo y gallina) y abundante dulce de guayaba. Después del Nobel, García Márquez se ratificó como figura rectora de la cultura nacional, latinoamericana y mundial. Sus conceptos sobre diferentes temas ejercieron fuerte influencia. Durante el gobierno de César Gaviria Trujillo (1990-1994), junto con otros sabios como Manuel Elkin Patarroyo, Rodolfo Llinás y el historiador Marco Palacios, formó parte de la comisión encargada de diseñar una estrategia nacional para la ciencia, la investigación y la cultura. Pero, quizás, una de sus más valientes actitudes fue el apoyo permanente a la revolución cubana y a Fidel Castro, la defensa del régimen socialista impuesto en la isla y su rechazo al bloqueo norteamericano, que sirvió para que otros países apoyasen de alguna manera a Cuba y evitó mayores intervenciones de los estadounidenses. Tras años de silencio, en 2002 García Márquez presentó la primera parte de sus memorias, Vivir para contarla, en la que repasa los primeros treinta años de su vida. La publicación de esta obra supuso un acontecimiento editorial, con el lanzamiento simultáneo de la primera edición (un millón de ejemplares) en todos los países hispanohablantes. En 2004 vio la luz su novela Memorias de mis putas tristes. Tres años después recibió sentidos y multitudinarios homenajes por doble motivo: sus 80 años y el 40º aniversario de la publicación de Cien años de soledad. Falleció el 17 de abril de 2014 en la ciudad de México, tras de una recaída en el cáncer linfático por el que ya había sido tratado en 1999.
  • 14.
  • 15. • 1947: La tercera resignación • 1948: La otra costilla de la muerte • 1948: Eva está dentro de su gato • 1949: Amargura para tres sonámbulos • 1949: Diálogo del espejo • 1950: Ojos de perro azul • 1950: La mujer que llegaba a las seis • 1951: Nabo, el negro que hizo esperar a los ángeles • 1952: Alguien desordena estas rosas • 1953: La noche de los alcaravanes • 1955: Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo • 1962: La siesta del martes • 1962: Un día de éstos • 1962: En este pueblo no hay ladrones • 1962: La prodigiosa tarde de Baltazar • 1962: La viuda de Montiel • 1962: Un día después del sábado • 1962: Rosas artificiales • 1962: Los funerales de la Mamá Grande • 1968: Un señor muy viejo con unas alas enormes • 1968: La luz es como el agua • 1961: El mar del tiempo perdido • 1968: El ahogado más hermoso del mundo • 1968: El último viaje del buque fantasma • 1968: Blacamán el bueno vendedor de milagros • 1970: Muerte constante más allá del amor • 1972: La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada • 1992: Doce cuentos peregrinos
  • 16. Novelas, recopilaciones y reportajes • 1955: La hojarasca • 1961: El coronel no tiene quien le escriba • 1962: La mala hora • 1962: Los funerales de la Mamá Grande • 1967: Cien años de soledad • 1968: Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo • 1970: Relato de un náufrago • 1973: Ojos de perro azul • 1973: Cuando era feliz e indocumentado • 1974: Chile, el golpe y los gringos • 1975: El otoño del patriarca • 1947-1972, 1976: Todos los cuentos • 1978: De viaje por los países socialistas • 1948-1952: Obra periodística 1: Textos costeños • 1954-1955: Obra periodística 2: Entre cachacos • 1955-1960: Obra periodística 3: De Europa y América • 1974-1995: Obra periodística 4: Por la libre • 1980-1984: Obra periodística 5: Notas de prensa • 1981: Crónica de una muerte anunciada • 1982: Viva Sandino • 1982: El secuestro • 1982: El olor de la guayaba • 1983: El asalto: el operativo con el que el FSLN se lanzó al mundo • 1983: Eréndira, guion basado en el relato La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada • 1985: El amor en los tiempos del cólera • 1986: La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile • 1989: El general en su laberinto • 1992: Doce cuentos peregrino • 1994: Del amor y otros demonios • 1996: Noticia de un secuestro • 2002: Vivir para contarla • 2004: Memoria de mis putas tristes • 2010: Yo no vengo a decir un discurso
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  • 19. Publicada en 1967, Cien años de soledad relata el origen, la evolución y la ruina de Macondo, una aldea imaginaria que había hecho su aparición en las tres novelas cortas que su autor había publicado con anterioridad. Estructurada como una saga familiar, la historia de la estirpe de los Buendía se extiende por más de cien años, y cuenta con seis generaciones para hacerlo. La crónica de los Buendía, que acumula una gran cantidad de episodios fantásticos, divertidos y violentos, y la de Macondo, desde su fundación hasta su fin, representan el ciclo completo de una cultura y un mundo. El clima de violencia en el que se desarrollan sus personajes es el que marca la soledad que los caracteriza, provocada más por las condiciones de vida que por las angustias existenciales del individuo. El realismo mágico (también llamado lo real maravilloso) hace posible que la objetividad de la vida material se vea matizada por la subjetividad de la fantasía. Lo insólito (situaciones parecidas a los cuentos de hadas, levitaciones, premoniciones, la extrasensorialidad presente) da lugar a una atmósfera mágica que atenúa la miseria social y humana, de forma que lo mágico subraya la dureza y desajuste de la realidad, la violencia que domina la vida cotidiana. Dos familias, la de los Buendía y los Iguarán, han acabado por dar luz a un muchacho con cola de iguana a fuerza de casarse entre sí. Úrsula Iguarán, recién casada con José Arcadio Buendía, se niega a que el matrimonio se consume por temor a que también les nazca un hijo con cola. Ello da pie a que Prudencio Aguilar eche en cara José Arcadio su poco valor. José Arcadio acaba matándole por su provocación, pero el muerto se le aparece constantemente. Huyendo del fantasma del muerto, y al frente de un grupo de compañeros, José Arcadio llega a una aldea de apenas "veinte casas de barro y caña brava construida a la orilla de un río" y se queda a vivir en ella. Esta aldea se llama Macondo, mítico escenario de ésta y otras obras del autor. El único contacto que sus habitantes tienen con el exterior lo constituyen las periódicas visitas de unos gitanos capitaneados por un tal Melquíades, que, además de conocer el sánscrito, introducen en Macondo el hielo y el imán. El libro se inicia, precisamente cuando Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía, hijo de José Arcadio, recuerda aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Así comienza el libro, pero no la historia, que abarca, en realidad, cuatrocientos años y nos informa acerca de innumerables antepasados de José Arcadio y de su esposa Úrsula, revelando en su construcción, como gran parte de la narrativa hispanoamericana del momento, la influencia de Faulkner: su acción no avanza de manera cronológica, sino a brincos, por flashes que nos permiten conocer fragmentos de ella y sólo luego, al final, proporcionamos una visión global. El suceso más antiguo relatado en la obra ocurre en 1573, en una casa de Riohacha asaltada por Francis Drake. Después del asalto del inglés, una antepasada de Úrsula, casada con un aragonés trasplantado a Colombia, se asusta tanto que comienza a sufrir pesadillas protagonizadas por el pirata penetrando con sus perros por las ventanas del dormitorio. Para ahuyentar las pesadillas, el matrimonio se traslade a una ranchería del interior, donde conocen a los Buendía, unos criollos cultivadores de tabaco. Un tataranieto del criollo se casa con una tataranieta del aragonés, y a partir de entonces las familias no dejarán de mezclar su sangre a lo largo de los tres siglos siguientes, hasta llegar a los ya citados José Arcadio y Úrsula, que tienen tres hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta. El viejo José Arcadio muere loco de tanto estudiar, atado a un árbol del patio, y tras su muerte cae lluvia de flores. No es éste el único momento mágico de la novela.
  • 20.
  • 21. Publicada en 1981, esta novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez basa su argumento en un suceso ocurrido durante la juventud del escritor: un asesinato por motivos de honor. Muchos años después el narrador, erigido en cronista e investigador de unos hechos que vivió muy de cerca pero que no llegó a presenciar, reconstruye minuciosamente la historia, sin ocultar en ningún momento su desenlace, que anuncia desde la primera frase de la novela: "El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana..." Santiago Nasar es un joven de 21 años, hijo del árabe Ibrahim Nasar y de Plácida Linero, Tras una noche de juerga que se había prolongado hasta pasadas las doce para festejar el matrimonio de Ángela Vicario, Santiago Nasar fue al puerto a recibir al obispo, que luego pasó por el río sin detenerse, bendiciendo desde el barco a quienes habían ido a esperarle. A las 7 y cinco minutos de la mañana, los gemelos Pedro y Plácido Vicario, hermanos de la novia, ya le habían degollado como a un cerdo. Así termina el primer capítulo de la novela, que se compone de cinco, estando reservados los otros cuatro a contar los antecedentes de la boda de Ángela Vicario y a seguir paso a paso, aun con más detalle que en el primero, las andanzas de Santiago Nasar la mañana en que le mataron. Ángela Vicario, a quien hasta entonces "No se le había conocido ningún novio... y había crecido junto con sus hermanas bajo el rigor de una madre de hierro", fue obligada por su padre y hermanos a casarse con Bayardo San Román, un hombre llegado a la ciudad el año anterior y al que ella apenas había visto. Bayardo era hijo de Petronio San Román, "héroe de las guerras civiles del siglo anterior, y una de las glorias mayores del régimen conservador por haber puesto en fuga al coronel Aureliano Buendía" (destacado personaje de Cien años de soledad). Por la madrugada, apenas terminados los festejos de la boda, Bayardo devuelve a Ángela Vicario a la familia, porque al ir a consumar el matrimonio descubre que la novia no es virgen. Obligada por los suyos a confesar quién la ha deshonrado, Ángela da el nombre de Santiago Nasar, posiblemente porque no "pensó que sus hermanos se atreverían contra él". Pero la honra debe lavarse con sangre, y los gemelos cogen de inmediato sus cuchillos de destripar cerdos y comienzan la persecución de Santiago, con quien habían estado bebiendo hasta poco antes. "Sin embargo, la realidad parecía ser que los hermanos Vicario no hicieron nada de lo que convenía para matar a Santiago de inmediato y sin espectáculo público, sino que hicieron mucho más de lo que era imaginable para que alguien les impidiera matarlo, y no lo consiguieron".
  • 22.
  • 23. El 26 de octubre de 1949 el reportero Gabriel García Márquez fue enviado al antiguo convento de Santa Clara, que iba a ser demolido para edificar sobre él un hotel de cinco estrellas, a presenciar el vaciado de las criptas funerarias y a cubrir la noticia. Se exhumaron los restos de un virrey del Perú y su amante secreta, un obispo, varias abadesas, un bachiller de artes y una marquesa. Pero la sorpresa saltó al destapar la tercera hornacina del altar mayor: se desparramó una cabellera de color cobre, perteneciente a una niña. En la lápida apenas se leía el nombre: Sierva María de Todos los Ángeles. "Extendida en el suelo, la cabellera espléndida medía veintidós metros con once centímetros. El maestro de obra me explicó sin asombro que el cabello humano crecía un centímetro por mes hasta después de la muerte, y veintidós metros le parecieron un buen promedio para doscientos años. A mí, en cambio, no me pareció tan trivial, porque mi abuela me contaba de niño la leyenda de una marquesita de doce años cuya cabellera le arrastraba como una cola de novia, que había muerto del mal de rabia por el mordisco de un perro, y era venerada en los pueblos del Caribe por sus muchos milagros. La idea de que esa tumba pudiera ser la suya fue mi noticia de aquel día, y el origen de este libro." G. García Márquez
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  • 25. Los doce cuentos de este libro fueron escritos en los últimos 18 años. Algunos de ellos no eran como los conocemos ahora. Por ejemplo, hubo uno que fue una novela de televisión. Gabriel tuvo un sueño que le dio señas de su identidad y personalidad, y que le dio la idea de escribir cuentos sobre las cosas peculiares que les pasan a los sudamericanos en Europa. Durante dos años, tomó notas de los temas que se le iban ocurriendo y llegó a acumular multitud de temas. Más tarde pensó que sería mucho más interesante escribir varios cuentos cortos en un mismo libro que escribir una sola novela. Así que se puso en marcha, pero cuando iba por el cuarto ya estaba cansado, ya que era muy difícil escribir muchos cuentos cortos. Los apuntes de los temas que se le habían ocurrido, se le perdieron, y tuvo que realizar un enorme esfuerzo en rehacer algunas menos de la mitad. Fue excluyendo poco a poco y le quedaron dieciocho. Después de idear una nueva forma de escribir cuentos, siguió eliminando y le quedaron doce: los de este libro. Al cabo de dos años, estaban a punto para publicarse. Pero entonces pensó que quería estar seguro de que las ciudades europeas que empleaba en sus cuentos seguían igual veinte años después. Y no fue así. Por eso tuvo que reescribir sus cuentos en menos de un año, incluyendo los cambios que había notado en las ciudades. Por último, sólo decir que Gabriel piensa que con este libro ha conseguido llegar hasta nuestro alcance.
  • 26.
  • 27. En un pueblo caribeño llamado La Manga vivía una pareja de ancianos, Juvenal Urbino y Fermina Daza. Juvenal Urbino era médico de profesión, su padre Marcos Aurelio también lo fue, y su hijo del mismo nombre y casado, también. También esta su hija Ofelia con tres hijos. Se llevaban bien, aunque habían tenido sus tropiezos como cualquier otro matrimonio. El doctor Urbino salió hacia la casa del fotógrafo, compañero de ajedrez y también amigo llamado Jeremiah de Saint-Amour el cual había fallecido, y al parecer suicidándose con cianuro de oro. Tras la muerte y a través de una carta Urbino supo que Jeremiah estaba preparado, es decir, que lo tenía todo previsto para su suicidio desde hacia años y todo esto fue aclarado por una señora(al parecer su amante) al doctor. Era Pentecostés, y él iba a ir a la iglesia y al entierro pero que al final resulto que tuvo que ir al suyo mismo (el de Urbino). Esto paló cuando el loro de Urbino se había escapado, y al él intentar atraparlo, se cayó produciéndole esto la muerte. Fermina Daza estaba mu7y dolida en el velatorio, y más cuando el señor Florentino Ariza (de unos 10 años amor) se le acerco y le dijo que había esperado aquel momento toda su vida (el de la muerte de Urbano) y que la seguía amando. Fermina lo mandó a que abandonase el lugar y a que no volviera nunca más. Todo empezó de pequeños. Fermina (de 15 años), su tía Escolástica y su padre Lorenzo Danza (que tenía un negocio de mulas), se habían mudado desde San Juan de la Ciégana hasta la Manga en busca de un futuro mucho mejor. Florentino ( huérfano de padre) y su madre Tránsito Ariza vivía en una pequeña casa que era sostenida por el sueldo de Florentino el cual trabajaba en la C.F.C (compañía fluvial del caribe), que era algo así como una mensajería. A él le encantaba leer poesías y demás, se sabía los libros de memoria, y se había convertido en un verdadero poeta. Una mañana Florentino tuvo que entregar un telegrama a Lorenzo Danza donde por vez primera vio a Fermina y donde se enamoro de ella al verla. Se sentaba diariamente en un parquecito para observarla cuando Fermina acompaña de su tía asistía al colegio. Su madre y sus jefes Lotario thugut y León XII le animaron a escribirle cartas a ella en las que le mostraría sus sentimientos y así fue hecho. Pero no tuvo respuesta de Fermina hasta que Florentino se le plantó y le dijo que le contestara. Fermina no lo quería, pero poco a poco sin darse cuenta fue enamorándose de él. Lorenzo Danza se enteró de esto por parte del colegio, entonces fue cuando echo a su hermana Escolástica por apoyar al carteo, entonces Urbino se fue con la familia al pueblo natal de Fermina con la finalidad de que Fermina se olvidara de él. A pesar de que Florentino habló con el padre de Fermina sobre que él la quería, éste se fue. Ambos quedaron en que se casarían en cuanto ella volviera. Una vez en San Juan de la Ciénaga, su prima Hildebranda Sánchez la ayudo para se siguiera telegrafiándose con Florentino, que cada vez estaba peor. Solo vivía y pensaba en ella. Paso el tiempo, Fermina se había convertido en una mujer hermosa y adulta. Notificó a su “esposo” que había llegado. Florentino vestía de negro y con sombrero, lo cual no le favorecía nada en su fealdad. El encuentro fue desafortunado. Cuando Fermina tras el susurro por detrás de Florentino lo ve, se sorprende tanto de su aspecto que en ese momento lo rechaza y Florentino queda destrozado.
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  • 29. El título resume prácticamente el argumento de esta novela de Gabriel García Márquez, publicada en 1961. El coronel (su nombre y apellidos nos son desconocidos, pues el autor siempre lo llama "el coronel"), hombre de buena fe y bastante ingenuo, vive en su pueblo esperando recibir el aviso de que le han concedido la pensión a la que tiene derecho por haber servido en su juventud a las órdenes de Aureliano Buendía (que será uno de los personajes más recordados de Cien años de soledad). La espera dura desde hace quince años, durante los cuales el coronel no ha dejado de ir a contemplar todos los viernes la llegada de la lancha que trae el correo y la distribución del mismo, llevándose cada vez una decepción. En el transcurso del último año, desde que su hijo Agustín murió acribillado a balazos mientras repartía propaganda clandestina, el coronel y su esposa, enferma de asma, se han visto obligados a vender los pocos objetos de valor que tenían para poder subsistir. Subsistir ellos y el gallo, animal de pelea, herencia de su hijo, por cuya culpa éste murió, según afirma la madre, pues fue en la gallera donde lo mataron. Pero para las peleas, en las que esperan poder ganar mucho dinero, aún falta tiempo, y la situación es cada día más angustiosa. Enterado el coronel de que por la venta del animal puede obtener hasta novecientos pesos, decide venderlo. Pero cuando lo ve actuar en los entrenamientos siente que no puede desprenderse de él y renuncia a su venta. Ante las protestas de su mujer, que alega la posibilidad de que el gallo sea vencido y no ganen un peso, y ante la pregunta de ella: "Dime, qué comemos", el coronel responde: "Mierda", palabra con la que termina el relato. La narración, muy corta (no llega a las cien páginas de letra grande) tiene un argumento muy sencillo. Lo que confiere calidad a la obra es la descripción de su tipos: el coronel, su esposa, el médico, don Sabas (el hombre más rico del pueblo). También el ambiente, mitad real, mitad fantástico, que impregna toda la obra de García. Márquez, le confiere una atmósfera de sutil poesía.
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  • 31. El General en su Laberinto es una novela escrita por Gabriel García Márquez y publicada por la editorial Oveja Negra en 1989. El General, es decir Simón Bolívar, es el libertador de varios países suramericanos, planea viajar desde Santa Fe Bogotá hasta Cartagena de Indias, para embarcar hacia Europa, antes de comenzar su viaje, tiene que avisarle al vicepresidente Domingo Caicedo que recibirá un pasaporte para poder salir del país. Él parte desde Santa fe con unos pocos oficiales fieles y su servidor José Palacios, cabalgan hasta Facatativá, donde se hospedan en una posada y su enfermedad no identificada le causa un gran deterioro físico. Después de algunos retrasos llega a honda, donde el gobernador le ha organizado fiestas en su honor, cuando terminan las fiestas, él avanza siguiendo el curso del rio Magdalena, donde su debilidad física empeora. El general y su grupo llegan al puerto de Mompox, donde la policía no reconoce al general y le pide un pasaporte, pero él no tenía ninguno, luego se dan cuenta de que él es el General y lo escoltan puerto adentro. Después de unas festividades decide ir a Turbaco En su camino a Turbaco pasa por Barranca, donde decide esperar su pasaporte, días después de recibirlo avanza hasta Cartagena, donde le organizan más festejos, pero él esta muy enfermo para disfrutarlos. Por factores como su enfermedad, la muerte de José Antonio Sucre y manifestaciones por la elección de Rafael Urdaneta para gobernar Bogotá decide viajar a la ciudad de Soledad, donde permanece mas de un mes y su salud sigue deteriorando, en su estadía en esta ciudad acepta ver un medico.
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  • 33. • El Otoño del Patriarca • Gabo Periodista • La Hojarasca • Noticia de un Secuestro • Ojos de Perro Azul • Relato De Un Naufrago • Vivir Para Contarla • Yo No Vengo a Decir un Discurso
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  • 35. El escritor Gabriel García Márquez ha fallecido este jueves a los 87 años de edad. El premio nobel de Literatura 1982 ha fallecido en México DF, donde vivía desde hace años, después de pasar las últimas semanas aquejado por una neumonía. El autor de obras tan emblemáticas como Cien años de soledad nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, al norte de Colombia. Conocido como 'Gabo', fue escritor, periodista y guionista de cine, además de agitador cultural por convencimiento y padre del "realismo mágico" en literatura. Foto galería 9 Fotos Fallece García Márquez Su obra más destacada es 'Cien años de Soledad' El pasado 31 de marzo, García Márquez fue ingresado de urgencia en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Salvador Zubirán, en México DF, "por un cuadro de deshidratación y un proceso infeccioso pulmonar y de vías urinarias". Permaneció hospitalizado una semana en la que aprovechó para dar muestras de su buena evolución. Incluso llegó a pedir a los periodistas que estaban a las puertas de dicho centro sanitario que "fueran a hacer su trabajo", restando importancia a su estado de salud. Sin embargo, los rumores de los últimos días sobre una posible recaída en el cáncer linfático, que le habría afectado a un pulmón, ganglios e hígado, de acuerdo con el diario mexicano El Universal', que citó fuentes propias, hicieron temer de nuevo por su salud. En alusión a estos rumores, la familia del escritor colombiano admitió el pasado lunes que su salud "era muy frágil" y que "existían riesgos de complicaciones de acuerdo a su edad", pero subrayó que estaba estable. En 1999, se le diagnosticó un cáncer linfático que, según declaró en una entrevista concedida al diario colombiano El Tiempo, superó tras un tratamiento de tres meses.
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  • 37. Nuestro querido Gabriel García Márquez se ha ido físicamente, pero permanecerá vivo entre nosotros a través de sus ideas, sus textos, su memoria en millones de personas que lo amamos en todo el mundo y el legado representado en el trabajo de sus fundaciones y escuelas de periodismo y cine. En su fundación en Cartagena, la FNPI, nos sentimos orgullosos de haber disfrutado la guía, acompañamiento y amistad del Gabo periodista y educador, comprometido a fondo con el periodismo como una pasión de toda la vida y como una forma de ejercer ciudadanía activa. Gabo vivió una vida plena e incomparable. Lo recordaremos como un creador genial, un ser humano lleno de sabiduría, humor y ternura, un trabajador incansable, que supo mostrarnos que la mejor manera de aprovechar un trayecto vital es siguiendo la vocación personal, con la terquedad y disciplina que dan cimiento al talento y la pasión. Gabo nos deja su fuerza. Asumimos con seriedad y entusiasmo, de la mano de nuestros maestros y aliados, la responsabilidad de que cada día más periodistas de Iberoamérica puedan conocer sus ideas, estudiarlas, aplicarlas e incluso cuestionarlas, pero siempre con la convicción de que este es un oficio de carpinteros, que se aprende y se perfecciona con la práctica, escuchando a la gente y despertando los sentidos para ver lo que nadie más ve, para que las sociedades se informen mejor. Gracias, Gabo. Gracias, maestro de maestros. Cumpliremos tu mandato; seguiremos adelante con tus talleres, tu Premio, trabajando de muchas formas por una nueva y creativa época para el mejor oficio del mundo.
  • 38.