1. TEMA 4 - LAS UNIDADES DE RELIEVE DE LA PENÍNSULA IBÉRICA Y SU DINÁMICA. LOS
RASGOS GEOMORFOLÓGICOS DE CASTILLA Y LEÓN.
1 - LA DINÁMICA DEL RELIEVE PENINSULAR
España conforma, junto con Portugal, Andorra y Gibraltar, la Península Ibérica, cuyo
relieve se caracteriza por unos fuertes contrastes, alternando cordilleras con mesetas y
depresiones, que le confieren una riqueza y variedad poco comunes. El relieve actual de la
Península Ibérica es el resultado de un lento proceso que se desarrolla a lo largo de las cuatro
Eras geológicas: la Primaria, la Secundaria, la Terciaria y la Cuaternaria.
1.1 - Zócalo herciniano y sedimentación secundaria
La Era Primaria fue tan larga que dio tiempo a que se formaran montañas (la Cordillera
Herciniana) y que posteriormente la erosión las fuera destruyendo hasta sus raíces. Quedó así
una superficie plana e inclinada ligeramente hacia el Este, constituida por los materiales más
antiguos y, por tanto, más rígidos de la Península Ibérica: cuarcitas, pizarras y granitos. Es el
llamado zócalo primario o paleozoico, también conocido como zócalo herciniano, que se
localizaba fundamentalmente en la parte central y occidental de la actual Península Ibérica.
Durante la Era Secundaria o mesozoico, continuó en el Oeste el proceso erosivo de las
raíces montañosas; a la vez, en la mitad oriental de la Península basculada hacia el Este e
invadida por el mar, se depositan grandes acumulaciones de sedimentos marinos
(Sedimentación Secundaria). Así se originan, entre otros materiales, las calizas secundarias de
origen marino, que en algunas zonas alcanzaron unos enormes espesores (hasta 10 km), son
los llamados geosinclinales.
1.2 - Formación del relieve actual
La Era Terciaria es el período clave para la historia geológica peninsular; tanto el amplio
y rígido zócalo primario, como las grandes y plásticas acumulaciones marinas adosadas en su
costado nordeste y sureste, son afectadas por los movimientos tectónicos del interior de la
Tierra -movimientos alpinos u orogenia alpina- dando lugar a la construcción del conjunto del
relieve peninsular en sus grandes líneas actuales.
En la zona central y occidental de la Península, el zócalo de materiales rígidos del
Primario, sufre deformaciones:
Unas zonas se elevan en conjunto mediante fallas originando los macizos
montañosos de las montañas interiores (Sistema Central, Montes Galaico-
leonesas y Montes de Toledo) y de parte de las montañas circundantes (como el
Macizo Asturiano).
Otras se deprimen en forma cóncava, son las cuencas de la Meseta. Por último, otra
parte del zócalo -la situada al Oeste- apenas se deformó y se mantuvo como una
superficie de erosión ligeramente ondulada: son las penillanuras. Simultáneamente
todo el conjunto del antiguo zócalo se bascula hacia el Oeste.
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2. En la zona oriental, recubierta por sedimentos marinos que se habían ido depositando a
lo largo de la Era Secundaria, los movimientos tectónicos alpinos crean un relieve diferenciado
según zonas:
En aquellas partes en las que las capas de sedimentos tienen poco espesor, éstas se
pliegan, pero bajo ellas el zócalo se fractura y en algunos lugares, elevándose, incluso
llega a aflorar en superficie. Es lo que sucede en las montañas plegadas que bordean el
zócalo paleozoico o Macizo Central Ibérico (montañas circundantes septentrionales –el
conjunto de la Montaña Santanderina o Cántabra- y orientales -Sistema Ibérico-).
En cambio, en los espesos sedimentos del geosinclinal, se producen grandes, profundos y
complejos pliegues, dando lugar a las cadenas de plegamiento o cordilleras alpinas. La
intensidad de los movimientos tectónicos es tal que el propio zócalo, que estaba a gran
profundidad en la base del geosinclinal, es levantado a una gran altitud y aparece
coronando la zona central o axial de las cordilleras alpinas o montañas exteriores.
Para compensar estos movimientos de elevación que se producen en las cadenas de
plegamiento, a uno y otro lado de éstas, tiene lugar el hundimiento en forma de fosas en
amplias zonas, originando grandes depresiones, denominadas fosas subalpinas o
depresiones exteriores (depresión del Ebro, depresión del Guadalquivir).
Simultáneamente, durante la Era Terciaria, se van produciendo diversos procesos
erosivos, que arrancan materiales de las zonas elevadas y los depositan en las deprimidas.
Surgen, así, materiales sedimentarios de época terciaria, (arcillas, margas, yesos, areniscas y
calizas, básicamente de tipo continental). Estos materiales recubren tanto las partes hundidas
del antiguo zócalo o cuencas, como las fosas subalpinas o depresiones exteriores, que así se
convierten en zonas sedimentarias.
La breve Era Cuaternaria posterior (iniciada hace 2 millones de años), es un período de
tranquilidad orogénica, en el que continúan los procesos erosivos, iniciados en la época anterior.
Adquieren especial importancia el modelado glaciar (con sus valles en U, circos, morrenas) y el
modelado de origen fluvial (hoces o tajos, terrazas, glacis, cárcavas).
1.3 - Estructura Lítica de la Península
Como consecuencia de la evolución geológica experimentada por la Península, se
aprecian en ella tres dominios litológicos claramente definidos:
a) La Iberia Silícea corresponde a las zonas donde afloran hoy en superficie restos de
los macizos paleozoicos. Ocupa la parte occidental de la península (Galicia y Asturias, el oeste
de la Meseta, Sistema central, Montes de Toledo y Sierra Morena) y aparece parcialmente en
las cordilleras terciarias (Pirineos, Penibética, Cordillera Costero-Catalana y Sistema Ibérico).
Las rocas predominantes son el granito, el gneis, las cuarcitas y las pizarras. Las formas de
modelado de estas rocas son las que resultan de la erosión del agua y del hielo que actúan a
través de diaclasas (fisuras de las rocas), rompiendo la roca y provocando el desprendimiento
de bloques individualizados.
b) La Iberia Caliza se extiende por el este de la Península, formando una enorme "Z"
invertida (Cordillera Costero-Catalana, Pirineos, Montañas Vascas, sector oriental de la
Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico, y Subbéticas). Está constituida por materiales
sedimentarios (calizas, margas, yesos) depositados en los fondos marinos durante el
2
3. Secundario que fueron plegados en el Terciario con la orogenia alpina. La caliza es una roca
dura y permeable, y en ella se desarrolla el modelado cárstico (gargantas, hoces, dolinas,
cuevas, simas...), resultado de la disolución de la caliza por la acción del agua.
c) La Iberia arcillosa corresponde a las depresiones exteriores, a las cuencas
sedimentarias de las dos Castillas y a las llanuras litorales, en las que a lo largo del terciario y
cuaternario se depositaron potentes materiales sedimentarios (arcillas, margas o yesos)
procedentes de los relieves que las rodean. Estos materiales son fácilmente erosionables por la
red fluvial, dando lugar a formas de relieve horizontales –con erosión diferencial (en virtud de la
dureza de las rocas) y estructuras a diferentes niveles (páramos y campiñas)– y a relieves con
modelado de cárcavas.
2 - LAS UNIDADES DEL RELIEVE DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
2.1 - Los rasgos del relieve peninsular español mediante una caracterización general
de tipo topográfico son:
- Una Península maciza y compacta. La anchura de la Península (1094 km de O. a E.)
y el predominio de costas casi rectilíneas y poco recortadas confieren a la península una forma
maciza, que limita la penetración de la influencia del mar hacia el interior. Sólo en el NO. de la
Península existe un litoral fuertemente entallado por las rías gallegas.
- Elevada altitud media. España es el país más elevado de Europa, después de Suiza,
con una altitud media de 660 m. Esta considerable altura se debe sobre todo a la existencia de
la Meseta Central, que ocupa la tercera parte del territorio peninsular y presenta una altitud
media superior a los 600 metros.
- Variedad de formas del relieve y de su composición lítica y estructural. El que la
Península presente una elevada altitud no significa que su territorio sea predominantemente
montañoso. Aunque existen numerosas cadenas montañosas, las formas llanas dominan en la
Meseta y en las depresiones exteriores (Guadalquivir, Ebro). Así, pues, mesetas, llanuras y
montañas se reparten por el solar ibérico. Esta complejidad no se limita a la variedad de formas
del relieve, sino que afecta también a la composición lítica y estructural de cada una de ellas.
- Ordenación concéntrica del relieve. Las distintas unidades del relieve se disponen
ordenadas de forma concéntrica alrededor de la Meseta, formando una muralla montañosa que
encierra y aisla el interior peninsular.
2.2 - El relieve de la península se organiza en torno a una gran zona central,
relativamente llana, el Macizo Central Ibérico, alrededor de la cual se disponen las restantes
unidades de relieve:
A - EL MACIZO CENTRAL IBÉRICO
1. La Meseta: penillanuras, cuencas sedimentarias y sierras interiores
El núcleo central del Macizo Ibérico lo ocupa la Meseta, una elevada llanura, dividida por
el Sistema Central en dos unidades: Submeseta Norte (750 m de altitud media) y Submeseta
Sur (650 m de altitud media). Está constituida por un antiguo zócalo herciniano, recubierto
posteriormente en su parte oriental por rocas sedimentarias más modernas, y fracturado en
3
4. parte por la orogénesis alpina. Por eso, desde un punto de vista geomorfológico se pueden
diferenciar tres tipos de unidades distintas: penillanuras, cuencas sedimentarias y sierras.
a) Las penillanuras corresponden a los afloramientos del antiguo zócalo paleozoico y
están constituidas por materiales silíceos. Aparecen en la parte occidental de la Meseta, en una
estrecha banda en la Submeseta Norte y más ancha en la Submeseta Sur. El relieve presenta
superficies llanas, suavemente onduladas, en las que destacan montes-isla (relieves residuales
constituidos por rocas -cuarcitas- más resistentes a la erosión) y tajos o gargantas (Arribes del
Duero, Tajo de Alcántara) producidos por los ríos que se encajan en estos materiales duros.
b) Las cuencas sedimentarias ocupan la parte central y oriental de la Meseta. En ellas
el zócalo paleozoico, fracturado y hundido en la orogenia alpina, está recubierto por materiales
sedimentarios terciarios –blandos en la parte inferior (arcillas, yesos y margas) y más
resistentes en la superior (calizas). Las formas de relieve son llanuras, en las que la erosión
diferencial ha creado dos niveles, como resultado de la diferente resistencia a la erosión: los
niveles más elevados corresponden a los páramos, que son estructuras horizontales de
materiales calizos, que lentamente son destruidos por la erosión fluvial; y, a una altura
ligeramente inferior, aparecen las campiñas, de materiales arcillosos, con formas suavemente
onduladas, entre las que destacan oteros o cerros-testigo (restos de antiguos páramos).
c) Las sierras interiores de la Meseta. La Meseta aparece dividida por los macizos
montañosos del Sistema Central y los Montes de Toledo.
El Sistema Central: Es una alineación montañosa NE-SO que divide en dos la Meseta.
Esta alineación no es una verdadera cordillera, sino un sistema montañoso (macizo antiguo de
estilo germánico), surgido como consecuencia de la fracturación del zócalo paleozoico durante
la orogenia alpina. Está formado por una serie de sierras alargadas (Somosierra, Guadarrama,
Gredos y Gata, y la sierra de la Estrella en Portugal) separadas por una serie de pasillos o
corredores que unen las dos submesetas. En ellas predominan los materiales silíceos y las
cumbres suaves.
Los Montes de Toledo: Corresponden también a estructuras falladas sobre el zócalo
paleozoico, pero tienen menor vigor topográfico, con montañas de escasa altitud (por debajo de
los 1500 m). En estos montes el modelado ofrece algunos ejemplos de relieve apalachense (las
cuarcitas, más resistentes, forman las cumbres, mientras los valles se han excavado en las
pizarras, más blandas).
2. Los bordes montañosos de la Meseta
a) El Macizo Galaico-Leonés. Se trata del sector NO. del antiguo zócalo paleozoico,
fracturado por la orogénesis alpina. Presenta materiales silíceos y montañas de cumbres
redondeadas de escasa altura. El relieve de esta unidad se escalona desde la costa hasta los
montes de León, pudiendo distinguirse los siguientes sectores: los montes de León, las
montañas y cuencas medias y las sierras litorales.
b) La Cordillera Cantábrica. Es una cadena montañosa que delimita el borde
septentrional de la Meseta. Está formada por sectores muy diferenciados: el sector occidental
(Macizo Asturiano) formaba parte del zócalo meseteño, y está constituido por rocas silíceas,
fracturadas ante el empuje alpino, originándose así una serie de alineaciones de estilo
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5. germánico. En el borde occidental de este sector aparecen los Picos de Europa, un gran
afloramiento de rocas calizas paleozoicas. Y el sector oriental (Montaña Cantábrica), que está
formado por rocas sedimentarias calizas, depositadas en el borde del zócalo. Estas rocas se
plegaron durante el terciario dando lugar a una serie de alineaciones de estilo jurásico. Sobre
los materiales calcáreos se ha desarrollado una bella morfología cárstica con numerosas simas
y cuevas.
c) El Sistema Ibérico. Es una alineación muy compleja que separa la Meseta de la
Depresión del Ebro. Está formado en su mayor parte por materiales calizos depositados en el
borde del macizo Hespérico, que fueron posteriormente plegados durante la orogenia alpina. En
algunos sectores afloran restos silíceos del antiguo zócalo paleozoico. La tectónica también es
variada: mientras que los sectores formados por materiales antiguos muestran una tectónica de
tipo germánico, los secundarios ofrecen una tectónica de plegamiento. No constituye una
verdadera cordillera, sino que está formada por una serie muy numerosa de sierras separadas
por amplias depresiones longitudinales y trasversales:
- la parte septentrional, constituida por un conjunto de sierras plegadas y falladas
(Demanda, Urbión y Moncayo), en las que aparecen materiales paleozoicos y que contienen las
mayores elevaciones, está separada por el valle del Jalón:
- de la parte meridional, más ancha y de materiales más modernos (calizas). Ésta
aparece dividida por el río Jiloca en dos alineaciones: la exterior o aragonesa, cercana a la
Depresión del Ebro, termina en las proximidades del Mediterráneo (Maestrazgo, Javalambre); la
interior o castellana (Montes Universales, Serranía de Cuenca, Sierra de Albarracín) va
jalonando el borde meseteño.
d) Sierra Morena. Se corresponde con un sector del antiguo zócalo ligeramente
levantado y flexionado hacia el valle del Guadalquivir, y recorrido por fallas transversales. Por
esta razón su relieve apenas destaca si se observa desde la Meseta y, en cambio, surge como
un murallón montañoso desde el fondo de la Depresión del Guadalquivir. Está constituida por
materiales paleozoicos.
B - LOS BORDES ALPINOS
1. Las Montañas exteriores
Las cordilleras exteriores a la Meseta son montañas jóvenes de relieves vigorosos, que
se formaron con la orogenia alpina al plegarse los grandes depósitos de materiales
sedimentarios acumulados en profundas fosas marinas. Estas cordilleras presentan una gran
complejidad litológica ya que combinan estas estructuras plegadas, con afloramientos de
fragmentos de los viejos zócalos paleozoicos.
a) Los Pirineos. Constituyen una cordillera con estructura compleja, en la que se
distinguen varias unidades:
- el Pirineo Axial es el eje central de la cordillera. Está constituido por materiales
paleozoicos que formaban parte de un antiguo macizo, elevado y rejuvenecido por la orogenia
alpina. Este sector presenta los núcleos más elevados de toda la cordillera, sobre todo en su
parte central (Aneto, Maladeta, Monte Perdido...), con cumbres enhiestas y puntiagudas.
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6. - el Prepirineo está formado por dos alineaciones montañosas, con dirección E-O,
situadas al sur del eje central: las Sierras Exteriores y las Sierras Interiores, separadas por la
Depresión intrapirenaica. Se trata de una serie de cadenas alpinas, con predominio de
materiales calizos y estilo tectónico de plegamiento. La depresión intrapirenaica está formada
por una serie de cuencas (Pamplona, Tremp), rellenas de materiales sedimentarios recientes.
b) Los Montes Vascos. Se extienden desde la Cordillera Cantábrica hasta los Pirineos.
Se trata de un conjunto de sierras, de materiales sedimentarios (calizas, margas) plegados, de
forma similar a los Prepirineos.
c) La Cordillera Costero-Catalana. Está formada por dos alineaciones montañosas
paralelas a la costa (Cadena Litoral y Sierras Prelitorales) separadas por una depresión
longitudinal de origen tectónico. Su composición lítica es variada: en el norte afloran materiales
paleozoicos del antiguo macizo Catalano-Balear; al sur aparecen materiales calizos plegados.
d) Las Cordilleras Béticas. Constituyen un largo y ancho arco montañoso, que abarca
desde el Estrecho de Gibraltar al Cabo de la Nao y de la costa levantina hasta la Depresión del
Guadalquivir. Esta cadena, al igual que los Pirineos, nos ofrece un acusado contraste interno en
sus materiales líticos y su estructura tectónica es también variada y de gran complejidad.
Pueden distinguirse las siguientes unidades:
- la Cordillera Penibética, junto a la costa, está formada por materiales paleozoicos,
pertenecientes al antiguo macizo Bético-Rifeño, que fue fracturado y levantado por la orogenia
alpina. Las mayores elevaciones de la cordillera aparecen en el sector de Sierra Nevada
(Mulhacén, 3.478 m, y el pico Veleta).
- la Cordillera Sub-Bética, en el interior está constituida por un conjunto de sierras
(Grazalema, Cazorla, Segura...) de materiales secundarios (calizas) plegados en la orogenia
alpina. Presentan importantes ejemplos de carstificación.
- entre ambas la llamada depresión intrabética, fragmentada en pequeñas depresiones
(hoyas de Ronda, Antequera…), rellenas de materiales terciarios.
2. Las Depresiones exteriores: depresiones del Ebro y del Guadalquivir
Las depresiones terciarias del Ebro y del Guadalquivir tienen rasgos comunes. Son fosas
prealpinas, de forma triangular, constituidas por materiales sedimentarios de la época terciaria,
procedentes de la erosión de las montañas circundantes. Ambas presentan formas de relieve de
disposición horizontal con alturas inferiores a 400 metros (la del Guadalquivir en su mayor parte
no supera los 100 metros). Se diferencian en que mientras la depresión del Ebro, de mayor
altura, está cerrada por la cordillera costero-catalana, la del Guadalquivir se abre al mar.
Asimismo presenta algunas diferencias en su litología y formas de relieve:
- La Depresión del Ebro se formó al tiempo que se alzaban las cordilleras alpinas y fue
colmatada por depósitos de origen continental que han dado lugar a formaciones de
conglomerados resistentes a la erosión; por ello son frecuentes los relieves tabulares (mesas,
muelas, etc.).
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7. - La Depresión del Guadalquivir está formada por materiales sedimentarios de origen
marino, de textura más fina, que dan lugar a un relieve de campiñas onduladas –con pequeñas
colinas alomadas (alcores)– en su zona interior, y de marismas pantanosas en la costa.
3 – RASGOS GEOMORFOLÓGICOS DE CASTILLA Y LEÓN
El relieve de la CCAA de Castilla y León participa, en sus rasgos y en sus orígenes, de
aquéllos que son propios del Macizo Central Ibérico. Así, pues, se compone de una cuenca
sedimentaria terciaria (en el centro) y penillanuras (en el Oeste), bordeada por montañas de tipo
macizos antiguos (de materiales paleozoicos) y del tipo montañas plegadas (con materiales
secundarios).
3.1. Las cuencas sedimentarias y las penillanuras
En el espacio central de la comunidad se extiende la gran cuenca sedimentaria terciaria,
a la que se suman otras menores y periféricas, como las del Bierzo y la Bureba (Burgos).
Dentro de la gran cuenca sedimentaria se destacan las siguientes unidades:
- Desde el centro de la Comunidad –provincia de Valladolid- hacia el Este se extiende la
forma de modelado constituida por los páramos calcáreos.
- Al NO y al SE de los páramos, se extiende el nivel inferior de las campiñas castellanas,
diferenciándose al N. la campiña arcillosa (como Tierra de Campos), y al S. del Duero, la de
suelos arenosos (como Tierra de Pinares de Valladolid y Segovia).
Las penillanuras se extienden por el O. de las provincias de Zamora y de Salamanca.
En función de la naturaleza de los materiales de la Era Primaria, se distinguen:
- Penillanuras accidentadas, formadas por valles excavados en las pizarras (materiales
blandos) y zonas en resalte, correspondientes a las cuarcitas (materiales más duros). Buenos
ejemplos los tenemos en el Campo de Aliste (Zamora) y el Campo Charro (Salamanca).
- Penillanuras horizontales, de una mayor planitud, sobre materiales graníticos, como la
Tierra de Sayago (Zamora) y su continuidad en la provincia de Salamanca (zona de Ledesma y
de Vitigudino).
3.2. Los macizos montañosos y las montañas plegadas de Castilla y León
En los bordes regionales del S., E. y N. se extienden las montañas castellanoleonesas,
que sirven en gran medida de límites naturales con las provincias que se integran en las
comunidades autónomas vecinas. Todas ellas, son de tamaño medio, o bajo. Dentro de ellas se
distinguen tipos distintos en función de su morfología y su origen.
- En primer lugar están los macizos antiguos, de formas relativamente planas en sus
culminaciones, al proceder del antiguo zócalo primario, aunque durante la era cuaternaria el
modelado glaciar puede haber aguzado algo sus culminaciones. A esta categoría pertenece la
mayor parte de las unidades montañosas que componen el Sistema Central, Montes de León,
Picos de Europa, y las montañas de la mitad septentrional del Sistema Ibérico.
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8. - Menor extensión, en cambio, poseen las montañas plegadas, es decir, las constituidas
por materiales de la Era Secundaria, que se han plegado por su plasticidad. De este tipo son las
Montañas del Norte de Burgos, las Sierras más orientales del Sistema Central, como Ayllón en
la provincia de Segovia, y sierras menores, como las hoces del Duratón, también en Segovia.
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CONCEPTOS. Relieve, topografía, geomorfología, curvas de nivel, meseta, llanura, orogenia,
erosión, penillanura, cuenca sedimentaria, campiña, vega, páramo y cerro testigo.
RELIEVE: Conjunto de formas que presenta la superficie terrestre. Se puede entender en un
sentido externo (topográfico), en un sentido interno (geológico), o integrando ambos
(morfológico).
TOPOGRAFÍA: Descripción de la tierra teniendo en cuenta exclusivamente su aspecto externo,
es decir, la altitud con respecto al nivel del mar, así como la forma que presenta en relación
con el plano (llana, accidentada, en pendiente...). Un sinónimo de topografía puede ser
morfografía.
GEOMORFOLOGÍA: La palabra relieve se puede definir en un sentido puramente topográfico.
Pero también se puede entender en sentido geomorfológico: como la disposición de la tierra
teniendo en cuenta tanto los elementos topográficos externos -altitud y forma del plano-, como
los internos o geológicos -naturaleza de las rocas, estructura fallada o plegada de las mismas,
así como su edad geológica y su proceso de formación-. Sinónimo = morfología.
CURVAS DE NIVEL: Líneas de un mapa topográfico que unen puntos que tienen la misma
altitud. En el mapa topográfico vienen separadas normalmente de 20 en 20 m. Un concepto
equivalente es curvas hipsométricas o isohipsas
MESETA: Zona caracterizada topográficamente por su altitud elevada -normalmente por encima
de los 200 metros y por debajo de los 1.000- y por su forma plana, como una mesa o meseta.
Ejemplo, la Meseta castellana. La altiplanicie sería una meseta más elevada aún.
Morfológicamente abarca penillanuras y cuencas sedimentarias (con páramos y campiñas).
LLANURA: Zona llana de escasa altitud, normalmente por debajo de los 200 metros. Ejemplo:
llanos litorales.
OROGENIA: Parte de la geomorfología que estudia los procesos tectónicos que dan origen a la
aparición de las montañas. Los dos procesos que más afectaron a la Península Ibérica fueron la
orogénesis Herciniana y la Alpina, producidas en la Era Primaria y Terciaria respectivamente.
EROSIÓN: Proceso de modelado de la superficie terrestre provocado por agentes climáticos,
químicos, mecánicos y antrópicos: glaciares, viento, temperatura y agua en sus distintos
estados, etc.
PENILLANURA: Forma del relieve estructural caracterizada por su plenitud –o formas
suavemente alomadas–, con presencia ocasional de algunos relieves residuales. Es el resultado
de procesos erosivos intensos que han provocado la destrucción de las formas de relieve
existentes. Son las formas de relieve características de la zona occidental de la Meseta.
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9. CUENCA SEDIMENTARIA: Es una deformación cóncava de gran radio que se forma dentro de
un zócalo primario como consecuencia de los movimientos alpinos de la Era Terciaria, y que se
va rellenando con una acumulación de materiales sedimentarios -yesos, margas, arcillas,
arenas, calizas lacustres- erosionados de los macizos montañosos o cadenas plegadas
circundantes. El resultado es una superficie relativamente llana, aunque organizada en varios
niveles horizontales de altitud (valles, campiñas y páramos); si bien su altitud media es la propia
de una meseta.
CAMPIÑA: Forma de modelado integrante de la Cuenca Sedimentaria Terciaria, que tiene una
altura de 100 metros menos que la de los páramos y que se caracteriza por una planitud
bastante notable y por unas rocas blandas, del tipo de las arcillas, las margas, yesos, etc.
VEGA: Extensión de tierra baja, llana y fértil regada por un río. Suele presentar una gran
fertilidad por sus suelos aluviales y su cercanía al agua.
PÁRAMO: Forma de modelado de la Cuenca Sedimentaria, caracterizado por superficies
estructurales planas y elevadas, coronadas por un estrato de calizas más o menos resistentes a
la erosión. Se localizan en la parte oriental de la Meseta.
CERRO TESTIGO: Elevación estratificada que representa el residuo de un antiguo páramo
desmantelado por la erosión. Su forma distintiva es de la de un cono ligeramente truncado por
una capa de calizas en la cumbre, y se encuentra rodeado por todas sus partes por campiña.
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10. CUENCA SEDIMENTARIA: Es una deformación cóncava de gran radio que se forma dentro de
un zócalo primario como consecuencia de los movimientos alpinos de la Era Terciaria, y que se
va rellenando con una acumulación de materiales sedimentarios -yesos, margas, arcillas,
arenas, calizas lacustres- erosionados de los macizos montañosos o cadenas plegadas
circundantes. El resultado es una superficie relativamente llana, aunque organizada en varios
niveles horizontales de altitud (valles, campiñas y páramos); si bien su altitud media es la propia
de una meseta.
CAMPIÑA: Forma de modelado integrante de la Cuenca Sedimentaria Terciaria, que tiene una
altura de 100 metros menos que la de los páramos y que se caracteriza por una planitud
bastante notable y por unas rocas blandas, del tipo de las arcillas, las margas, yesos, etc.
VEGA: Extensión de tierra baja, llana y fértil regada por un río. Suele presentar una gran
fertilidad por sus suelos aluviales y su cercanía al agua.
PÁRAMO: Forma de modelado de la Cuenca Sedimentaria, caracterizado por superficies
estructurales planas y elevadas, coronadas por un estrato de calizas más o menos resistentes a
la erosión. Se localizan en la parte oriental de la Meseta.
CERRO TESTIGO: Elevación estratificada que representa el residuo de un antiguo páramo
desmantelado por la erosión. Su forma distintiva es de la de un cono ligeramente truncado por
una capa de calizas en la cumbre, y se encuentra rodeado por todas sus partes por campiña.
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