Jean Shinoda Bolen propone la formación de círculos de mujeres como una forma de empoderamiento femenino y acelerar el cambio social. Explica que los círculos de mujeres, al reunirse para escucharse unas a otras de manera compasiva y espiritual, activan una conexión que transforma a las participantes y puede propagarse a más mujeres, influyendo positivamente en el mundo. Bolen cree que las mujeres tienen la oportunidad en las próximas décadas de lograr un equilibrio entre fuerza y vulnerabilidad para cambiar el mundo, pero deben
1. Entrevista a Jean Shinoda Bolen. Círculo de Mujeres
Entrevista en La Vanguardia:
Todo lo que ha aprendido lo ha explicado en sus más de
treinta libros. En El millonésimo círculo nos propone que
formemos círculos de mujeres. “Un círculo digno de
confianza tiene un centro espiritual, un respeto hacia los
límites y una poderosa capacidad de transformar a las
mujeres que lo constituyen.” Pero llega más lejos cuando
dice que los círculos de mujeres pueden acelerar el
cambio de la humanidad. Está convencida de que la era patriarcal toca a su fin.
Jean Shinoda Bolen tiene 68 años. Es de familia japonesa y nació y vive en Los Ángeles.
Doctora en Medicina, analista junguiana y profesora de Psiquiatría en la Universidad de
California, está divorciada y tiene dos hijos. Cree que Iraq es Vietnam repetido una y otra vez, y
que es una pena que tengamos que aprender a través de tanto sufrimiento. Dice que la
espiritualidad une y las religiones dividen.
-¿Quejarse es perder el tiempo?
-¿Claro!
-Hay mucho que aprender…
-Por eso a mi me interesan las mujeres maduras, con humor y activas. A partir de los 40 años
empieza lo mejor si eres capaz de darte cuenta de la cantidad de cualidades potenciales que
hay dentro de ti. Entonces te entran ganas de convertirte en bruja.
-No se yo…
-Se lo diré de otra manera: una bruja es una persona con poder personal.
-Eso me gusta.
-Las brujas sabias dicen la verdad con compasión, y no comulgan con lo que no les gusta, pero
no tienen la rabia de las mujeres más jóvenes. Algunos hombres excepcionales pueden llegar a
ser brujas, los que tienen compasión, sabiduría, humor y no están supeditados al poder.
-¿Algo más?
-Sí. Las brujas sabias son capaces de mirar hacia atrás sin rencor ni dolor; son atrevidas,
confían en los presentimientos, meditan a su manera, defienden con firmeza lo que más les
importa, deciden su camino con el corazón, escuchan su cuerpo, improvisan, ni imploran, ríen,
y tienen los pulgares verdes.
-¡…!
-Quiero decir que tienen mano con las plantas. Y también con los animales. Primero aprenden
a amar lo que hacen, luego alientan a otros al crecimiento. Saben reconocer lo frágil y lo que
tiene valor, y también lo que debe ser podado.
-¿Hay que esperar a la vejez para ello?
-Cuanta más edad, más camino aprendido. La observación compasiva de la vida de los demás
te enseña mucho, y las mujeres sabias se pasan mucho tiempo observando. Algunas mujeres,
muy pocas, son sabias a partir de los 30 o 35 años; esas a los 60 son increíbles.
-¿Qué nos quiere transmitir?
-Que las mujeres tienen la oportunidad de cambiar el mundo en las próximas décadas. Pero
que si no lo hacen ya, probablemente ya no lo harán.
-¿Por qué dice eso?
-Tras el extremo feminismo de los 70, ahora el péndulo se haya en el centro por eso tenemos
que aprovechar este momento. Las mujeres que se lo permiten pueden hoy llegar al equilibrio,
a ser completas, fuertes y vulnerables al mismo tiempo.
-¿Un camino colectivo?
-Por supuesto. No tengo la menor duda de que un pequeño grupo comprometido puede
cambiar el mundo. En realidad, así ha sido hasta ahora.
-¿Y cuál es el secreto para lograrlo?
-El millonésimo círculo. Yo aliento a las mujeres a formar círculos que tengan un componente
espiritual. Simplemente escuchando los problemas, anhelos y miedos de otras mujeres y
contando los tuyos, adquieres fuerza.
-Perdone, pero por qué en un círculo.
-Cuando uno está sentado en círculo y en silencio se da cuenta de que hay una conexión
espiritual con poder transformador. Yo pertenezco a uno desde hace 18 años: encendemos una
1
2. vela, guardamos silencio, contamos lo que nos preocupa, debatimos, y juntamos nuestras
energías con un propósito.
-¿Convocan el poder interior?
-Interior y exterior. La espiritualidad, la física cuántica y el budismo dicen lo mismo: Todo y
todos estamos interconectados y por tanto lo que cada uno haga influye en el mundo. Los
círculos de mujeres transforman el mundo a través de la activación del campo mórfico de la
teoría de Rupert Sheldrake.
-¿El centésimo mono?
-Sí, este biólogo desarrolló la hipótesis de que cuando una masa crítica de monos llega a un
determinado conocimiento, este se transmite de forma intuitiva e instantánea a todos los
miembros de su especie… Del mismo modo, un número crítico de círculos de mujeres puede
activar las cualidades femeninas tan necesarias para que el mundo cambie.
-¿Porqué no círculos mixtos?
-Entre mujeres hay una conexión natural. Algunos estudios evidencian que cuando una mujer
que sufre estrés habla con otra mujer, ambas liberan la hormona de la maternidad que provoca
que el estrés descienda.
-Curioso…
-Si las mujeres estuvieran implicadas en los procesos de paz, todo sería más fácil, ¡pero si los
que la negocian son machos alfa…!
-¿Qué ocurre cuando se encuentran un hombre y una mujer estresados?
-Cuando un hombre estresado se encuentra con otro, segregan testosterona, que provoca
huída o enfrentamiento. Pero si ese mismo hombre se encuentra con una mujer que le
comprende, una bruja sabia, su adrenalina baja y su autoestima sube. Y basta solamente con
que se siente a su lado.
-Es bonito eso que dice.
-Estamos llenas de recursos poderosísimos a los que no prestamos atención, como por
ejemplo el conocimiento intuitivo. Estos conocimientos se pueden desarrollar en los círculos.
-¿Que camino interior propone?
-Sea auténtica, sea consecuente con su persona interior y averigüe qué quiere hacer con su
preciosa vida. Desde fuera intentarán contestar por usted a las preguntas esenciales, no lo
permita. Desvele qué tipo de arquetipo domina en usted.
-¿A qué se refiere?
-Sus patrones internos, que yo resumo en siete arquetipos de diosa. Cada mujer tiene dos o
tres dominantes, que van desde la autónoma Artemisa y la fría Atenea, hasta la nutritiva
Demeter, la creativa Afrodita, o Hera, la diosa del matrimonio. (Nota de la redacción: Podéis
hacer este trabajo con su libro Las diosas de cada mujer)…
-No será tan simple.
-No. Pero si podemos llevar una vida en la que el arquetipo dominante y nuestro rol en la vida
coincidan, nos sentiremos satisfechas.
2