1. Arzobispado de Arequipa
Domingo 28
Diciembre
2014
LA COLUMNA
De Mons. Javier Del Río Alba
NAVIDAD: FIESTA DE LIBERTAD
“Al llegar la plenitud de los tiempos envió Dios a
su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,
para rescatar a los que se hallaban bajo la ley y
para que recibiéramos la filiación adoptiva; y la
prueba de que somos hijos de Dios es que Dios
ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de
su Hijo, de modo que ya no eres esclavo sino
hijo, y si hijo también heredero por voluntad de
Dios”. Estas palabras de la Carta del apóstol
san Pablo a los Gálatas resumen el sentido de
la Navidad. El nacimiento de Jesús marca la
llegada de la plenitud de los tiempos. Dios
envía desde el cielo a su Hijo único y lo hace a
través de una mujer, la Santísima Virgen
María. Jesús viene al mundo para rescatarnos
de la esclavitud de la ley y darnos a cambio el
Espíritu Santo por el cual somos constituidos
hijos de Dios y herederos del Reino de los
Cielos.
Todos los seres humanos hemos nacido
esclavos por el pecado original cometido por
nuestros primeros padres, que nos es
transmitido por herencia desde el mismo
momento en que somos concebidos. San
Pablo expresa muy bien esa situación de
esclavitud al poder del pecado, superior a
nosotros mismos, cuando en su Carta a los
Romanos nos relata que muchas veces le
sucede que, deseando hacer el bien, termina
haciendo el mal que no quiere. Esta es una
realidad común a los hombres. Seguramente
cada uno de nosotros tiene la misma
experiencia. Muchas veces nos habremos
propuesto no volver a cometer ciertos actos
que sabemos que no son buenos y, por más
esfuerzos que hagamos, nos hemos
encontrado con que volvemos a cometerlos.
Esta es la esclavitud a la ley: queremos cumplir
la ley moral con nuestras solas fuerzas y
terminamos frustrados, como esclavos que no
pueden hacer lo que desean sino lo que otro
les manda hacer.
A nadie le gusta ser esclavo; por eso, mientras
uno no es verdaderamente libre no puede vivir
en plenitud, porque alguna raíz de
insatisfacción le impide ser del todo feliz. La
Navidad es la respuesta de Dios a la situación
de esclavitud del hombre, situación que tal vez
no nos hayamos buscado pero que es real y
marca lo profundo de nuestro ser y nuestro
quehacer. El nombre Jesús significa “Dios
salva” y lo que celebramos en la Navidad es
justamente el nacimiento de nuestro Salvador.
No celebramos sólo un acontecimiento
sucedido hace más de veinte siglos sino que
hoy, en esta Navidad, Jesús viene a salvarnos
de la esclavitud de la ley que nos impide ser
felices. El Niño de Belén es, en realidad, Dios
que viene a cargar con nuestros pecados y a
darnos a cambio su Espíritu Santo que es el
único capaz de transformarnos y hacernos
capaces de realizar ese bien que todos
queremos: amar de verdad, gratuitamente y
sin condiciones.
En este tiempo de Navidad, Jesús quiere nacer
en nuestros corazones. Esto no es una mera
fórmula de un buen deseo. Es una realidad.
Independientemente de la situación en la que
cada uno se encuentre, si realmente lo desea
es posible que Jesús, el amor encarnado,
nazca en él. ¿Cómo? Por obra y gracia del
Espíritu Santo, porque para Dios no hay nada
imposible. Si todavía no lo hemos hecho, aún
estamos a tiempo de abrir la puerta de nuestro
corazón a Jesús para ser realmente liberados
de la esclavitud de la ley del pecado y hechos
hijos de Dios, libres de verdad.
¡Feliz tiempo de Navidad para todos!
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa