2. El Ayuntamiento de Vilablareix
(Girona) inició una campaña que
consistía en marcar con banderitas
los excrementos de perro que los
dueños no recogen y dejan en mitad
de la calle. Con lemas como
«¡Queremos un pueblo limpio!»,
«Recógeme» o «Tírame a la
basura», el Ayuntamiento quiso
concienciar a los dueños que no se
hacen responsables al no recoger
las defecaciones de sus animales.
Escatología política
3. El Ayuntamiento de Brunete ha
puesto en marcha una campaña de
concienciación para los dueños de
perros con la que ha entregado a
domicilio las cacas que sus
mascotas habían 'extraviado' por las
calles del municipio.
Escatología política
4. Durante una semana una veintena
de voluntarios vigilaron de cerca a
los perros y sus dueños. Cuando
veían que se dejaban una caca
atrás, el voluntario se acercaba al
dueño, se interesaba por lo bonito
que era el can y disimuladamente
conseguía su nombre y raza. Sólo
con estos dos datos, los voluntarios
pudieron localizar las direcciones de
los dueños a través de la base de
datos municipal.
Escatología política
5. A continuación, las cacas se
empaquetaban como si fueran
objetivos perdidos del consistorio y
se entregaban en mano a los
dueños, llegando a grabar algunas
de las entregas para un vídeo que
muestra el desarrollo de la
campaña.
Escatología política
6. Pero la política de los excrementos,
como estos toques de atención, no
solo la llevan a cabo los
ayuntamientos sino que es un
recurso frecuente utilizado en
diferentes campañas electorales, en
forma de insulto hacia los
candidatos. En este caso, se coloca
una banderita o cartel sobre cada
excremento con un mensaje que
ataca a un determinado candidato.
Escatología política