¿Por qué es necesaria la participación?, ¿qué entendemos por una buena participación?, ¿cómo hay que estructurarla? A estas y a otras cuestiones es a las que voy a intentar responder en este artículo.
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Estrategia en Acción: Participar en la reflexión
1. Nº34
Estrategia en Acción
Amaia Leunda Arrizabalaga
Consultora de proyectos estratégicos
a.leunda@lks.es
Tel. móvil: 688 605 742
Participar en la reflexión
sector público… pero como digo, no
mucho sobre lo que puede aportar una
buena participación a nuestras
empresas…
Cuando me lancé a escribir este artículo
lo primero que hice, como fiel
seguidora de las nuevas tecnologías,
fue plantear mis preguntas al
Todopoderoso, al que todo lo sabe: a
Google.
Escribí
diferentes
combinaciones de palabras (tanto en
castellano como in English, of course)
relacionadas con el tema que quería
abordar en estas líneas: importancia de
la participación en las reflexiones
estratégicas, reflexiones participativas…
Para mi asombro, no encontré nada
que me satisfizo del todo, ningún
artículo o estudio que tratase el tema
desde la perspectiva que tenía en
mente.
Leí
algunos
párrafos
interesantes,
muchas
referencias
relativas a la participación en
comunidades virtuales, la importancia
de la participación ciudadana en el
Da que pensar…
Pero… ¿Por qué es necesaria la
participación?, ¿qué entendemos por
una buena participación?, ¿cómo hay
que estructurarla? A estas y a otras
cuestiones es a las que voy a intentar
responder en este trigésimo cuarto
número de Estrategia en acción.
La participación puede
ayudarnos a innovar, y también
a motivar a las personas
¿Por qué es necesaria la participación?
Al igual que es difícil conseguir
1
2. resultados diferentes haciendo lo
mismo de siempre, es también
complicado
que
surjan
ideas
novedosas en procesos de reflexión
donde
participen
siempre
“los
mismos”. Aunque seguramente la Gran
Idea no salga de una persona que
participe por primera vez en una
reflexión estratégica, puede que ésta
aporte algún punto de vista que abra
nuevas vías de pensamiento y de ahí
lleguemos a plantearnos nuevos retos,
diferentes maneras de hacer las cosas,
incluso mejoras de lo que hacemos
actualmente, ya que si contamos con el
punto de vista de las personas que
trabajan “en primera línea”, tendremos
un mayor conocimiento de lo que
funciona y lo que falla en nuestro día a
día.
Otro punto a tener en cuenta es qué es
o qué no es una buena participación.
Un proceso en el que la participación
sea indiscriminada, en el que no haya
suficiente información o conocimiento
de los temas a tratar, donde todos
opinen
de
todo, haya
falsas
expectativas de poder de decisión…
está condenado al fracaso. Por muy
buenas vías, metodologías o dinámicas
que utilicemos, sin una buena situación
de partida, definición y estructuración
de la participación, no vamos a
conseguir gran cosa, incluso es
probable que el proceso sea
contraproducente. Recapitulemos pues
y veamos qué debemos tener en
cuenta si queremos lanzar un proceso
participativo en nuestra organización:
La clave está en responder a las
siguientes preguntas: quién, cómo,
cuándo y para qué.
Equilibrio entre proceso
participativo y operatividad
Un equipo de reflexión debe estar
compuesto por personas que tengan
una visión amplia del negocio y la
organización, aunque también suele
ser interesante contar con algunas
personas con visiones más específicas
de negocio o área de la empresa,
porque sus puntos de vista pueden
enriquecer mucho el proceso. No es
recomendable crear grupos muy
numerosos ya que dificultan la
participación de todos los miembros.
No debemos olvidar, además, que en la
implantación o puesta en marcha de la
estrategia definida será fundamental el
trabajo de todas las personas que
conforman la organización. En este
sentido, la implicación y motivación de
las mismas cobra un papel esencial y si,
mediante la participación en la fase de
definición de la estrategia, hemos
conseguido que todos nos sintamos
parte de un mismo equipo, habremos
recorrido un gran trecho.
Esto no significa que la participación
deba limitarse a un único y reducido
equipo de personas. Durante el
proceso de reflexión pueden coexistir
diferentes grupos. Dependiendo del
proceso, se podrá crear un grupo ad
hoc para tratar o ahondar en un tema
concreto, o unos grupos amplios de
Es esencial una buena definición
y estructuración de la
participación
2
3. Si hablamos de cuándo participar, ya
hemos vistos que algunos grupos
pueden operar a lo largo de todo el
proceso
mediante
reuniones
periódicas; otros pueden ceñir su
participación a una única reunión o
incluso a varias pero con unas fechas de
inicio y fin dentro del proceso de
reflexión. Finalmente, si utilizamos
alguna vía online, ésta estará abierta las
24 horas del día en un período de
tiempo que podrá limitarse a un
espacio temporal dentro de la
reflexión, operar durante todo el
proceso e incluso trascender del
mismo y mantenerla abierta hasta que
lo consideremos oportuno.
creatividad para generar nuevas ideas,
realizar entrevistas individuales…
Esto nos lleva a la siguiente pregunta:
¿Cómo?. Hasta ahora, hemos hablado
sobre todo de grupos físicos,
presenciales, que pueden tener
diferentes composiciones, objetivos,
dinámicas…
Indudablemente,
la
participación presencial es vital
todavía en nuestras empresas, pero no
podemos olvidarnos del abanico de
posibilidades que nos ofrecen las
nuevas tecnologías: wikis, foros,
chats… Mediante estas herramientas
podemos abrir la participación a un
grupo muy amplio de personas ya que
no nos limita la ubicación física o el
momento temporal concreto. Además,
también nos pueden servir para
mantener el contacto de un grupo de
personas (p.ej. grupo de reflexión)
entre reunión y reunión, colgar
documentación y ponerla a disposición
de todos, recoger comentarios…
Y con esto llegamos a la última, pero no
por ello menos importante, pregunta:
el ¿Para qué?. ¿Para qué debemos
hacer participar a las personas en las
reflexiones estratégicas? Es esencial
que tanto las personas que gestionen
la participación como las que vayan a
participar sean conscientes del alcance
que va a tener dicha participación,
para qué se convoca a las personas a
una reunión, qué se espera de ellas,
cuál es el objetivo… El no contar con un
objetivo claro y transmitirlo puede
generar
confusión,
desilusión,
frustración; por lo tanto, éste será un
tema a tener en cuenta.
La participación presencial es
importante, pero no nos
olvidemos del on-line!
Tengamos claro cuál es el
objetivo de la participación en
cada caso y transmitámoslo.
Eso sí, no vayamos a pensar que
habilitando un espacio on-line y
dándolo a conocer mediante un e-mail
vamos a conseguir un aluvión de
preguntas, respuestas, propuestas…
Estos grupos, al igual que los off-line,
presenciales, hay que fomentarlos,
dinamizarlos, gestionarlos…
En este sentido puede haber diferentes
metas, entre las que destacamos las
siguientes:
•
3
Puede que busquemos reunir a
personas únicamente para
ofrecer información. Esta vía
de “participación” es bastante
limitada
ya
que
es
4. soluciones recabadas a lo largo del
proceso de participación y presentar el
resultado final de todo el proceso; en
este caso, la reflexión estratégica, el
rumbo a seguir y cómo hacerlo.
unidireccional,
pero
un
colectivo
bien
informado
siempre estará más implicado
que uno desinformado.
•
Un
segundo
nivel
de
participación podría llevarnos a
pedir opinión a un grupo más
amplio
sobre
diferentes
aspectos en los que se haya
trabajado
en
un
grupo
reducido. En estos casos, es
importante dejar claro que el
objetivo no es decidir, sino
opinar.
•
Al hilo del punto anterior,
también podría darse el caso en
el que a un grupo de personas
se
les presenten varias
opciones sobre un tema y que
se les pida decidir con cuál de
ellas seguir adelante.
•
Creo que no siempre somos
conscientes de la fuerza de un grupo de
personas comprometidas, de un
verdadero equipo. Y estoy convencida
de que las organizaciones que
gestionen bien la participación e
implicación de sus personas tendrán
mucho que ganar y contarán con una
ventaja diferencial para hacer frente a
las dificultades del entorno. Pero no
olvidemos que esta es una labor que
hay que llevar a cabo de manera
constante, hay que cuidar la llama
para que no se apague, regar la
semilla para que florezca.
Otra vía para participar suele
ser recabar propuestas o ideas.
En estos casos también habrá
que dejar claro que el input de
la reunión serán propuestas y
por tanto pueden no seguir
adelante, ser modificadas…
No quisiera terminar el artículo sin
mencionar otros aspectos que hay que
tener en cuenta para contar con una
participación sana y enriquecedora. Ya
hemos mencionado que ofrecer
información es básico para conseguir la
implicación de las personas. Si
queremos ir más allá y pedir su opinión,
propuestas, decisiones… será vital crear
un clima de confianza y transparencia
donde las personas puedan hablar y
opinar libremente, sin miedo o
reticencias. Finalmente, una vez
cerrada la etapa de la participación,
suele ser muy recomendable ofrecer un
feedback y exponer cómo se ha
trabajado con las aportaciones, ideas,
LKS S. Coop.
Polo de innovación Garaia Goiru kalea 7
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Correo electrónico: estrategia@lks.es
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