1. Campos electromagnéticos, arquitectura y
medioambiente
Alejandra Sahagún García
Adelantándose a Alberti, el arquitecto romano
Vitruvio explica en De architectura, una obra que
influyó en toda la historia de la construcción
occidental, que antes de edificar una casa o una
ciudad, los romanos dejaban pastar sobre el
terreno elegido un rebaño de ovejas para luego
examinar sus vísceras, especialmente el hígado.
En la actualidad, se sabe que estas prácticas de
apariencia mágica poseen una base real. La tierra,
inmersa de por sí en un vasto campo de radiación
natural, indispensable para el desarrollo de la vida,
produce también radiaciones: si en un enclave
concreto estas radiaciones son excesivas, afectarán
al funcionamiento del hígado el cual, al regular y
filtrar la sangre, es la primera barrera que opone el
cuerpo a las radiaciones telúricas.
El medio ambiente
Es un sistema donde muchos elementos están
interrelacionados. Los elementos que participan
se clasifican en dos grandes grupos: los vivos y lo
no-vivos. Los organismos vivos que forman parte
del medio ambiente van desde los seres humanos,
los animales, las plantas, los hongos y las
bacterias. Por otro lado, los no-vivos se pueden
resumir en energía, suelo, agua y aire. Todos estos
elementos forman estrechas relaciones que en
conjunto dan lugar a un sistema funcional que
permite que se siga reproduciendo el proceso.
2. Energía
A nivel general, con respecto al medio ambiente, se
concibe a la energía como algo útil para el ser
humano, y que debe saber aprovechar de una
manera eficiente. Sin embargo debemos ampliar
nuestro concepto de energía, al tener en cuenta que
esta tiene múltiples manifestaciones. Se consideran
la energía mecánica, la nuclear, la química, todas
estas forman un grupo de la energía potencial, la que
esta almacenada dentro de algo y puede utilizarse.
Por otro lado está el grupo de la energía cinética, es
decir, en movimiento; en esta clasificación se
encuentra la electricidad, la energía radiante y la
energía térmica, de forma general. Si solo pensamos
en energía como un recurso para el ser humano, nos
podemos quedar cortos en su alcance.
La energía que rodea al ser humano puede interactuar con la energía humana. Por ejemplo con
su energía térmica, el cuerpo siempre se mantiene a temperatura estable mientras en el
ambiente hay otras temperaturas. Pero el tema que aquí nos confiere es la energía radiante. O
en otros términos energía electromagnética, que abarca un amplio espectro de frecuencias y
longitudes de onda.
Bioelectromagnetismo
Los seres vivos también emanamos campos electromagnéticos. Recientemente,
investigaciones en bioelectromagnetismo han puesto de manifiesto la existencia de una
radiación electromagnética por parte de los todos los organismos vivos que abraca la región de
la luz visible del espectro electromagnético. Esta luz de intensidad extremadamente baja,
también llamada emisión de biofotones, juega un papel relevante en fenómenos biológicos
como la biorregulación, transporte en membrana y expresión genética. Es muy posible que los
campos electromagnéticos externos produzcan sus efectos mediante su interacción con los
campos electromagnéticos propios de los sistemas vivos.
3. En relación a su frecuencia y energía, las ondas electromagnéticas se clasifican en radiaciones
ionizantes o no ionizantes. Las radiaciones ionizantes tienen una frecuencia extremadamente
alta, en el espectro de los rayos X y los rayos gamma, su energía tiene la capacidad de producir
la ionización (conversión de átomos o partes de moléculas en iones con carga eléctrica positiva
o negativa). Las radiaciones no ionizantes, por otro lado, poseen una energía fotónica
extremadamente débil para romper enlaces atómicos. Se encuentran en el espectro de la
radiación ultravioleta, la luz visible, la radiación infrarroja, los campos de radiofrecuencias y
microondas, los campos de frecuencias extremadamente bajas y los campos eléctricos y
magnéticos estáticos.
Desde hace mucho tiempo se ha sabido que las radiaciones ionizantes pueden provocar daños
fuertes en los tejidos vivos. Sin embargo las investigaciones con respecto al efecto de la
exposición a radiaciones no ionizantes a largo plazo aún es incipiente.
4. Las radiaciones no ionizantes, que no logran causar ionización en un sistema biológico,
producen otros efectos en las células y los tejidos, como calentamiento, alteración de las
reacciones químicas o la inducción de corrientes eléctricas. Las ondas electromagnéticas tiene
la capacidad de producir efectos biológicos o perjudiciales en los sistemas vivos. Se produce un
efecto biológico cuando se provocan cambios fisiológicos perceptibles. El efecto perjudicial
hace referencia a la situación en que el efecto biológico supera la capacidad de compensación
del organismo y origina una alteración o un proceso patológico.
Las radiaciones ionizantes se encuentran naturalmente en materiales radiactivos, que pueden
presentarse en tres tipos: las partículas Alfa, donde el núcleo del helio está cargado
positivamente, y que son de baja penetración y daño, aunque pueden incidir de forma más
5. significativa cuando entran al organismo; las partículas Beta, que son equivalentes a los
electrones, penetran hasta dos centímetros el aluminio; y los rayos Gamma, que son muy ,
penetrantes, pasan más de 6 cm del concreto; los rayos X son equivalente a los rayos gamma
de baja energía.
Campos electromagnéticos en la arquitectura
Los seres humanos pasamos del 80 al 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados: los lugares
donde vivimos, trabajamos y dormimos. Es imprescindible hacer una evaluación de la dinámica
de los fenómenos electromagnéticos al interior de los espacios que habitamos.
Estamos constantemente expuestos a campos eléctricos y magnéticos estáticos naturales
como el campo magnético terrestre o los campos eléctricos causados por cargas eléctricas
presentes en las nubes, la electricidad estática que se produce cuando dos objetos se frotan
entre sí o los campos eléctricos y magnéticos resultantes de los rayos. El campo magnético del
núcleo terrestre oscila entre 30 y 70 µT y está implicado en la orientación y migración de ciertas
especies animales. El campo eléctrico natural varía según las condiciones meteorológicas desde
unos pocos V/m hasta decenas de miles durante una tormenta (Alonso Fustel, García Vázquez,
& Onaindia Olalde, 2012, pág. 19).
La presencia de determinados minerales, corrientes de agua subterránea sometida a presión o
fallas, afecta a las personas que viven en el área o encima. Cuando un material está trabajando
a compresión, como es el caso de una falla, es lo mismo que decir que está sometido a la acción
de un campo eléctrico. En la falla hay un campo eléctrico que actúa sobre los materiales de la
vivienda y sobre los moradores de la casa. Esto debilita su sistema inmunitario.
De forma artificial, hay muchos dispositivos en la actualidad que generan Contaminación
Electromagnética (CEM) en la atmósfera urbana o no urbana y que pueden afectar a los seres
vivos, tanto si se trata de los seres humanos como de los animales o las plantas. En términos de
frecuencias, se refieren tanto a las bajas frecuencias de la red de generación, transporte,
transformación, distribución, consumo y servicios eléctricos; como a las altas frecuencias de las
microondas utilizadas en las telecomunicaciones. Entre los dispositivos de baja frecuencia (50
Hz ó c.p.s.) que generan fuertes campos electromagnéticos en su entorno, figuran los cables de
6. alta tensión, tanto los cables aéreos, como los subterráneos (en zonas urbanas), los
transformadores eléctricos situados en cabinas urbanas de cada zona y todas las instalaciones
eléctricas de 230 voltios en postes aéreos, zanjas subterráneas o en fachadas de edificios de las
zonas urbanas. En la franja de altas frecuencias se incluyen las antenas emisoras y repetidoras
de telefonía móvil, antenas de radares y radioenlaces y las antenas emisoras de microondas de
múltiples sistemas (Wifi, contadores eléctricos inalámbricos, GSM, UMTS, WiMax, picoantenas,
etc.).
Las rocas y el suelo contienen uranio, potasio y torio, entre otros materiales radiactivos, que
producen un rango de elementos radiactivos que emiten radiación alfa, beta y gamma
(Sciences, s/f). El incremento de radiactividad dentro de la casa puede ser debido a
emanaciones de gas Radón (Rn 222), generalmente procedente del subsuelo, que al
acumularse por mala ventilación puede triplicar la radiación natural dentro de la casa. Ciertos
materiales de construcción muy frecuentes como el granito, los esmaltes o el gres
monococción también son fuertemente radiactivos. Pero también podemos introducir
radiación excesiva con el uso de cementos y de yesos artificiales, que pueden llevar aditivos y
componentes como las fosfogisginas, muy radiactivas (Requejo, 2011). Muchos materiales de
7. construcción son radiactivos. Además la madera y otros materiales de origen naturales que en
algún momento tuvieron vida, contienen carbono-14.
El aire que respiramos también contiene material radiactivo, que dan de dos tipos de dosis:
externa a nuestros cuerpos y interna cuando respiramos. El uranio y el torio son emanados de
algunos materiales de construcción. Se pueden alcanzar niveles de concentración dañinos
cuando la ventilación es pobre y los gases son atrapados.
El arquitecto o diseñador puede crear espacios donde el flujo o concentración de estos campos
sea nocivo para el usuario, o por el contrario, puede crear espacios donde la dinámica
electromagnética pueda potenciar el bienestar humano. Para esta segunda opción, el
arquitecto debe tener en cuenta los factores que influyen en el fenómeno conocido como
Síndrome del Edificio Enfermo y complementarlos con criterios de diseño que permitan una
dinámica electromagnética adecuada.
atenuación de campos electromagnéticos
Se debe tener cautela cuando se trabaja con energías elevadas como ocurre actualmente.
Anteriormente se consumían cantidades muy pequeñas de electricidad; se abastecía a
tensiones de 110 volts o incluso menores. Era suficiente con una potencia de 2.2 kW. Aunque las
tensiones son de 220 volts, las corrientes son tan elevadas que los campos magnéticos
variables creados por los aparatos de consumo son cada día mayores. Si se le añade la radiación
de ordenadores o televisiones, el ser humano de las sociedades económicamente desarrolladas
está sumergido en campos variables de una relativa intensidad que producen efectos en la
actualidad y que pueden ser mucho mayores a largo plazo. Y esto es peor aún durante las horas
de sueño o en los niños, cuyo sistema inmunitario está en desarrollo.
Las medidas de protección y precaución consisten en reducir el uso de aparatos que emitan
altas dosis de radiación. El ordenador de cristal líquido emite mucho menor radiación que la
pantalla de rayos catódicos. Además deben estar protegidos con un filtro protector con toma
de tierra. También se debe tener consciencia de las líneas de conducción, y estar a una distancia
mayor de 20 cm. Otro aspecto importante es no abusar de los aparatos de elevado consumo de
corriente y evitar sistemas de calefacción artificial en la noche. Se debe también construir
8. viviendas lejos de líneas de alta tensión, mínimo a 200 m de distancia. Otro factor importante es
mantener desconectados el máximo número de aparatos durante las horas de sueño.
El físico español propone que al referirnos a formas estructurales arquitectónicas, estamos
hablando de un material modelado en una forma y que está sometido al campo gravitatorio de
la Tierra. Con base en esto, se debe partir de la existencia de tres factores interrelacionados: la
fuerza de acción gravitatoria (el campo eléctrico de la Tierra), los materiales y la geometría con
que son modelados los materiales.
Los campos eléctricos actúan sobre los materiales y dan lugar a fenómenos de electrostricción,
que se refiere a que un material trabajando a compresión sufre los mismos efectos que ante un
campo eléctrico. En el momento que un material está trabajando a compresión, por medio de
él circula una corriente eléctrica, de tal manera que si la geometría es cerrada, en su interior se
forman campos magnéticos.
Se debe evaluar la energía interna de las formas estructurales, por medio del cálculo de las
corrientes internas en el seno de los materiales y a partir de ellas su campo magnético
asociado. Se debe diseñar formas estructurales que tengan energías internas que se
distribuyan de acuerdo a unos determinados criterios de forma que se intensifiquen. Así, la
percepción de los campos creados por la estructura dependen de la geometría y del material.
Cualquier estudio sobre una figura debe tener presente el material con que está hecho y
viceversa. Los materiales van a conducir corrientes, por lo tanto se deben seleccionar
materiales que presenten una conductividad eléctrica más elevada. La piedra, los cerámicos y el
concreto no deben ser considerados por que tienen una conductividad eléctrica muy baja. Los
metales o materiales compuestos de metal con cerámicos si mantienen una conductividad
eléctrica elevada.
Los metales tienen cierta conductividad eléctrica que puede ser mayor o menor según el tipo,
pero además es necesario que trabajen a compresión, por lo que deben tener un límite elástico
elevado para reducir el gasto de material. La estabilidad estructural, en términos energéticos,
es una componente y también una consecuencia del nivel de energía interna de las formas.
Por otro lado en la corriente contempóranea bautizada con el nombre de Arquitectura
Biológica se pretende crear las condiciones electromagnéticas que permitan un desarrollo
9. potenciado de los seres vivos involucrados, por medio de un cuerpo de principios relacionados
con la simetría o calidad de un campo eléctrico. Su propuesta radical se refiere a que los
diseños y materiales coherentes con la Naturaleza fundamentan este cuerpo de principios.
En esta corriente de la arquitectura el concepto central es el capacitor biológico como opuesto
del acumulador; el uso de materiales biológicos y formas sustentables y una correcta lectura
cosmo-telúrica del espacio físico determinan la presencia de un capacitor biológico. Este tiene
la capacidad de llenar y vaciar de forma continua el campo electromagnético por medio de una
serie de capas de materiales conductores y aislantes alternadas.
Las investigaciones en este tema son incipientes, pero es imprescindible integrar esta
perspectiva en el proceso de diseño arquitectónico. Que aunque es algo invisible, pero tiene la
característica de que puede ser medible y así evidenciable, y en mayor medida con las
investigaciones que se han hecho en la disciplina del bioelectromagnetismo que fundamenta
desde la óptica física, química y biológica el efecto que tiene la interacción de los campos
electromganéticos con los seres vivos.