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La ausencia recordada
Memoria Colectiva en Pijao-Quindío
María Alejandra Pérez Alonso
La ausencia recordada
Memoria Colectiva en Pijao-Quindío
María Alejandra Pérez Alonso
Universidad Externado de Colombia
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
Antropología
Área de Arte, Cultura y Sociedad
Bogotá
2013
CONTENIDO
Agradecimientos
Preámbulo
1. Así comienza todo 1
2. El Pijao de cuando había café y de la gente de antes 12
3. Sucesos de finales del siglo XX 27
4. El Pijao de la gente nueva y la escasez de trabajo 43
5. La ausencia recordada: apuntes finales 55
Bibliografía 57
Anexo 59
Apéndice 1: Ubicándonos en Pijao 61
Apéndice B: Álbum Familiar de Pijao 66
Agradecimientos
Antes de comenzar a agradecerles a las personas que me
acompañaron, en primera instancia quiero agradecerle a la
Tesis, por darme momentos de alegría, tristeza y finalmente
por transformarme. Para abrir estas largas líneas de
agradecimiento, empiezo por mis padres, Luis Pérez y
Amalia Alonso, quienes me apoyaron para estudiar esta
disciplina, éste estilo de vida. Continúo con mi gran colega y
hermana Natalia Pérez quien me abrió un espacio en su vida
y logró leerme cuando más lo necesitaba. Sigo con mi
hermano Felipe Pérez y a su incansable pero beneficiosa
pregunta de cómo voy con la tesis. A mi abuela, Rosa
Gómez, por sus recibimientos efusivos luego de las nueve
horas de viaje, su acompañamiento en las búsquedas de las
salidas de campo y, cómo no, a sus raíces las cuales me
llevaron al “pueblito más lindo del Quindío”. A mis tíos,
primos y cuñado que estuvieron atentos ante mis adelantos.
A aquella compañía que hizo de esta tesis más
recompénsate: a Felipe, quien logró bautizar a esta narración
al contarle lo que sucedía en Pijao. A la lejana pero presente
compañía de Nazzly.
A Marta Saade, mi directora de tesis, a ella y a sus sabios
consejos y guías para terminar una clara y buena tesis. A
todos mis profesores de la carrera. A mis compañeros,
amigos, parceros y colegas Camilo Arana y Andrés Triana
quienes recorrieron conmigo cinco años y un poco más en el
aprendizaje de la antropología y las ciencias sociales. A
Universidad Crítica, aquel inestable pero equilibrado
colectivo que lucha por la dignidad del ser humano. A las
parceras Caterina, Sol, Ana y Sara y a los parceros John
Viasus, Alejandro Munevar y Camilo Mamían quienes
escucharon mis dichas y desdichas en este tiempo. A los antes
cercanos y ahora lejanos compañeros de clase. A Andrés
Reyes por su incondicional compañía y confianza en los
inicios de este caminar.
A los pijaenses y sus buenas costumbres al recibir un invitado
en su casa, en su pueblo. A Julián Vergara (Q.E.P.D) y su
activismo durante su vida hacia su pueblo. A don Vidal Peña,
por su confianza al narrar las mil y un historias que tiene por
decir. A Juan David, quien me apreció desde el mismo
instante en que nos conocimos. A don Ramiro por darme la
oportunidad de conocerlo y haberle podido charlar con
fluidez y tranquilidad. A don Luis Ángel quien me facilitó su
archivo personal de fotografías antiguas de Pijao. A
diferentes funcionarios y exfuncionarios de la Alcaldía que
me charlaron sobre sus experiencias y su visión sobre Pijao a
partir de esta institución.
A la Universidad Externado de Colombia y su facultad de
Ciencias Sociales que hace posible que hoy en día, ante las
inclemencias de una terrible actualidad, ofrece conocimiento
y aprendizaje para poder transformar lo que tanto nos
incomoda.
Hace más de 20 años en una zona llamada Eje Cafetero
se viene dando una fuerte crisis que se impulsó gracias a
la rompimiento del "pacto de cuotas" a finales de los
años ochenta, causando un efecto terrible en los precios
del grano. Esto, junto con problemáticas climáticas,
conflicto armado, administraciones vagas y el
devastador terremoto de 1999 ha llevado al PARO
CAFETERO de hoy 25 de febrero.
Es claro y justo que estos campesinos que en tiempos
pasados disfrutaban de grandes bonanzas y que ahora
son nostalgias y añoranzas, hoy se levanten indignados
frente a un sistema injusto.
¡SI AL PARO CAFETERO!
Así comienza todo
Introducción
1
Vista panorámica de Pijao-Quindío (1)
Entre las montañas de la cordillera central de Colombia
se alza un paisaje de miles de hectáreas de cultivos de
café. Esta zona es conocida como el eje cafetero y
comprende los departamentos de Caldas, Risaralda, el
nor-oriente del Valle del Cauca y el Quindío. Así como
el café, el terremoto de 1999 y el conflicto armado, son
algunas de las características con las que se conoce a
esta zona del país. Esta conjugación se presenta de
manera particular en “el pueblito más lindo del
Quindío”1
llamado Pijao y son ellas las que convocan
1
Nombrado de tal manera cuando en 1985 se ganó un concurso
realizado por la administración departamental.
esta investigación para optar por el título de pregrado
en antropología.
Recordar a Pijao es recordar los pasos del galopar de
los caballos sobre el cemento de la calle, es escuchar el
sonido de la pequeña campana avisando el paso del
carro del gas, volver sobre el sonido de las motos
cruzando el Parque (Plaza Central) y sentir el olor a
pollo asado del restaurante de los bajos de la casa de
mi bisabuela. Pero, estar en Pijao es percibir también
que algo sucedió, que hubo cambios sensibles. Aquel
“cambio” parece relacionarse con mi recuerdo del 25
de enero de 1999, día en el que junto a mi madre,
hermanos y primos salimos despavoridos de la vieja y
sostenida casa de bahareque de mi bisabuela. El día en
el que montañas y postes se movían de un lado a otro
y de arriba para abajo. El día en que un terremoto
azotó al Eje Cafetero del país.
Años después del terremoto he regresado a Pijao. La
casa de mi bisabuela está a la mitad, pues luego de la
toma guerrillera del 2001 no lograron recuperar la
parte por la cual salimos, puesto que era más barato
tumbarla que reconstruirla. Aunque en su interior
existan aún los mismos cuartos, la casa, de una u otra
manera, se siente diferente. Ya no está el bifé de mi
bisabuela, ya no está la mesa en donde desayunábamos
arepa y chocolate caliente, ya no está la cocina y su
ventana por la que se podían mirar las garzas cuando se
posaban en las horas de la tarde hacia ese lado del
2
pueblo, ya no están las camas en donde dormíamos, ya
no está el televisor de mi abuelo para ver “Pataclaun”2,
ya no está Olguita3
y ya no está mi abuelo. De cierta
manera la casa se siente en soledad, pues su abandono
ha hecho que la familia no vuelva allí. Es una soledad
en la que se hace notar que vigas, techos, tablas,
escalas, paredes de bareque y esterillas, han cambiado.
El terremoto al parecer causó un cambio no sólo en la
casa de mi bisabuela sino en todo el pueblo. Ante la
contundencia de los impactos físicos que genera un
movimiento de la tierra, vale la pena preguntarse si
sólo este suceso, ha causado aquella sensación de
“cambio” que se percibe en muchos pijaenses.
Según el Plan de Desarrollo de 2008 - 2011 presentado
por el exalcalde Edgar Cuervo Osorio, la crisis cafetera,
las secuelas del sismo del año 1999, la falta de
alternativas económicas y la falta de resolución del
conflicto armado interno, han llevado a que el
municipio padezca dificultades sociales o, como los
mismo pijaenses lo llaman, una “decadencia”. Un
estado, reflejado para el exalcalde en el desempleo
progresivo y el empobrecimiento. Tales “cambios” se
relacionan con una serie de sucesos de finales del siglo
XX: la crisis cafetera de los noventas, el terremoto de
1999 y el conflicto armado, éste último reflejado en la
2
Programa peruano cómico de televisión hecho al estilo Clawn.
3
Amiga de mi abuela que vivía en la parte de atrás de la casa de mi
bisabuela.
toma guerrillera de 2001 por parte de los Frentes 50 y
21 de las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia
(FARC-EP). En pocas palabras: las causas de los cambios
del pueblo que describen la “decadencia del presente”
son situadas por sus habitantes en unos sucesos del
pasado. En este sentido, esta tesis se pregunta sobre
¿qué es lo que los pijaenses tienen que decir sobre los
cambios que califican como causantes de la llamada
decadencia de Pijao?
Esta tesis se concentra en reunir los discursos de los
pijaenses sobre este problema y de analizarlos para
entender la manera en la cual los pijaenses comprenden
al Pijao actual.
Los discursos hacen parte de lo que los autores de
“Oralidad y Poder”, llaman oralidad: con lo cual no
sólo hacen referencia a “los fenómenos conocidos
como “arte verbal” sino también al conjunto de
conversaciones tanto formales como espontáneas de la
vida diaria” (Vich y Zabala, 2004: 10). Estos autores
tratan el tema de la oralidad desde el sentido del
performance, es decir, “como una práctica, una
experiencia que se realiza y un evento del que se
participa” (Ibíd.: 11). A partir de allí explican que los
discursos orales “son formas de memoria colectiva a
través de las cuales los sujetos encuentran fundamentos
para constituir su identidad y repensar su presente”
(Ibíd.: 18).
3
Teniendo en cuenta lo anterior, se establece que son los
discursos orales de los pijaense los que responderán la
pregunta de investigación puesto que en estos, como
bien lo dicen Vich y Zabala, se construye la identidad y
se repiensa el presente. Pero, ¡qué importancia tienen
estos dos últimos elementos en los discursos de los
pijaenses? Pues bien, antes de darle respuesta a la
pregunta hay que tener claro que esas formas de
memoria colectiva, expuestas como discursos orales, se
verán afectadas por dos factores que se deben tener en
cuenta. El primero de ellos es el carácter individual y
colectivo de la memoria. Se trata de un tema, para
cuya discusión resulta necesaria la referencia a Maurice
Halbwachs y su texto La memoria colectiva. La
referencia a “los marcos sociales de la memoria”, resulta
útil como definición de la memoria colectiva. En sus
palabras: “podemos hablar de memoria colectiva
cuando evocamos un hecho que ocupaba un lugar en la
vida de nuestro grupo” (Halbwachs, 2004: 36). Esta
definición se refiere a que cuando se recuerda un hecho
pasado es porque el grupo en el que se dio ese hecho
no ha desaparecido, es decir, cuando tenemos un
recuerdo de algo es porque aún seguimos
perteneciendo a ese grupo que conserva aquel
recuerdo.
Nathan Wachtel en su artículo llamado Memoria e
Historia, complementa el trabajo de Halbwachs con el
de Roger Bastide, quien a su vez expone que el
recuerdo está relacionado con la colectividad, pero no
solo se activa allí sino que también está activo en el
individuo. (Wachtel, 1990; 81-82). Esta sería la
explicación del recuerdo en relación con la memoria
colectiva, donde al momento de recordar existe una
relación recíproca entre lo colectivo y lo individual.
Pero esto no termina allí, el antropólogo Joël Candau
en su libro Antropología de la memoria, explica que en
ese paso de lo individual a lo colectivo se logra
plantear la relación, igualmente recíproca, entre
memoria e identidad. Lo que quiere decir que el
proceso de construcción de identidad en el sujeto es el
mismo para un grupo o para toda una sociedad
(Candau, 2002: 117) Es decir, si la memoria es esa
facultad constitutiva de la identidad que permite que el
sujeto (quien debe tener conciencia de que el
encadenamiento de secuencias temporales pueden tener
significado para él) se piense idéntico en el tiempo, de
igual manera sucederá en el grupo o la sociedad, donde
la memoria resulta ser esa facultad que construye
identidad grupal en el tiempo (Ibíd.). De esta manera,
la razón por la cual resulta importante interesarse en la
construcción de la identidad en Pijao es porque se
puede preguntar sobre ¿cómo se construye la identidad
pijaense en un presente decadente? O dicho de otra
forma: ¿Cómo los pijaenses se piensan idénticos en el
tiempo?
El segundo factor que afecta las formas de memoria
colectiva es lo que expone Joël Candau, en su libro ya
citado, sobre la relación entre memoria y medida del
4
tiempo. Dice él que en las sociedades “una dicotomía
“antes/ahora” organiza toda rememoración” (2002:
39). De esta manera la relación entre pasado y presente
se expone en el momento de recordar: Bachelard,
citado por Jöel Candau, afirma que al momento de
recordar lo que se hace es componer el pasado en
función de lo que está en juego en el presente (Ibíd.:
32). Sucede también de forma contraria en el momento
en que, según el antropólogo Marshall Sahlins, al
concluir su análisis histórico sobre la realeza y la
divinidad en Hawái en su libro Islas de historia, “la
cultura es precisamente la organización de la situación
actual en función de un pasado” (1987: 144). Joël
Candau y Marshall Sahlins logran afirmar una relación,
existente en la memoria, entre el pasado y el presente
donde el primero organiza el segundo y el segundo
compone el primero. Sin embargo, no es solo en la
memoria donde se relaciona el pasado y el presente
sino que en el recuerdo también sucede al hacer que el
pasado surja en el presente. Esta relación del tiempo
con el recuerdo la expone el filósofo y antropólogo
Paul Ricoeur, al explicar que el recuerdo “se presenta
como la imagen de lo que antes se vio, oyó,
experimentó, aprendió y adquirió” (Ibíd.: 313). La
imagen en este sentido se refiere al eikõn es decir a “la
presencia de una cosa ausente” (Ricoeur: 22). De esta
manera, “con el recuerdo lo ausente lleva la marca
temporal de lo anterior” (Ibíd.: 38). Es decir, “el
recuerdo adviene como presencia de lo ausente (…) es
re-presentación en el doble sentido del re: hacia atrás,
de nuevo” (Ibíd.: 60,61).
Lo anterior quiere decir que aquello del pasado que ha
estado ausente al momento de recordarlo se hace
presente. Es decir, es un proceso en el que se relaciona
pasado/presente y que de ahora en adelante se
denominará “ausencia recordada”. En ese proceso es
donde resulta importante interesarse por repensar el
presente en relación con el pasado y así preguntarse
por la relación entre el decadente presente de Pijao con
el pasado, es decir: ¿la decadencia del pueblo resulta de
una ausencia no recordada?
Para el historiador Eric Hobsbawn la respuesta seria que
sí. Claro que en términos de él, según su libro llamado
Sobre historia, la decadencia correspondería “al fracaso
de una generación” y la ausencia no recordada a “la
imposibilidad de esa generación de copiar y reproducir
lo que le precedió” (Hobsbawn, 2002: 23). Sin
embargo, Hobsbawn agrega un elemento y es que aun
así haciendo la copia al pie de la letra “las cosas nunca
volverían a ser como en los viejos tiempos” (Ibíd.: 27).
Esto sucede ya que entran en juego ciertas
“innovaciones” a las cuales la sociedad no puede
escapar, “incluso la sociedad más tradicional se verá
obligada a aceptar la innovación circundante que
amenaza con invadirla” (Ibíd.: 25). En este sentido,
¿cuáles son las “innovaciones” en Pijao que impiden
que haya una ausencia recordada o, en términos de
5
Hobsbawn, una copia y reproducción de lo que les
precedió? Pero Hobsbawn no cierra su discusión aquí, si
no que afirma que existe la posibilidad de que aún con
las “innovaciones”, en la sociedad puede seguirse
dando la sensación de no haberse alterado el modelo
heredado del pasado (Ibíd.: 24). Es decir, en Pijao, aún
con “innovaciones” haciendo presencia, ¿es posible
que, en medio de la decadencia, haya una ausencia
recordada?
Actividad llevada a cabo con los niños del pueblo (2)
Los discursos orales se reunieron durante el trabajo de
campo que se realizó entre las calles y lugares de
encuentro y reunión principales del pueblo, sobre todo
en la Calle del Comercio y en pequeños negocios de
víveres alrededor del pueblo. En estos lugares se
conversó con diferentes pijaenses sobre el Pijao de
antes y el de ahora. Se conversó en su mayoría con
personas de la tercera edad quienes se encuentran
sentados, a partir de una cierta hora de la mañana a un
costado de la plaza principal, por los lados del Banco
Agrario, charlando entre risas, bastones, silencios y
palabras cansadas. Es un lugar donde concurren
personas a comentarse el día, la semana, los
acontecimientos actuales del pueblo, del país y a veces
del mundo, a hablar sobre sus cultivos, sus alegrías y sus
desdichas y, como dice don Vidal, a “hacer historia”. Es
un lugar donde se estructuran los recuerdos mientras se
reiteran y narran una y otra vez.
Así mismo, se conversó con adultos entre 30 y 50 años,
quienes en su mayoría se encontraban en sus lugares de
trabajo como las tiendas de víveres. Estuvieron también
presentes en esta investigación Juan David de 12 años,
quien me mostraba a Pijao a través de momentos
cotidianos de la vida del pueblo; y don Vidal Peña
quien, por medio de sus cientos de historias, me
contaba lo que era Pijao en un pasado. Ellos fueron, los
niños y abuelos, quienes me narraron de maneras
convergentes y divergentes lo que ellos entrevén como
la “decadencia de Pijao”.
El haber trabajado con niños y mayores, marca algunas
limitaciones de esta investigación. Lo anterior, teniendo
en cuenta que cada generación está definida “sobre la
base de que ciertos grupos de individuos han vivido
6
hechos históricos determinados a una misma edad, de
lo que puede inferirse una socialización común, lo que
les distingue, separa de- o quizás enfrenta con- otros
conjuntos constituidos a su vez, por individuos nacidos
en zonas de fechas anteriores o posteriores a la
considerada” (Koselleck, citado por Moyano, 2010:13).
Conviene, pues, preguntarse sobre ¿cuál es la respuesta
de estos pijaenses como generaciones en relación con la
pregunta de la investigación? Y así lograr plantear
algunas particularidades del recuerdo y la experiencia,
en relación con las generaciones que constituyen a la
población pijaense.
Cada relato se sistematizó en un cuadro con el fin de
encontrar relaciones y diferencias entre los discursos
orales, puesto que, como dice Nelsón Molina Valencia
en su artículo Reconstrucción de memoria en historias
de vida, “cada historia, pese a ser una narración
diferente, comparte elementos con otras, que permiten
una identificación de colectividad” (2010: 68). Con esto
que dice Nelson Molina fue posible entrever que en
esta parte del proceso fue donde se hizo presente esa
colectividad e individualidad del recuerdo y la
memoria, puesto que cada recuerdo individual hacia
parte de un grupo más general, hacia parte de una
colectividad. El cuadro en el que se desglosaron los
discursos llegó a componerse de cinco temas:
arquitectura (todo lo que tenía que ver con las
edificaciones), café y cultivo (todo lo relacionado con
el campo), administraciones (los alcaldes y líderes del
pueblo), pijaenses (caracterizaciones de los habitantes
de Pijao) y otros (demás temas que se relacionaban con
los anteriores pero que de alguna manera no
encajaban).
Entre los pijaenses no sólo había narraciones, también
había fotografías que le pertenecen a la población de
Pijao y que ayudaron durante el proceso de
investigación. Esas fotografías se encuentran en manos
de diferentes habitantes y otras son expuestas tanto en
la Alcaldía como en establecimientos del pueblo. Con
estas fotografías logré acercarme a las narraciones que
componen esta tesis. No solo eran desconocidos a los
que les hablaba y a los que les preguntaba sobre su vida
en el pueblo; también eran vecinos y viejos conocidos a
los que saludaba. Lo que hice fue recolectar esas
fotografías de dos maneras: de las manos en las cuales
se encontraban las originales y al mismo tiempo
tomándole fotos con la cámara, para así obtener una
copia de éstas. Las fotografías las exponía en los
diálogos para lograr que me narraran lo que había en la
imagen y así evocar el pasado del pueblo en relación
con sus discursos orales.
Las fotografías son, como dicen Berger y Mohr en su
libro Otra manera de contar, detenidos instantes del
pasado que no pueden nunca conducir al presente
(Ibíd.: 86). Es decir, que son pasado. Frente a lo cual
cabría preguntarse si podrían también ser presente.
Según Berger y Mohr no podrían serlo. Sin embargo, al
7
leerlas desde un carácter temporal, se afirma, según
Alejandra Reyero en su texto titulado La fotografía
etnográfica como soporte disparador de memoria, que
“toda fotografía “llega del pasado” y que este pasado
se despliega en múltiples tiempos convergentes”. Es
decir, “toda imagen fotográfica desata de este modo
una paradoja temporal, paradoja que la convierte
según Barthes en una “irrealidad real”: localización
inmediata: aquí; temporalidad anterior: entonces”
(2007: 9). En este sentido, las fotografías, al
exponérselas a los pijaenses, en los discursos orales
fueron evocadoras tanto del pasado como el presente,
puesto que relacionaban las imágenes y situaciones del
pasado de la fotografía con imágenes y situaciones que
en el presente estaban sucediendo.
Los lugares del pueblo también fueron evocadores del
pasado, no solo me nombraban el lugar, sino que
también me los señalaban en las alturas de las colinas
del pueblo y lugares de trabajo o vivienda, o también
atravesándolos en medio de caminatas alrededor del
pueblo y sus veredas. Y no solo conjuntamente con los
habitantes nos dábamos cuenta de cuánto ha cambiado
el pueblo, sino que también en mis recorridos por sus
calles y carreteras, lograba percibir las características del
Pijao actual, así como algunas huellas de lo que fue en
los tiempos de los mayores con quienes conversaba.
Otro acercamiento que se hizo fue a través de la
realización de tres actividades. Realicé dos talleres con
los niños, ya que por medio de ellos, podría acercarme
al presente de Pijao desde una perspectiva
generacional. Otra actividad la llevé a cabo con los
abuelos del ancianato, con el fin de conocer una
perspectiva más anclada en el pasado del pueblo.
La primera actividad realizada fue con los niños de
cuarto de primaria del colegio, a quienes se les pidió
que en una hoja carta dibujaran lo que es Pijao para
ellos y en otra hoja lo que hacen en sus tiempos libres.
La segunda actividad se realizó en la casa de mi
bisabuela con diferentes niños que se encontraban en el
Parque jugando, a ellos se les pidió que en unos 8
pliegos de papel kraft dibujaran un mapa de Pijao.
Actividad llevada a cabo con los abuelos del Ancianato (2a)
8
La tercera y última actividad se llevó a cabo en el
ancianato, se realizó en dos momentos. En un primer
momento se habló con cada abuelo sobre lo que era el
pueblo en el pasado. En un segundo momento se
reunieron a todos los participantes para que en dos
pliegos de papel bond se dibujara un mapa del pasado
de Pijao. Como se dijo anteriormente, las respuestas,
recuerdos y reflexiones suelen ser generacionales. Cabe
preguntarse entonces sobre cuáles fueron las diferencias
y similitudes entre los mapas de los niños y los abuelos,
esto con el fin de acercarnos a las relaciones entre dos
énfasis distintos con respecto al peso del pasado y el
presente, para describir la vida de Pijao.
Tanto la actividad de los niños haciendo el mapa como
la del ancianato se hicieron con la colaboración de unos
estudiantes de la Universidad ICESI, en el marco de una
salida de campo de la clase llamada Técnicas
cualitativas y etnográficas con la profesora Natalia
Pérez de la Facultad de Ciencias Sociales.
Todo este proceso fue llevado a cabo en un marco
etnográfico, entendiendo a la etnografía como un
método en el cual se presenta un ir y venir entre la
interpretación y la descripción. Estas dos últimas
acciones surgen en las relaciones sociales ya que de estas
resulta el continuo intercambio de palabras donde los
participantes, llamados por Miguel Bartolomé (2003)
“interlocutores”, al estar activamente en una
conversación, construyen e intercambian nociones
culturales. Estas últimas están permeadas por la
ambigüedad existente en el discurso humano, es decir
por “lo que se dice que hace y lo que se hace”.
La etnografía de ésta investigación se sustenta en
entablar un diálogo en el que los interlocutores
despliegan sus distintas posiciones acerca de un tema. La
construcción de aquellas posiciones se hace a partir de
la forma de conocimiento, a partir de su experiencia de
vida en la cual se hacen presentes sus prácticas y
representaciones sociales, su forma de percibir el
mundo. En la presente investigación “los pijaenses” y
yo fuimos los llamados interlocutores; mi posición en
tal relación social al entablar el diálogo fue a partir de
mi cercanía con las experiencias de los pijaenses, tanto
por haber estado presente en el terremoto como por
mi parentesco familiar; último que hace de abuelos,
tíos, primos y madre parte del Pijao que estudio.
Este método se ha visto influenciado por las diferentes
corrientes de las ciencias sociales. Así el ejercicio
etnográfico ha llegado en algunos casos a preocuparse,
solidarizarse y comprometerse con las problemáticas de
las comunidades. Este punto se ha desarrollado mucho
más con los indígenas, pues los antropólogos a través
de la etnografía encuentran el espacio para acompañar
y colaborar con la comunidad a solucionar
problemáticas de diferentes índoles, como lo han hecho
Abelino Dagua Hurtado, Misael Aranda y Luis
Guillermo Vasco en su libro Guambianos: hijos del
aroiris y el agua (1998). El resultado de estos trabajos se
9
ha visto influenciado por las ideas de los representantes
de la antropología post-colonial, quienes hablan sobre
“darle la palabra al otro” y “hacer hablar al
subalterno”.
Allí se hace presente la reciprocidad continua entre lo
escrito y lo oral de la etnografía. En el caso del escrito
de esta investigación, “hacer hablar al ‘otro’” fue
posible a través de pequeñas narraciones o comentarios
de los pijaenses, los cuales resultarán ser recuerdos
perdurables en el tiempo. Esto es y será una manera de
hacer que lo que tengan que decir los pijaenses no sea
olvidado. Esto es pues, y por qué no, un posible
ejercicio de interdisciplinariedad entre la antropología y
el periodismo pues es hacer que lo que es “noticia” no
sea algo desechable, evanescente e intrascendental, sino
algo importante por lo cual actuemos y nos
solidaricemos. Es retornar a los nacimientos del
periodismo donde “en medio de batallas, los guerreros
nórdicos apartaban del combate y de la muerte a uno
de ellos, para que pudiera contar a la posteridad cómo
había sido la lucha de los héroes” (Ospina, 2001: 100).
Esto es para mí una manera de hacer antropología, ésta
es mi manera de practicarla: hacer de lo ajeno y simple
algo cercano y significativo.
Como resultado del trabajo de campo emergió la
siguiente capitulación del escrito. En el primer capítulo
se encuentra la descripción y el análisis del “pasado” de
Pijao, descrito por los mayores del pueblo. En el
segundo capítulo se describen y analizan los sucesos del
siglo XX que se establecen como causantes de que el
pueblo cambiara y decayera. En el tercer capítulo se
describe y analiza al Pijao de ahora, del presente, y sus
cambios como consecuencia de los sucesos descritos en
el capítulo anterior. Luego se encuentran unos apuntes
finales que responden a la pregunta y al objetivo de la
investigación. Por último, están el anexo y los
apéndices, el primero está compuesto por el índice de
las fotografías expuestas en el escrito; y los segundos
por una descripción física de Pijao y un álbum familiar
del pueblo.
Así como se hizo uso de la fotografía como herramienta
de campo, en el escrito también se utilizarán, no solo
como soporte del relato sino como imágenes que en sí
mismas son contenedoras de historias. Es importante
resaltar que las fotografías adelantan la historia que se
irá contando, de tal manera que se observan primero
las fotos para recrear una historia y luego se lee lo que
se tiene que decir sobre ellas, y así crear una relación
recíproca entre lo que evoca la fotografía por sí misma
y lo que se rememora de ella. John Berger y Jean
Mohr en su libro Otra manera de contar, hacen uso de
esta relación al relatar las fotografías con palabras: con
la primera se reclama interpretación y con la segunda,
la primera cobra significación (1998: 92). Es decir, al
exponer las fotografías antes del texto se pretende que
en un primer momento se interprete la fotografía y
luego esta cobre significado con las historias de los
pijaenses.
10
Mapa de Pijao expuesto en la Casa de la Cultura (3)
11
El lugar donde se realizó la investigación, es el pueblo
cafetero de Pijao. Éste nació siendo primero un
corregimiento de Calarcá, el cual pertenecía a Caldas,
llamado San José de Colón. Luego, por el crecimiento
económico y demográfico, pasó a ser municipio en enero
de 1927. “Entre 1905 y 1930 Pijao alcanzó un gran
desarrollo económico, político y social que puede
considerarse uno de los más importantes en su historia”
(León, 2001: 36).
Este municipio, queda al sur del Quindío, tiene una
extensión de 243.12 km² donde el 0.23% corresponde al
casco urbano y el 99,7 % pertenece a las veredas. Se
encuentra a unos 1.700 metros sobre el nivel del mar y
tiene una temperatura media de 19° C. Limita con los
municipios de Buenavista, Córdoba, Calarcá, Valle del
Cauca y Tolima.
La investigación se centró en su mayoría en el casco
urbano, ya que es allí el lugar en el cual se muestran las
afectaciones de las trasformaciones del campo sobre el
pueblo en su conjunto. Porque, como dice doña Nelly
Patiño: “cuando se debilita la economía del campo, en un
municipio como estos, también se debilita en el pueblo
(casco urbano) porque si a ellos les va bien en el campo a
nosotros, en el pueblo, nos va bien, porque la gente viene
y compra el mercadito, van e invierten en almacén, van al
supermercado, van a la galería. Entonces se va quedando
la economía en el pueblo, se mueve la plata, pero cuando
pasa lo contrario, eso a todos nos afecta”4
Pero ¿por qué se realiza esta investigación y en aquel
lugar? Todo tiene una razón de ser, y las razones por las
cuales se realiza esta investigación son pocas pero
relevantes. La primera razón es porque se quiere dar a
conocer a una población perteneciente a aquellos lejanos
pueblos campesinos trabajadores de la tierra que
lentamente desaparecen sin darnos cuenta ante un mundo
lleno de tecnologías. Metodológicamente, esta
investigación se realiza ya que como lo dicen los autores
del libro llamado Del Terremoto a la reconstrucción es
pertinente y tiene mayores resultados hacer un análisis en
las zonas afectadas por un desastre, diez años después de
haber ocurrido, por lo tanto, es pertinente esta
investigación ya que los resultados hacen parte del análisis
del antes, del durante y del después de ciertos desastres de
hace más de diez años. Finalmente, esta investigación y
escrito es una manera de que los implicados, los pijaenses,
tengan la posibilidad de que conozcan y reconozcan lo
que fueron, son y podrían ser.
4
Charla con doña Nelly Patiño. Septiembre 2011.
2. El Pijao de cuando había café y de la gente de antes
12
Cabalgatas Virgen del Carmen 1989 (4)
Procesión Virgen del Carmen 1986 (5)
A veces es difícil devolverse al pasado, pensarlo y recordarlo,
es complicado ya que es algo que ya no existe pero aun así
sabemos que fue real. Es intangible y difícil de tocar, de
explicarlo. Tantas son sus cuestiones que hasta a veces
creemos que es mentira pero ¿cómo cuestionar algo que a
ciencia cierta nadie puede paparlo? Lo único que obtenemos
de él son residuos que quedan de lo que sucedió, como
ocurre en este caso con las fotografías y las narraciones de
los pijaenses sobre Pijao. Lo que sigue a continuación en
este capítulo, es eso, son las fotografías y relatos de lo que
los pijaenses tienen que decir sobre su pasado.
Aunque cueste creerlo, mucho del pasado de Pijao está en
sus fiestas y sus momentos de jolgorio, pues era, por
ejemplo, durante las fiestas del 16 de julio de la Virgen del
Carmen, entre las décadas del setenta y el ochenta, que se
veía y se sentía el movimiento en el que se encontraba Pijao.
Doña Amelia1, una mujer nacida y criada en Pijao, que cosía
a ajeno pantalones largos hasta que la vista en la vejez se lo
impidió, recuerda que para estas fiestas se hacían diferentes
comités por veredas y organizaciones que se encargaban de
cada uno de los nueve días que duraban las fiestas. Se hacía
un programa en el que lo encabezaban la administración y
los bomberos. Eran ellos quienes empezaban por recoger
dinero, comprar pólvora, sacar la estatua de la Virgen del
Carmen para la procesión y celebrar la misa. Así, en los
siguientes días, los que realizaban las actividades eran otras
veredas y otras organizaciones, como por ejemplo los
motoristas (los choferes y encargados de los jeeps), quienes
hacían un desfile desde La Quiebra. Por supuesto, los nietos
1
Charla con doña Amelia. Junio 2011.
13
y nietas de doña Adelina2, quien es mi bisabuela y una de las
mujeres más reconocidas en el pueblo, no pueden olvidar
que en estas fiestas se hacían también cabalgatas y verbenas.
Las verbenas se caracterizaban porque desde las 6 de la
mañana se colocaba pólvora alrededor del marco de la
plaza, además de los castillos que se hacían en la noche; y las
cabalgatas por los cientos y cientos de caballos que recorrían
en el pueblo con sus jinetes a cuestas.
“Eran los toldos como con unas carpitas así blancas y ahí estaba la
carnicería y al lado estaban las verduras” Doña Nelly Patiño (6)
2
Durante la charla estuvieron presentes Amalia, Mónica y Leonardo.
Septiembre 2011.
Los nietos de doña Adelina, hijos de doña Rosita, son Amalia, Eugenia, Omar,
Mónica, María Fernanda y Leonardo
Pero no sólo eran en las fiestas cuando se veía el
movimiento en el pueblo. Doña Nelly3, quien atiende una
tienda en el barrio Laureano Gómez, explicaba que los
domingos, que eran días de mercado, se hacia presente la
cantidad de personas que había en el pueblo pues era el
momento en el que se veía mucha gente en las calles. Estos
días se caracterizaban por los toldos blancos que se
colocaban en todo el marco de la plaza principal.
Don Gustavo4 y don Hernando5. El primero nacido
Córdoba, levantado en Génova y hasta hace veinte años está
en Pijao; y el segundo nacido en Trujillo-Valle y levantado
en Pijao; recuerdan estos toldos y dicen que en cada uno de
los cuatro lados del Parque, se vendía un determinado
producto: por el lado del banco se encontraba la carnicería;
por la iglesia y la Alcaldía las verduras y las frutas; y por el
Bar Social la venta de ropa y cacharrería.
3
Charla con doña Nelly Patiño. Enero 2012
La trajeron a Pijao cuando tenía 10 años, estudió en el colegio de la monjas,
hizo una carrera intermedia en la Universidad de Caldas, trabajó durante 15
años en el hospital Santa Ana y tiene una niña de 16 años a quien cuida de que
caiga “en los problemas de drogadicción y homosexualismo”
4
Charla con don Gustavo. Marzo 2012.
En la actualidad es vendedor de las rifas en el pueblo.
5
Charla con don Hernando. Marzo 2012.
se lo llevaron a Pijao para que, luego de que su madre muriera, no se quedara
trabajando con su padrastro en una finca en Cartago.
14
Transporte de carnes (7)
El tema de la carne era bien importante en Pijao, hasta
tenían su propio matadero dentro del pueblo. Cuenta
“Pelayo”6, como llaman a Jaime Saraza, un pijaense de
nacimiento y fanático de los animales grandes, que el
ganado llegaba a las 12 de la medianoche para deshuesarlo y
tenerlo a las 6 de la mañana del domingo. Durante esos días
de mercado, Pelayo también recuerda que dormía bajo uno
de los toldos en los que su padre vendía carne; cuando veía
jugar a los adultos con dados apostando plata; y las veces en
que su padre le daba aguardiente amarillo.
6
Charla con Pelayo. Septiembre 2010.
Se describe así mismo como alguien que le gusta mucho del trago, tanto así que
una vez, con muchos tragos encima, se cayó en las calles de Pijao y tan duro fue
el golpe que se rompió la clavícula, razón por la cual camina con un hombro
caído.
Puente “Las olas” para cruzar hacia “la zona de tolerancia” (8)
Esos días de mercado, eran también de fiesta y jolgorio, pues
don Gustavo7 recuerda que en esos días eran los momentos
de diversión para los jornaleros y se daba en la Zona de
Tolerancia, por calle larga. En esta “Zona” estaban los bares
llamados “Bar Azul” y “Bar Rosado”, en los cuales se
encontraban las prostitutas. Era allí donde a don Gustavo le
gustaba “mover el esqueleto” a sus 12 años y en donde se
escondía de la Policía para que no lo agarraran en tales
circunstancias.
7
Charla con don Gustavo. Marzo 2012
15
Plaza Principal, Carrera 5ª. (9)
Otro elemento de distracción que tenían los pijaenses tanto
los domingos como entre semana era el de las vueltas
alrededor del parque. Cuentan las nietas8 de Adelina que
eran vueltas en las que los muchachos se “arrimaban” a las
jóvenes mujeres para buscar ennoviarse con ellas. Estas
vueltas llegaban hasta las 11 de la noche, horas en la que ya
entraban a La Machaca a disfrutar de la música. Estas vueltas,
dice doña Gladýs9, quien vive en los alrededores del Parque
y quien fue enfermera durante un largo tiempo en el
Hospital, se hacían cogidos de gancho ya que al no haber
afanes no se le interrumpía el caminar a nadie, pues el
pueblo es tranquilo tanto así que se demuestra en la música
que se escucha en bares y discotecas, pues es música de ritmo
lento o como diría “Toba”10 “de la fina” es decir boleros
8
Charla con Amalia y Mónica. Septiembre 2011.
9
Charla con doña Gladys. Marzo 2012.
10
Charla con don Gustavo Toro. Marzo 2012.
Don Gustavo nació en Pijao fue conductor de ambulancia de hospital y hoy es el
dueño del bar Los Recuerdos. En las mañanas hace varias entradas a su bar para
como los del grupo Los Panchos y tangos como los de
Gardel. Es esa música, dice él, “que entre más vieja más
buena”.
Otros de los lugares de distracción para los pijaenses eran
esos bares y discotecas donde colocaban esta música. Uno de
los bares más conocidos y antiguos es el Bar Social, el cual
comenzó a funcionar en 1947 y “tiene la particularidad
social de convivencia y de reunir personas, adultos, jóvenes
y niños, siendo el único del municipio con esta característica
y que en la actualidad tiene vigencia” (Zuluaga, 2001).
hacer algunas diligencias personales a puerta cerrada y ya en la tarde abre un
par de horas.
16
Pero ¿qué era lo que estaba sucediendo en esa época, de los
cincuenta a los ochenta del siglo XX, para que el pueblo
gozara de fiestas y jolgorio por doquier? Paradójicamente,
en esa época, fue el momento de la violencia más cruda que
le ha tocado a Colombia, pues era cuando conservadores y
liberales combatían para tomarse el poder. Pero el contexto
deja de ser tan paradójico al saber que en Pijao se estaban
también gestando momentos de una bonanza cafetera y si
seguimos lo que nos dicen Olga Lucia Escobar y Germán
Ferro en su libro La cultura del hombre cafetero,
entendemos que “pensar en el café en Colombia, es pensar
en las gentes que desde la propia tierra acariciaron el fruto
de tiempos mejores” (Escobar, SA: SP).
Mujer recogiendo café en tiempo de cosecha
Hermana de don Miguel Ángel (10)
17
Mapa dibujado por los abuelos del ancianato. (11)
Era un tiempo en el que el campo (veredas) era donde se
trabajaba y el pueblo (casco urbano) era donde se gozaba.
Los abuelos del ancianato lo muestran de tal manera al
dibujar un mapa en el cual por las proporciones del dibujo,
las veredas resultan ser lo más relevante y el pueblo,
representado por la iglesia, el arco, la zona de tolerancia y
los lugares de ocio como los bares, pasan a ser de menor
relevancia por el reducido espacio que ocupan dentro del
dibujo.
Eran los tiempos en los que se veía mucha afluencia de
personas en el pueblo ya que, como dice don Gerardo11,
quien desde hace un tiempo, a raíz del crisis en el campo,
vive en el casco urbano junto con su familia, luego de aclarar
11
Charla con don Gerardo. Junio 2011
que para él el principal promotor de desarrollo es el campo:
“el café es el que genera más empleo”, el cual se veía en
tiempo de cosecha. Cuenta Pelayo12 que para la recolección
del café se necesitaba mucha gente. Tanto así, dice don
Víctor Acosta13, viejo jornalero de origen bogotano,
trabajador de la construcción y presidente de la Defensa
Civil, que se comenzaba en abril y al llegar junio aún se
seguía recolectando. Eran tiempos en que las grandes fincas
albergaban, en época de cosecha, entre 100 y 150
trabajadores. Y aun en tiempo frio, en el que no había
cosecha y la gente se iba unos tres meses a otros pueblos a
trabajar, dice don Gustavo, quedaban fincas con 20 y 30
jornaleros. Es esta la razón de la gran cantidad de personas
que le daban el movimiento al pueblo: la bonanza cafetera,
el momento del buen jornal.
12
Charla con Pelayo. Septiembre 2010.
13
Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011.
18
Croquis de Pijao (12)
Por la alta actividad cafetera, dicen los autores del libro
Recuperando memorias de los pueblos del Quindío, se
logró construir una buena infraestructura de servicios básicos
(CEPA, SA: SP). Esa infraestructura estaba organizada, dice
Néstor Tobón (1987: 140) en su libro sobre la arquitectura
antioqueña, en una cuadrícula que ordena el trazado de sus
calles, con la carrera quinta como el eje de la actividad
económica.
Casas en bahareque de la calle 13 – 1987 (13)
La infraestructura, según el libro Recuperando memorias de
los pueblos del Quindío, eran casas hechas en madera,
guadua y tierra: el bahareque tradicional. Luego se introdujo
el cemento convirtiendo aquel material tradicional en
“bahareque encementado”. Néstor Tobón, por su lado dice
que en la plaza central lo que primaba eran las casas de
colores pastel y en los lugares más alejados a esta aparecían
los colores rojos, naranjas, azules, amarillos, verdes y lilas
que contrastan con las paredes blancas en cal.
19
Calle del comercio. Años ochenta (14)
Tienda de telas. Calle del comercio. Años cincuenta (15)
Sastre Alcides Gonzalez. Años cincuenta (16)
Como se dijo anteriormente en la carrera quinta, “la calle
del comercio”, se concentraban las actividades económicas
por lo cual se caracterizaba por ser la calle de mayor
afluencia de gente durante los días de mercado. Allí se
encontraban los negocios que funcionaban en aquella
época. Por ejemplo, los nietos de doña Adelina14 recuerdan
mucho las cacharrerías como las de Inocencio, las tiendas de
telas como las de los Saleg que eran de una familia turca
llegada al pueblo y las sastrerías que tenían en ese tiempo
bastante trabajo.
14
Charla con Amalia, Mónica y Leonardo. Septiembre de 2011.
20
“Acto cívico”. Año 1946 (17)
Esa afluencia de gente, como consecuencia a la gran cantidad
de trabajo que había gracias a la bonanza cafetera, hacían
parte de las generaciones de la gente de antes, de los
pijaenses de las buenas costumbres cívicas en las cuales se
reunían el dolor hacia el pueblo, el sentido de pertenencia
hacia este, y la colaboración y la honestidad con que se
hacían las cosas.
Cuenta doña Amelia Narváez15 que la “gente de antes era
como más solidaria, como más buena gente”. Aquella gente,
dice don Alejandro Cano16, ganadero nacido y criado en
Pijao, se caracterizaba porque “todo el mundo colaboraba,
trabajaba y ayudaba”, era “cívica”, esta palabra parece
invocar en su voz a gente que eran muy colaboradora con
ciertos detalles: “había un sentido de pertenencia muy
verriondo”- concluye. La gente, complementa Pelayo, en el
mismo sentido, era honesta, “nadie preguntaba y cuánto me
van a pagar a mí, no, eso era vamos a trabajar”, todo el
mundo trabajaba por “civismo”, por favor al pueblo y esas
cosas. La gente era muy abierta cuando tenía sentido de
pertenencia, no era con egoísmo, ni con interés.
Estas generaciones se forjaron desde el momento en que
colonizadores antioqueños llegaron a tierras baldías, puesto
que al término de la fiebre por la búsqueda de oro, se
comienzan a concentrar en la búsqueda de tierras fértiles.
Con esto se logra “superar los vicios de una comunidad
minera colonial [para transformarse] en “una sociedad
agrícola con costumbres puritanas [y] una religión al servicio
15
Charla con doña Amelia. Junio 2011.
16
Charla con don Alejandro. Junio 2011.
Don Alejandro Cano, es nacido y criado en Pijao; durante su vida continuó el
negocio de la ganadería de sus padres, actividad que dejo de ejercer por
razones de salud.
21
de su actividad económica y reguladora de su moral”
(Escobar, SA: SP). Así se fue formando, para generaciones
siguientes pero cercanas a las anteriores, lo que es “ser un
pijaense” alrededor del cultivo y la bonanza cafetera, pues
trabajar con el grano traía consigo una forma de vida, pues
según don Juan, un jornalero de finca, “la planta es
agradecida” con quien la cultiva dependiendo de su cuidado.
El cuidado hacia la planta debe ser igual a la respuesta de
ésta. Por tal razón, el cultivo esta alrededor del
agradecimiento.
Así como el agradecimiento se encuentra en el “ser pijaense”,
el ritmo de vida lento aparece gracias al largo y paciente
proceso de producción del café. Por esta razón el pijaense
también se caracteriza por ser lento en el sentido de ser
paciente, como sucede en su caminar alrededor del parque y
su música.
Esta forma de caracterizar las buenas costumbres cívicas de
los pijaenses, forjadas alrededor de un cultivo en auge, se
hacen notar en diferentes entidades y en particulares
habitantes de Pijao.
Aguinaldo de los niños. Club los leones. 1982 (18)
Inauguración Casa de los Abuelos. (19)
Una de las entidades que sacaba a relucir tales características
era el Club los Leones. Don Hernando Giraldo17, uno de los
fundadores del Club y dueño de la antigua Droguería
Giraldo, cuenta que en el año 1981, apadrinado por el Club
en Quimbaya, nació el Club de Leones de Tarapacá como
organismo cívico que colaboraba con pequeñas campañas de
bailes y bingos. Entre sus campañas se inauguró el ancianato
“la casa de los abuelos” y se hacía reconocer por la entrega
de aguinaldos a los niños del pueblo.
Habitantes particulares “nacidos y criados” como doña
Adelina Gómez y “levantados” como don Vidal Peña,
representan lo que es “ser un pijaense”. Los pijaenses
“nacidos y criados” son aquellos que como bien lo dice
nacieron y se criaron en el pueblo o que pertenecían a la
17
Charla con don Hernando Giraldo. Marzo 2012
22
generación heredera de los colonizadores. Los pijaenses
“levantados” son los que nacieron en otras zonas del país
pero se criaron en el pueblo. Con esta distinción se nombran
formas de ser pijaense, que podemos explorar a partir de
algunos recorridos vitales.
Entrega medalla al mérito cívico a doña Adelina Gómez por parte del Alcalde.
La distinguida matrona doña Adelina Gómez viuda de
Gómez nació en Santuario, Antioquia en 1909. De allí salió
hacia Calarcá, lugar en el que se casó con Vicente Gómez, se
trasladó luego a Barcelona donde nació su primera hija Rosa
Gómez. De allí se pasaron a vivir a Génova, luego a una
finca en Pijao y de ahí se fueron a vivir a la casa esquinera en
el pueblo. A partir de ese momento comenzó a conocerse
su nombre como una de las pijaenses que más colaboraba
para el pueblo.
Doña Adelina era, y es, dice don Gerardo Quintero, “muy
venerada en el pueblo (…) [ya que] se esmeraba por
servirle a la gente”. Su esmero se expresaba en sus
colaboraciones hacia el pueblo con obras de caridad para la
gente más necesitada. Se recuerda mucho las empanadas que
ella hacía y vendía para recoger fondos para la iglesia, su
gran esfuerzo para la construcción de la Estación de
Bomberos, los cubrelechos que le regalaba a los pobres
hechos de los retazos que le sobraba de lo que cosía y la
ayuda en general a quienes lo necesitaban, como a doña
Inés18 a quien le dio una casa más arriba de la Estación de
Policía.
Esta forma de actuar para con los más necesitados conllevó a
que doña Adelina, en 1983, en los actos conmemorativos de
los 81 años de la fundación de Pijao, fuera condecorada con
la medalla del mérito cívico. Como dice la resolución No.
167 de la Alcaldía Municipal de Pijao: “Que esta distinción se
otorga a las personas o Entidades que se hayan distinguido
por los servicios prestados en bien de la comunidad”,
especificando, así, “que Adelina Viuda de Gómez se ha
destacado (…) por su acendrado Espíritu cívico, que la ha
caracterizado como tal”. Así mismo, se le reconoce en las
actas de condolencias que fueron enviadas a la familia el día
de su muerte. Actas enviadas por el Partido Conservador, el
Hospital Santa Ana, el Cuerpo de Bomberos, la Asociación
de Juntas de Acción Comunal, el Concejo y la personería
Municipal. En cada una de estas actas se rescata “su
humanismo y colaboración en pro de la gente más
necesitada en la comunidad pijaense”, “su fervor cívico (…),
sus excelsas virtudes ciudadanas y sus elevadas virtudes
morales”, “su honorabilidad y servicio a la comunidad”.
Doña Adelina demuestra el “ser pijaense” al expresar el
“civismo” en sus servicios humanistas, colaborativos y
honorables que le prestó a la comunidad.
18
Chara con doña Inés.
Alias “Ángel Mío”, es una mujer nacida en Cajamarca y levantada en
Pijao, se viste de forma varonil y hace, sin escrúpulos, actividades en las
que utiliza bastante fuerza.
23
Don Vidal Peña y su carrito de dulces (22)
Don Vidal Peña “el dulcero del pueblo” nació en la Belleza,
Santander en 1936 y llegó a Pijao en 1956. Es un personaje
muy peculiar en la vida del pueblo, pues no solo es el
dulcero sino que es a quien se le pregunta cuando se necesita
algún tipo de información sobre fechas y momentos
relevantes de Pijao. Por tal razón tiene escrito en varios
papelitos y cuadernos esos datos sobre la historia. En uno de
esos cuadernos escribió la historia de su vida: su niñez, su
juventud y su llegada a Pijao donde, dice él, se enamoró y se
quedó. Aquel escrito, don Vidal, lo llama “Las letras del
analfabeta” y lo empezó a escribir en el mes de octubre del
año 2005, terminándolo en febrero del 2006.
Cuenta la historia de su vida. Luego, de que sus padres se
fueron de su lado, dejándolo con su abuela, su vida
comienza a girar en torno a los diferentes lugares en los que
vivió y los diferentes trabajos que realizaba, como escribe él,
“para pagar su comida”. Todo comienza en la casa de una
señora en la cual lo dejó su abuelastro luego de que su
abuela muriera. En esta casa cargaba agua y leña, arriaba
vacas, ayudaba a ordeñar y a encerrar los terneros. Luego
pasó a vivir a diferentes fincas y la mayoría de las veces, la
razón por la cual se trasladaba de un lugar a otro, era
porque al hacer algún trabajo mal lo castigaban pegándole y
él, para evitarlo, se escapaba encontrándose en el camino
personas que le ofrecían otros trabajos. Estos trabajos fueron
de ayudante en un camión, vendiendo dulces, de ayudante
en una panadería, de mandadero y desarrollando diferentes
tareas de finca como las que hacía en la primera. Hasta que
llegó el momento en que tuvo que abandonar tales trabajos
para prestar el servicio militar.
Cuando le dieron de baja en el ejército, volvió a su pueblo
donde tanto trabajo le habían dado, pero a raíz de las malas
ofertas decidió irse a donde unos primos, sobrinos del papá
24
que se encontraban en un pueblo llamado Pijao, Caldas. Así
pues, su principal razón para llegar a Pijao, a pesar de la
gran violencia que se desataba en aquella zona, fue el
trabajo. Por lo tanto, a su llegada, lo primero que hace es
trabajar en una finca en la que se da cuenta de las buenas
oportunidades de empleo en aquella región pues el día se
pagaba a cuatro pesos, trabajando desde las seis de la
mañana hasta las cinco de la tarde; situación que no sucedía
en su pueblo. Sin embargo, como ya se dijo, además de ser
la época de las “vacas gordas”, también era una época de
fuerte violencia bipartidista recrudecida, según él, por el
derrocamiento del presidente General Rojas Pinilla.
Esta época de la “vacas gordas” y de fuerte violencia, don
Vidal la recuerda como la época en que había buenos
precios para la venta de café, lo cual le daba al pueblo un
comercio que se caracterizaba por un movimiento en que
“todos ganaban” pues era “50% para el propietario y 50%
para el administrador”. Ganaban:
al mayordomo, al patrón de corte (que era el que contaba
a los trabajadores), al garitero (que era el que le llevaba
los alimentos a los trabajadores), al arriero (que era el que
arriaba las mulas), al patiero (que era el que pelaba,
lavaba y subía el café a la helda, lo revolvía, le daba
punto, lo recogía, lo empacaba y quedaba listo para
transportarlo), hasta ganaba la empleada de la cocina, las
lavanderas, quienes le arreglaban las ropas a los
trabajadores en las fincas (Manuscrito “Las letras del
analfabeta”).
Otras de las características que recuerda don Vidal de la
época de las “vacas gordas” son el mal transporte de taxis,
una mayor cantidad de bares, cafés y cantinas, los grandes
comercios como las sastrerías que vendían 10 vestidos
semanales, y la eficiencia del Hospital Santa Ana.
Durante este “buen tiempo”, cuenta él, había también crisis
tanto por precios bajos en la venta del café como por los
inviernos que destruían los cafetales. En medio de estos
buenos y malos tiempos don Vidal, luego de enamorarse y
casarse, decide comprar una finca la cual supuestamente se la
financiaba la Caja Agraria, pero en el momento de la
compra esta entidad le dice que ya no presta dinero para
comprar tierra. Luego de esta decepción decide irse a
administrar una finca en el campo de Pijao hasta que le
ofrecieron un “carrito de dulces”. Cuando decide trabajar en
el carrito se traslada a vivir al casco urbano. El mudarse hacia
la parte urbana del pueblo trae para él la decisión de
defender a la comunidad tanto por el beneficio de ésta
como por el de su familia.
De esta manera, emprende una serie de luchas en pro de la
población: por los abusos de los servicios públicos
domiciliaros (la instalación de medidores de agua y las alzas
en los cobros de energía), por el deficiente transporte en el
que solo se beneficiaban los taxistas, por la venta del
acueducto a otra empresa, por el cierre del Instituto Pijao,
por la fundación de la Asociación Nacional de Usuarios
Campesinos (ANUC) y la Junta de Acción Comunal de
Morro Seco y por la planta de tratamiento y potabilización
del agua. Todas estas luchas las ganó junto con diferentes
compañeros, como su gran amigo Carlos Forero Castro que
hacía parte, así como él, del Consejo Municipal.
Estas luchas son las que constituyen “el dolor” de un pijaense
hacia el pueblo y que muchos pijaenses enuncian para
marcar la preocupación por el bienestar y la pronta solución
de los riesgos de cualquier tipo que pueda enfrentar la
población. Es apropiarse de los problemas comunales y
darles salidas de manera pronta y satisfactoria. El “ser
pijaense” en don Vidal, es una clase de respuesta de él hacia
25
el pueblo y viceversa, por todos los años de lucha que le ha
dado y por todo lo que el pueblo le ha dado a él, como el
amor.
El “ser pijaense”, tanto en doña Adelina como en don Vidal,
se forjó en el pueblo (casco urbano), esto no quiere decir
que sea solo allí donde se hacen notar las características de
los habitantes de Pijao, sino que más bien el pueblo es el
lugar predilecto para que se hagan visibles, puesto que la
lejanía de las veredas lo hace difícil. Es decir que estas
características también se encuentran presentes en los
pijaenses que están en la zona rural de Pijao y es esta zona,
como se dijo anteriormente con el cultivo del café, la que
forja tales formas de ser. Don Gustavo19 explica bien al decir
que la educación era la que se aprendía en el campo, en la
naturaleza y entre los animales, era la que los profesores
enseñaban tanto lo que leían en los libros como lo que veían
en el campo.
Esa educación, ese “ser pijaense” es el que hace parte de “la
gente de la cultura cafetera del occidente colombiano,
[quienes] avanzan y se trasladan llevando consigo
interiorizados los elementos que constituyen su historia, su
cultura, su identidad regional, suma de su ser mestizo”, para
actuar y responder “con la experiencia de su memoria
cultural asumiendo los nuevos hechos que le presenta el
acelerado mundo moderno” (Escobar, SA: SP).
19
Charla con don Gustavo. Marzo 2012.
26
Elementos emblemáticos de Pijao (23)
El arco del triunfo, la iglesia, la alcaldía, las garzas, la palma de cera y los
jornaleros en el trabajo del café.
Todo lo anteriormente relatado a partir de los discursos
orales de los pijaenses y su evocación del pasado se resume
en que éste, según Eric Hobsbawn, debía ser el pasado que
generaciones presentes debían copiar y reproducir para no
caer en el fracaso o, como lo llaman los pijaenses, en la
decadencia. Es decir, este Pijao es el que se supone debería
ser la ausencia recordada, el Pijao de la bonanza cafetera, el
de una gran cantidad de trabajo tanto en el campo como en
el pueblo, el de las casas de bahareque, el de la Zona de
Tolerancia, el de la plaza de mercado en el parque, el de las
fiestas de la Virgen del Carmen, el del Club de Leones, el de
la cívica doña Adelina y el luchador don Vidal, el Pijao de
los pijaenses de las buenas costumbres cívicas.
Ahora que se sabe cuál es la ausencia no recordada que ha
llevado al pueblo a lo que ellos mismos llaman decadencia,
se debe preguntar por cuáles han sido los impedimentos,
llamados por Eric Hobsbawn “innovaciones”, para que no
haya una copia fiel de ese pasado.
3. Sucesos de finales del siglo XX
27
Se sabe que nos encontramos en el analisis de los discursos
orales de los pijaenses sobre el presente decadente de Pijao en
relación con un pasado que descrito por los pijaenses mayores
se caracteriza por poseer bonanzas cafeteras y pijaenses de
buenas costumbres cívicas. Con el análisis de este pasado se
halló que ciertamente, por la gran diferencia entre el pasado y
el presente, han habido una serie de “innovaciones” por las
cuales los pijaenses no lograrón copiar y recrear el pasado.
Para saber cuáles han sido las “innovaciones” que han entrado
al pueblo primero hay que hacer un recorrido por el cómo
incursionaron en la historia.
La forma en que las “innovaciones” aparecen en Pijao fue por
medio del contexto que se estaba gestando desde los años
noventa del siglo XX hasta nuestro días. En estos años
aparecen una serie de sucesos los cuales han sido catalogados
como “desastres” ya que constituyen catalizadores de cambios
en la estructura y la organización de la sociedad (López, 1999:
10). Entonces, ¿cuáles son esos “desastres” que motivan
cambios más acelerados en determinadas sociedades o, en
nuestro caso, “innovaciones”? Estos “desastres” como bien se
han nombrado anteriormente, son sucesos de finales del siglo
XX, es decir: el terremoto de 1999, la toma guerrillera del
2001 y la crisis cafetera. Lo que exploraremos en este capítulo
será sobre lo que encierran estos sucesos para que se generen
las “innovaciones”.
Portada del periódico La Vanguardia (24a)
El 26 de Enero de 1999 muchos periódicos nacionales, si no
todos, tenían en primera plana palabras como destrucción,
desolación y temor. Palabras que dejaban al descubierto la
fuerza del terremoto de 6,4 grados en la Escala de Richter del
día anterior, en los 28 municipios del Eje Cafetero. Varias de
las páginas de los diferentes periódicos nacionales le dedicaron
cientos de frases de tristeza y esperanza a aquella tierra
colombiana devastada.
En aquellas páginas, los periódicos informaban lo sucedido,
por medio de fotos, testimonios y perspectivas de los
diferentes periodistas. Esas imágenes y palabras daban razón
28
sobre el 25 de enero de 1999, cuando a la una y diecinueve
minutos, miles de personas intentan refugiarse de aquel
inescapable movimiento de la tierra. Esto deja momentos de
confusión y desesperación en las horas siguientes al suceso.
Horas en las cuales las personas se encontraban buscando a sus
seres queridos entre los heridos, escombros y muertos.
Personas intentando sacar algunos de sus objetos de sus casas,
intentando conciliar el sueño mientras pensaban en nuevas
réplicas y nuevas sacudidas, intentando consolar a sus amigos,
a seres queridos y hasta a desconocidos, saqueando la Cruz
Roja y los diferentes supermercados. Personas que después
tuvieron que pensar en comenzar su vida de cero y así intentar
reponerse del suceso.
Terremoto de 1999 (25)
Terremoto de 1999 (26)
“Destrucción total ¿no?”, dice don Miguel Ángel1, desde su
droguería de la carrera 5ª, al ver estas fotografías tomadas días
después del terremoto. Cada quién vivió aquella destrucción
dependiendo del lugar donde se encontraba.
Yo tenía en mis manos de nueve años una alcancía amarilla
con forma de payaso. Estaba en la cocina de la casa de mi
bisabuela intentándola abrir para sacar mis ahorros e ir a
comprar colores y un cuaderno para dibujar. De pronto, todo
comienza a moverse de un lado a otro, mi madre, la señora
que hacía el almuerzo y yo, corrimos hacia el cuarto en el que
hacía dos años mis abuelos estaban viviendo. Allí estaba mi
hermana y unos primos, todos abrazados decidimos, antes de
que se acabara el sacudón, salir de la casa. En instantes
1
Charla con Miguel Ángel. Enero 2011
Es ahijado de mi abuela, nacido y criado en Pijao.
29
estábamos en la puerta principal, pero ésta no abría ya que la
pared de encima la estaba trancando, por lo tanto salimos por
la puerta trasera, por la puerta de la parte de la casa en la que
vivía Olguita. Al salir y mirar a nuestra izquierda estaba la
mitad de la iglesia, al verla, mi madre entró en shock: su
rostro se puso pálido y sus labios morados. Los rescatistas al
vernos nos llevaron al Parque para tranquilizarnos. Cuando ya
había una relativa calma, recuerdo que mi madre fue por el
carro a la parte de arriba donde quedaba bomberos y que al
mismo tiempo era un parqueadero. Minutos después de que
ella llegara fue el momento en que se cayó el techo del
parqueadero por la fuerte réplica de las cinco de la tarde. Esa
noche, mientras intentábamos dormir en las carpas instaladas
en uno de los refugios, a eso de la medianoche, se escuchó un
fuerte estruendo, todos asustados nos levantamos pensando
que había sido otra replica pero en realidad fue la caída de
una de las partes de la torre de la iglesia.
Muchos estaban en el pueblo, como yo que me encontraba en
la casa de mi bisabuela situada en el marco de la Plaza Central.
En el barrio El Paraíso en una casa de “material”2 estaba doña
Orfa3, una mujer soltera y madre de tres hijos, y cuando el
terremoto ella se encontraba organizando la ropa, cuando
uno de sus hijos le dice: “Mami se van a dañar los pocillos,
mire”. Ella miró y la plancha “se veía subir y bajar”. Luego de
buscar las llaves de la puerta y no encontrarlas, abrió la
ventana, y salió con sus hijos por allí. Salieron y mucha gente
lloraba, mientras ella decía: “gracias a Dios me salvé”. Doña
2
Casa en su mayoría prefabricadas, construidas totalmente en cemento.
3
Charla con doña Orfa. Junio 2011.
Tiene un gran gusto por tejer en croché, a máquina, en punto de cruz y en general por las
manualidades y su único álbum de fotos lo guarda debajo del colchón, pues el resto los
perdió en el terremoto.
Gloria4, quien tiene un pequeño puesto en el Parque donde
vende unos cuantos dulces, cigarrillos y minutos, también se
encontraba en su casa y en el momento en que comenzó a
temblar estaba bañando al hijo para darle el almuerzo. Ella lo
cogió, lo envolvió en una toalla y lo sacó. Iban saliendo
mientras seguía temblando, se cayeron una y otra vez, siendo
un momento muy duro ya que tenía a su “hijo pequeñito”.
Don Víctor5, también en su casa, se encontraba con su esposa
y con su hijo de tres años. En el momento en que cogió al
niño para alzarlo comenzó a temblar. Cuando salió al parque,
puesto que el techo de la casa empezó a caerse, se dio cuenta
que ya no estaba la iglesia, varias casas habían colapsado y la
gente estaba en pánico.
No solo en el pueblo se sintió el sismo, en las fincas también,
claro está, que no de la misma manera. Don Hernando6
recuerda que allá donde él se encontraba, en una finca, no fue
tan horrible como en el pueblo. Él con sus compañeros
estaban en un semillero sembrando chapola, semilla de café,
cuando comenzó a moverse la tierra, él estaba sentado y el
movimiento lo dejó arrodillado, cosa que le causó gracia. Don
Laureano7, un viejo de unos 70 años que camina por el
Parque, recuerda que se encontraba cogiendo café en una
finca. Estaba solo cuando la tierra “como que se movía y los
4
Charla con doña Gloria. Junio 2011.
Doña Gloria, se desvive por su hijo y todo lo que trabaja es para lo que él necesite.
5
Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011
6
Charla con don Hernando. Marzo 2012.
7
Charla con don Laureano. Junio 2011.
Es un Santandereano que llegó hace más de sesenta años a Pijao, es un viejo
jornalero hasta que envejeció y no lo contrataron más. Es un jugador fanático del
dominó, sonríe a pesar de los pocos dientes de su dentadura y anda con un
bastón y una maleta desteñida pequeña.
30
palos como que se mecían”. Mientras el temblor lo único que
pensaba era: “¿y pa’ onde corre uno?”
Cambuches del refugio instalado por el sector de la bomba, a la entrada del
pueblo (28)
Muchos, como mi familia y yo, corrimos desde la primera
noche hacia los refugios. Con doña Gloria8 recordamos que
había cambuches arriba donde ahora está la bomba y por el
lado de ladrilleros. Ella, junto con su hijo, se fue, para arriba
ya que allá estaban el papá y la mamá. Yo en cambio fui a los
refugios a la finca que en la actualidad es el ICBF.
Mi familia y yo salimos del pueblo un par de días después del
terremoto. Sin embargo, fueron casi dos años – cuenta doña
8
Charla con doña Gloria. Junio 2011.
Nelly Patiño9 – los que duraron los pijaenses en aquellos
cambuches. Fueron años en los que sufrieron diferentes
inconvenientes.
Doña Orfa10 recuerda que esperaban cualquier momento para
bañarse, eso era lo que le daba más duro: que llegarán las diez
de la mañana y no pudieran cepillarse los dientes ni bañarse.
Cuando se consiguieron una manguera, se bañaban en
pantaloneta con esa agua que les causó hongos. Eran “muy
descontroladas las cosas”, dice ella.
Llegaban camiones llenos de alimento, ropa y demás elementos para
satisfacer las necesidades de los damnificados. (29)
9
Charla con doña Nelly Patiño. Enero 2012
10
Charla con doña Orfa. Junio 2011.
31
Cuando llegaron los auxilios fueron de gran alivio. Según
doña Amelia11 hubo para el pueblo muchas donaciones que
llegaron de otros países.
Pero muchos de esos auxilios no llegaron a su destino final.
Doña Orfa12 recuerda que les daban cobijas y muchas veces
ropa. Sin embargo, ella no quería recibir nada de ahí ya que
había gente muy viva (los líderes) que bregaba a echarle
mano a todo eso. Llegaba mucho mercado al colegio y eso
era muy difícil entrar allá, pues cuando fue a pedirle un
mercado al alcalde, él se negó ya que era solo para los que
recogían los escombros pero “eso no le costaba a él”. Hasta
que un día se fue a donde estaban haciendo una repartición y
allí le dieron un colchón y su primera cobija, con lo cual
quedó lo más de contenta.
También hubo auxilios de otro tipo. Un miembro de
Planeación comentaba que el arreglo de fachadas de
arquitectura colonial fue por parte del programa de la ONG
de la Cámara de Comercio de Manizales y el arreglo de la
planta de agua potable y el cambio de unas redes de
acueducto se hizo por parte de una ONG de Suiza. Dice don
Alejandro13 que por parte de la ONG de Manizales, que eran
los encargados de la reconstrucción del pueblo, hubo un
geólogo que decía que en Pijao no había donde construir,
entonces le daban a cada persona, a cada damnificado, doce
millones de pesos, pero no para reconstruir, sino para
comprar en otra parte.
11
Charla con doña Amelia. Junio 2011.
12
Charla con doña Orfa. Junio 2011.
13
Charla con don Alejandro. Junio 2011.
A pesar de la desorganización estos auxilios trajeron grandes
beneficios. Para doña Orfa14 el terremoto, aunque fue un susto
muy horrible, sirvió mucho pues si no hubiera pasado el
terremoto estarían en las mismas ya que le hubiera tocado a
ella sola arreglar toda su casa, cosa que habría sido imposible
con sus hijos, que en esa época estaban pequeños. Don
Gerardo15 dice que en parte lo que hizo el terremoto fue que a
las personas que ayudaron las beneficiaron remodelándole la
casa o dándole a las personas que no tenían.
Pero así como fueron de gran ayuda, los auxilios también
trajeron consigo otro tipo de consecuencias. Para doña
Rubiela a algunas personas les fue bien y otras se quedaron sin
nada, por ejemplo unos que no tenían nada les dieron casa,
pero no acá sino en otra parte como Barcelona, Montenegro
y La Tebaida. Don Miguel Ángel por su parte dice que la
gente se volvió descarada pues como le estaban dando la
comida no era necesario trabajar y ahí se quedaron. Además
no se pudo adecuar un plan de vivienda y mucha gente tuvo
que trasladarse a otros pueblos buscando otras oportunidades.
El “plan de reubicación” propuesto por las organizaciones de
reconstrucción para mitigar la catástrofe, fue lo que más afecto
a la población. Esto sucedió ya que los estudios y
valorizaciones que precisaron “las zonas del municipio que se
encontraban en riesgo de deslizamientos y desbordamientos”.
(Saavedra, 2002: 210) causó la reubicación de familias que se
encontraban en las zonas de riesgo alto, mediano y bajo. Esto
lo explican Saavedra y Albán sobre lo sucedido en Calarcá. Sin
embargo, en Pijao también sucedió que la reubicación “se
14
Charla con doña Orfa. Junio 2011
15
Charla con don Gerardo. Junio 2011
32
convirtió en un problema sociocultural” ya que por un lado
las familias tenían que asumir la condición de riesgo y al
mismo tiempo concebir el traslado a otros lugares donde
consideraban que con aquella vivienda no se compensaba la
inversión que habían hecho durante buena parte de su vida
(Ibíd. 211).
En el ámbito de la psicología social, aquel movimiento de la
población hacia otras zonas fuera del pueblo es llamado,
según los autores del artículo Catástrofes, traumas y conductas
colectivas, como “desplazamiento forzoso o involuntario” es
decir: éxodos que se presentan cuando hay una atmósfera de
miedo y precipitación (Páez, 2001: 4). Pero en el caso del
terremoto no solo fue un desplazamiento a causa del miedo
hacia la catástrofe, sino también por la intervención de
terceros, misma que causó que el desplazamiento fuera
forzoso e involuntario.
Destrucción de la iglesia, la casa de doña Adelina y la Alcaldía. (30)
“Esa era la alcaldía que estaba cuando el terremoto” (31)
- Rosalba y Teresa
“El hospital también todo lo renovaron” (33)
- Rosalba y Teresa
33
-
“Jum! Mire, como era de bonita, la iglesia era muy bonita” (32)
- Miguel Ángel
El comité, como era también de bonito (34)
- Rosalba y Teresa
El terremoto causó, así mismo, una gran cambio
arquitectónico. Un miembro de Planeación cuenta que los
sectores que más se afectaron por el terremoto fueron las casas
del centro, por la avenida, el sector de la planta y el sector de
la cumbre. Fueron zonas en las que en su mayoría tenían casas
de bareque, así como arquitecturas de gran importancia para
el pueblo como la Estación de Policía, la iglesia, el hospital, la
Alcaldía, el cuerpo de bomberos, la sede de la Cruz Roja, la
sede de la Defensa Civil, la casa de la cultura y el comité de
cafeteros. Todos los edificios importantes del pueblo quedaron
destruidos, dice don Miguel Ángel16.
16
Charla con Miguel Ángel. Enero 2011
34
“Acá están reconstruyendo la torre, tan feita” - 2001 (35)
- Rosalba y Teresa
La iglesia reconstruida -2001 (36)
35
Muchas de esas edificaciones importantes que se afectaron con
el terremoto y que fueron reconstruidas en su totalidad,
pudieron haber sido renovadas con su arquitectura original;
como la Alcaldía, la iglesia y el hospital, ya que para muchos
estas reconstrucciones “modernas” fueron de muy “mal
gusto”, pues distintos pijaenses repudian la arquitectura de
varios edificios reconstruidos. Esta actitud de los pijaenses se
explica, como dicen los autores del libro Del terremoto a la
reconstrucción, ya que hay una aceleración de la
modernización en los procesos de reconstrucción que causan
rupturas con la tradición (Saavedra, 2002: 255), ya que hay
una pérdida de la memoria con relación al patrimonio cultural
que se tenía sobre todo en los pueblos cordilleranos del sur
con el bahareque (Ibíd.: 57).
Cuando se llega a Pijao lo primero que uno percibe, como
visitante regular, es el cambio en las fachadas de las casas y de
las nuevas edificaciones las cuales, a causa de la reconstrucción,
son diferentes a lo que se solía ver en el pueblo; haciendo
alusión, de manera destacada a las casas de bahareque.
Por los cambios visibles que causo el terremoto, éste se
convirtió en el primer suceso de finales del siglo XX a tratar,
para saber cómo entraron las “innovaciones” al pueblo.
Una de las reconstrucciones en el pueblo es el punto de
referencia de los pijaenses para hablar sobre otro de los
sucesos ocurridos a finales del siglo XX. La iglesia fue
inaugurada en el 2001. Inaugurada, como dice doña Orfa,
“por la gente esa”. Pues como cuenta doña Ligia17 ella llego al
17
Charla con doña Ligia. Septiembre 2010
Amiga de mi abuela y vive en una casa cercana a la Estación de Policía.
pueblo a la inauguración de la iglesia para así quedarse del
todo y fue a los 15 días que la guerrilla se entró.
Los frentes 50 y 21 de las FARC- EP se tomaron Pijao el 25 de
octubre de 2001, desde las siete de la noche hasta las 6 de la
mañana del otro día. Doña Lyda18, una mujer de la tercera
edad y quien vive con su hermana menor Artemisa, recuerda
que cuando se asomaron por el rio, ella se encontraba en la
tribuna (en la ventana), la gente corría y ella se quedó ahí
mirando; y fue durante toda la noche en la que caían cosas,
como piedras, por encima de los tejados. Doña Orfa19 esa
noche iba para la casa de su mamá con sus tres hijos. Como en
esos días habían arreglado la iglesia, los muchachos le pidieron
entrar pero ella al ver las calles tan solas les dijo que no y
siguieron caminando. Fue cuando piso el primer escalón de la
casa que una señora comenzó a gritar: “ay! se entró la
guerrilla” y cuando entró a la mitad de la sala se escuchó la
primera explosión. Ella junto con su familia cogió la biblia y
comenzaron a rezar, describiendo el momento como “una
trasnochada muy horrible”.
Lo que más se afectó durante la toma fueron la iglesia, la
Estación de Policía y el banco. Dice doña Amelia20 que su casa
fue una de las que más sufrió ya que se encontraba en los
alrededores de la estación de policía a la cual le tiraban las
pipetas. Dice don Laureano que al banco lo afectaron ya que
venían en busca de todo el dinero que se depositaba allí.
18
Charla con Lydia y Artemisa. Junio 2011.
Son dos hermanas poco elocuentes que hablan sobre sus ya fallecidos familiares,
sobre sus vidas de jóvenes y sus trabajos en el hogar.
19
Charla con doña Orfa. Junio 2011
20
Charla con doña Amelia. Junio 2011.
36
La toma guerrillera fue como una extensión del terremoto
pues al día siguiente también hubo edificaciones destruidas,
pero en este caso fue en un sector específico del pueblo y no
duró unos pocos minutos sino unas largas horas nocturnas.
Esta es la razón por la cual doña Amelia21 comenta que la
gente quedó muy atemorizada del corazón y con una psicosis
muy horrible, pues fue toda una noche de balas y pipetas. Por
aquel temor, cuenta doña Rubiela22, una mujer que se fue a
vivir, junto con su familia, en al casco urbano luego de estar
varios años en una finca, que hubo un desplazamiento de la
población hacia otros lugares, así como la poca afluencia de
gente de afuera hacia el pueblo. Pues, como dice don Miguel
Ángel23 después de la toma vienen los hostigamientos y la
presencia guerrillera, lo cual causa una pérdida de confianza y
un miedo hacia el pueblo.
Se podría explicar que la migración de la población de Pijao
fue en un primer momento con el terremoto y luego con la
toma guerrillera, la diferencia es que en el primero la
mayoría de las personas se fueron por un tercero (organismos
encargados de la reconstrucción); es decir, hubo un
desplazamiento involuntario, mientras en la segunda la gente
salió de Pijao por si sola, lo que se podría llamar un
desplazamiento “voluntario” pues no hubo un tercero
interfiriendo.
La explicación a tal temor que causa la huida de las personas
de Pijao, se puede dar en dos sentidos. El primero de ellos es
sobre la forma de actuar de la guerrilla heredada de los años
21
Charla con doña Amelia. Junio 2011.
22
Charla con doña Rubiela. Junio 2011.
Es de Aguadas, Caldas y llegó a Pijao en el año noventa.
23
Charla con Miguel Ángel. Enero 2011
noventa y lo segundo seria a partir del impacto que tienen
“las catástrofes provocadas por el hombre”. La primera
explicación nos la da Camilo Echandía en su artículo llamado
El conflicto armado colombiano en los años noventa: cambios
en las estrategias y efectos económicos. Dice él que durante la
época de los noventa las FARC tenía como estrategia “los
ataques a las poblaciones para destruir los puestos de policía y
debilitar la presencia estatal en los municipios donde busca
ampliar su influencia” al igual que “los sabotajes a la
infraestructura económica” (Echandía, 2000). Es una estrategia
que puntualmente se observa en la toma guerrillera hacia
Pijao. En cuanto al impacto de “las catástrofes provocadas
por el hombre” Darío Páez, Itzial Fernandez y Carlos Martín
Beristain explican en su artículo que las personas expuestas a
estos sucesos tienen una mayor sensación de pérdida de
control por lo cual resultan ser de mayor impacto. Esa pérdida
de control se expresa en Pijao con la cantidad de personas que
salieron del pueblo.
Sin embargo, las estrategias guerrilleras y la psicosis social
fueron disminuyendo quedando en el pueblo un estigma
social, causando que la gente no invierta en la tierra donde
supuestamente hay presencia guerrillera. Esto sucede ya que la
alta inmigración de trabajadores de regiones pobres,
producida por la cosecha cafetera, es explotada por grupos
guerrilleros que encuentran apoyo en los desempleados
(Echandía, 2000). Este estigma es una de las tantas
explicaciones que se le da a la crisis del café que afecta al Eje
Cafetero.
La crisis del café es el contexto en el que se dio tanto el
terremoto como la toma guerrillera y se convierte en el tercer
suceso a tratar.
37
“Pero este año (2011) no hubo café; fincas que cogían, por decir 3000
arrobas de café, este año no cogieron si quiera 500 arrobas” (37)
- Don Alejandro Cano
Por la crisis del café las fincas cafeteras comenzaron a mermar:
son alrededor del 70% de las fincas en el pueblo que están
perdidas, dice Pelayo24. Pues, como dice doña Rubiela25, se
encuentran “muy decaídas y en mera maleza”. Lo que hace
que Pijao, como municipio del Quindío, haga parte “de los 16
departamentos cafeteros que presentan un decrecimiento en
su área cafetera en los últimos 25 años” (Fonseca, 2003: 3)
24
Charla con Pelayo. Septiembre 2010.
25
Charla con doña Rubiela. Junio 2011.
Existen varias explicaciones por las cuales comenzó a darse
este fenómeno. Una de ellas se da particularmente en Pijao y
es la de la presencia guerrillera. Otra razón es la del
“rompimiento del pacto de cuotas en 1989”, causando,
explica doña Nelly26, momentos en los que la gente del campo
comienza a quejarse sobre la rebaja del precio del café. Don
Gerardo27 dice que estas quejas se daban, y se dan, porque los
precios del café no concordaban con los gastos de producción
del mismo, eran “unos precios muy irrisorios”, y aunque hoy
el precio del bulto del café se encuentre en un millón de
pesos, los arruinados campesinos de aquellos momentos de
precios irrisorios no pueden responder ya que no tuvieron una
forma para sostenerse a tal crisis.
Esta crisis es la que se conoce como “el rompimiento del pacto
de cuotas del café” en 1989. Este rompimiento fue lo que
causó una crisis de precios del café, una crisis que aún se sigue
sosteniendo puesto que a partir de entonces los negocios del
café se rigieron por las leyes de oferta y demanda, es decir que
en la práctica la cotización sería fijada por el comprador
(Suarez, S.A.: 9).
26
Charla con doña Nelly Patiño. Enero 2012
27
Charla con don Gerardo. Junio 2011
38
Hojas enfermas de roya de una planta de café en una finca por las veredas
del sur de Pijao. La roya es una enfermedad en la que le aparecen lunares
blancos a las hojas y causa estragos en el crecimiento del fruto. Como la
roya, la broca es otra enfermedad que se caracteriza por un pequeño animal
que ataca al fruto directamente, dejándolo con huecos y causándole
ennegrecimiento al grano (38)
Otra razón por la cual se mermaron las fincas y el grano café,
es la del incremento de las enfermedades de la roya y la broca
en los cultivos. Cuentan Pelayo y don Alejandro28 que el
fuerte verano que hizo en la última época causó el incremento
en las epidemias de los cultivos. Además de la poca
importancia que se le dio en el tiempo en que se advertía
sobre estas fuertes enfermedades. Razón por la cual, dice doña
Orfa29, talaron todos los palos de café, perdiendo una gran
cosecha para sembrar otra.
28
Charla con Pelayo y don Alejandro. Junio 2011.
29
Charla con doña Orfa. Junio 2011
Cultivo de Café Caturra (39)
Las respuestas del Comité de Cafeteros para contrarrestar
aquellas enfermedades son otras de las razones por las cuales
se fueron mermaron las fincas y los cultivos. Don Víctor30 dice
que el café arábigo era el tradicional y fue el primer cafeto que
se sembró en tierras colombianas, estos palos se caracterizaban
por ser grandes por lo cual le daban sombra a la tierra y la
protegía; los otros, como el caturra, ya son híbridos, injertos,
los cuales ya no le dan la misma protección a la tierra,
perjudicándola. El uso de químicos para el abono del cultivo
ha dejado de lado el abono orgánico lo cual también ha
afectado de manera negativa a la tierra.
30
Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011
39
“Volcanes” (derrumbes) provocados por el invierno (40)
Los fuertes climas son causantes de malas cosechas y estos, en
la última época no han sido de gran ayuda para el cultivo.
Una vecina de doña María Rosa31 comenta que la fuerza de los
veranos o de los inviernos azota al café, ya que todo en
exceso hace daño. Lo que sucede entonces, dice don Víctor32,
es que ha habido demasiado verano y demasiado invierno,
esto último es claro cuando los campesinos cuentan que en los
derrumbes se les van 5000 palos de cafetales floreciendo
(importante etapa del cafetal pues de la flor sale el grano).
31
Charla con doña Rosa y en momento con su vecina. Junio 2011.
Doña María Rosa Monsalve es la mamá de Blanca (una de las tantas señoras que
le ha colaborado a mi abuela en la casa), vivió en una finca y en La Cumbre, pero a
causa del terremoto la reubicaron en el barrio los Fundadores.
32
Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011
Todas estas explicaciones a la crisis cafetera son lo que Luz
Amparo Fonseca llama las situaciones adversas a las cuales los
caficultores colombianos han tenido que enfrentar durante la
década de los años noventa hasta nuestro días (2003, 14).
Algunos le colocan mayor relevancia al rompimiento del
pacto de cuotas ya que es allí donde se “puede establecerse el
momento que da inicio a la perdida” (Saavedra, 2002: 55).
Pero ¿qué es lo que realmente ha causado la crisis del café? Ha
causado una problemática en la economía de quienes trabajan
la tierra expuesta en la falta de fuentes económicas pues como
dice doña Marta Ramírez33 “plata no ha habido porque no ha
habido café” y si no hay café no hay empleo ya que,
repitiendo a don Gerardo34, el que genera el empleo es el
café. Lo que sucede es que con “la pérdida de rentabilidad de
los cultivos y el impacto de la crisis han incrementado los
niveles de pobreza y desempleo en las áreas más
especializadas en el cultivo” (Fonseca, 2003: 4).
33
Charla con doña Marta Ramirez. Junio 2011.
Ex-dueña de un restaurante por la calle 13, un restaurante que tenía exhibida en
las paredes unas cuantas fotos del terremoto, de la iglesia antes y después de éste
y de la crecida del río en 1972. Ella por razones personales, luego de la muerte de
su padre, se trasladó a vivir a Armenia.
34
Charla con don Gerardo. Junio 2011.
40
“Ventaniando desde la destrucción”
Terremoto de 1999 (41)
El terremoto de 1999 dejó como
consecuencias la destrucción tanto de la
arquitectura como de la población. La
destrucción causó que la arquitectura de
edificaciones emblemáticas del pueblo,
como la Alcaldía y la iglesia, cambiaran
drásticamente. Así mismo, mucha
población tuvo que migrar ya que no hubo
una correcta reubicación de la población
en la reconstrucción y construcción de
viviendas.
Problemáticas: ruptura con la tradición,
migraciones involuntarias.
“Vestigios de un enfrentamiento”
Toma guerrillera de 2001 (42)
Durante la toma guerrillera de 2001 solo se
afectaron la iglesia, el banco, la estación de
policía y casas aledañas. Aunque la
destrucción física fue poca, comparada con
la del terremoto, la toma dejó en el
pueblo miedo y temor tanto en los
pijaenses como en la gente afuera.
Problemática: migraciones “voluntarias”.
“Maquinaria abandonada”
Crisis cafetera (43)
Las situaciones adversas que se presentaron
ante los caficultores durante los años
noventa hasta nuestros días, causaron que
las fincas y el cultivo del café mermaran
bajando la economía del pueblo.
Problemática: pobreza y desempleo.
41
Junto con estos tres sucesos de gran impacto de los últimos
veinte años en la historia de Pijao, se suman otros dos, los
cuales en los discursos de las Alcaldías de los últimos años no
los han tomado en cuenta.
“Presencia de comunidades afro en Pijao” (44)
Cuenta don Alejandro35 que al pueblo ha llegado mucho
desplazado, han comprado fincas y les han hecho parcela para
ayudarles a que hagan un porvenir. Sin embargo, para doña
Rubiela36 eso de los desplazados es un negocio muy verraco
pues cuando llega un desplazado al que le dan una casa éste
luego la pone a la venta, cosa que no debería ser ya que si a
uno le dan una casa ésta debe ser para mantenerla como un
bien propio. Aparte de esto la alcaldía les paga el arriendo, a
35
Charla con don Alejandro. Junio 2011.
36
Charla con doña Rubiela. Junio 2011.
ellos les llega un mercado mensual, les dan plata y por
ejemplo en la salud tienen prioridad. Eso para ella resulta ser
un negocio. De esta manera la gente desplazada que llega al
pueblo por acuerdos entre la Alcaldía y el gobierno para
auxiliarlos, se ha convertido para los pijaenses en un
emergente problema para con la población, pues les está
quitando beneficios.
“Evidencia de las malas administraciones por parte de los alcaldes electos”
Crónica del Quindío 26 de septiembre de 2012 (45)
42
El otro suceso que se agrega es el de las administraciones de
los alcaldes y sus funcionarios. Don Alejandro37 afirma que ha
habido malas administraciones pues por la deshonestidad no
rinde la plata de quienes la están manejando.
Es en las labores pésimas de los alcaldes donde se ve reflejado
la mala administración de estos. El alcalde durante el
terremoto por ejemplo, cuentan Rosalba y Teresa38, las
mujeres que atienden el Bar Motorista, que no dejaba trabajar
para la reconstrucción pues era la manera como se llevaba el
dinero. Muchos cuentan que aquel alcalde cogió varios de los
alimentos que llegaban de los auxilios para luego montar una
tienda de víveres en el pueblo. Por otro lado, cuenta Palomo39
que las alcaldías, junto con el Comité de Cafeteros, han
implementado diferentes proyectos para el campo, pero a los
cuatro años que se acaba el periodo los proyectos
implementados quedan a la deriva pues las siguientes
administraciones no los continúan. El exalcalde Edgar Osorio,
por su parte, - cuenta doña María Rosa40-, también brillo por
sus promesas incumplidas pues él le prometió que si quedaba
elegido como alcalde le arreglaba el andén de su casa, hecho
que nunca sucedió durante su periodo electo. Dice doña
Amelia41 que no todos son de malos sentimientos, pero a la
mayoría como que “no les duele el pueblo”. Además los
concejales buenos no pueden hacer nada porque ahí está el
gamonal al acecho.
37
Ibíd.
38
Charla con Rosalba y Teresa.
Son las hijas de don Javier Ramírez, el dueño del bar.
39
Charla con “Palomo”. Junio 2011.
Palomo se pasea de un lado a otro, es electricista y hace trabajos en el campo.
40
Charla con doña María Rosa. Junio 2011.
41
Charla con doña Amelia. Junio 2011.
El desplazamiento y las malas alcaldías son otros de los
“desastres” que se suman a los anteriores y que han causado
igualmente problemáticas como la falta de alternativas
económicas con la presencia de los desplazados y el
aprovechamiento de los recursos por parte de los alcaldes y
sus funcionarios.
***
De las consecuencias problemáticas surgen las “innovaciones”.
Esto ya que las primeras, como vimos en el presente capítulo,
son resultantes de los sucesos de finales del siglo XX lo que las
convierte automáticamente en catalizadoras de cambios en la
estructura y la organización de la sociedad. Con estos cambios
surgen las “innovaciones” ya que estas, según Hobsbawn, son
generadas por la imposición y la importación de modelos
procedentes del exterior que no tiene conexión aparente con
las fuerzas sociales internas (Hobsbawn, 2002: 23). Esos
modelos procedentes del exterior, son, como la razón por la
cual las “innovaciones” son, como se entiende en esta
investigación, el impedimento para copiar y reproducir ese
pasado. Pero, ¿cuáles son aquellos modelos que llegaron a
Pijao a través de las “innovaciones”? Con esta pregunta se
continuará al siguiente capítulo en el que expondrán las
“innovaciones” que surgieron en Pijao.
4. El Pijao de la “gente nueva” y la escasez de trabajo
43
Iglesia años noventa (46) Iglesia 2012 (47)
44
Alcaldía años noventa (48)
Hospital Santa Ana años noventa (49)
Alcaldía 2012 (50)
Hospital Santa Ana 2012 (51)
45
Se ha llegado al presente y con este a sus diversas
“innovaciones” que se han manifestado en el pueblo . Éstas,
como se ha dicho en todo el texto, son las que han
impedido que generaciones presentes copien y reproduzcan
el pasado o, en otros terminos, que éste sea una ausencia
recordada. Por lo tanto, el presente capitulo expondrá
aquellas “innovaciones” que surgieron a partir de las
concecuencias problemáticas resultantes de los sucesos de
finales delo siglo XX.
Con el terremoto y su consecuencia problemática de la
ruptura con la tradición, la arquitectura cambió, pues
dejaron de ser casas en bahareque y comenzaron a ser casas
en “material”, es decir casas prefabricadas y totalmente de
cemento. Sin embargo, aunque hayan cambiado los
materiales de construcción, los pijaenses “innovan” al
intentar mantener las fachadas de la arquitectura colonial.
Casas aledañas a la estación de bomberos (53)
Casas del Paraíso (52)
A pesar de que existen casas antes del terremoto fabricadas
en “material”, éstas tiene también tienen caracteristicas de la
arquitectura del pasado como lo son sus colores vivos azules,
rojos, amarillos, naranjas y verdes.
46
Junto con el terremoto, se encuentra la toma guerrillera y los
desplazados, los cuales por sus consecuencias problemáticas
respectivas: desplazamiento “vonluntario”, involuntario y la
llegada de de gente nueva a Pijao, ha implicado cambios en
la composición de la población que habita en el pueblo.
Allá arriba es donde se van a fumar marihuana – Juan David.
Por un lado, las personas que se fueron del pueblo fueron
aquellos que se caracterizaban como pijaenses. Para doña
Amelia1 la gente que se ha ido es la gente vieja del pueblo las
de las buenas costumbres civicas. Pero, así como la gente se
ha ido, también ha estado llegando a Pijao gente de otras
partes de la región y del país; y, según doña Inés2, son esos
borrachos enmarihuanados los que vienen de otra parte
1
Charla con doña Amelia. Junio 2011
2
Chara con doña Inés. Junio 2011.
pero están viviendo allí en el pueblo3. Por tal razón, cuenta
doña Nelly, la incursión de la droga al pueblo fue porque
alguien se percató de que no se vendía y vio en eso un buen
ingreso económico como cuando se ve que no venden algún
producto y se trae. Entonces, la llegada y la salida de gente
en el pueblo han causado que se cambien las buenas
costumbres cívicas por la droga. Pero no sólo por la droga
sino también por el interés personal y el poco sentido de
pertenencia hacia el pueblo.
Estos cambios en el actuar de los pijaenses es lo que se llama
crisis cafetera, pues a causa de la crisis en el cultivo hay una
afectación en el “ser pijaense”. Dicen Beatriz Nates Cruz y
Paula Velásquez López en su escrito territorios en mutación
crisis cafetera, crisis del café que las implicaciones económicas
hacen referencia a la crisis del café y la práctica cafetera
como dinamizadora de los estilos de vida a la crisis cafetera
que involucra el replanteamiento del uso y manejo de los
territorios, de los sentidos sociales y culturales históricamente
construidos.
Pero a pesar de aquellos cambios en el “ser pijaense”, aún
siguen existiendo los pijaenses de las buenas costumbres
cívicas. Pues, como dice María Elvira4, una mujer de unos
ochenta años y que vive en una casa humilde: “la gente es la
misma pero más poquiticas” y esa gente es la que hace que
3
Con esto no se quiere generalizar que los desplazados sean quienes
han traído tales vicios al pueblo, sino que gente de afuera en general,
no solo lo desplazados, lo han traído.
4
Charla con doña Maria Elvira. Junio 2011.
47
doña Aleida5, una caldense que se encuentra en su
revuelteria de la calle 11, se amañe en el pueblo, pues es la
gente que ya la conoce.
Pero ¿por qué han cambiado el interés personal y el poco
sentido de pertenencia hacia el pueblo? En este caso ¿cuál es
la “innovación”?. Pues bien, la innovación en este caso sería
la de la permanencia de unos cuantos pijaenses de buenas
costumbres cívicas en el pueblo, ya que esta es la respuesta
no solo de los cambios en la población sino también de los
cambios generados por la consecuencia problemática de la
pobreza y el desempleo que genera la crisis del café.
.
Llegada Caravana Hijos Ausentes al Parque – 2011 (55)
5
Chara con doña Aleida. Junio 2011.
Vive hace treinta años en Pijao, unos cuantos de estos en una finca, la
cual le toco abandonar ya que el terremoto destrozó un horno que
tenía como función tostar el café.
Una de las consecuencias problemáticas de la crisis del café es
la sustitución de las fiestas de La Virgen del Carmen por las
fiestas de los Hijos Ausentes pues las primeras dejaron de ser
lo que eran y, como dice un miembro de Planeación, ahora
solo son actividades religiosas, pues comenzó a haber una
afectación económica en la que los dueños de fincas ya no
aportaban y ya no participaban igual.
La fiesta de los Hijos Ausentes fueron innaguradas en 1979
por parte de la Junta Regional de Armenia quien en esa
época se encontraba Alba Saleg, exalcaldesa de Pijao, como
Presidenta. Cuenta don Alejandro6 que estas fiestas fueron
hechas para que la gente que se había ido durante la época
de la violencia retornara al pueblo y así se acabara el
sectarismo de conservadores y liberales. De esta manera, la
intención de estas fiestas, escribe Gonzalo Ramirez en la
editorial de la publicación del 2° Encuentro de Hijos
Ausentes, es la de “revivir y dignificar el civismo”. Doña
Amelia7 recuerda que la fiesta de los Hijos Ausentes era una
“cosa muy bonita, muy tierna” pues era ver que la gente que
se iba regresaba y las colonias de los diferentes lugares donde
los pijaenses residían traían muchas donaciones. Don
Alejandro, por su parte, cuenta que todo era muy
organizado y se hacia notar el sentido de pertenencia ya que
todo el mundo colaboraba.
6
Charala con don Alejandro. Junio 2011.
7
Charla con doña Amelia. Junio 2011.
48
Construcción caseta para la llegada de los Hijos Ausentes 2011 (54)
Sin embargo, ya todo eso ha cambiado como consecuencia
de la sustitución de las fiestas: por ejemplo, las fiestas de los
Hijos Ausentes del 2011, según don Alejandro8, se volvieron
un negocio, pues, cuenta don Gerardo9, esas fiestas se las
vendieron a una empresa privada la cual comenzó a cobrar
por todo: se cobró la entrada a una caseta fabricada con
guadua en la que se hacia todas las presentaciones musicales
y culturales; y a los carros ambulantes que permanecen en el
marco de la plaza se les cobró la estadia en ese lugar durante
los días de la fiesta. Esto es lo para don Alejandro es perder
el sentido de pertenencia hacia el pueblo y aumentar el
8
Charla con don Alejandro. Junio 2011
9
Charla con don Gerardo. Junio 2011.
interes personal, con lo cual, afin de cuentas, se pierde el
civismo y el dolor hacia el pueblo.
Pero la “innovación” de que permanezcan en el pueblo
pijaenses de buenas costumbres cívicas, hace que durante las
fiestas aún haya un momento en el que se realicen las
donaciones para los más necesitados por parte de las
colonias que llegan de otras zonas del país, lo cual revive lo
que es “ser un pijaense”.
Afluencia de personas un día de mercado – 2012 (56)
No sólo la sustitución de las fiestas han sido una
concecuencia problemática de la crisis del café, los días de
mercado tampoco tienen el mismo tinte de hace unos años,
los bailes y la fiesta con los que gozaba don Gustavo dejaron
de ser lo que eran pues ni siquiera existe la Zona de
Tolerancia y ahora se convirtio en días en que hay poca
afluencia de gente y de bares y discotecas de poco
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La ausencia recordada: Memoria Colectiva en Pijao-Quindío

  • 1. La ausencia recordada Memoria Colectiva en Pijao-Quindío María Alejandra Pérez Alonso
  • 2. La ausencia recordada Memoria Colectiva en Pijao-Quindío María Alejandra Pérez Alonso Universidad Externado de Colombia Facultad de Ciencias Sociales y Humanas Antropología Área de Arte, Cultura y Sociedad Bogotá 2013
  • 3. CONTENIDO Agradecimientos Preámbulo 1. Así comienza todo 1 2. El Pijao de cuando había café y de la gente de antes 12 3. Sucesos de finales del siglo XX 27 4. El Pijao de la gente nueva y la escasez de trabajo 43 5. La ausencia recordada: apuntes finales 55 Bibliografía 57 Anexo 59 Apéndice 1: Ubicándonos en Pijao 61 Apéndice B: Álbum Familiar de Pijao 66
  • 4. Agradecimientos Antes de comenzar a agradecerles a las personas que me acompañaron, en primera instancia quiero agradecerle a la Tesis, por darme momentos de alegría, tristeza y finalmente por transformarme. Para abrir estas largas líneas de agradecimiento, empiezo por mis padres, Luis Pérez y Amalia Alonso, quienes me apoyaron para estudiar esta disciplina, éste estilo de vida. Continúo con mi gran colega y hermana Natalia Pérez quien me abrió un espacio en su vida y logró leerme cuando más lo necesitaba. Sigo con mi hermano Felipe Pérez y a su incansable pero beneficiosa pregunta de cómo voy con la tesis. A mi abuela, Rosa Gómez, por sus recibimientos efusivos luego de las nueve horas de viaje, su acompañamiento en las búsquedas de las salidas de campo y, cómo no, a sus raíces las cuales me llevaron al “pueblito más lindo del Quindío”. A mis tíos, primos y cuñado que estuvieron atentos ante mis adelantos. A aquella compañía que hizo de esta tesis más recompénsate: a Felipe, quien logró bautizar a esta narración al contarle lo que sucedía en Pijao. A la lejana pero presente compañía de Nazzly. A Marta Saade, mi directora de tesis, a ella y a sus sabios consejos y guías para terminar una clara y buena tesis. A todos mis profesores de la carrera. A mis compañeros, amigos, parceros y colegas Camilo Arana y Andrés Triana quienes recorrieron conmigo cinco años y un poco más en el aprendizaje de la antropología y las ciencias sociales. A Universidad Crítica, aquel inestable pero equilibrado colectivo que lucha por la dignidad del ser humano. A las parceras Caterina, Sol, Ana y Sara y a los parceros John Viasus, Alejandro Munevar y Camilo Mamían quienes escucharon mis dichas y desdichas en este tiempo. A los antes cercanos y ahora lejanos compañeros de clase. A Andrés Reyes por su incondicional compañía y confianza en los inicios de este caminar. A los pijaenses y sus buenas costumbres al recibir un invitado en su casa, en su pueblo. A Julián Vergara (Q.E.P.D) y su activismo durante su vida hacia su pueblo. A don Vidal Peña, por su confianza al narrar las mil y un historias que tiene por decir. A Juan David, quien me apreció desde el mismo instante en que nos conocimos. A don Ramiro por darme la oportunidad de conocerlo y haberle podido charlar con fluidez y tranquilidad. A don Luis Ángel quien me facilitó su archivo personal de fotografías antiguas de Pijao. A diferentes funcionarios y exfuncionarios de la Alcaldía que me charlaron sobre sus experiencias y su visión sobre Pijao a partir de esta institución. A la Universidad Externado de Colombia y su facultad de Ciencias Sociales que hace posible que hoy en día, ante las inclemencias de una terrible actualidad, ofrece conocimiento y aprendizaje para poder transformar lo que tanto nos incomoda.
  • 5. Hace más de 20 años en una zona llamada Eje Cafetero se viene dando una fuerte crisis que se impulsó gracias a la rompimiento del "pacto de cuotas" a finales de los años ochenta, causando un efecto terrible en los precios del grano. Esto, junto con problemáticas climáticas, conflicto armado, administraciones vagas y el devastador terremoto de 1999 ha llevado al PARO CAFETERO de hoy 25 de febrero. Es claro y justo que estos campesinos que en tiempos pasados disfrutaban de grandes bonanzas y que ahora son nostalgias y añoranzas, hoy se levanten indignados frente a un sistema injusto. ¡SI AL PARO CAFETERO!
  • 6. Así comienza todo Introducción 1 Vista panorámica de Pijao-Quindío (1) Entre las montañas de la cordillera central de Colombia se alza un paisaje de miles de hectáreas de cultivos de café. Esta zona es conocida como el eje cafetero y comprende los departamentos de Caldas, Risaralda, el nor-oriente del Valle del Cauca y el Quindío. Así como el café, el terremoto de 1999 y el conflicto armado, son algunas de las características con las que se conoce a esta zona del país. Esta conjugación se presenta de manera particular en “el pueblito más lindo del Quindío”1 llamado Pijao y son ellas las que convocan 1 Nombrado de tal manera cuando en 1985 se ganó un concurso realizado por la administración departamental. esta investigación para optar por el título de pregrado en antropología. Recordar a Pijao es recordar los pasos del galopar de los caballos sobre el cemento de la calle, es escuchar el sonido de la pequeña campana avisando el paso del carro del gas, volver sobre el sonido de las motos cruzando el Parque (Plaza Central) y sentir el olor a pollo asado del restaurante de los bajos de la casa de mi bisabuela. Pero, estar en Pijao es percibir también que algo sucedió, que hubo cambios sensibles. Aquel “cambio” parece relacionarse con mi recuerdo del 25 de enero de 1999, día en el que junto a mi madre, hermanos y primos salimos despavoridos de la vieja y sostenida casa de bahareque de mi bisabuela. El día en el que montañas y postes se movían de un lado a otro y de arriba para abajo. El día en que un terremoto azotó al Eje Cafetero del país. Años después del terremoto he regresado a Pijao. La casa de mi bisabuela está a la mitad, pues luego de la toma guerrillera del 2001 no lograron recuperar la parte por la cual salimos, puesto que era más barato tumbarla que reconstruirla. Aunque en su interior existan aún los mismos cuartos, la casa, de una u otra manera, se siente diferente. Ya no está el bifé de mi bisabuela, ya no está la mesa en donde desayunábamos arepa y chocolate caliente, ya no está la cocina y su ventana por la que se podían mirar las garzas cuando se posaban en las horas de la tarde hacia ese lado del
  • 7. 2 pueblo, ya no están las camas en donde dormíamos, ya no está el televisor de mi abuelo para ver “Pataclaun”2, ya no está Olguita3 y ya no está mi abuelo. De cierta manera la casa se siente en soledad, pues su abandono ha hecho que la familia no vuelva allí. Es una soledad en la que se hace notar que vigas, techos, tablas, escalas, paredes de bareque y esterillas, han cambiado. El terremoto al parecer causó un cambio no sólo en la casa de mi bisabuela sino en todo el pueblo. Ante la contundencia de los impactos físicos que genera un movimiento de la tierra, vale la pena preguntarse si sólo este suceso, ha causado aquella sensación de “cambio” que se percibe en muchos pijaenses. Según el Plan de Desarrollo de 2008 - 2011 presentado por el exalcalde Edgar Cuervo Osorio, la crisis cafetera, las secuelas del sismo del año 1999, la falta de alternativas económicas y la falta de resolución del conflicto armado interno, han llevado a que el municipio padezca dificultades sociales o, como los mismo pijaenses lo llaman, una “decadencia”. Un estado, reflejado para el exalcalde en el desempleo progresivo y el empobrecimiento. Tales “cambios” se relacionan con una serie de sucesos de finales del siglo XX: la crisis cafetera de los noventas, el terremoto de 1999 y el conflicto armado, éste último reflejado en la 2 Programa peruano cómico de televisión hecho al estilo Clawn. 3 Amiga de mi abuela que vivía en la parte de atrás de la casa de mi bisabuela. toma guerrillera de 2001 por parte de los Frentes 50 y 21 de las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC-EP). En pocas palabras: las causas de los cambios del pueblo que describen la “decadencia del presente” son situadas por sus habitantes en unos sucesos del pasado. En este sentido, esta tesis se pregunta sobre ¿qué es lo que los pijaenses tienen que decir sobre los cambios que califican como causantes de la llamada decadencia de Pijao? Esta tesis se concentra en reunir los discursos de los pijaenses sobre este problema y de analizarlos para entender la manera en la cual los pijaenses comprenden al Pijao actual. Los discursos hacen parte de lo que los autores de “Oralidad y Poder”, llaman oralidad: con lo cual no sólo hacen referencia a “los fenómenos conocidos como “arte verbal” sino también al conjunto de conversaciones tanto formales como espontáneas de la vida diaria” (Vich y Zabala, 2004: 10). Estos autores tratan el tema de la oralidad desde el sentido del performance, es decir, “como una práctica, una experiencia que se realiza y un evento del que se participa” (Ibíd.: 11). A partir de allí explican que los discursos orales “son formas de memoria colectiva a través de las cuales los sujetos encuentran fundamentos para constituir su identidad y repensar su presente” (Ibíd.: 18).
  • 8. 3 Teniendo en cuenta lo anterior, se establece que son los discursos orales de los pijaense los que responderán la pregunta de investigación puesto que en estos, como bien lo dicen Vich y Zabala, se construye la identidad y se repiensa el presente. Pero, ¡qué importancia tienen estos dos últimos elementos en los discursos de los pijaenses? Pues bien, antes de darle respuesta a la pregunta hay que tener claro que esas formas de memoria colectiva, expuestas como discursos orales, se verán afectadas por dos factores que se deben tener en cuenta. El primero de ellos es el carácter individual y colectivo de la memoria. Se trata de un tema, para cuya discusión resulta necesaria la referencia a Maurice Halbwachs y su texto La memoria colectiva. La referencia a “los marcos sociales de la memoria”, resulta útil como definición de la memoria colectiva. En sus palabras: “podemos hablar de memoria colectiva cuando evocamos un hecho que ocupaba un lugar en la vida de nuestro grupo” (Halbwachs, 2004: 36). Esta definición se refiere a que cuando se recuerda un hecho pasado es porque el grupo en el que se dio ese hecho no ha desaparecido, es decir, cuando tenemos un recuerdo de algo es porque aún seguimos perteneciendo a ese grupo que conserva aquel recuerdo. Nathan Wachtel en su artículo llamado Memoria e Historia, complementa el trabajo de Halbwachs con el de Roger Bastide, quien a su vez expone que el recuerdo está relacionado con la colectividad, pero no solo se activa allí sino que también está activo en el individuo. (Wachtel, 1990; 81-82). Esta sería la explicación del recuerdo en relación con la memoria colectiva, donde al momento de recordar existe una relación recíproca entre lo colectivo y lo individual. Pero esto no termina allí, el antropólogo Joël Candau en su libro Antropología de la memoria, explica que en ese paso de lo individual a lo colectivo se logra plantear la relación, igualmente recíproca, entre memoria e identidad. Lo que quiere decir que el proceso de construcción de identidad en el sujeto es el mismo para un grupo o para toda una sociedad (Candau, 2002: 117) Es decir, si la memoria es esa facultad constitutiva de la identidad que permite que el sujeto (quien debe tener conciencia de que el encadenamiento de secuencias temporales pueden tener significado para él) se piense idéntico en el tiempo, de igual manera sucederá en el grupo o la sociedad, donde la memoria resulta ser esa facultad que construye identidad grupal en el tiempo (Ibíd.). De esta manera, la razón por la cual resulta importante interesarse en la construcción de la identidad en Pijao es porque se puede preguntar sobre ¿cómo se construye la identidad pijaense en un presente decadente? O dicho de otra forma: ¿Cómo los pijaenses se piensan idénticos en el tiempo? El segundo factor que afecta las formas de memoria colectiva es lo que expone Joël Candau, en su libro ya citado, sobre la relación entre memoria y medida del
  • 9. 4 tiempo. Dice él que en las sociedades “una dicotomía “antes/ahora” organiza toda rememoración” (2002: 39). De esta manera la relación entre pasado y presente se expone en el momento de recordar: Bachelard, citado por Jöel Candau, afirma que al momento de recordar lo que se hace es componer el pasado en función de lo que está en juego en el presente (Ibíd.: 32). Sucede también de forma contraria en el momento en que, según el antropólogo Marshall Sahlins, al concluir su análisis histórico sobre la realeza y la divinidad en Hawái en su libro Islas de historia, “la cultura es precisamente la organización de la situación actual en función de un pasado” (1987: 144). Joël Candau y Marshall Sahlins logran afirmar una relación, existente en la memoria, entre el pasado y el presente donde el primero organiza el segundo y el segundo compone el primero. Sin embargo, no es solo en la memoria donde se relaciona el pasado y el presente sino que en el recuerdo también sucede al hacer que el pasado surja en el presente. Esta relación del tiempo con el recuerdo la expone el filósofo y antropólogo Paul Ricoeur, al explicar que el recuerdo “se presenta como la imagen de lo que antes se vio, oyó, experimentó, aprendió y adquirió” (Ibíd.: 313). La imagen en este sentido se refiere al eikõn es decir a “la presencia de una cosa ausente” (Ricoeur: 22). De esta manera, “con el recuerdo lo ausente lleva la marca temporal de lo anterior” (Ibíd.: 38). Es decir, “el recuerdo adviene como presencia de lo ausente (…) es re-presentación en el doble sentido del re: hacia atrás, de nuevo” (Ibíd.: 60,61). Lo anterior quiere decir que aquello del pasado que ha estado ausente al momento de recordarlo se hace presente. Es decir, es un proceso en el que se relaciona pasado/presente y que de ahora en adelante se denominará “ausencia recordada”. En ese proceso es donde resulta importante interesarse por repensar el presente en relación con el pasado y así preguntarse por la relación entre el decadente presente de Pijao con el pasado, es decir: ¿la decadencia del pueblo resulta de una ausencia no recordada? Para el historiador Eric Hobsbawn la respuesta seria que sí. Claro que en términos de él, según su libro llamado Sobre historia, la decadencia correspondería “al fracaso de una generación” y la ausencia no recordada a “la imposibilidad de esa generación de copiar y reproducir lo que le precedió” (Hobsbawn, 2002: 23). Sin embargo, Hobsbawn agrega un elemento y es que aun así haciendo la copia al pie de la letra “las cosas nunca volverían a ser como en los viejos tiempos” (Ibíd.: 27). Esto sucede ya que entran en juego ciertas “innovaciones” a las cuales la sociedad no puede escapar, “incluso la sociedad más tradicional se verá obligada a aceptar la innovación circundante que amenaza con invadirla” (Ibíd.: 25). En este sentido, ¿cuáles son las “innovaciones” en Pijao que impiden que haya una ausencia recordada o, en términos de
  • 10. 5 Hobsbawn, una copia y reproducción de lo que les precedió? Pero Hobsbawn no cierra su discusión aquí, si no que afirma que existe la posibilidad de que aún con las “innovaciones”, en la sociedad puede seguirse dando la sensación de no haberse alterado el modelo heredado del pasado (Ibíd.: 24). Es decir, en Pijao, aún con “innovaciones” haciendo presencia, ¿es posible que, en medio de la decadencia, haya una ausencia recordada? Actividad llevada a cabo con los niños del pueblo (2) Los discursos orales se reunieron durante el trabajo de campo que se realizó entre las calles y lugares de encuentro y reunión principales del pueblo, sobre todo en la Calle del Comercio y en pequeños negocios de víveres alrededor del pueblo. En estos lugares se conversó con diferentes pijaenses sobre el Pijao de antes y el de ahora. Se conversó en su mayoría con personas de la tercera edad quienes se encuentran sentados, a partir de una cierta hora de la mañana a un costado de la plaza principal, por los lados del Banco Agrario, charlando entre risas, bastones, silencios y palabras cansadas. Es un lugar donde concurren personas a comentarse el día, la semana, los acontecimientos actuales del pueblo, del país y a veces del mundo, a hablar sobre sus cultivos, sus alegrías y sus desdichas y, como dice don Vidal, a “hacer historia”. Es un lugar donde se estructuran los recuerdos mientras se reiteran y narran una y otra vez. Así mismo, se conversó con adultos entre 30 y 50 años, quienes en su mayoría se encontraban en sus lugares de trabajo como las tiendas de víveres. Estuvieron también presentes en esta investigación Juan David de 12 años, quien me mostraba a Pijao a través de momentos cotidianos de la vida del pueblo; y don Vidal Peña quien, por medio de sus cientos de historias, me contaba lo que era Pijao en un pasado. Ellos fueron, los niños y abuelos, quienes me narraron de maneras convergentes y divergentes lo que ellos entrevén como la “decadencia de Pijao”. El haber trabajado con niños y mayores, marca algunas limitaciones de esta investigación. Lo anterior, teniendo en cuenta que cada generación está definida “sobre la base de que ciertos grupos de individuos han vivido
  • 11. 6 hechos históricos determinados a una misma edad, de lo que puede inferirse una socialización común, lo que les distingue, separa de- o quizás enfrenta con- otros conjuntos constituidos a su vez, por individuos nacidos en zonas de fechas anteriores o posteriores a la considerada” (Koselleck, citado por Moyano, 2010:13). Conviene, pues, preguntarse sobre ¿cuál es la respuesta de estos pijaenses como generaciones en relación con la pregunta de la investigación? Y así lograr plantear algunas particularidades del recuerdo y la experiencia, en relación con las generaciones que constituyen a la población pijaense. Cada relato se sistematizó en un cuadro con el fin de encontrar relaciones y diferencias entre los discursos orales, puesto que, como dice Nelsón Molina Valencia en su artículo Reconstrucción de memoria en historias de vida, “cada historia, pese a ser una narración diferente, comparte elementos con otras, que permiten una identificación de colectividad” (2010: 68). Con esto que dice Nelson Molina fue posible entrever que en esta parte del proceso fue donde se hizo presente esa colectividad e individualidad del recuerdo y la memoria, puesto que cada recuerdo individual hacia parte de un grupo más general, hacia parte de una colectividad. El cuadro en el que se desglosaron los discursos llegó a componerse de cinco temas: arquitectura (todo lo que tenía que ver con las edificaciones), café y cultivo (todo lo relacionado con el campo), administraciones (los alcaldes y líderes del pueblo), pijaenses (caracterizaciones de los habitantes de Pijao) y otros (demás temas que se relacionaban con los anteriores pero que de alguna manera no encajaban). Entre los pijaenses no sólo había narraciones, también había fotografías que le pertenecen a la población de Pijao y que ayudaron durante el proceso de investigación. Esas fotografías se encuentran en manos de diferentes habitantes y otras son expuestas tanto en la Alcaldía como en establecimientos del pueblo. Con estas fotografías logré acercarme a las narraciones que componen esta tesis. No solo eran desconocidos a los que les hablaba y a los que les preguntaba sobre su vida en el pueblo; también eran vecinos y viejos conocidos a los que saludaba. Lo que hice fue recolectar esas fotografías de dos maneras: de las manos en las cuales se encontraban las originales y al mismo tiempo tomándole fotos con la cámara, para así obtener una copia de éstas. Las fotografías las exponía en los diálogos para lograr que me narraran lo que había en la imagen y así evocar el pasado del pueblo en relación con sus discursos orales. Las fotografías son, como dicen Berger y Mohr en su libro Otra manera de contar, detenidos instantes del pasado que no pueden nunca conducir al presente (Ibíd.: 86). Es decir, que son pasado. Frente a lo cual cabría preguntarse si podrían también ser presente. Según Berger y Mohr no podrían serlo. Sin embargo, al
  • 12. 7 leerlas desde un carácter temporal, se afirma, según Alejandra Reyero en su texto titulado La fotografía etnográfica como soporte disparador de memoria, que “toda fotografía “llega del pasado” y que este pasado se despliega en múltiples tiempos convergentes”. Es decir, “toda imagen fotográfica desata de este modo una paradoja temporal, paradoja que la convierte según Barthes en una “irrealidad real”: localización inmediata: aquí; temporalidad anterior: entonces” (2007: 9). En este sentido, las fotografías, al exponérselas a los pijaenses, en los discursos orales fueron evocadoras tanto del pasado como el presente, puesto que relacionaban las imágenes y situaciones del pasado de la fotografía con imágenes y situaciones que en el presente estaban sucediendo. Los lugares del pueblo también fueron evocadores del pasado, no solo me nombraban el lugar, sino que también me los señalaban en las alturas de las colinas del pueblo y lugares de trabajo o vivienda, o también atravesándolos en medio de caminatas alrededor del pueblo y sus veredas. Y no solo conjuntamente con los habitantes nos dábamos cuenta de cuánto ha cambiado el pueblo, sino que también en mis recorridos por sus calles y carreteras, lograba percibir las características del Pijao actual, así como algunas huellas de lo que fue en los tiempos de los mayores con quienes conversaba. Otro acercamiento que se hizo fue a través de la realización de tres actividades. Realicé dos talleres con los niños, ya que por medio de ellos, podría acercarme al presente de Pijao desde una perspectiva generacional. Otra actividad la llevé a cabo con los abuelos del ancianato, con el fin de conocer una perspectiva más anclada en el pasado del pueblo. La primera actividad realizada fue con los niños de cuarto de primaria del colegio, a quienes se les pidió que en una hoja carta dibujaran lo que es Pijao para ellos y en otra hoja lo que hacen en sus tiempos libres. La segunda actividad se realizó en la casa de mi bisabuela con diferentes niños que se encontraban en el Parque jugando, a ellos se les pidió que en unos 8 pliegos de papel kraft dibujaran un mapa de Pijao. Actividad llevada a cabo con los abuelos del Ancianato (2a)
  • 13. 8 La tercera y última actividad se llevó a cabo en el ancianato, se realizó en dos momentos. En un primer momento se habló con cada abuelo sobre lo que era el pueblo en el pasado. En un segundo momento se reunieron a todos los participantes para que en dos pliegos de papel bond se dibujara un mapa del pasado de Pijao. Como se dijo anteriormente, las respuestas, recuerdos y reflexiones suelen ser generacionales. Cabe preguntarse entonces sobre cuáles fueron las diferencias y similitudes entre los mapas de los niños y los abuelos, esto con el fin de acercarnos a las relaciones entre dos énfasis distintos con respecto al peso del pasado y el presente, para describir la vida de Pijao. Tanto la actividad de los niños haciendo el mapa como la del ancianato se hicieron con la colaboración de unos estudiantes de la Universidad ICESI, en el marco de una salida de campo de la clase llamada Técnicas cualitativas y etnográficas con la profesora Natalia Pérez de la Facultad de Ciencias Sociales. Todo este proceso fue llevado a cabo en un marco etnográfico, entendiendo a la etnografía como un método en el cual se presenta un ir y venir entre la interpretación y la descripción. Estas dos últimas acciones surgen en las relaciones sociales ya que de estas resulta el continuo intercambio de palabras donde los participantes, llamados por Miguel Bartolomé (2003) “interlocutores”, al estar activamente en una conversación, construyen e intercambian nociones culturales. Estas últimas están permeadas por la ambigüedad existente en el discurso humano, es decir por “lo que se dice que hace y lo que se hace”. La etnografía de ésta investigación se sustenta en entablar un diálogo en el que los interlocutores despliegan sus distintas posiciones acerca de un tema. La construcción de aquellas posiciones se hace a partir de la forma de conocimiento, a partir de su experiencia de vida en la cual se hacen presentes sus prácticas y representaciones sociales, su forma de percibir el mundo. En la presente investigación “los pijaenses” y yo fuimos los llamados interlocutores; mi posición en tal relación social al entablar el diálogo fue a partir de mi cercanía con las experiencias de los pijaenses, tanto por haber estado presente en el terremoto como por mi parentesco familiar; último que hace de abuelos, tíos, primos y madre parte del Pijao que estudio. Este método se ha visto influenciado por las diferentes corrientes de las ciencias sociales. Así el ejercicio etnográfico ha llegado en algunos casos a preocuparse, solidarizarse y comprometerse con las problemáticas de las comunidades. Este punto se ha desarrollado mucho más con los indígenas, pues los antropólogos a través de la etnografía encuentran el espacio para acompañar y colaborar con la comunidad a solucionar problemáticas de diferentes índoles, como lo han hecho Abelino Dagua Hurtado, Misael Aranda y Luis Guillermo Vasco en su libro Guambianos: hijos del aroiris y el agua (1998). El resultado de estos trabajos se
  • 14. 9 ha visto influenciado por las ideas de los representantes de la antropología post-colonial, quienes hablan sobre “darle la palabra al otro” y “hacer hablar al subalterno”. Allí se hace presente la reciprocidad continua entre lo escrito y lo oral de la etnografía. En el caso del escrito de esta investigación, “hacer hablar al ‘otro’” fue posible a través de pequeñas narraciones o comentarios de los pijaenses, los cuales resultarán ser recuerdos perdurables en el tiempo. Esto es y será una manera de hacer que lo que tengan que decir los pijaenses no sea olvidado. Esto es pues, y por qué no, un posible ejercicio de interdisciplinariedad entre la antropología y el periodismo pues es hacer que lo que es “noticia” no sea algo desechable, evanescente e intrascendental, sino algo importante por lo cual actuemos y nos solidaricemos. Es retornar a los nacimientos del periodismo donde “en medio de batallas, los guerreros nórdicos apartaban del combate y de la muerte a uno de ellos, para que pudiera contar a la posteridad cómo había sido la lucha de los héroes” (Ospina, 2001: 100). Esto es para mí una manera de hacer antropología, ésta es mi manera de practicarla: hacer de lo ajeno y simple algo cercano y significativo. Como resultado del trabajo de campo emergió la siguiente capitulación del escrito. En el primer capítulo se encuentra la descripción y el análisis del “pasado” de Pijao, descrito por los mayores del pueblo. En el segundo capítulo se describen y analizan los sucesos del siglo XX que se establecen como causantes de que el pueblo cambiara y decayera. En el tercer capítulo se describe y analiza al Pijao de ahora, del presente, y sus cambios como consecuencia de los sucesos descritos en el capítulo anterior. Luego se encuentran unos apuntes finales que responden a la pregunta y al objetivo de la investigación. Por último, están el anexo y los apéndices, el primero está compuesto por el índice de las fotografías expuestas en el escrito; y los segundos por una descripción física de Pijao y un álbum familiar del pueblo. Así como se hizo uso de la fotografía como herramienta de campo, en el escrito también se utilizarán, no solo como soporte del relato sino como imágenes que en sí mismas son contenedoras de historias. Es importante resaltar que las fotografías adelantan la historia que se irá contando, de tal manera que se observan primero las fotos para recrear una historia y luego se lee lo que se tiene que decir sobre ellas, y así crear una relación recíproca entre lo que evoca la fotografía por sí misma y lo que se rememora de ella. John Berger y Jean Mohr en su libro Otra manera de contar, hacen uso de esta relación al relatar las fotografías con palabras: con la primera se reclama interpretación y con la segunda, la primera cobra significación (1998: 92). Es decir, al exponer las fotografías antes del texto se pretende que en un primer momento se interprete la fotografía y luego esta cobre significado con las historias de los pijaenses.
  • 15. 10 Mapa de Pijao expuesto en la Casa de la Cultura (3)
  • 16. 11 El lugar donde se realizó la investigación, es el pueblo cafetero de Pijao. Éste nació siendo primero un corregimiento de Calarcá, el cual pertenecía a Caldas, llamado San José de Colón. Luego, por el crecimiento económico y demográfico, pasó a ser municipio en enero de 1927. “Entre 1905 y 1930 Pijao alcanzó un gran desarrollo económico, político y social que puede considerarse uno de los más importantes en su historia” (León, 2001: 36). Este municipio, queda al sur del Quindío, tiene una extensión de 243.12 km² donde el 0.23% corresponde al casco urbano y el 99,7 % pertenece a las veredas. Se encuentra a unos 1.700 metros sobre el nivel del mar y tiene una temperatura media de 19° C. Limita con los municipios de Buenavista, Córdoba, Calarcá, Valle del Cauca y Tolima. La investigación se centró en su mayoría en el casco urbano, ya que es allí el lugar en el cual se muestran las afectaciones de las trasformaciones del campo sobre el pueblo en su conjunto. Porque, como dice doña Nelly Patiño: “cuando se debilita la economía del campo, en un municipio como estos, también se debilita en el pueblo (casco urbano) porque si a ellos les va bien en el campo a nosotros, en el pueblo, nos va bien, porque la gente viene y compra el mercadito, van e invierten en almacén, van al supermercado, van a la galería. Entonces se va quedando la economía en el pueblo, se mueve la plata, pero cuando pasa lo contrario, eso a todos nos afecta”4 Pero ¿por qué se realiza esta investigación y en aquel lugar? Todo tiene una razón de ser, y las razones por las cuales se realiza esta investigación son pocas pero relevantes. La primera razón es porque se quiere dar a conocer a una población perteneciente a aquellos lejanos pueblos campesinos trabajadores de la tierra que lentamente desaparecen sin darnos cuenta ante un mundo lleno de tecnologías. Metodológicamente, esta investigación se realiza ya que como lo dicen los autores del libro llamado Del Terremoto a la reconstrucción es pertinente y tiene mayores resultados hacer un análisis en las zonas afectadas por un desastre, diez años después de haber ocurrido, por lo tanto, es pertinente esta investigación ya que los resultados hacen parte del análisis del antes, del durante y del después de ciertos desastres de hace más de diez años. Finalmente, esta investigación y escrito es una manera de que los implicados, los pijaenses, tengan la posibilidad de que conozcan y reconozcan lo que fueron, son y podrían ser. 4 Charla con doña Nelly Patiño. Septiembre 2011.
  • 17. 2. El Pijao de cuando había café y de la gente de antes 12 Cabalgatas Virgen del Carmen 1989 (4) Procesión Virgen del Carmen 1986 (5) A veces es difícil devolverse al pasado, pensarlo y recordarlo, es complicado ya que es algo que ya no existe pero aun así sabemos que fue real. Es intangible y difícil de tocar, de explicarlo. Tantas son sus cuestiones que hasta a veces creemos que es mentira pero ¿cómo cuestionar algo que a ciencia cierta nadie puede paparlo? Lo único que obtenemos de él son residuos que quedan de lo que sucedió, como ocurre en este caso con las fotografías y las narraciones de los pijaenses sobre Pijao. Lo que sigue a continuación en este capítulo, es eso, son las fotografías y relatos de lo que los pijaenses tienen que decir sobre su pasado. Aunque cueste creerlo, mucho del pasado de Pijao está en sus fiestas y sus momentos de jolgorio, pues era, por ejemplo, durante las fiestas del 16 de julio de la Virgen del Carmen, entre las décadas del setenta y el ochenta, que se veía y se sentía el movimiento en el que se encontraba Pijao. Doña Amelia1, una mujer nacida y criada en Pijao, que cosía a ajeno pantalones largos hasta que la vista en la vejez se lo impidió, recuerda que para estas fiestas se hacían diferentes comités por veredas y organizaciones que se encargaban de cada uno de los nueve días que duraban las fiestas. Se hacía un programa en el que lo encabezaban la administración y los bomberos. Eran ellos quienes empezaban por recoger dinero, comprar pólvora, sacar la estatua de la Virgen del Carmen para la procesión y celebrar la misa. Así, en los siguientes días, los que realizaban las actividades eran otras veredas y otras organizaciones, como por ejemplo los motoristas (los choferes y encargados de los jeeps), quienes hacían un desfile desde La Quiebra. Por supuesto, los nietos 1 Charla con doña Amelia. Junio 2011.
  • 18. 13 y nietas de doña Adelina2, quien es mi bisabuela y una de las mujeres más reconocidas en el pueblo, no pueden olvidar que en estas fiestas se hacían también cabalgatas y verbenas. Las verbenas se caracterizaban porque desde las 6 de la mañana se colocaba pólvora alrededor del marco de la plaza, además de los castillos que se hacían en la noche; y las cabalgatas por los cientos y cientos de caballos que recorrían en el pueblo con sus jinetes a cuestas. “Eran los toldos como con unas carpitas así blancas y ahí estaba la carnicería y al lado estaban las verduras” Doña Nelly Patiño (6) 2 Durante la charla estuvieron presentes Amalia, Mónica y Leonardo. Septiembre 2011. Los nietos de doña Adelina, hijos de doña Rosita, son Amalia, Eugenia, Omar, Mónica, María Fernanda y Leonardo Pero no sólo eran en las fiestas cuando se veía el movimiento en el pueblo. Doña Nelly3, quien atiende una tienda en el barrio Laureano Gómez, explicaba que los domingos, que eran días de mercado, se hacia presente la cantidad de personas que había en el pueblo pues era el momento en el que se veía mucha gente en las calles. Estos días se caracterizaban por los toldos blancos que se colocaban en todo el marco de la plaza principal. Don Gustavo4 y don Hernando5. El primero nacido Córdoba, levantado en Génova y hasta hace veinte años está en Pijao; y el segundo nacido en Trujillo-Valle y levantado en Pijao; recuerdan estos toldos y dicen que en cada uno de los cuatro lados del Parque, se vendía un determinado producto: por el lado del banco se encontraba la carnicería; por la iglesia y la Alcaldía las verduras y las frutas; y por el Bar Social la venta de ropa y cacharrería. 3 Charla con doña Nelly Patiño. Enero 2012 La trajeron a Pijao cuando tenía 10 años, estudió en el colegio de la monjas, hizo una carrera intermedia en la Universidad de Caldas, trabajó durante 15 años en el hospital Santa Ana y tiene una niña de 16 años a quien cuida de que caiga “en los problemas de drogadicción y homosexualismo” 4 Charla con don Gustavo. Marzo 2012. En la actualidad es vendedor de las rifas en el pueblo. 5 Charla con don Hernando. Marzo 2012. se lo llevaron a Pijao para que, luego de que su madre muriera, no se quedara trabajando con su padrastro en una finca en Cartago.
  • 19. 14 Transporte de carnes (7) El tema de la carne era bien importante en Pijao, hasta tenían su propio matadero dentro del pueblo. Cuenta “Pelayo”6, como llaman a Jaime Saraza, un pijaense de nacimiento y fanático de los animales grandes, que el ganado llegaba a las 12 de la medianoche para deshuesarlo y tenerlo a las 6 de la mañana del domingo. Durante esos días de mercado, Pelayo también recuerda que dormía bajo uno de los toldos en los que su padre vendía carne; cuando veía jugar a los adultos con dados apostando plata; y las veces en que su padre le daba aguardiente amarillo. 6 Charla con Pelayo. Septiembre 2010. Se describe así mismo como alguien que le gusta mucho del trago, tanto así que una vez, con muchos tragos encima, se cayó en las calles de Pijao y tan duro fue el golpe que se rompió la clavícula, razón por la cual camina con un hombro caído. Puente “Las olas” para cruzar hacia “la zona de tolerancia” (8) Esos días de mercado, eran también de fiesta y jolgorio, pues don Gustavo7 recuerda que en esos días eran los momentos de diversión para los jornaleros y se daba en la Zona de Tolerancia, por calle larga. En esta “Zona” estaban los bares llamados “Bar Azul” y “Bar Rosado”, en los cuales se encontraban las prostitutas. Era allí donde a don Gustavo le gustaba “mover el esqueleto” a sus 12 años y en donde se escondía de la Policía para que no lo agarraran en tales circunstancias. 7 Charla con don Gustavo. Marzo 2012
  • 20. 15 Plaza Principal, Carrera 5ª. (9) Otro elemento de distracción que tenían los pijaenses tanto los domingos como entre semana era el de las vueltas alrededor del parque. Cuentan las nietas8 de Adelina que eran vueltas en las que los muchachos se “arrimaban” a las jóvenes mujeres para buscar ennoviarse con ellas. Estas vueltas llegaban hasta las 11 de la noche, horas en la que ya entraban a La Machaca a disfrutar de la música. Estas vueltas, dice doña Gladýs9, quien vive en los alrededores del Parque y quien fue enfermera durante un largo tiempo en el Hospital, se hacían cogidos de gancho ya que al no haber afanes no se le interrumpía el caminar a nadie, pues el pueblo es tranquilo tanto así que se demuestra en la música que se escucha en bares y discotecas, pues es música de ritmo lento o como diría “Toba”10 “de la fina” es decir boleros 8 Charla con Amalia y Mónica. Septiembre 2011. 9 Charla con doña Gladys. Marzo 2012. 10 Charla con don Gustavo Toro. Marzo 2012. Don Gustavo nació en Pijao fue conductor de ambulancia de hospital y hoy es el dueño del bar Los Recuerdos. En las mañanas hace varias entradas a su bar para como los del grupo Los Panchos y tangos como los de Gardel. Es esa música, dice él, “que entre más vieja más buena”. Otros de los lugares de distracción para los pijaenses eran esos bares y discotecas donde colocaban esta música. Uno de los bares más conocidos y antiguos es el Bar Social, el cual comenzó a funcionar en 1947 y “tiene la particularidad social de convivencia y de reunir personas, adultos, jóvenes y niños, siendo el único del municipio con esta característica y que en la actualidad tiene vigencia” (Zuluaga, 2001). hacer algunas diligencias personales a puerta cerrada y ya en la tarde abre un par de horas.
  • 21. 16 Pero ¿qué era lo que estaba sucediendo en esa época, de los cincuenta a los ochenta del siglo XX, para que el pueblo gozara de fiestas y jolgorio por doquier? Paradójicamente, en esa época, fue el momento de la violencia más cruda que le ha tocado a Colombia, pues era cuando conservadores y liberales combatían para tomarse el poder. Pero el contexto deja de ser tan paradójico al saber que en Pijao se estaban también gestando momentos de una bonanza cafetera y si seguimos lo que nos dicen Olga Lucia Escobar y Germán Ferro en su libro La cultura del hombre cafetero, entendemos que “pensar en el café en Colombia, es pensar en las gentes que desde la propia tierra acariciaron el fruto de tiempos mejores” (Escobar, SA: SP). Mujer recogiendo café en tiempo de cosecha Hermana de don Miguel Ángel (10)
  • 22. 17 Mapa dibujado por los abuelos del ancianato. (11) Era un tiempo en el que el campo (veredas) era donde se trabajaba y el pueblo (casco urbano) era donde se gozaba. Los abuelos del ancianato lo muestran de tal manera al dibujar un mapa en el cual por las proporciones del dibujo, las veredas resultan ser lo más relevante y el pueblo, representado por la iglesia, el arco, la zona de tolerancia y los lugares de ocio como los bares, pasan a ser de menor relevancia por el reducido espacio que ocupan dentro del dibujo. Eran los tiempos en los que se veía mucha afluencia de personas en el pueblo ya que, como dice don Gerardo11, quien desde hace un tiempo, a raíz del crisis en el campo, vive en el casco urbano junto con su familia, luego de aclarar 11 Charla con don Gerardo. Junio 2011 que para él el principal promotor de desarrollo es el campo: “el café es el que genera más empleo”, el cual se veía en tiempo de cosecha. Cuenta Pelayo12 que para la recolección del café se necesitaba mucha gente. Tanto así, dice don Víctor Acosta13, viejo jornalero de origen bogotano, trabajador de la construcción y presidente de la Defensa Civil, que se comenzaba en abril y al llegar junio aún se seguía recolectando. Eran tiempos en que las grandes fincas albergaban, en época de cosecha, entre 100 y 150 trabajadores. Y aun en tiempo frio, en el que no había cosecha y la gente se iba unos tres meses a otros pueblos a trabajar, dice don Gustavo, quedaban fincas con 20 y 30 jornaleros. Es esta la razón de la gran cantidad de personas que le daban el movimiento al pueblo: la bonanza cafetera, el momento del buen jornal. 12 Charla con Pelayo. Septiembre 2010. 13 Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011.
  • 23. 18 Croquis de Pijao (12) Por la alta actividad cafetera, dicen los autores del libro Recuperando memorias de los pueblos del Quindío, se logró construir una buena infraestructura de servicios básicos (CEPA, SA: SP). Esa infraestructura estaba organizada, dice Néstor Tobón (1987: 140) en su libro sobre la arquitectura antioqueña, en una cuadrícula que ordena el trazado de sus calles, con la carrera quinta como el eje de la actividad económica. Casas en bahareque de la calle 13 – 1987 (13) La infraestructura, según el libro Recuperando memorias de los pueblos del Quindío, eran casas hechas en madera, guadua y tierra: el bahareque tradicional. Luego se introdujo el cemento convirtiendo aquel material tradicional en “bahareque encementado”. Néstor Tobón, por su lado dice que en la plaza central lo que primaba eran las casas de colores pastel y en los lugares más alejados a esta aparecían los colores rojos, naranjas, azules, amarillos, verdes y lilas que contrastan con las paredes blancas en cal.
  • 24. 19 Calle del comercio. Años ochenta (14) Tienda de telas. Calle del comercio. Años cincuenta (15) Sastre Alcides Gonzalez. Años cincuenta (16) Como se dijo anteriormente en la carrera quinta, “la calle del comercio”, se concentraban las actividades económicas por lo cual se caracterizaba por ser la calle de mayor afluencia de gente durante los días de mercado. Allí se encontraban los negocios que funcionaban en aquella época. Por ejemplo, los nietos de doña Adelina14 recuerdan mucho las cacharrerías como las de Inocencio, las tiendas de telas como las de los Saleg que eran de una familia turca llegada al pueblo y las sastrerías que tenían en ese tiempo bastante trabajo. 14 Charla con Amalia, Mónica y Leonardo. Septiembre de 2011.
  • 25. 20 “Acto cívico”. Año 1946 (17) Esa afluencia de gente, como consecuencia a la gran cantidad de trabajo que había gracias a la bonanza cafetera, hacían parte de las generaciones de la gente de antes, de los pijaenses de las buenas costumbres cívicas en las cuales se reunían el dolor hacia el pueblo, el sentido de pertenencia hacia este, y la colaboración y la honestidad con que se hacían las cosas. Cuenta doña Amelia Narváez15 que la “gente de antes era como más solidaria, como más buena gente”. Aquella gente, dice don Alejandro Cano16, ganadero nacido y criado en Pijao, se caracterizaba porque “todo el mundo colaboraba, trabajaba y ayudaba”, era “cívica”, esta palabra parece invocar en su voz a gente que eran muy colaboradora con ciertos detalles: “había un sentido de pertenencia muy verriondo”- concluye. La gente, complementa Pelayo, en el mismo sentido, era honesta, “nadie preguntaba y cuánto me van a pagar a mí, no, eso era vamos a trabajar”, todo el mundo trabajaba por “civismo”, por favor al pueblo y esas cosas. La gente era muy abierta cuando tenía sentido de pertenencia, no era con egoísmo, ni con interés. Estas generaciones se forjaron desde el momento en que colonizadores antioqueños llegaron a tierras baldías, puesto que al término de la fiebre por la búsqueda de oro, se comienzan a concentrar en la búsqueda de tierras fértiles. Con esto se logra “superar los vicios de una comunidad minera colonial [para transformarse] en “una sociedad agrícola con costumbres puritanas [y] una religión al servicio 15 Charla con doña Amelia. Junio 2011. 16 Charla con don Alejandro. Junio 2011. Don Alejandro Cano, es nacido y criado en Pijao; durante su vida continuó el negocio de la ganadería de sus padres, actividad que dejo de ejercer por razones de salud.
  • 26. 21 de su actividad económica y reguladora de su moral” (Escobar, SA: SP). Así se fue formando, para generaciones siguientes pero cercanas a las anteriores, lo que es “ser un pijaense” alrededor del cultivo y la bonanza cafetera, pues trabajar con el grano traía consigo una forma de vida, pues según don Juan, un jornalero de finca, “la planta es agradecida” con quien la cultiva dependiendo de su cuidado. El cuidado hacia la planta debe ser igual a la respuesta de ésta. Por tal razón, el cultivo esta alrededor del agradecimiento. Así como el agradecimiento se encuentra en el “ser pijaense”, el ritmo de vida lento aparece gracias al largo y paciente proceso de producción del café. Por esta razón el pijaense también se caracteriza por ser lento en el sentido de ser paciente, como sucede en su caminar alrededor del parque y su música. Esta forma de caracterizar las buenas costumbres cívicas de los pijaenses, forjadas alrededor de un cultivo en auge, se hacen notar en diferentes entidades y en particulares habitantes de Pijao. Aguinaldo de los niños. Club los leones. 1982 (18) Inauguración Casa de los Abuelos. (19) Una de las entidades que sacaba a relucir tales características era el Club los Leones. Don Hernando Giraldo17, uno de los fundadores del Club y dueño de la antigua Droguería Giraldo, cuenta que en el año 1981, apadrinado por el Club en Quimbaya, nació el Club de Leones de Tarapacá como organismo cívico que colaboraba con pequeñas campañas de bailes y bingos. Entre sus campañas se inauguró el ancianato “la casa de los abuelos” y se hacía reconocer por la entrega de aguinaldos a los niños del pueblo. Habitantes particulares “nacidos y criados” como doña Adelina Gómez y “levantados” como don Vidal Peña, representan lo que es “ser un pijaense”. Los pijaenses “nacidos y criados” son aquellos que como bien lo dice nacieron y se criaron en el pueblo o que pertenecían a la 17 Charla con don Hernando Giraldo. Marzo 2012
  • 27. 22 generación heredera de los colonizadores. Los pijaenses “levantados” son los que nacieron en otras zonas del país pero se criaron en el pueblo. Con esta distinción se nombran formas de ser pijaense, que podemos explorar a partir de algunos recorridos vitales. Entrega medalla al mérito cívico a doña Adelina Gómez por parte del Alcalde. La distinguida matrona doña Adelina Gómez viuda de Gómez nació en Santuario, Antioquia en 1909. De allí salió hacia Calarcá, lugar en el que se casó con Vicente Gómez, se trasladó luego a Barcelona donde nació su primera hija Rosa Gómez. De allí se pasaron a vivir a Génova, luego a una finca en Pijao y de ahí se fueron a vivir a la casa esquinera en el pueblo. A partir de ese momento comenzó a conocerse su nombre como una de las pijaenses que más colaboraba para el pueblo. Doña Adelina era, y es, dice don Gerardo Quintero, “muy venerada en el pueblo (…) [ya que] se esmeraba por servirle a la gente”. Su esmero se expresaba en sus colaboraciones hacia el pueblo con obras de caridad para la gente más necesitada. Se recuerda mucho las empanadas que ella hacía y vendía para recoger fondos para la iglesia, su gran esfuerzo para la construcción de la Estación de Bomberos, los cubrelechos que le regalaba a los pobres hechos de los retazos que le sobraba de lo que cosía y la ayuda en general a quienes lo necesitaban, como a doña Inés18 a quien le dio una casa más arriba de la Estación de Policía. Esta forma de actuar para con los más necesitados conllevó a que doña Adelina, en 1983, en los actos conmemorativos de los 81 años de la fundación de Pijao, fuera condecorada con la medalla del mérito cívico. Como dice la resolución No. 167 de la Alcaldía Municipal de Pijao: “Que esta distinción se otorga a las personas o Entidades que se hayan distinguido por los servicios prestados en bien de la comunidad”, especificando, así, “que Adelina Viuda de Gómez se ha destacado (…) por su acendrado Espíritu cívico, que la ha caracterizado como tal”. Así mismo, se le reconoce en las actas de condolencias que fueron enviadas a la familia el día de su muerte. Actas enviadas por el Partido Conservador, el Hospital Santa Ana, el Cuerpo de Bomberos, la Asociación de Juntas de Acción Comunal, el Concejo y la personería Municipal. En cada una de estas actas se rescata “su humanismo y colaboración en pro de la gente más necesitada en la comunidad pijaense”, “su fervor cívico (…), sus excelsas virtudes ciudadanas y sus elevadas virtudes morales”, “su honorabilidad y servicio a la comunidad”. Doña Adelina demuestra el “ser pijaense” al expresar el “civismo” en sus servicios humanistas, colaborativos y honorables que le prestó a la comunidad. 18 Chara con doña Inés. Alias “Ángel Mío”, es una mujer nacida en Cajamarca y levantada en Pijao, se viste de forma varonil y hace, sin escrúpulos, actividades en las que utiliza bastante fuerza.
  • 28. 23 Don Vidal Peña y su carrito de dulces (22) Don Vidal Peña “el dulcero del pueblo” nació en la Belleza, Santander en 1936 y llegó a Pijao en 1956. Es un personaje muy peculiar en la vida del pueblo, pues no solo es el dulcero sino que es a quien se le pregunta cuando se necesita algún tipo de información sobre fechas y momentos relevantes de Pijao. Por tal razón tiene escrito en varios papelitos y cuadernos esos datos sobre la historia. En uno de esos cuadernos escribió la historia de su vida: su niñez, su juventud y su llegada a Pijao donde, dice él, se enamoró y se quedó. Aquel escrito, don Vidal, lo llama “Las letras del analfabeta” y lo empezó a escribir en el mes de octubre del año 2005, terminándolo en febrero del 2006. Cuenta la historia de su vida. Luego, de que sus padres se fueron de su lado, dejándolo con su abuela, su vida comienza a girar en torno a los diferentes lugares en los que vivió y los diferentes trabajos que realizaba, como escribe él, “para pagar su comida”. Todo comienza en la casa de una señora en la cual lo dejó su abuelastro luego de que su abuela muriera. En esta casa cargaba agua y leña, arriaba vacas, ayudaba a ordeñar y a encerrar los terneros. Luego pasó a vivir a diferentes fincas y la mayoría de las veces, la razón por la cual se trasladaba de un lugar a otro, era porque al hacer algún trabajo mal lo castigaban pegándole y él, para evitarlo, se escapaba encontrándose en el camino personas que le ofrecían otros trabajos. Estos trabajos fueron de ayudante en un camión, vendiendo dulces, de ayudante en una panadería, de mandadero y desarrollando diferentes tareas de finca como las que hacía en la primera. Hasta que llegó el momento en que tuvo que abandonar tales trabajos para prestar el servicio militar. Cuando le dieron de baja en el ejército, volvió a su pueblo donde tanto trabajo le habían dado, pero a raíz de las malas ofertas decidió irse a donde unos primos, sobrinos del papá
  • 29. 24 que se encontraban en un pueblo llamado Pijao, Caldas. Así pues, su principal razón para llegar a Pijao, a pesar de la gran violencia que se desataba en aquella zona, fue el trabajo. Por lo tanto, a su llegada, lo primero que hace es trabajar en una finca en la que se da cuenta de las buenas oportunidades de empleo en aquella región pues el día se pagaba a cuatro pesos, trabajando desde las seis de la mañana hasta las cinco de la tarde; situación que no sucedía en su pueblo. Sin embargo, como ya se dijo, además de ser la época de las “vacas gordas”, también era una época de fuerte violencia bipartidista recrudecida, según él, por el derrocamiento del presidente General Rojas Pinilla. Esta época de la “vacas gordas” y de fuerte violencia, don Vidal la recuerda como la época en que había buenos precios para la venta de café, lo cual le daba al pueblo un comercio que se caracterizaba por un movimiento en que “todos ganaban” pues era “50% para el propietario y 50% para el administrador”. Ganaban: al mayordomo, al patrón de corte (que era el que contaba a los trabajadores), al garitero (que era el que le llevaba los alimentos a los trabajadores), al arriero (que era el que arriaba las mulas), al patiero (que era el que pelaba, lavaba y subía el café a la helda, lo revolvía, le daba punto, lo recogía, lo empacaba y quedaba listo para transportarlo), hasta ganaba la empleada de la cocina, las lavanderas, quienes le arreglaban las ropas a los trabajadores en las fincas (Manuscrito “Las letras del analfabeta”). Otras de las características que recuerda don Vidal de la época de las “vacas gordas” son el mal transporte de taxis, una mayor cantidad de bares, cafés y cantinas, los grandes comercios como las sastrerías que vendían 10 vestidos semanales, y la eficiencia del Hospital Santa Ana. Durante este “buen tiempo”, cuenta él, había también crisis tanto por precios bajos en la venta del café como por los inviernos que destruían los cafetales. En medio de estos buenos y malos tiempos don Vidal, luego de enamorarse y casarse, decide comprar una finca la cual supuestamente se la financiaba la Caja Agraria, pero en el momento de la compra esta entidad le dice que ya no presta dinero para comprar tierra. Luego de esta decepción decide irse a administrar una finca en el campo de Pijao hasta que le ofrecieron un “carrito de dulces”. Cuando decide trabajar en el carrito se traslada a vivir al casco urbano. El mudarse hacia la parte urbana del pueblo trae para él la decisión de defender a la comunidad tanto por el beneficio de ésta como por el de su familia. De esta manera, emprende una serie de luchas en pro de la población: por los abusos de los servicios públicos domiciliaros (la instalación de medidores de agua y las alzas en los cobros de energía), por el deficiente transporte en el que solo se beneficiaban los taxistas, por la venta del acueducto a otra empresa, por el cierre del Instituto Pijao, por la fundación de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) y la Junta de Acción Comunal de Morro Seco y por la planta de tratamiento y potabilización del agua. Todas estas luchas las ganó junto con diferentes compañeros, como su gran amigo Carlos Forero Castro que hacía parte, así como él, del Consejo Municipal. Estas luchas son las que constituyen “el dolor” de un pijaense hacia el pueblo y que muchos pijaenses enuncian para marcar la preocupación por el bienestar y la pronta solución de los riesgos de cualquier tipo que pueda enfrentar la población. Es apropiarse de los problemas comunales y darles salidas de manera pronta y satisfactoria. El “ser pijaense” en don Vidal, es una clase de respuesta de él hacia
  • 30. 25 el pueblo y viceversa, por todos los años de lucha que le ha dado y por todo lo que el pueblo le ha dado a él, como el amor. El “ser pijaense”, tanto en doña Adelina como en don Vidal, se forjó en el pueblo (casco urbano), esto no quiere decir que sea solo allí donde se hacen notar las características de los habitantes de Pijao, sino que más bien el pueblo es el lugar predilecto para que se hagan visibles, puesto que la lejanía de las veredas lo hace difícil. Es decir que estas características también se encuentran presentes en los pijaenses que están en la zona rural de Pijao y es esta zona, como se dijo anteriormente con el cultivo del café, la que forja tales formas de ser. Don Gustavo19 explica bien al decir que la educación era la que se aprendía en el campo, en la naturaleza y entre los animales, era la que los profesores enseñaban tanto lo que leían en los libros como lo que veían en el campo. Esa educación, ese “ser pijaense” es el que hace parte de “la gente de la cultura cafetera del occidente colombiano, [quienes] avanzan y se trasladan llevando consigo interiorizados los elementos que constituyen su historia, su cultura, su identidad regional, suma de su ser mestizo”, para actuar y responder “con la experiencia de su memoria cultural asumiendo los nuevos hechos que le presenta el acelerado mundo moderno” (Escobar, SA: SP). 19 Charla con don Gustavo. Marzo 2012.
  • 31. 26 Elementos emblemáticos de Pijao (23) El arco del triunfo, la iglesia, la alcaldía, las garzas, la palma de cera y los jornaleros en el trabajo del café. Todo lo anteriormente relatado a partir de los discursos orales de los pijaenses y su evocación del pasado se resume en que éste, según Eric Hobsbawn, debía ser el pasado que generaciones presentes debían copiar y reproducir para no caer en el fracaso o, como lo llaman los pijaenses, en la decadencia. Es decir, este Pijao es el que se supone debería ser la ausencia recordada, el Pijao de la bonanza cafetera, el de una gran cantidad de trabajo tanto en el campo como en el pueblo, el de las casas de bahareque, el de la Zona de Tolerancia, el de la plaza de mercado en el parque, el de las fiestas de la Virgen del Carmen, el del Club de Leones, el de la cívica doña Adelina y el luchador don Vidal, el Pijao de los pijaenses de las buenas costumbres cívicas. Ahora que se sabe cuál es la ausencia no recordada que ha llevado al pueblo a lo que ellos mismos llaman decadencia, se debe preguntar por cuáles han sido los impedimentos, llamados por Eric Hobsbawn “innovaciones”, para que no haya una copia fiel de ese pasado.
  • 32. 3. Sucesos de finales del siglo XX 27 Se sabe que nos encontramos en el analisis de los discursos orales de los pijaenses sobre el presente decadente de Pijao en relación con un pasado que descrito por los pijaenses mayores se caracteriza por poseer bonanzas cafeteras y pijaenses de buenas costumbres cívicas. Con el análisis de este pasado se halló que ciertamente, por la gran diferencia entre el pasado y el presente, han habido una serie de “innovaciones” por las cuales los pijaenses no lograrón copiar y recrear el pasado. Para saber cuáles han sido las “innovaciones” que han entrado al pueblo primero hay que hacer un recorrido por el cómo incursionaron en la historia. La forma en que las “innovaciones” aparecen en Pijao fue por medio del contexto que se estaba gestando desde los años noventa del siglo XX hasta nuestro días. En estos años aparecen una serie de sucesos los cuales han sido catalogados como “desastres” ya que constituyen catalizadores de cambios en la estructura y la organización de la sociedad (López, 1999: 10). Entonces, ¿cuáles son esos “desastres” que motivan cambios más acelerados en determinadas sociedades o, en nuestro caso, “innovaciones”? Estos “desastres” como bien se han nombrado anteriormente, son sucesos de finales del siglo XX, es decir: el terremoto de 1999, la toma guerrillera del 2001 y la crisis cafetera. Lo que exploraremos en este capítulo será sobre lo que encierran estos sucesos para que se generen las “innovaciones”. Portada del periódico La Vanguardia (24a) El 26 de Enero de 1999 muchos periódicos nacionales, si no todos, tenían en primera plana palabras como destrucción, desolación y temor. Palabras que dejaban al descubierto la fuerza del terremoto de 6,4 grados en la Escala de Richter del día anterior, en los 28 municipios del Eje Cafetero. Varias de las páginas de los diferentes periódicos nacionales le dedicaron cientos de frases de tristeza y esperanza a aquella tierra colombiana devastada. En aquellas páginas, los periódicos informaban lo sucedido, por medio de fotos, testimonios y perspectivas de los diferentes periodistas. Esas imágenes y palabras daban razón
  • 33. 28 sobre el 25 de enero de 1999, cuando a la una y diecinueve minutos, miles de personas intentan refugiarse de aquel inescapable movimiento de la tierra. Esto deja momentos de confusión y desesperación en las horas siguientes al suceso. Horas en las cuales las personas se encontraban buscando a sus seres queridos entre los heridos, escombros y muertos. Personas intentando sacar algunos de sus objetos de sus casas, intentando conciliar el sueño mientras pensaban en nuevas réplicas y nuevas sacudidas, intentando consolar a sus amigos, a seres queridos y hasta a desconocidos, saqueando la Cruz Roja y los diferentes supermercados. Personas que después tuvieron que pensar en comenzar su vida de cero y así intentar reponerse del suceso. Terremoto de 1999 (25) Terremoto de 1999 (26) “Destrucción total ¿no?”, dice don Miguel Ángel1, desde su droguería de la carrera 5ª, al ver estas fotografías tomadas días después del terremoto. Cada quién vivió aquella destrucción dependiendo del lugar donde se encontraba. Yo tenía en mis manos de nueve años una alcancía amarilla con forma de payaso. Estaba en la cocina de la casa de mi bisabuela intentándola abrir para sacar mis ahorros e ir a comprar colores y un cuaderno para dibujar. De pronto, todo comienza a moverse de un lado a otro, mi madre, la señora que hacía el almuerzo y yo, corrimos hacia el cuarto en el que hacía dos años mis abuelos estaban viviendo. Allí estaba mi hermana y unos primos, todos abrazados decidimos, antes de que se acabara el sacudón, salir de la casa. En instantes 1 Charla con Miguel Ángel. Enero 2011 Es ahijado de mi abuela, nacido y criado en Pijao.
  • 34. 29 estábamos en la puerta principal, pero ésta no abría ya que la pared de encima la estaba trancando, por lo tanto salimos por la puerta trasera, por la puerta de la parte de la casa en la que vivía Olguita. Al salir y mirar a nuestra izquierda estaba la mitad de la iglesia, al verla, mi madre entró en shock: su rostro se puso pálido y sus labios morados. Los rescatistas al vernos nos llevaron al Parque para tranquilizarnos. Cuando ya había una relativa calma, recuerdo que mi madre fue por el carro a la parte de arriba donde quedaba bomberos y que al mismo tiempo era un parqueadero. Minutos después de que ella llegara fue el momento en que se cayó el techo del parqueadero por la fuerte réplica de las cinco de la tarde. Esa noche, mientras intentábamos dormir en las carpas instaladas en uno de los refugios, a eso de la medianoche, se escuchó un fuerte estruendo, todos asustados nos levantamos pensando que había sido otra replica pero en realidad fue la caída de una de las partes de la torre de la iglesia. Muchos estaban en el pueblo, como yo que me encontraba en la casa de mi bisabuela situada en el marco de la Plaza Central. En el barrio El Paraíso en una casa de “material”2 estaba doña Orfa3, una mujer soltera y madre de tres hijos, y cuando el terremoto ella se encontraba organizando la ropa, cuando uno de sus hijos le dice: “Mami se van a dañar los pocillos, mire”. Ella miró y la plancha “se veía subir y bajar”. Luego de buscar las llaves de la puerta y no encontrarlas, abrió la ventana, y salió con sus hijos por allí. Salieron y mucha gente lloraba, mientras ella decía: “gracias a Dios me salvé”. Doña 2 Casa en su mayoría prefabricadas, construidas totalmente en cemento. 3 Charla con doña Orfa. Junio 2011. Tiene un gran gusto por tejer en croché, a máquina, en punto de cruz y en general por las manualidades y su único álbum de fotos lo guarda debajo del colchón, pues el resto los perdió en el terremoto. Gloria4, quien tiene un pequeño puesto en el Parque donde vende unos cuantos dulces, cigarrillos y minutos, también se encontraba en su casa y en el momento en que comenzó a temblar estaba bañando al hijo para darle el almuerzo. Ella lo cogió, lo envolvió en una toalla y lo sacó. Iban saliendo mientras seguía temblando, se cayeron una y otra vez, siendo un momento muy duro ya que tenía a su “hijo pequeñito”. Don Víctor5, también en su casa, se encontraba con su esposa y con su hijo de tres años. En el momento en que cogió al niño para alzarlo comenzó a temblar. Cuando salió al parque, puesto que el techo de la casa empezó a caerse, se dio cuenta que ya no estaba la iglesia, varias casas habían colapsado y la gente estaba en pánico. No solo en el pueblo se sintió el sismo, en las fincas también, claro está, que no de la misma manera. Don Hernando6 recuerda que allá donde él se encontraba, en una finca, no fue tan horrible como en el pueblo. Él con sus compañeros estaban en un semillero sembrando chapola, semilla de café, cuando comenzó a moverse la tierra, él estaba sentado y el movimiento lo dejó arrodillado, cosa que le causó gracia. Don Laureano7, un viejo de unos 70 años que camina por el Parque, recuerda que se encontraba cogiendo café en una finca. Estaba solo cuando la tierra “como que se movía y los 4 Charla con doña Gloria. Junio 2011. Doña Gloria, se desvive por su hijo y todo lo que trabaja es para lo que él necesite. 5 Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011 6 Charla con don Hernando. Marzo 2012. 7 Charla con don Laureano. Junio 2011. Es un Santandereano que llegó hace más de sesenta años a Pijao, es un viejo jornalero hasta que envejeció y no lo contrataron más. Es un jugador fanático del dominó, sonríe a pesar de los pocos dientes de su dentadura y anda con un bastón y una maleta desteñida pequeña.
  • 35. 30 palos como que se mecían”. Mientras el temblor lo único que pensaba era: “¿y pa’ onde corre uno?” Cambuches del refugio instalado por el sector de la bomba, a la entrada del pueblo (28) Muchos, como mi familia y yo, corrimos desde la primera noche hacia los refugios. Con doña Gloria8 recordamos que había cambuches arriba donde ahora está la bomba y por el lado de ladrilleros. Ella, junto con su hijo, se fue, para arriba ya que allá estaban el papá y la mamá. Yo en cambio fui a los refugios a la finca que en la actualidad es el ICBF. Mi familia y yo salimos del pueblo un par de días después del terremoto. Sin embargo, fueron casi dos años – cuenta doña 8 Charla con doña Gloria. Junio 2011. Nelly Patiño9 – los que duraron los pijaenses en aquellos cambuches. Fueron años en los que sufrieron diferentes inconvenientes. Doña Orfa10 recuerda que esperaban cualquier momento para bañarse, eso era lo que le daba más duro: que llegarán las diez de la mañana y no pudieran cepillarse los dientes ni bañarse. Cuando se consiguieron una manguera, se bañaban en pantaloneta con esa agua que les causó hongos. Eran “muy descontroladas las cosas”, dice ella. Llegaban camiones llenos de alimento, ropa y demás elementos para satisfacer las necesidades de los damnificados. (29) 9 Charla con doña Nelly Patiño. Enero 2012 10 Charla con doña Orfa. Junio 2011.
  • 36. 31 Cuando llegaron los auxilios fueron de gran alivio. Según doña Amelia11 hubo para el pueblo muchas donaciones que llegaron de otros países. Pero muchos de esos auxilios no llegaron a su destino final. Doña Orfa12 recuerda que les daban cobijas y muchas veces ropa. Sin embargo, ella no quería recibir nada de ahí ya que había gente muy viva (los líderes) que bregaba a echarle mano a todo eso. Llegaba mucho mercado al colegio y eso era muy difícil entrar allá, pues cuando fue a pedirle un mercado al alcalde, él se negó ya que era solo para los que recogían los escombros pero “eso no le costaba a él”. Hasta que un día se fue a donde estaban haciendo una repartición y allí le dieron un colchón y su primera cobija, con lo cual quedó lo más de contenta. También hubo auxilios de otro tipo. Un miembro de Planeación comentaba que el arreglo de fachadas de arquitectura colonial fue por parte del programa de la ONG de la Cámara de Comercio de Manizales y el arreglo de la planta de agua potable y el cambio de unas redes de acueducto se hizo por parte de una ONG de Suiza. Dice don Alejandro13 que por parte de la ONG de Manizales, que eran los encargados de la reconstrucción del pueblo, hubo un geólogo que decía que en Pijao no había donde construir, entonces le daban a cada persona, a cada damnificado, doce millones de pesos, pero no para reconstruir, sino para comprar en otra parte. 11 Charla con doña Amelia. Junio 2011. 12 Charla con doña Orfa. Junio 2011. 13 Charla con don Alejandro. Junio 2011. A pesar de la desorganización estos auxilios trajeron grandes beneficios. Para doña Orfa14 el terremoto, aunque fue un susto muy horrible, sirvió mucho pues si no hubiera pasado el terremoto estarían en las mismas ya que le hubiera tocado a ella sola arreglar toda su casa, cosa que habría sido imposible con sus hijos, que en esa época estaban pequeños. Don Gerardo15 dice que en parte lo que hizo el terremoto fue que a las personas que ayudaron las beneficiaron remodelándole la casa o dándole a las personas que no tenían. Pero así como fueron de gran ayuda, los auxilios también trajeron consigo otro tipo de consecuencias. Para doña Rubiela a algunas personas les fue bien y otras se quedaron sin nada, por ejemplo unos que no tenían nada les dieron casa, pero no acá sino en otra parte como Barcelona, Montenegro y La Tebaida. Don Miguel Ángel por su parte dice que la gente se volvió descarada pues como le estaban dando la comida no era necesario trabajar y ahí se quedaron. Además no se pudo adecuar un plan de vivienda y mucha gente tuvo que trasladarse a otros pueblos buscando otras oportunidades. El “plan de reubicación” propuesto por las organizaciones de reconstrucción para mitigar la catástrofe, fue lo que más afecto a la población. Esto sucedió ya que los estudios y valorizaciones que precisaron “las zonas del municipio que se encontraban en riesgo de deslizamientos y desbordamientos”. (Saavedra, 2002: 210) causó la reubicación de familias que se encontraban en las zonas de riesgo alto, mediano y bajo. Esto lo explican Saavedra y Albán sobre lo sucedido en Calarcá. Sin embargo, en Pijao también sucedió que la reubicación “se 14 Charla con doña Orfa. Junio 2011 15 Charla con don Gerardo. Junio 2011
  • 37. 32 convirtió en un problema sociocultural” ya que por un lado las familias tenían que asumir la condición de riesgo y al mismo tiempo concebir el traslado a otros lugares donde consideraban que con aquella vivienda no se compensaba la inversión que habían hecho durante buena parte de su vida (Ibíd. 211). En el ámbito de la psicología social, aquel movimiento de la población hacia otras zonas fuera del pueblo es llamado, según los autores del artículo Catástrofes, traumas y conductas colectivas, como “desplazamiento forzoso o involuntario” es decir: éxodos que se presentan cuando hay una atmósfera de miedo y precipitación (Páez, 2001: 4). Pero en el caso del terremoto no solo fue un desplazamiento a causa del miedo hacia la catástrofe, sino también por la intervención de terceros, misma que causó que el desplazamiento fuera forzoso e involuntario. Destrucción de la iglesia, la casa de doña Adelina y la Alcaldía. (30) “Esa era la alcaldía que estaba cuando el terremoto” (31) - Rosalba y Teresa “El hospital también todo lo renovaron” (33) - Rosalba y Teresa
  • 38. 33 - “Jum! Mire, como era de bonita, la iglesia era muy bonita” (32) - Miguel Ángel El comité, como era también de bonito (34) - Rosalba y Teresa El terremoto causó, así mismo, una gran cambio arquitectónico. Un miembro de Planeación cuenta que los sectores que más se afectaron por el terremoto fueron las casas del centro, por la avenida, el sector de la planta y el sector de la cumbre. Fueron zonas en las que en su mayoría tenían casas de bareque, así como arquitecturas de gran importancia para el pueblo como la Estación de Policía, la iglesia, el hospital, la Alcaldía, el cuerpo de bomberos, la sede de la Cruz Roja, la sede de la Defensa Civil, la casa de la cultura y el comité de cafeteros. Todos los edificios importantes del pueblo quedaron destruidos, dice don Miguel Ángel16. 16 Charla con Miguel Ángel. Enero 2011
  • 39. 34 “Acá están reconstruyendo la torre, tan feita” - 2001 (35) - Rosalba y Teresa La iglesia reconstruida -2001 (36)
  • 40. 35 Muchas de esas edificaciones importantes que se afectaron con el terremoto y que fueron reconstruidas en su totalidad, pudieron haber sido renovadas con su arquitectura original; como la Alcaldía, la iglesia y el hospital, ya que para muchos estas reconstrucciones “modernas” fueron de muy “mal gusto”, pues distintos pijaenses repudian la arquitectura de varios edificios reconstruidos. Esta actitud de los pijaenses se explica, como dicen los autores del libro Del terremoto a la reconstrucción, ya que hay una aceleración de la modernización en los procesos de reconstrucción que causan rupturas con la tradición (Saavedra, 2002: 255), ya que hay una pérdida de la memoria con relación al patrimonio cultural que se tenía sobre todo en los pueblos cordilleranos del sur con el bahareque (Ibíd.: 57). Cuando se llega a Pijao lo primero que uno percibe, como visitante regular, es el cambio en las fachadas de las casas y de las nuevas edificaciones las cuales, a causa de la reconstrucción, son diferentes a lo que se solía ver en el pueblo; haciendo alusión, de manera destacada a las casas de bahareque. Por los cambios visibles que causo el terremoto, éste se convirtió en el primer suceso de finales del siglo XX a tratar, para saber cómo entraron las “innovaciones” al pueblo. Una de las reconstrucciones en el pueblo es el punto de referencia de los pijaenses para hablar sobre otro de los sucesos ocurridos a finales del siglo XX. La iglesia fue inaugurada en el 2001. Inaugurada, como dice doña Orfa, “por la gente esa”. Pues como cuenta doña Ligia17 ella llego al 17 Charla con doña Ligia. Septiembre 2010 Amiga de mi abuela y vive en una casa cercana a la Estación de Policía. pueblo a la inauguración de la iglesia para así quedarse del todo y fue a los 15 días que la guerrilla se entró. Los frentes 50 y 21 de las FARC- EP se tomaron Pijao el 25 de octubre de 2001, desde las siete de la noche hasta las 6 de la mañana del otro día. Doña Lyda18, una mujer de la tercera edad y quien vive con su hermana menor Artemisa, recuerda que cuando se asomaron por el rio, ella se encontraba en la tribuna (en la ventana), la gente corría y ella se quedó ahí mirando; y fue durante toda la noche en la que caían cosas, como piedras, por encima de los tejados. Doña Orfa19 esa noche iba para la casa de su mamá con sus tres hijos. Como en esos días habían arreglado la iglesia, los muchachos le pidieron entrar pero ella al ver las calles tan solas les dijo que no y siguieron caminando. Fue cuando piso el primer escalón de la casa que una señora comenzó a gritar: “ay! se entró la guerrilla” y cuando entró a la mitad de la sala se escuchó la primera explosión. Ella junto con su familia cogió la biblia y comenzaron a rezar, describiendo el momento como “una trasnochada muy horrible”. Lo que más se afectó durante la toma fueron la iglesia, la Estación de Policía y el banco. Dice doña Amelia20 que su casa fue una de las que más sufrió ya que se encontraba en los alrededores de la estación de policía a la cual le tiraban las pipetas. Dice don Laureano que al banco lo afectaron ya que venían en busca de todo el dinero que se depositaba allí. 18 Charla con Lydia y Artemisa. Junio 2011. Son dos hermanas poco elocuentes que hablan sobre sus ya fallecidos familiares, sobre sus vidas de jóvenes y sus trabajos en el hogar. 19 Charla con doña Orfa. Junio 2011 20 Charla con doña Amelia. Junio 2011.
  • 41. 36 La toma guerrillera fue como una extensión del terremoto pues al día siguiente también hubo edificaciones destruidas, pero en este caso fue en un sector específico del pueblo y no duró unos pocos minutos sino unas largas horas nocturnas. Esta es la razón por la cual doña Amelia21 comenta que la gente quedó muy atemorizada del corazón y con una psicosis muy horrible, pues fue toda una noche de balas y pipetas. Por aquel temor, cuenta doña Rubiela22, una mujer que se fue a vivir, junto con su familia, en al casco urbano luego de estar varios años en una finca, que hubo un desplazamiento de la población hacia otros lugares, así como la poca afluencia de gente de afuera hacia el pueblo. Pues, como dice don Miguel Ángel23 después de la toma vienen los hostigamientos y la presencia guerrillera, lo cual causa una pérdida de confianza y un miedo hacia el pueblo. Se podría explicar que la migración de la población de Pijao fue en un primer momento con el terremoto y luego con la toma guerrillera, la diferencia es que en el primero la mayoría de las personas se fueron por un tercero (organismos encargados de la reconstrucción); es decir, hubo un desplazamiento involuntario, mientras en la segunda la gente salió de Pijao por si sola, lo que se podría llamar un desplazamiento “voluntario” pues no hubo un tercero interfiriendo. La explicación a tal temor que causa la huida de las personas de Pijao, se puede dar en dos sentidos. El primero de ellos es sobre la forma de actuar de la guerrilla heredada de los años 21 Charla con doña Amelia. Junio 2011. 22 Charla con doña Rubiela. Junio 2011. Es de Aguadas, Caldas y llegó a Pijao en el año noventa. 23 Charla con Miguel Ángel. Enero 2011 noventa y lo segundo seria a partir del impacto que tienen “las catástrofes provocadas por el hombre”. La primera explicación nos la da Camilo Echandía en su artículo llamado El conflicto armado colombiano en los años noventa: cambios en las estrategias y efectos económicos. Dice él que durante la época de los noventa las FARC tenía como estrategia “los ataques a las poblaciones para destruir los puestos de policía y debilitar la presencia estatal en los municipios donde busca ampliar su influencia” al igual que “los sabotajes a la infraestructura económica” (Echandía, 2000). Es una estrategia que puntualmente se observa en la toma guerrillera hacia Pijao. En cuanto al impacto de “las catástrofes provocadas por el hombre” Darío Páez, Itzial Fernandez y Carlos Martín Beristain explican en su artículo que las personas expuestas a estos sucesos tienen una mayor sensación de pérdida de control por lo cual resultan ser de mayor impacto. Esa pérdida de control se expresa en Pijao con la cantidad de personas que salieron del pueblo. Sin embargo, las estrategias guerrilleras y la psicosis social fueron disminuyendo quedando en el pueblo un estigma social, causando que la gente no invierta en la tierra donde supuestamente hay presencia guerrillera. Esto sucede ya que la alta inmigración de trabajadores de regiones pobres, producida por la cosecha cafetera, es explotada por grupos guerrilleros que encuentran apoyo en los desempleados (Echandía, 2000). Este estigma es una de las tantas explicaciones que se le da a la crisis del café que afecta al Eje Cafetero. La crisis del café es el contexto en el que se dio tanto el terremoto como la toma guerrillera y se convierte en el tercer suceso a tratar.
  • 42. 37 “Pero este año (2011) no hubo café; fincas que cogían, por decir 3000 arrobas de café, este año no cogieron si quiera 500 arrobas” (37) - Don Alejandro Cano Por la crisis del café las fincas cafeteras comenzaron a mermar: son alrededor del 70% de las fincas en el pueblo que están perdidas, dice Pelayo24. Pues, como dice doña Rubiela25, se encuentran “muy decaídas y en mera maleza”. Lo que hace que Pijao, como municipio del Quindío, haga parte “de los 16 departamentos cafeteros que presentan un decrecimiento en su área cafetera en los últimos 25 años” (Fonseca, 2003: 3) 24 Charla con Pelayo. Septiembre 2010. 25 Charla con doña Rubiela. Junio 2011. Existen varias explicaciones por las cuales comenzó a darse este fenómeno. Una de ellas se da particularmente en Pijao y es la de la presencia guerrillera. Otra razón es la del “rompimiento del pacto de cuotas en 1989”, causando, explica doña Nelly26, momentos en los que la gente del campo comienza a quejarse sobre la rebaja del precio del café. Don Gerardo27 dice que estas quejas se daban, y se dan, porque los precios del café no concordaban con los gastos de producción del mismo, eran “unos precios muy irrisorios”, y aunque hoy el precio del bulto del café se encuentre en un millón de pesos, los arruinados campesinos de aquellos momentos de precios irrisorios no pueden responder ya que no tuvieron una forma para sostenerse a tal crisis. Esta crisis es la que se conoce como “el rompimiento del pacto de cuotas del café” en 1989. Este rompimiento fue lo que causó una crisis de precios del café, una crisis que aún se sigue sosteniendo puesto que a partir de entonces los negocios del café se rigieron por las leyes de oferta y demanda, es decir que en la práctica la cotización sería fijada por el comprador (Suarez, S.A.: 9). 26 Charla con doña Nelly Patiño. Enero 2012 27 Charla con don Gerardo. Junio 2011
  • 43. 38 Hojas enfermas de roya de una planta de café en una finca por las veredas del sur de Pijao. La roya es una enfermedad en la que le aparecen lunares blancos a las hojas y causa estragos en el crecimiento del fruto. Como la roya, la broca es otra enfermedad que se caracteriza por un pequeño animal que ataca al fruto directamente, dejándolo con huecos y causándole ennegrecimiento al grano (38) Otra razón por la cual se mermaron las fincas y el grano café, es la del incremento de las enfermedades de la roya y la broca en los cultivos. Cuentan Pelayo y don Alejandro28 que el fuerte verano que hizo en la última época causó el incremento en las epidemias de los cultivos. Además de la poca importancia que se le dio en el tiempo en que se advertía sobre estas fuertes enfermedades. Razón por la cual, dice doña Orfa29, talaron todos los palos de café, perdiendo una gran cosecha para sembrar otra. 28 Charla con Pelayo y don Alejandro. Junio 2011. 29 Charla con doña Orfa. Junio 2011 Cultivo de Café Caturra (39) Las respuestas del Comité de Cafeteros para contrarrestar aquellas enfermedades son otras de las razones por las cuales se fueron mermaron las fincas y los cultivos. Don Víctor30 dice que el café arábigo era el tradicional y fue el primer cafeto que se sembró en tierras colombianas, estos palos se caracterizaban por ser grandes por lo cual le daban sombra a la tierra y la protegía; los otros, como el caturra, ya son híbridos, injertos, los cuales ya no le dan la misma protección a la tierra, perjudicándola. El uso de químicos para el abono del cultivo ha dejado de lado el abono orgánico lo cual también ha afectado de manera negativa a la tierra. 30 Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011
  • 44. 39 “Volcanes” (derrumbes) provocados por el invierno (40) Los fuertes climas son causantes de malas cosechas y estos, en la última época no han sido de gran ayuda para el cultivo. Una vecina de doña María Rosa31 comenta que la fuerza de los veranos o de los inviernos azota al café, ya que todo en exceso hace daño. Lo que sucede entonces, dice don Víctor32, es que ha habido demasiado verano y demasiado invierno, esto último es claro cuando los campesinos cuentan que en los derrumbes se les van 5000 palos de cafetales floreciendo (importante etapa del cafetal pues de la flor sale el grano). 31 Charla con doña Rosa y en momento con su vecina. Junio 2011. Doña María Rosa Monsalve es la mamá de Blanca (una de las tantas señoras que le ha colaborado a mi abuela en la casa), vivió en una finca y en La Cumbre, pero a causa del terremoto la reubicaron en el barrio los Fundadores. 32 Charla con don Víctor Acosta. Agosto 2011 Todas estas explicaciones a la crisis cafetera son lo que Luz Amparo Fonseca llama las situaciones adversas a las cuales los caficultores colombianos han tenido que enfrentar durante la década de los años noventa hasta nuestro días (2003, 14). Algunos le colocan mayor relevancia al rompimiento del pacto de cuotas ya que es allí donde se “puede establecerse el momento que da inicio a la perdida” (Saavedra, 2002: 55). Pero ¿qué es lo que realmente ha causado la crisis del café? Ha causado una problemática en la economía de quienes trabajan la tierra expuesta en la falta de fuentes económicas pues como dice doña Marta Ramírez33 “plata no ha habido porque no ha habido café” y si no hay café no hay empleo ya que, repitiendo a don Gerardo34, el que genera el empleo es el café. Lo que sucede es que con “la pérdida de rentabilidad de los cultivos y el impacto de la crisis han incrementado los niveles de pobreza y desempleo en las áreas más especializadas en el cultivo” (Fonseca, 2003: 4). 33 Charla con doña Marta Ramirez. Junio 2011. Ex-dueña de un restaurante por la calle 13, un restaurante que tenía exhibida en las paredes unas cuantas fotos del terremoto, de la iglesia antes y después de éste y de la crecida del río en 1972. Ella por razones personales, luego de la muerte de su padre, se trasladó a vivir a Armenia. 34 Charla con don Gerardo. Junio 2011.
  • 45. 40 “Ventaniando desde la destrucción” Terremoto de 1999 (41) El terremoto de 1999 dejó como consecuencias la destrucción tanto de la arquitectura como de la población. La destrucción causó que la arquitectura de edificaciones emblemáticas del pueblo, como la Alcaldía y la iglesia, cambiaran drásticamente. Así mismo, mucha población tuvo que migrar ya que no hubo una correcta reubicación de la población en la reconstrucción y construcción de viviendas. Problemáticas: ruptura con la tradición, migraciones involuntarias. “Vestigios de un enfrentamiento” Toma guerrillera de 2001 (42) Durante la toma guerrillera de 2001 solo se afectaron la iglesia, el banco, la estación de policía y casas aledañas. Aunque la destrucción física fue poca, comparada con la del terremoto, la toma dejó en el pueblo miedo y temor tanto en los pijaenses como en la gente afuera. Problemática: migraciones “voluntarias”. “Maquinaria abandonada” Crisis cafetera (43) Las situaciones adversas que se presentaron ante los caficultores durante los años noventa hasta nuestros días, causaron que las fincas y el cultivo del café mermaran bajando la economía del pueblo. Problemática: pobreza y desempleo.
  • 46. 41 Junto con estos tres sucesos de gran impacto de los últimos veinte años en la historia de Pijao, se suman otros dos, los cuales en los discursos de las Alcaldías de los últimos años no los han tomado en cuenta. “Presencia de comunidades afro en Pijao” (44) Cuenta don Alejandro35 que al pueblo ha llegado mucho desplazado, han comprado fincas y les han hecho parcela para ayudarles a que hagan un porvenir. Sin embargo, para doña Rubiela36 eso de los desplazados es un negocio muy verraco pues cuando llega un desplazado al que le dan una casa éste luego la pone a la venta, cosa que no debería ser ya que si a uno le dan una casa ésta debe ser para mantenerla como un bien propio. Aparte de esto la alcaldía les paga el arriendo, a 35 Charla con don Alejandro. Junio 2011. 36 Charla con doña Rubiela. Junio 2011. ellos les llega un mercado mensual, les dan plata y por ejemplo en la salud tienen prioridad. Eso para ella resulta ser un negocio. De esta manera la gente desplazada que llega al pueblo por acuerdos entre la Alcaldía y el gobierno para auxiliarlos, se ha convertido para los pijaenses en un emergente problema para con la población, pues les está quitando beneficios. “Evidencia de las malas administraciones por parte de los alcaldes electos” Crónica del Quindío 26 de septiembre de 2012 (45)
  • 47. 42 El otro suceso que se agrega es el de las administraciones de los alcaldes y sus funcionarios. Don Alejandro37 afirma que ha habido malas administraciones pues por la deshonestidad no rinde la plata de quienes la están manejando. Es en las labores pésimas de los alcaldes donde se ve reflejado la mala administración de estos. El alcalde durante el terremoto por ejemplo, cuentan Rosalba y Teresa38, las mujeres que atienden el Bar Motorista, que no dejaba trabajar para la reconstrucción pues era la manera como se llevaba el dinero. Muchos cuentan que aquel alcalde cogió varios de los alimentos que llegaban de los auxilios para luego montar una tienda de víveres en el pueblo. Por otro lado, cuenta Palomo39 que las alcaldías, junto con el Comité de Cafeteros, han implementado diferentes proyectos para el campo, pero a los cuatro años que se acaba el periodo los proyectos implementados quedan a la deriva pues las siguientes administraciones no los continúan. El exalcalde Edgar Osorio, por su parte, - cuenta doña María Rosa40-, también brillo por sus promesas incumplidas pues él le prometió que si quedaba elegido como alcalde le arreglaba el andén de su casa, hecho que nunca sucedió durante su periodo electo. Dice doña Amelia41 que no todos son de malos sentimientos, pero a la mayoría como que “no les duele el pueblo”. Además los concejales buenos no pueden hacer nada porque ahí está el gamonal al acecho. 37 Ibíd. 38 Charla con Rosalba y Teresa. Son las hijas de don Javier Ramírez, el dueño del bar. 39 Charla con “Palomo”. Junio 2011. Palomo se pasea de un lado a otro, es electricista y hace trabajos en el campo. 40 Charla con doña María Rosa. Junio 2011. 41 Charla con doña Amelia. Junio 2011. El desplazamiento y las malas alcaldías son otros de los “desastres” que se suman a los anteriores y que han causado igualmente problemáticas como la falta de alternativas económicas con la presencia de los desplazados y el aprovechamiento de los recursos por parte de los alcaldes y sus funcionarios. *** De las consecuencias problemáticas surgen las “innovaciones”. Esto ya que las primeras, como vimos en el presente capítulo, son resultantes de los sucesos de finales del siglo XX lo que las convierte automáticamente en catalizadoras de cambios en la estructura y la organización de la sociedad. Con estos cambios surgen las “innovaciones” ya que estas, según Hobsbawn, son generadas por la imposición y la importación de modelos procedentes del exterior que no tiene conexión aparente con las fuerzas sociales internas (Hobsbawn, 2002: 23). Esos modelos procedentes del exterior, son, como la razón por la cual las “innovaciones” son, como se entiende en esta investigación, el impedimento para copiar y reproducir ese pasado. Pero, ¿cuáles son aquellos modelos que llegaron a Pijao a través de las “innovaciones”? Con esta pregunta se continuará al siguiente capítulo en el que expondrán las “innovaciones” que surgieron en Pijao.
  • 48. 4. El Pijao de la “gente nueva” y la escasez de trabajo 43 Iglesia años noventa (46) Iglesia 2012 (47)
  • 49. 44 Alcaldía años noventa (48) Hospital Santa Ana años noventa (49) Alcaldía 2012 (50) Hospital Santa Ana 2012 (51)
  • 50. 45 Se ha llegado al presente y con este a sus diversas “innovaciones” que se han manifestado en el pueblo . Éstas, como se ha dicho en todo el texto, son las que han impedido que generaciones presentes copien y reproduzcan el pasado o, en otros terminos, que éste sea una ausencia recordada. Por lo tanto, el presente capitulo expondrá aquellas “innovaciones” que surgieron a partir de las concecuencias problemáticas resultantes de los sucesos de finales delo siglo XX. Con el terremoto y su consecuencia problemática de la ruptura con la tradición, la arquitectura cambió, pues dejaron de ser casas en bahareque y comenzaron a ser casas en “material”, es decir casas prefabricadas y totalmente de cemento. Sin embargo, aunque hayan cambiado los materiales de construcción, los pijaenses “innovan” al intentar mantener las fachadas de la arquitectura colonial. Casas aledañas a la estación de bomberos (53) Casas del Paraíso (52) A pesar de que existen casas antes del terremoto fabricadas en “material”, éstas tiene también tienen caracteristicas de la arquitectura del pasado como lo son sus colores vivos azules, rojos, amarillos, naranjas y verdes.
  • 51. 46 Junto con el terremoto, se encuentra la toma guerrillera y los desplazados, los cuales por sus consecuencias problemáticas respectivas: desplazamiento “vonluntario”, involuntario y la llegada de de gente nueva a Pijao, ha implicado cambios en la composición de la población que habita en el pueblo. Allá arriba es donde se van a fumar marihuana – Juan David. Por un lado, las personas que se fueron del pueblo fueron aquellos que se caracterizaban como pijaenses. Para doña Amelia1 la gente que se ha ido es la gente vieja del pueblo las de las buenas costumbres civicas. Pero, así como la gente se ha ido, también ha estado llegando a Pijao gente de otras partes de la región y del país; y, según doña Inés2, son esos borrachos enmarihuanados los que vienen de otra parte 1 Charla con doña Amelia. Junio 2011 2 Chara con doña Inés. Junio 2011. pero están viviendo allí en el pueblo3. Por tal razón, cuenta doña Nelly, la incursión de la droga al pueblo fue porque alguien se percató de que no se vendía y vio en eso un buen ingreso económico como cuando se ve que no venden algún producto y se trae. Entonces, la llegada y la salida de gente en el pueblo han causado que se cambien las buenas costumbres cívicas por la droga. Pero no sólo por la droga sino también por el interés personal y el poco sentido de pertenencia hacia el pueblo. Estos cambios en el actuar de los pijaenses es lo que se llama crisis cafetera, pues a causa de la crisis en el cultivo hay una afectación en el “ser pijaense”. Dicen Beatriz Nates Cruz y Paula Velásquez López en su escrito territorios en mutación crisis cafetera, crisis del café que las implicaciones económicas hacen referencia a la crisis del café y la práctica cafetera como dinamizadora de los estilos de vida a la crisis cafetera que involucra el replanteamiento del uso y manejo de los territorios, de los sentidos sociales y culturales históricamente construidos. Pero a pesar de aquellos cambios en el “ser pijaense”, aún siguen existiendo los pijaenses de las buenas costumbres cívicas. Pues, como dice María Elvira4, una mujer de unos ochenta años y que vive en una casa humilde: “la gente es la misma pero más poquiticas” y esa gente es la que hace que 3 Con esto no se quiere generalizar que los desplazados sean quienes han traído tales vicios al pueblo, sino que gente de afuera en general, no solo lo desplazados, lo han traído. 4 Charla con doña Maria Elvira. Junio 2011.
  • 52. 47 doña Aleida5, una caldense que se encuentra en su revuelteria de la calle 11, se amañe en el pueblo, pues es la gente que ya la conoce. Pero ¿por qué han cambiado el interés personal y el poco sentido de pertenencia hacia el pueblo? En este caso ¿cuál es la “innovación”?. Pues bien, la innovación en este caso sería la de la permanencia de unos cuantos pijaenses de buenas costumbres cívicas en el pueblo, ya que esta es la respuesta no solo de los cambios en la población sino también de los cambios generados por la consecuencia problemática de la pobreza y el desempleo que genera la crisis del café. . Llegada Caravana Hijos Ausentes al Parque – 2011 (55) 5 Chara con doña Aleida. Junio 2011. Vive hace treinta años en Pijao, unos cuantos de estos en una finca, la cual le toco abandonar ya que el terremoto destrozó un horno que tenía como función tostar el café. Una de las consecuencias problemáticas de la crisis del café es la sustitución de las fiestas de La Virgen del Carmen por las fiestas de los Hijos Ausentes pues las primeras dejaron de ser lo que eran y, como dice un miembro de Planeación, ahora solo son actividades religiosas, pues comenzó a haber una afectación económica en la que los dueños de fincas ya no aportaban y ya no participaban igual. La fiesta de los Hijos Ausentes fueron innaguradas en 1979 por parte de la Junta Regional de Armenia quien en esa época se encontraba Alba Saleg, exalcaldesa de Pijao, como Presidenta. Cuenta don Alejandro6 que estas fiestas fueron hechas para que la gente que se había ido durante la época de la violencia retornara al pueblo y así se acabara el sectarismo de conservadores y liberales. De esta manera, la intención de estas fiestas, escribe Gonzalo Ramirez en la editorial de la publicación del 2° Encuentro de Hijos Ausentes, es la de “revivir y dignificar el civismo”. Doña Amelia7 recuerda que la fiesta de los Hijos Ausentes era una “cosa muy bonita, muy tierna” pues era ver que la gente que se iba regresaba y las colonias de los diferentes lugares donde los pijaenses residían traían muchas donaciones. Don Alejandro, por su parte, cuenta que todo era muy organizado y se hacia notar el sentido de pertenencia ya que todo el mundo colaboraba. 6 Charala con don Alejandro. Junio 2011. 7 Charla con doña Amelia. Junio 2011.
  • 53. 48 Construcción caseta para la llegada de los Hijos Ausentes 2011 (54) Sin embargo, ya todo eso ha cambiado como consecuencia de la sustitución de las fiestas: por ejemplo, las fiestas de los Hijos Ausentes del 2011, según don Alejandro8, se volvieron un negocio, pues, cuenta don Gerardo9, esas fiestas se las vendieron a una empresa privada la cual comenzó a cobrar por todo: se cobró la entrada a una caseta fabricada con guadua en la que se hacia todas las presentaciones musicales y culturales; y a los carros ambulantes que permanecen en el marco de la plaza se les cobró la estadia en ese lugar durante los días de la fiesta. Esto es lo para don Alejandro es perder el sentido de pertenencia hacia el pueblo y aumentar el 8 Charla con don Alejandro. Junio 2011 9 Charla con don Gerardo. Junio 2011. interes personal, con lo cual, afin de cuentas, se pierde el civismo y el dolor hacia el pueblo. Pero la “innovación” de que permanezcan en el pueblo pijaenses de buenas costumbres cívicas, hace que durante las fiestas aún haya un momento en el que se realicen las donaciones para los más necesitados por parte de las colonias que llegan de otras zonas del país, lo cual revive lo que es “ser un pijaense”. Afluencia de personas un día de mercado – 2012 (56) No sólo la sustitución de las fiestas han sido una concecuencia problemática de la crisis del café, los días de mercado tampoco tienen el mismo tinte de hace unos años, los bailes y la fiesta con los que gozaba don Gustavo dejaron de ser lo que eran pues ni siquiera existe la Zona de Tolerancia y ahora se convirtio en días en que hay poca afluencia de gente y de bares y discotecas de poco