1. Escuela Normal del Estado
“Profr. Jesús Manuel Bustamante Mungarro”
Curso: Evaluación para el aprendizaje
Profra.
Patricia Dorado Huitrón
Instrumento de evaluación:
Integrantes:
Castillo Hoyos Karla Gpe.
Ortega Gastelum Jhoana Gpe.
Ortega Vargas Gloria
Ruíz García Víctor Adrián
Cuarto A
Licenciatura en Educación Primaria
2. Las rúbricas
Las rúbricas son guías o escalas de evaluación donde se establecen niveles progresivos de
dominio o pericia relativos al desempeño que una persona muestra respecto de un proceso o
producción determinada. Las rúbricas integran un amplio rango de criterios que cualifican de
modo progresivo el tránsito de un desempeño incipiente o novato al grado del experto. Son
escalas ordinales que destacan una evaluación del desempeño centrada en aspectos cualitativos,
aunque es posible el establecimiento de puntuaciones numéricas. En todo caso, representan una
evaluación basada en un amplio rango de criterios más que en una puntuación numérica única.
Las rúbricas son estrategias que apoyan al docente tanto en la evaluación como en la enseñanza
de actividades generativas, en la elaboración de proyectos, la producción oral y escrita, así como
en las investigaciones y el trabajo práctico de los estudiantes.
Una rúbrica es una buena opción para evaluar un informe de laboratorio, un ensayo original, un
prototipo o modelo, una producción artística o el análisis de una obra literaria; pero incluso más
allá de las producciones de los alumnos, permiten evaluar (y autoevaluar) los procesos y las
habilidades; por ejemplo, la manera en que se resolvió un problema complejo y abierto, el
proceso de interacción cooperativa al interior de un grupo de trabajo; las competencias
comunicativas de los alumnos cuando realizan una exposición oral frente a una audiencia o la
calidad en el manejo de medios audiovisuales e informáticos en un proyecto determinado.
La rúbrica necesariamente implica un juicio de valor acerca de la calidad del trabajo realizado por
los alumnos, y ante el problema de que dicho juicio conduzca a un sesgo subjetivo es como se
define y consensa una pauta que orienta la evaluación. Dicha pauta define los atributos y el grado
en que los atributos deseados están presentes en un rango de ejecución que establece lo aceptable
e inaceptable.
3. Características
Hay dos tipos de rúbrica, la comprensiva (total) y la analítica. En la comprensiva el profesor
evalúa todo el proceso o producto sin juzgar por separado las partes que lo compone, mientras
que en la rúbrica de valoración analítica el profesor evalúa por separado las diferentes partes del
producto o desempeño y posteriormente suma el puntaje de estas para obtener una calificación
total.
Las rúbricas comprensivas suelen utilizarse cuando se brinda la oportunidad de tener un margen
de error en algunas partes del proceso, siempre y cuando no se altere la calidad del producto final.
Son más apropiadas cuando las actividades de desempeño requieren que el estudiante produzca
una respuesta sin que necesariamente haya una respuesta correcta única.
Al momento de calificarlas, su uso es más rápido, debido a que el maestro debe leer o examinar
el producto o desempeño del estudiante una sola vez, con el objeto de tener una idea general de lo
que el estudiante pudo lograr. Con este tipo de valoración se brinda muy poca retroalimentación
al estudiante
Las rúbricas analíticas se prefieren cuando se solicita en los desempeños una respuesta muy
enfocada, en este caso el proceso de calificación es más lento, especialmente porque se evalúan
individualmente diferentes habilidades o características que requieren que el maestro examine el
producto varias veces. Por eso tanto su elaboración como su aplicación requieren tiempo.
En este tipo de rúbrica, la cantidad de retroalimentación que ofrecen para el estudiante y el
maestro es muy significativa, por lo tanto, las matrices de valoración analítica promueven una
valoración formativa.
4. Las rúbricas son pertinentes para evaluar tareas donde lo más importante es decir el grado en que
ciertos atributos están o no presentes en el desempeño del alumno. Son herramientas poderosas
para la enseñanza y evaluación por las siguientes razones:
Permiten mejorar y supervisar el desempeño del alumno, ya que establecen expectativas
claras y criterios precisos para lograr dichas expectativas.
Ayudan a los profesores a incrementar la calidad de su enseñanza, debido a que les
permiten destacar los aspectos particulares que desean modelar en sus alumnos, ya que
abarca tanto procesos como productos del aprendizaje.
Consolidan estrategias para la autoevaluación y la evaluación de pares
Brindan retroalimentación a los alumnos acerca de sus fortalezas y de las áreas que
requieren mejorar
Debido a que se presentan distintos niveles de desempeño, el profesor puede ajustar las
rúbricas a las características de clases muy diversas, considerando tanto a los alumnos con
necesidades educativas especiales como a los sobresalientes.
¿Cómo se elabora?
Ahumada citado por Díaz, F. (2005, p.135) emplea el término “matrices de valoración” para
denominar a las rúbricas, pues están construidas a partir de la intersección de dos dimensiones:
los criterios o indicadores de calidad (se enlistan en la columna a la izquierda en la matriz) y la
definición cualitativa y de manera progresiva de los mismos (columnas a la derecha). La escala
ordenada así construida debe mostrar una variación del rango de desempeños posibles, desde los
desempeños más bajos, hasta los más altos.
5. En relación a la elaboración de rúbricas, a continuación se ofrece una integración de una serie de
pasos que se pueden llevar a cabo, tomando en cuenta que dichos pasos no son rígidos y que la
secuencia no tiene que ser lineal.
1. Determinar las capacidades o competencias que se pretende desarrollar en los alumnos.
Precisar los contenidos y aprendizajes esperados, e indicar las tareas y prácticas
educativas pertinentes.
2. Examinar modelos. Recopilar y analizar ejemplos de trabajos y desempeños buenos y no
tan buenos; identificar las características de los mismos así como las de los alumnos que
los elaboraron, clarificar los apoyos a la enseñanza necesarios por parte del propio
docente, debido a que no todos los alumnos cuentan con las mismas capacidades.
3. Seleccionar los criterios de evaluación. Tomar en cuenta el análisis de los modelos
revisados para iniciar una lista de lo que define la calidad del desempeño en un trabajo
escolar determinado. Identificar la evidencia que debe producirse en relación con los
procesos y/o productos que se busca enseñar y evaluar.
4. Articular los distintos grados de calidad. Desarrollar una matriz de verificación. Conectar
en ella los criterios y los niveles de desempeño progresivos. Se puede iniciar con los
desempeños extremos: los niveles de calidad más altos y bajos, y llenar en el medio los
desempeños intermedios.
5. Compartir y validar la rúbrica con los estudiantes. Discutir con ellos su sentido y
contenido, practicar la evaluación con algunos ejemplos del trabajo que se realiza en clase
o con algunos modelos. Realizando lo anterior podremos ajustar la rúbrica a las
necesidades de los alumnos.
6. Utilizar la rúbrica como recurso de autoevaluación y evaluación por pares. Enseñar a los
alumnos su empleo en situaciones auténticas de enseñanza-aprendizaje, dar a los alumnos
6. la oportunidad de detenerse a revisar su trabajo, así como a reflexionar sobre la utilidad y
forma de uso de la rúbrica misma.
7. Evaluar la producción final. Comparar el trabajo individual/por equipos de los alumnos
según sea el caso, con la rúbrica para determinar si se logró el dominio esperado del
contenido.
8. Conducir la evaluación del docente y comunicar lo procedente, con la misma rúbrica que
han venido trabajando los estudiantes. Prever de manera realista los cambios requeridos
en la enseñanza y los apoyos a los alumnos como consecuencia de la evaluación realizada.
El manejo propuesto en los puntos anteriores nos acerca al empleo de las rúbricas como
verdaderas estrategias de enseñanza o estrategias docentes, en el sentido de procedimientos y
ayudas que el profesor utiliza de manera flexible, adaptativa, autorregulada y reflexiva para
promover el logro de aprendizajes significativos en los alumnos, y tener un mayor control de
ello.
Se plantean algunas notas precautorias respecto al diseño y empleo de rúbricas y oras
estrategias del desempeño:
Es importante entender que los criterios que en un momento dado se identifican y
definen no son los únicos posibles ni tienen un carácter absoluto. Debemos conocer
que las rúbricas son flexibles en cuanto a la actividad que deseas evaluar y al tipo de
alumnos que será aplicada. En todo caso, lo importante es desarrollar criterios
significativos, adecuados y comprensibles para los alumnos en un contexto educativo
determinado.
Sería un error confundir la identificación de criterios y niveles de desempeño con la
elaboración de largas listas de cotejo, con criterios de comportamientos superficiales,
fragmentarios y triviales, o que conduzcan a observaciones inoperantes e intrusivas,
7. ya que para que una rúbrica sea funcional debe contener criterios viables y adecuados
al contexto donde se desarrollan los alumnos. En este sentido, es importante asegurar
la validez y confiabilidad de la evaluación.
Debido a que las rúbricas se fundamentan en juicios de valor, y para evitar que los valores sean
inapropiados, es importante establecer algunos controles en el sentido de la validez y consistencia
de la evaluación. Montecinos citado por Díaz, F. (2005, p. 145) plantea al respecto algunos
requisitos de los contenidos en la rúbrica.
Los descriptores deben ser sensibles a los objetivos educacionales perseguidos
Tienen que ser apropiados para la etapa de desarrollo de los alumnos
Requieren credibilidad ante los diversos agentes involucrados en la evaluación
Necesita ser claramente comunicables
Implican hacer explícita la dimensión ética de la evaluación: tienen que ser justos y
equitativos.
¿Cómo se usa?
Las rúbricas resultan apropiadas no solo en el campo del aprendizaje científico, sino en la
evaluación de procesos. En este sentido puede valorar tareas o actividades auténticas en particular
a producciones ligadas a simulaciones situadas. Así pues las rúbricas son una buena opción para
evaluar un informe de laboratorio, un ensayo original, un prototipo o modelo; pero incluso más
allá de las producciones de los alumnos, permite evaluar y autoevaluar los procesos y
habilidades.
8. La forma menos apropiada de trabajar con rúbricas sería que el docente la elaborara y
que la presentara a los alumnos el día de la evaluación final y en esos momentos les
anunciara los criterios a evaluar de sus trabajos.
Sería un error confundir la identificación de criterios y niveles de desempeño con la
elaboración de largas listas de cotejo con criterios o comportamientos superficiales,
fragmentarios y triviales, o que conduzcan a observaciones inoperantes e intrusivas.
La identificación de criterios de desempeño es un proceso continuo, que pocas veces
concluye al primer intento. La lista inicial de criterios se debe revisar y replantear de
cara a las producciones y desempeños que manifiestan los alumnos a lo largo de la
unidad de trabajo, del ciclo o curso de enseñanza-aprendizaje. En este sentido, es
importante asegurar la validez y confiabilidad de la evaluación.
Lista de referencias
Díaz, F. (2005). Las rúbricas. Enseñanza situada: Vínculo entre la escuela y la vida (P. 135).
México: McGraw Hill.
Barriga, F. D. (2006). ENSEÑANZA SITUADA: Vínculo entre la escuela y la vida. México:
McGraw Hill.
López, J. C. (2006). Matriz de valoración. Recuperado de
http://www.eduteka.org/MatrizValoracion.php3