PRESENTACIÓN NOM-004-STPS-2020 SEGURIDAD EN MAQUINARIA
Esquema Tema 3
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24. Texto: Fordismo. “ Nuestro primer progreso en la producción consistió en llevar el trabajo al obrero, en lugar de desplazarse el obrero al trabajo. Hoy en día todas nuestras operaciones se inspiran en estos dos principios: ningún trabajador debe tener más de un paso que dar; siempre que se a posible, ningún trabajador debe inclinarse (…). El resultado de la aplicación de estos principios es reducir para el obrero la necesidad de pensar, y reducir sus movimientos al mínimo. Debe, siempre que sea posible, tener que hacer una sola cosa con un solo movimiento (…). El trabajador no debe ser obligado a la precipitación: no debe tener un segundo menos de los que le haga falta, ni un segundo de más (…). Algunos obreros no hacen más que una o dos pequeñas operaciones. (…) El hombre que coloca una pieza no la fija; la pieza puede no ser completamente fijada más que después de la intervención de varios obreros. Ford, H.: “Mi vida y mi obra”, 1925.
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28. Texto: Protesta de trabajadores textiles británicos sobre las máquinas . “ Poseemos información de que usted es uno de esos propietarios que tiene esas detestables tijeras mecánicas, y mis hombres me encargaron que le escribiera, le hiciera una advertencia y le aconsejara que las quitase. Tome usted nota de que si no son quitadas a finales de la semana próxima enviaré a uno de mis lugartenientes con no menos de 300 hombres para destruirlas, y además tome usted nota también de que si nos causa perjuicios nosotros aumentaremos sus desgracias quemando sus edificios y reduciéndolos a cenizas; y si usted tiene el atrevimiento de disparar contra mis hombres, ellos tienen órdenes de asesinarle y quemar la casa de usted. Así que usted tendrá la bondad de informar a sus vecinos de que les espera el mismo destino si sus bastidores de tricotar no son rápidamente quitados”. Carta de los luditas de Nottingham al Sr. Smith, manufacturero de Huddersfield, febrero de 1812
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30. Texto: La teoría de la lucha de clases . “ Toda la historia de la sociedad humana, hasta hoy, es una historia de lucha de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales, en una palabra, opresores y oprimidos frente a frente, siempre empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otros franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes. La moderna sociedad burguesa que se alza sobre las ruinas de la sociedad feudal no ha abolido los antagonismos de clase. Lo que ha hecho ha sido crear nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, nuevas modalidades de lucha, que han venido a sustituir a las antiguas. Sin embargo, nuestra época, la época de la burguesía, se caracteriza por haber simplificado estos antagonismos de clase. Hoy, toda la sociedad tiende a separarse, cada vez más abiertamente, en dos grandes campos antagónicos: la burguesía y el proletariado.” K. Marx y F. Engels: El Manifiesto Comunista (1848).
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33. Texto: El enfrentamiento Marx-Bakunin . “ Marx es un comunista autoritario y centralista. Quiere lo que nosotros queremos: el triunfo de la igualdad económica y social, pero en el Estado y por la fuerza del Estado; por la dictadura de un Gobierno provisional, poderoso y, por decirlo así, despótico; esto es, por la negación de la libertad. Su ideal económico es el Estado convertido en el único propietario de la tierra y de todos los capitales, cultivando la primera por medio de asociaciones agrícolas, bien retribuidas y dirigidas por sus ingenieros civiles, y comanditando los segundos mediante asociaciones industriales y comerciales. Nosotros queremos ese mismo triunfo de la igualdad económica y social por la abolición del Estado y de todo cuanto se llama derecho jurídico que, según nosotros, es la negación permanente del derecho humano. Queremos la reconstrucción de la sociedad y la constitución de la sociedad humana, no de arriba abajo por la vía de cualquier autoridad, sino de abajo arriba por la libre federación de las asociaciones obreras de toda clase emancipadas del yugo del Estado. Hay otra diferencia, esta vez muy personal entre él y nosotros. Enemigos de todo absolutismo, tanto doctrinario como práctico, nosotros no nos inclinamos ante las teorías que no podemos aceptar como verdaderas, sino ante el derecho de cada cual a seguir y propagar las suyas. No es este el talante de Marx. Es tan absoluto en la teoría, cuando puede, como en la práctica. A su inteligencia verdaderamente eminente, une dos detestables defectos: es vanidoso y celoso. Le repelía Proudhon tan sólo porque este gran hombre y su reputación tan legítima le hacían sombra. Marx ha escrito de él las cosas más nefastas. Es personal hasta la demencia. Dice mis ideas, no queriendo comprender que las ideas no pertenecen a nadie, y que si uno busca bien encontrará que, precisamente las mejores, las más grandes ideas, han sido siempre el producto del trabajo instintivo de todo el mundo; lo que pertenece al individuo no es más que la expresión, la forma... Marx es judío alemán...Se diría que todos los autoritarios se parecen.” Carta de Bakunin a Ribicone Nabruzzi, 23 de julio de 1872.