2. No es usar una estrategia de
Imposición
Ni es una conveniente
relación, de consentirse
faltas mutuas entre
dirigente y dirigidos
Es la misión de conseguir
respeto, y compromiso en
los dirigidos, para adherirse
a su plan de trabajo.
Autoridad
3.
Todo dirigido se motiva a seguir a un dirigente
cuando realmente tiene un plan elaborado claramente
establecido, tiene la motivación correcta, tiene la
postura correcta, para trabajar en equipo.
4.
Si los dirigidos perciben que el dirigente, trabaja en
equipo, con un plan, y con un objetivo definido, los
dirigidos, van a sentirse identificados con su liderazgo,
y esto les permitirá sentirse ligados a su autoridad.
5.
El Verdadero dirigente con propósito inspira respeto,
confiabilidad y sabe canalizar su autoridad. Y todo
dirigido comprometido con la encomienda, realmente,
percibirá que hay estas características en este dirigente.
6.
Dios nos da la autoridad para acrecentar su reino, sobre
todo a los dirigentes de Escuela de Pastoral, con ello,
pastorear y formar con autoridad a nuevos dirigentes, y
quienes no están llamados a ello, encausarlos a Dios.
7. (del latín "aequitas", de
"aequus", igual; del griego
"επιεικεία", virtud de la͗
justicia del caso en
concreto). Propensión a
dejarse guiar, por el
sentimiento del deber o de
la conciencia, más bien que
por las prescripciones
rigurosas de la justicia o
por el texto terminante de
la ley.
Equidad
8. En el caso del derecho canónico de
la Iglesia católica, el principio de
equidad se aplica considerando la
mitigación del rigor en la
aplicación de una ley con el fin de
salvaguardar la salvación eterna
de una determinada persona. La
equidad implica ponerse en los
zapatos del otro, hacerse uno con
él para poder entonces
comprenderlo e inclusive
apoyarlo, caminar junto con él
9.
Como dirigente, implica entonces hacerse uno con sus
dirigidos, no solapándose, no hostigándose, sino
caminando hasta encontrarse con el Señor. Cuando se
ama, se perdona, se orienta, se apoya, se comparte, se
dispensa, se solidariza, entonces, cuando se comprende
que somos uno con Cristo y somos hijos de Dios, se
entiende lo que es la equidad
10.
Buscamos lo mismo, queremos lo mismo, trabajemos
por lo mismo, siendo conscientes de quienes somos, que
tenemos y con que contamos, para poder alcanzar el
objetivo de estar con Dios. No seamos piadositos, sino
verdaderos hermanos.
11.
Hagámonos uno con nuestros equipos y progresemos
juntos, las fallas son nuestras en la unidad. Así, se
acercara el hermano a compartir sus cosas, aunque
sepa que esta mal y buscará un consejo.
12. El más alto y más sublime
grado de cortesía, supone un
gran fondo de dignidad,
discreción y delicadeza; las
personas que tienen el don
de agradar en todas
ocasiones, las que se atraen
en todas partes la
consideración y el cariño de
los demás, aquéllas, en fin,
cuya compañía es siempre
apetecida y siempre se echa
de menos.
Tacto
13.
Respetar todas las condiciones sociales, considerando en cada
una de ellas la dignidad y el valor intrínseco del hombre, sin
establecer otras diferencias que aquellas que prescriben la
moral y la etiqueta. Respetar el carácter, el amor propio, las
opiniones, las inclinaciones, los usos y costumbres, y aún los
defectos físicos y morales de todas las personas.
14.
Adaptarse con naturalidad, en todas las situaciones, a las
circunstancias que a cada una sean peculiares. Elegir siempre la
mejor oportunidad para cada acción y cada palabra, de manera
que jamás se produzca en los demás impresiones
desagradables, y que, por lo contrario, no se haga ni se diga
nada que no sea respectivamente grato a cada persona.
15.
Con ello, los hermanos sentirán la confianza de
acercarse a alguien que sabe como manejar las
situaciones, a quien le pueden confiar algo y de
quien poden oír un consejo.
16. No es lo mismo que oír.
Al cabo del día se oyen
muchas cosas, pero se
escucha poco, apenas
prestamos atención a lo
que dicen los demás,
olvidando que la atenta
y amable escucha es la
base del genuino
diálogo.
Escuchar
17. Sin capacidad de escucha, de atención al otro, el
diálogo queda bloqueado. Si todos queremos hablar a
la vez y nadie escucha las razones del otro, no hay
diálogo, solamente «monólogos yuxtapuestos»
estériles y hasta ridículos.
18. Únicamente cuando uno es capaz de escuchar al otro,
abre la puerta para que el interlocutor pueda
comunicarse con él. Y precisamente esta
intercomunicación, hecha de escucha respetuosa y de
habla adecuada, es la esencia del diálogo.
19.
El justo equilibrio entre saber escuchar y saber hablar
produce el milagro del diálogo. Y de verdad el diálogo es
un milagro de armonía, de respeto y de sinceridad que
posibilita la convivencia pacífica. Si dialogáramos más y
mejor, nuestra sociedad cambiaría radicalmente y poco a
poco iría adquiriendo un rostro más humano.
20. Saber escuchar, hoy, es más
importante que saber hablar.
Exige dominio de uno mismo.
Es un arte y un gesto de
sabiduría. Es verdad que el
diálogo está hecho de palabra y
de escucha, pero lo que más
suele fallar es la escucha.
Escuchar es una actitud difícil
porque implica atención al
interlocutor, esfuerzo por captar
su mensaje y comprensión del
mismo.
21. Aprende a escuchar.
Escucha mucho y
habla lo necesario. Si
escuchas atentamente,
siempre aprenderás y
nunca te arrepentirás
de ello.
22. Como dirigentes debemos
saber muchas cosas sobre
el arte de dirigir, pero qué
tanto conocemos a los
hermanos, lo que se nos
ha dicho, lo cual es
fundamental, escuchar
para aprender, y poder
entender como proceder
para alcanzar a Dios con
ellos.
23. Es una destreza básica
de la comunicación
interpersonal, permite
un entendimiento
sólido entre dos
personas, es
fundamental para
comprender en
profundidad el
mensaje del otro y así
establecer un dialogo.
Empatía
24. Esta habilidad de
inferir los
pensamientos y
sentimientos de otros,
genera sentimientos de
simpatía, comprensión
y ternura. Ser
empáticos es ser
capaces de “leer”
emocionalmente a las
personas.
25. Es sin duda una
habilidad que, empleada
con acierto, facilita el
desenvolvimiento y
progreso de todo tipo de
relación entre dos o más
personas.
26. Es la esencia de la conexión
profunda en las relaciones
personales. Es la habilidad psíquica
para detectar las señales externas
que indican mas allá de lo que se ve
y se escucha, lo que sienten, quieren
y necesitan los demás. Nos permite
comprender entre líneas las
emociones de otros.
27. Es la lectura emocional del otro,
más allá de lo que se ve con los
ojos, y se escucha con los oídos, se
percibe lo que hay en el nivel
intangible que trasciende lo
evidente, se intuye lo que hay
detrás de las apariencias, se
escucha con el corazón, con el
alma. Se percibe la verdad del ser.
La Empatía es puro amor en
acción.
28. Para establecer una
comunicación y
relaciones de alto nivel,
es necesario desarrollar la
conciencia espiritual y la
habilidad de ser
empático. La
comunicación, y las
habilidades para
comunicarse, son un arte
que se aprende.
29. La conciencia espiritual y la empatía son nuestra más
elevada contribución al nivel y calidad de nuestras
relaciones. Requiere que prestemos toda nuestra
presencia y atención a los sentimientos, emociones y
necesidades de los demás.
Es ver con
los ojos del
alma y hacía
el alma.
30. Hay que pedir a Dios que como dirigentes, nos
dé empatía para atender eso, al alma y no a la
persona, recordemos que se nos dieron almas
y somos ya responsables de ellas.
31. Bien sabemos que la
actitud del dirigente es
determinante en la
formación de un equipo,
pero también en el cultivo
de unas sólidas relaciones
interpersonales que
necesitan motivación y
un trato humano cordial
y generoso.
Actitud positiva
32. Por tanto se requieren de dirigentes amables,
respetuosos y abiertos a los demás. Cuando el
dirigente se encuentra dispuesto a asumir los
desafíos con una actitud positiva y optimista, es
capaz de ver el cielo despejado y de color azul.
33. Sin embargo, cuando
el dirigente
imperceptiblemente
se carga de
negatividad, lo que
consigue es generar
un sinnúmero de
nubes grises que
opacan la brillantez
de su talento para
asumir los desafíos
que se le imponen.
34. Una de las actitudes
necesarias es aquella para
afrontar el cambio. Es
innegable que no siempre
en las actividades de
equipo se vislumbran
cielos azulados que
perfilen un buen destino.
35. Sin embargo, si existe la voluntad de poner
los medios adecuados sabiendo que son las
personas y el talento humano la clave para
el impulso, con eso se puede cambiar un
panorama adverso.
36. Lo importante será que
quien se proponga
formarse como
dirigente empiece por
reconocerse
humildemente a sí
mismo, un auto-
conocimiento sincero
que le lleve a percibir
sus equivocaciones y
tomar un plan de
acción concreto que
permita corregirlas a
tiempo.
37. Sabemos que las cosas de Dios no son fáciles,
por tanto, no nos espantemos por los
problemas, sino tengamos fe y enfrentemos
con alegría en el Señor todos los
contratiempos, así contagiaremos a los demás.
38. El reino de Dios crece
gracias a dirigentes
que influyen en otros
para dirigir cambios. A
mayor flexibilidad
mental de los
dirigentes, también
será mayor la
posibilidad de
progreso y éxito.
Flexibilidad
39.
La flexibilidad mental
en el liderazgo se
relaciona con la rebeldía
a aceptar pensamientos
y nociones predefinidas,
con certeza absoluta. La
flexibilidad mental del
dirigente consiste en
mantener la mente
abierta, en escuchar,
entender y verificar que
otras propuestas
diferentes a las propias
40.
Los dirigentes con
flexibilidad mental no se
aferran a ideas anteriores, si
éstas dejan de ser
funcionales, o son mejoradas
por nuevas iniciativas, pero
esto requiere de valor y
humildad para reconocer
que existan alternativas
viables, diferentes. Se debe
estar dispuesto a seguir
aprendiendo, sin perder el
objetivo, y procurando
siempre no cruzar ese
pequeño umbral entre lo
bueno y lo malo.
41.
Pedir a Dios sabiduría para adoptar y adaptar
lo que es correcto y necesario para el bien de
las almas y no sólo quedarse en el pasado, sino
ir al futuro que debe ser Dios.
42. Entre las competencias que deben desarrollar los dirigentes que
pretenden ser exitosos están dos que son esenciales: a)
competencia para la gestión del tiempo, la cual implica que
para concebir y adoptar buenas decisiones las personas que
ocupan posiciones de liderazgo necesitan tiempo para analizar
y comprender el problema y diseñar y ejecutar soluciones
creativas. Por cuanto se emplea mucho tiempo para que se
adopten las decisiones importantes y también para darse
cuenta de las actividades que malgastan tiempo; y b)
competencia para la delegación, muchos directivos internalizan
erróneamente que los seguidores no son capaces de desarrollar
procesos mentales para ser asertivos. Los dirigentes incapaces
de delegar se encuentran con demasiadas tareas y decisiones y
con desmedido poco tiempo para hacerlo todo bien.
Delegar
43.
Un dirigente exitoso asigna responsabilidades para
conseguir que el trabajo se lleve a cabo. Una
incapacidad para delegar conducirá, probablemente, a
una baja motivación de los dirigidos.
44.
Delegar supone confiar
una tarea y/u obligación
a otra persona sin dejar
de asumir la
responsabilidad de
quien delega. Puede ser
desde confiar la
dirección de un equipo
que desarrollará un
nuevo proyecto, hasta
cualquiera de las tareas
de menor importancia
en la vida cotidiana de
45.
Implica dos mecanismos básicos: autonomía y
control. Recordemos aquello de los miembros
del cuerpo, o a las neuronas, o a las células, no
se puede ser y hacer todo uno solo.
46. Dios nos pone los elementos, usémoslos, sino que cuentas
daremos de ellos, y hablo de los hermanos.
47. No importan todas las
habilidades que una
persona tenga, si esta
carece de motivación,
nadie la hará avanzar
en su desarrollo. Por
eso es tan importante
que el dirigente
aprenda a motivar.
Motivación
48.
Motivo es aquel
factor en una
persona que lo
impulsa a realizar
una acción
determinada. Es la
capacidad de
motivar a otros
para que alcancen
las metas de Dios
para sus vidas.
49.
Cada individuo que nace
en este mundo ya llega
dotado de varias
motivaciones personales.
Viene genéticamente
programado con
necesidades que le
impulsan al logro de
ciertas metas, ya sea
conscientes o
inconscientes. Es por eso
que, para hablar de cómo
motivar, primero
debemos entender qué es
un motivo
50.
Se define el diccionario, es
aquella fuerza interior que
impulsa a un individuo a
la acción. Los motivos son
sinónimos de necesidades
personales, deseos,
impulsos dentro del
individuo. Los motivos
son la raíz de toda la
conducta. Y cada persona,
en diferentes etapas de su
vida, busca la satisfacción
de diferentes necesidades
51.
El hermano Vicente
decía que “nadie da
lo que no tiene” y
“nadie ama lo que no
conoce”, si amamos a
Dios y a la obra,
debemos tratar de
ser mejores y darles
la oportunidad a
nuestros hermanos
de ser parte de este
proyecto de Dios.
Editor's Notes
Poner una cosa junto a otra sin interposición de ningún nexo o elemento de relación.