1. Las mujeres migran más que nunca
Las mujeres migran solas para mejorar su situación económica y
social.
En algunas épocas eran obligadas a migrar junto a grandes
grupos de población masculina como soldados y trabajadores en
general las mujeres se enfrentan en sus países de origen a
situaciones sociocultural, legales, económicos, difíciles, y
también limitaciones tanto en el ámbito familiar como
profesional. La migración es predominante entre varones pero
con el informe de 2005 elaborado por OIM. Las mujeres
constituyen cerca de la mitad de los 175 millones de personas
que migran cada año. En muchos países el acceso a la asistencia
médica tiene una estrecha vinculación con el estatus legal de los
migrantes. Las mujeres son vulnerables debido a su salud
reproductiva o a que en general están expuestas a accidentes
con más frecuencia por trabajar en sector informal, también
sufren presiones psicosociales, tales como la cultura la migración
en la sociedad de destino y a la responsabilidad carga que
comparten trabajo y familia. En ocasiones sufren abusos sexuales
o físicos durante el proceso de migración en el país o destino.
Las migraciones están directamente relacionadas con las
políticas macroeconómicas impuestas por los organismos
multilaterales. Miles de mujeres son condenadas al trabajo
precario y mal remunerado muchas veces no pagado al desalojo
de sus tierras, a la privatización de los servicios públicos. Aunque
la migración femenina es un fenómeno de larga data en el
mundo y aunque fue predominio en ciertos tipos de corrientes a
sido reconocido hace tiempo, su magnitud y superficie fueron
pasadas por alto durante docenas de años
Mujeres han tendido a ser representadas según estereotipo de
“dependiente pasivas” ya sea como madres, esposas o hijas del
migrante varón en busca de empleo, pero en tanto migrantes
autónomas.
2. En países tradicionalmente receptores como Canadá, EE.UU y
Australia, las mujeres han llegado incluso a superar a los
hombres en los flujos de inmigración